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EL VISLUMBRAR DE LA ERA DE ACUARIO
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PREGUNTAS Y RESPUESTAS ROSACRUCES: PREGUNTAS REFERENTES A ..."LA VIDA EN LA TIERRA"(I)
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: moriajoan  (Mensaje original) Enviado: 22/01/2012 11:39

 

 

PREGUNTAS REFERENTES A

Si somos espíritus puros y parte de un Dios omnisciente ¿Por qué fue necesario que
hiciéramos este largo peregrinaje de pecados y dolores a través de la materia?


Respuesta: Al principio de la manifestación, Dios diferencia dentro de Sí Mismo una multitud
de inteligencias espirituales potenciales, como las chispas que emite un fuego. Esas
inteligencias espirituales eran, pues, llamas o fuegos potenciales, pero no eran aún llamas,
porque, aunque dotadas con la omniconciencia de Dios, carecían de la conciencia de sí
mismas; siendo potencialmente omnipotentes como Dios, les faltaba el poder dinámico
utilizable en cualquier momento, de acuerdo con su voluntad; y con objeto de que se pudieran
desarrollar esas cualidades, fue indispensable que pasaran por la materia. Por lo tanto, durante
la involución cada chispa divina fue encerrada en varios vehículos de suficiente densidad
como para cerrar el mundo a su conciencia. Entonces, el espíritu interno, no pudiendo estar
más en contacto con lo externo, se vuelve y se encuentra a sí mismo. Con la conciencia de sí
empieza la lucha del espíritu para libertarse de su prisión y, durante la evolución, los diversos
vehículos que el espíritu posee, se espiritualizan convirtiéndose en alma, así que, al final de la
manifestación, el espíritu no sólo habrá obtenido la conciencia de sí mismo, sino también
poder anímico.
Hay cierta tendencia en muchas personas a creer que todo lo que es, es el resultado de algo
anterior, no dejando así lugar alguno para algo original. Los que estudian la vida, hablan
solamente de involución y evolución; los que estudian la forma es decir, los científicos
modernos, se relacionan con la evolución solamente, pero los más adelantados de entre ellos
están empezando ahora a encontrar otro factor, que han llamado epigénesis. Ya en 1757,
Gaspar Wolff emitió su Theorea Generationis, en la que se muestra que, en el desarrollo del
óvulo, hay una serie de nuevas formaciones, no determinadas por lo ya efectuado, y
Haeckel, endosando esa obra, dice que en nuestros días no está justificado llamar "teoría" a la
epigénesis, porque es un hecho que puede demostrarse en el caso de las formas inferiores,
cuyos cambios son rápidos,
lo que puede observarse por medio del microscopio. Desde que se le dio la mente al hombre,
ese impulso creador original, la epigénesis, es lo que ha sido la causa de todo nuestro
desenvolvimiento. Ciertamente, construimos sobre lo que ya ha sido creado, pero hay además
algo nuevo, debido a la actividad del espíritu, y es en esa forma que nos convertimos en
creadores, por que si sólo imitáramos lo que ya ha sido hecho por Dios o por los Ángeles, no
nos sería nunca posible convertirnos en inteligencias creadoras: seríamos simples imitadores.
Y aún cuando cometamos errores, puede decirse que, muy frecuentemente, aprendemos
mucho más de nuestros errores que de nuestros éxitos. El pecado y el sufrimiento de los que
habla el preguntante, son meramente el resultado de los errores que hacemos, y su impresión
en nuestra conciencia nos obliga a obrar en otros sentidos que encontramos son buenos; es
decir, que están en armonía con la Naturaleza. Así que este mundo es una escuela de
desenvolvimiento y no un valle de lágrimas en el que hubiéramos sido colocados por un
caprichoso Dios. (Véase la pregunta núm. 9.)


Si "Dios hizo al hombre un poco inferior a los Ángeles", ¿cómo es posible que el hombre
llegue a convertirse, en último término, en superior a ellos en el Mundo Espiritual?


Respuesta: Esta pregunta revela un malentendido por parte del preguntante. Nunca se ha dicho
eso en las enseñanzas rosacruces, pero sí se ha dicho algo que puede haber sido comprendido
así por error de interpretación. El hecho es que la evolución se desarrolla en espiral y por lo
tanto jamás se repite el mismo estado o condición. Los Ángeles pertenecen a una corriente
evolutiva anterior, y fueron humanos en una encarnación previa de la Tierra, llamada el
Período Lunar por los Rosacruces. Los Arcángeles son la humanidad del Período Solar y los
Señores de la Mente, a quienes San Pablo llama "los Poderes de las Tinieblas", fueron la
humanidad del tenebroso Período de Saturno. Nosotros somos la humanidad del cuarto
período del actual plan evolutivo de manifestación, el Período Terrestre. Como todos los seres
del Universo están progresando, las humanidades de los períodos precedentes han progresado
también, así que están ahora en un estado superior a aquel en el que se encontraban cuando
eran humanos: ellas son suprahumanas. Por consiguiente, es perfectamente verídico que Dios
hizo al hombre un poco inferior a los ángeles. Pero como todo está en un estado de progresión
espiral, es también cierto que nuestra humanidad actual es una humanidad superior y más
elevada que la que constituyeron los ángeles: y que éstos fueron una humanidad de orden
superior a la de los arcángeles, cuando eran humanos. En el próximo paso llegaremos a un
estado análogo al que ocupan actualmente los ángeles, y seremos superiores a lo que ellos son
ahora.


¿Por qué fue necesario que viniéramos a esta existencia física? ¿No podíamos haber aprendido
las mismas lecciones sin necesidad de ser aprisionados y limitados por las densas condiciones
del mundo material?


Respuesta: El Nuevo Testamento fue escrito en griego originalmente, y la palabra Logos
significa a la vez la palabra y el pensamiento que a la palabra precede, así que, cuando San
Juan nos habla, en el primer capítulo de su evangelio, de que "En el principio fue el verbo, y el
verbo era con Dios y el verbo era Dios", podemos también traducir ese versículo así: "En el
principio fue el pensamiento, y el verbo era con Dios y Dios era el verbo". Todo existe en
virtud de ese hecho (la palabra). En ella está la "vida".
Todo cuanto existe en el universo fue primeramente un pensamiento; ese pensamiento
manifestóse entonces como una palabra, un sonido, que hizo todas las formas, manifestándose
como la vida que anima a esas formas. Ese es el proceso de la creación, y el hombre, que fue
hecho a imagen de Dios, crea en la misma forma hasta cierto punto. Tiene la capacidad de
pensar, puede vocalizar sus pensamientos y, en esa forma, puede asegurarse la ayuda de los
demás para realizar su pensamiento, cuando no es capaz de realizarlo el solo. Pero, vendrá un
tiempo, en el que podrá crear directamente por medio de la palabra de sus labios, y ahora está
aprendiendo a crear por otros medios, así que, cuando a su debido tiempo, pueda emplear su
palabra, para crear directamente, sabrá cómo hacerlo. Ese ejercitamiento es absolutamente
necesario. Actualmente cometería muchos errores. Y, además, como no es bueno todavía,
produciría creaciones demoníacas.
En sus primeros pasos, el hombre empleó los sólidas; la fuerza muscular era su único medio
para realizar una obra, y los primeros instrumentos con que armó su brazo, fueron huesos y
piedras, convenientemente afilados. Más tarde, se confió por vez primera a las aguas -un
líquido- y la rueda de agua fue su primera maquinaria. El líquido es mucho más fuerte que el
sólido. Una ola puede deshacer la obra muerta de un barco, echar abajo sus mástiles y torcer
una barra de hierro como si fuera un alambre; pero la energía del agua es una fuerza
estacionaria y, por lo tanto, limita su trabajo a la inmediata vecindad. Cuando el hombre
comenzó a emplear la fuerza aun más sutil del aire, le fue posible levantar molinos de viento
en cualquier parte del mundo, y hacer barcos de vela que pusieran en comunicación unas
partes con otras. Así que, el nuevo paso del hombre en el camino de su desarrollo, lo efectuó
mediante el empleo de una fuerza aún más sutil que el agua y más universalmente aplicable
que ese elemento. Pero el viento es inestable y no se puede confiar en él; por consiguiente, el
progreso de la civilización humana, adquirido por su intermedio, es insignificante si se lo
compara con el realizado mediante un gas aun más sutil, el vapor, pues este puede
producirse en cualquier momento y en todas partes, y el progreso del mundo ha sido enorme
desde su descubrimiento. Hay, no obstante, un serio inconveniente u obstáculo a su utilidad, y
es que el vapor necesita una complicada maquinaria. Este obstáculo queda eliminado
prácticamente mediante el empleo de una fuerza aún más sutil, más fácilmente transmisible: la
electricidad, que es invisible e intangible.
Así que, podemos ver, que el progreso del hombre en el pasado ha dependido de la utilización
de fuerzas de creciente sutilidad, siendo cada fuerza de la escala más fácilmente transmisible
que la anterior, y podemos deducir sencillamente que el progreso futuro depende del
descubrimiento de fuerzas aun más sutiles, transmisibles con mayor facilidad. Sabemos que lo
que llamamos radiotelegrafía no necesita el
empleo de alambres, pero, hasta ese sistema, no es ideal, pues depende de la energía generada
en una estación central, la que es estacionaria. Esto requiere el empleo de maquinaria muy
costosa y está, por consiguiente, fuera del alcance de la mayoría. La fuerza ideal sería un
poder que el hombre pudiera generar dentro de sí mismo en cualquier momento, sin necesidad
de maquinaria.
Hace algunas décadas, Julio Verne nos distrajo evocando ante nuestra imaginación los
submarinos y la vuelta al mundo en ochenta días, etc. Hoy en día, las cosas que él describió, se
han convertido en realidades que hasta han sobrepasado a la imaginación del autor, y el día
llegará en el que podremos usar un poder semejante al que hemos mencionado más arriba.
Bulwer Lytton, en su obra La Raza Futura nos habla de una fuerza llamada Vril, que poseían
ciertos seres imaginarios, mediante la cual podían moverse sobre la tierra o el aire y hacer
otras muchas cosas. Esa fuerza está latente en cada uno de nosotros, y algunas veces hablamos
de ella llamándola emoción. Vemos su poder inmenso en ciertas ocasiones, como en la ira, y
entonces decimos que el "hombre ha perdido la cabeza". Ninguna tarea cansa tanto al cuerpo
físico como dejarse llevar por un acceso de ira. Generalmente, en nuestros tiempos, esa
enorme fuerza duerme, y es muy conveniente que permanezca así, hasta que hayamos
aprendido a dirigirla por medio del pensamiento que es una fuerza aun más sutil. Este mundo
es la escuela donde se nos enseña a pensar y a sentir correctamente, calificándonos así para el
empleo de esas dos sutiles fuerzas: el poder del pensamiento y el poder de la emoción.
Una ilustración dilucidará cómo este mundo llena ese propósito. A un inventor se le ocurre
una idea. Esta idea no es todavía un pensamiento, sino sólo un relámpago que aún no ha toma
formado pero gradualmente, aquél la visualiza en su mente. Entonces forma mentalmente una
máquina, y ante su visión mental esa máquina se le presenta en pleno movimiento, girando
todas sus ruedas en ésta o en aquella forma, según sea necesario para ejecutar el trabajo
requerido. Luego, el inventor empieza a dibujar los planos de su máquina, y hasta en ese
estado de concreción es muy probable que se vea que son necesarias ciertas modificaciones.
Vemos, pues, que las condiciones físicas demuestran al inventor que su pensamiento no era
correcto. Cuando construye su máquina con los materiales convenientes, según sea el trabajo
que tenga que realizar, se verá que son necesarias nuevas modificaciones. Y quizás puede
verse obligado a desechar completamente su primera máquina, y a concebir una nueva.
De esta suerte, las condiciones físicas, concretas, le permiten ver los defectos de su raciocinio;
lo obligan a ejecutar las modificaciones necesarias en su pensamiento original, para producir
la máquina que deba efectuar un determinado trabajo. Si sólo hubiera habido un Mundo
Mental, no sabría que había cometido un error, pero las condiciones físicas, concretas, le
demuestran que su pensamiento era incorrecto.
El Mundo Físico enseña al inventor a pensar correctamente, y sus éxitos son las plasmaciones
o cuerpos de sus pensamientos exactos.
En todo esfuerzo mercantil, social o filantrópico, obra el mismo principio. Si nuestras ideas
concernientes a los diversos asuntos de la vida son inexactas, se corrigen cuando se llevan a la
práctica, de suerte que este mundo es una necesidad absoluta para enseñarnos a emplear el
poder del pensamiento y del deseo, estando actualmente esas fuerzas muy subyugadas por
nuestras condiciones materiales. Pero, conforme pase el tiempo y aprendamos a pensar
correctamente más y más, obtendremos finalmente tal poder mental que podremos pensar el
pensamiento exacto inmediatamente en todos los casos, sin necesidad de hacer ningún
experimento, y podremos también hablar nuestro pensamiento convirtiéndolo en un ser real,
en una cosa. Hubo un tiempo en un lejano, lejanísimo pasado, en el que el hombre era todavía
un ser espiritual y las condiciones de la Tierra eran más plásticas. Entonces se le enseñó
directamente, por los Dioses, a emplear la palabra como medio de crear, y así obró para
formar las plantas y los animales. Se nos dice en la Biblia, que "Dios llevó a los animales ante
el hombre y éste les dio nombre". Este nombre no era simplemente el llamar al león, león,
sino que era un proceso creador que dio al hombre poder sobre la cosa nombrada, y
únicamente cuando el egoísmo, la crueldad y las pasiones, vinieron, se perdió la palabra de
poder de la que hablan los masones. Cuando la santidad haya de nuevo ocupado el lugar de la
profanación, se encontrará nuevamente la palabra, convirtiéndose en el poder creador del
hombre divino del futuro.


Si esta vida terrestre es tan importante y es, en realidad, la base de nuestro crecimiento
anímico, siendo este último el resultado de las experiencias que aquí obtenemos, ¿por qué
nuestra vida terrestre es tan corta en comparación con la vida en los mundos internos, la que se
aproxima a un millar de años entre dos vidas terrestres?


Respuesta: Todo lo que hay en este mundo y que halla sido hecho por la mano del hombre, es
pensamiento cristalizado; las sillas sobre las que nos sentamos; las casas en que vivimos, los
teléfonos, buques, locomotoras, etc., fueron una vez pensamientos en la mente humana. Si no
hubiera sido por ese pensamiento, la cosa no habría aparecido jamás. De parecida manera, los
árboles, flores, montañas y mares, son los pensamientos cristalizados de las fuerzas de la
Naturaleza. El hombre, cuando deja este cuerpo al morir y entra en el segundo cielo, se
identifica con esas fuerzas de la Naturaleza; entonces trabaja bajo la dirección de las jerarquías
creadoras, construyéndose para sí mismo el alrededor ambiente que le será necesario para su
próximo paso de desarrollo. Allí construye, en materia mental, los arquetipos de la tierra y del
mar; obra sobre la flora y la fauna: crea todo lo de su alrededor ambiente como formas
mentales, y en la misma proporción en que cambie las condiciones, aparecerán éstas cuando
renazca.
Pero hacer cosas de materia mental es muy diferente que hacerlas de materia concreta.
Actualmente somos pensadores muy pobres, y por lo tanto se necesita un gran período de
tiempo para que hagamos esas formas mentales en el segundo cielo; entonces, también,
debemos esperar un tiempo considerable antes de que esas formas mentales se hayan
cristalizado convirtiéndose en un alrededor ambiente físico, real, al que vamos a ir. Por
consiguiente, es necesario que estemos en el Mundo Celeste mucho más tiempo que el que
estamos en la vida terrestre. Cuando hayamos aprendido a pensar correctamente podremos
crear cosas aquí, en el Mundo Físico, en mucho menos tiempo que el que ahora tardamos en
formarlas laboriosamente, Ni será entonces necesario estar fuera de la vida terrestre tanto
como ahora.


¿Cuánto tiempo pasará antes de que podamos estar sin cuerpos físicos y funcionar en los
Mundos Espirituales de nuevo?


Respuesta: Esta pregunta revela un estado mental que es muy corriente entre muchas personas
ya familiarizadas con el hecho de que poseemos cuerpos espirituales, en los que nos podemos
mover en el espacio con la rapidez de la luz, cuerpos que no necesitan vestidos materiales y
que, por lo tanto, no necesitan los cuidados de sus poseedores. Esas personas están deseando el
día en el que puedan volar con esas alas y desprecian este “bajo, grosero y mortal
instrumento”.
Este estado mental es poco afortunado. Deberíamos estar sumamente agradecidos por el
instrumento material que poseemos, porque éste es el más estimable de todos nuestros
vehículos. Si bien es perfectamente cierto que nuestro cuerpo físico es el más inferior de
todos nuestros vehículos, es también igualmente cierto que ese vehículo es el más acabado de
todos nuestros instrumentos, y que, sin él, los otros nos serían de poquísima utilidad
actualmente, porque mientras ese instrumento espléndidamente organizado nos permite
encontrar mil y una condiciones aquí, nuestros vehículos superiores están prácticamente
inorganizados. El cuerpo vital está formado, órgano por órgano, como nuestro cuerpo físico
denso, pero hasta que haya sido ejercitado mediante las prácticas esotéricas no es un
instrumento preparado para funcionar independientemente. El cuerpo de deseos tiene
únicamente cierto número de centros sensoriales que no están en actividad en la gran mayoría
de la humanidad y, en cuanto a la mente, es sólo una nube informe en la mayor parte de los
hombres. Hoy en día deberíamos tratar de espiritualizar nuestro instrumento físico; y
deberíamos comprender que es necesario ejercitar primeramente nuestros vehículos superiores
antes de que puedan sernos de utilidad. Para la gran mayoría se necesitaría mucho tiempo. Por
consiguiente, es mejor que hagamos el deber que tenemos más a mano, apresurando en esa
forma el día en que podremos usar los vehículos superiores, pues ese día depende de nosotros
mismos.


 

El Espíritu, ¿entra en el cuerpo en el momento de la concepción o en el momento del
nacimiento?


Respuesta: Ha sido comprobado, por la investigación clarividente, que al morir el espíritu se
lleva consigo las fuerzas de un átomo, situado en el ventrículo izquierdo del corazón, que se
llama átomo-simiente, porque es el núcleo o simiente en torno del cual se agrupan todos los
materiales del cuerpo, y todos los demás átomos de éste deben ser capaces de vibrar al unísono
con dicho átomo-simiente. Por consiguiente, ese átomo se deposita en el semen del padre
algún tiempo antes de la concepción, y más tarde va a parar a la matriz de la madre. Pero la
concepción no es siempre simultánea con la unión sexual de los padres. El zoosperma
impregnante no se une al óvulo algunas veces hasta catorce días después de la cópula. Esa
impregnación del óvulo, es lo que puede llamarse concepción, y desde el momento en que el
óvulo deja el tubo de Falop, comienza la gestación. De los dieciocho a los veintiún días, todo
el trabajo lo efectúa la madre, pero entonces el Ego reencarnante, envuelto en una nube en
forma de campana, compuesta de materia mental y de deseos, entra en el seno de la madre, y
esa nube se cierra entonces por la base, tomando una forma ovoidea. Realizado esto el espíritu
se encuentra ligado a la carne definitivamente y ya no puede escapar, sino que debe quedarse
con la madre hasta que el nacimiento lo liberte. En el actual grado de nuestro desarrollo, el
espíritu hace muy poco trabajo consciente sobre su futuro vehículo, pero está presente en todo
tiempo y ayuda inconscientemente a la formación de su instrumento. Esto no es más notable
que el que hagamos la digestión de nuestro alimento o respiremos sin darnos cuenta de ello.


¿Cuál fue el objeto de la división de los sexos?


Respuesta: La división de los sexos se efectuó en un estado muy primitivo de la evolución
humana, cuando el hombre no tenía todavía ni cerebro ni laringe. Una mitad de la fuerza
creadora fue entonces dirigida hacia arriba, con objeto de que esos dos órganos pudieran
formarse. El cerebro se hizo para la evolución del pensamiento, con el cual crea el hombre en
el Mundo Físico. Las casas, las ciudades, los buques y ferrocarriles, todo cuanto ha hecho la
mano del hombre, es pensamiento cristalizado. La laringe también la hizo la fuerza sexual
creadora, para que el hombre pudiera expresar sus pensamientos. La relación entre esos
órganos y la fuerza que se expresa por los órganos creadores inferiores, se evidencia si
recordamos que el adolescente que posee la fuerza creadora positiva, cambia de voz en la
pubertad, esto es, cuando puede por vez primera propagar su especie. Además, el hombre que
abusa de su fuerza sexual se idiotiza, mientras que el pensador profundo que emplea casi toda
su fuerza creadora en pensamientos, tiene poca o ninguna inclinación hacia las prácticas
amorosas.
Antes de esta división, el hombre, como algunas plantas actuales, era una unidad completa,
creadora, capaz de perpetuar su especie sin ayuda de otro. Las facultades del pensamiento y
del lenguaje, se han comprado al precio de ese poder creador; pero ahora, esa mitad de la
fuerza creadora, que se expresa a través del cerebro y de la laringe, puede emplearse para crear
cosas en el mundo: casas, barcos, ferrocarriles, etc.


¿Es el alma de la mujer masculina y el alma del hombre femenina?


Respuesta: Hablando en general se puede decir que sí; el cuerpo vital, que eventualmente se
transforma, trasmuta y convierte en alma, es del sexo opuesto. Está formado, órgano por
órgano, exactamente como el cuerpo físico, denso, con esa sola excepción, y esto explica
muchos hechos que, en otra forma, serían inexplicables. Las facultades inherentes al cuerpo
vital son crecimiento, propagación, asimilación y memoria. La mujer, que tiene un cuerpo
vital positivo, madura antes que el varón, y las partes análogas a la vida vegetal, como el
cabello, por ejemplo, crecen más, y, naturalmente, un cuerpo vital positivo generará más
sangre que el cuerpo vital negativo que posee el varón; de ahí que en la mujer haya una
presión sanguínea más grande, de la que tiene que librarse mediante el flujo periódico, y
cuando éste cesa en la edad crítica hay un segundo crecimiento, pues la mujer se pone más
gruesa.
Los impulsos del cuerpo de deseos empujan a la sangre a través del sistema con diversa
velocidad, de acuerdo con la fuerza de las emociones. La mujer, teniendo un exceso de sangre,
trabaja bajo una presión mayor que el hombre, y si bien esta presión se amortigua con el flujo
periódico, a veces es necesaria otra válvula de escape: las lágrimas, que no son más que una
sangría blanca, y son como una válvula de seguridad para sacar el exceso de fluido. Los
hombres, aunque pueden tener emociones tan fuertes como las mujeres, no son dados a las
lágrimas porque no tienen más sangre que la que pueden soportar cómodamente.
Siendo positivamente polarizada en la Región Etérica del Mundo Físico, la esfera de la mujer
ha sido el hogar y la iglesia, donde se encuentra rodeada por el amor y la paz, mientras que el
hombre lucha la batalla por la supervivencia de los más aptos, sin tener cuartel en el Mundo
Físico, denso, donde él es positivo.

¿Conservamos el mismo carácter en todas nuestras vidas?


Respuesta: El Ego puede compararse a una piedra preciosa, a un diamante en bruto. Cuando
éste se saca de la tierra está muy lejos de ser hermoso; uña costra grosera oculta el esplendor
que encierra, y antes de que el diamante pueda convertirse en una gema, debe pulírselo sobre
una durísima piedra de esmeril. Cada aplicación a la piedra de esmeril saca una parte de la
costra y modela una faceta a través de la cual entra la luz refractándose en diferente ángulo por
la luz que reflejan las otras facetas.
Así sucede con el Ego. Como diamante en bruto entra en la escuela de la experiencia, su
peregrinación a través de la materia, y cada vida es como una aplicación de la gema a la piedra
de esmeril. Cada vida en la escuela de la experiencia arranca una parte de la costra del Ego y
admite la luz de la inteligencia en un ángulo nuevo, dando una experiencia diferente, y así
como los ángulos de la luz varían en las muchas facetas del diamante, así también, el
temperamento o carácter del Ego difiere en cada vida. En cada vida sólo podemos mostrar una
pequeña parte de nuestras naturalezas espirituales, sólo podemos realizar una pequeña parte
del esplendor de nuestras posibilidades divinas, pero cada vida tiende a redondearnos, y a
hacer que nuestro temperamento sea más estable. En realidad, el trabajo sobre el carácter es la
parte principal de nuestra lección, porque la meta es el dominio propio.
Como dice Goethe: "De todos los poderes que al mundo encadenan, se liberta el hombre
cuando obtiene el dominio de sí mismo."


¿Está el cuerpo de deseos sujeto a la enfermedad y necesita nutrición?


Respuesta: En cierto sentido sí, durante la vida terrestre; es decir, que la enfermedad se
muestra primeramente en el cuerpo de deseos y en el cuerpo vital, los que se hacen más tenues
y no especializan el fluido vital en la misma proporción que durante la salud. Entonces, el
cuerpo denso físico se enferma. Cuando tiene lugar el restablecimiento los vehículos
superiores muestran la mejoría antes de que la salud se evidencie en el Mundo Físico.
Pero, si el preguntante interroga sobre las condiciones después de la muerte, el asunto es
diferente. Aunque una persona pueda estar enferma aquí, haya tenido que guardar cama
durante años enteros, sin poder moverse, cuando ocurre la muerte y se siente fuera del cuerpo
denso, se produce enseguida una sensación de alivio, de bienestar, de ligereza, que le eran
antes completamente desconocidos, y entonces comprende inmediatamente que no sufre ya
dolor alguno y que puede moverse perfectamente. También es muy claro que el cuerpo de
deseos no necesita alimento alguno. Sin embargo, muchas personas no están seguras de ello, y
por consiguiente, encontramos muchas personas, en las regiones inferiores del Mundo del
Deseo, que van y vienen allí como si estuvieran en su hogar. De ahí los relatos de algunos
investigadores espiritualistas, quienes han encontrado esas condiciones en el Mundo Invisible;
y eso también explica mucho de lo que George du Maurier ha dicho en la vida de Peter
Ibbetson y de la Condesa de las Torres, en la novela que lleva por título el nombre de su
protagonista. Recomendamos esa obra, pues da una buena ilustración de la operación de la
memoria subconsciente, donde el héroe de la novela se encuentra frente a la vida de su
infancia en las regiones inferiores del mundo invisible.



 

 

 
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: moriajoan Enviado: 22/01/2012 11:44

 

 

 


¿Cómo es que expiando todos los pecados en el Purgatorio tiene uno al renacer que sufrir de
nuevo por los pecados de la vida anterior, según la Ley de Causa y Efecto?


Respuesta: Hay dos actividades distintas en el Purgatorio. La primera es el borrar los malos
hábitos. Por ejemplo, el borracho desea beber tanto ahora como después de morir, pero ahora
no tiene ni estómago ni canal alimenticio para contener el licor, así que, aunque pueda ir a las
tabernas o meterse en una barrica de, whisky sumergiéndose en el licor, no obtiene
satisfacción alguna, pues allí no se producen las emanaciones que emite la combustión
química que se efectúa en el estómago. Así que sufre todas las torturas de Tántalo: "agua, agua
por todas partes, pero ni una sola gota para beber".
Pero, como el deseo en este mundo se consume cuando comprendemos que no puede
gratificarse, así también, a su debido tiempo, el bebedor se cura de su deseo de bebidas,
porque no puede obtener licores, y renace inocente de todo mal, por lo menos en lo que a ese
vicio en particular se refiere. Sin embargo, es necesario que domine su vicio conscientemente,
así que, en cierto tiempo, la tentación irá a ponerse en su camino. Cuando haya crecido, un
compañero podrá invitarlo a "tomar una copa". Entonces depende de él que acceda o no. Si
accede, peca de nuevo y debe purificarse otra vez, hasta que los acumulados sufrimientos de
las repetidas existencias purgatoriales le hagan repugnar la bebida. Entonces se habrá
sobrepuesto conscientemente a la tentación y no sufrirá más por aquélla.
En cuanto al mal que hayamos hecho a los demás, como por ejemplo, cuando hayamos tratado
cruelmente a un niño puesto a nuestro cuidado, golpeándolo o maltratándolo en cualquier
forma, las escenas en que obramos mal se imprimirán sobre el átomo del corazón; más tarde el
panorama será transferido al cuerpo de deseos, y el panorama de la vida, que se desarrolla
hacia atrás, traerá nuevamente esas escenas ante nuestra conciencia. Nosotros entonces
sentiremos todo lo que el niño sintió cuando fue nuestra víctima; sentiremos todos los malos
tratos que le infligimos tal como el niño los sintió; sentiremos todas sus angustias mentales y
mortificaciones; sufriremos pena tras pena, y entonces, cuando renazcamos, nos
encontraremos con nuestra víctima y se nos presentará la oportunidad de beneficiarlo, en vez
de hacerle daño. Si así lo hacemos, santo y bueno; si nuestra antigua enemistad se afirma
nuevamente como antes, entonces volveremos a sufrir en el próximo purgatorio, hasta que
aprendamos por último a ser compasivos y cariñosos con los que están a nuestro cuidado. De
manera, pues, que no sufrimos de nuevo por los pecados cometidos en una vida anterior;
nacemos inocentes, gracias al purgatorio, y todo mal acto que cometamos es un acto de libre
voluntad. Pero las tentaciones vienen a nosotros para comprobar si la purificación ha sido
suficiente, para enseñarnos las lecciones necesarias, y es nuestro privilegio caer en ellas o
mantenernos firmes y fuertes en el bien.


¿Es la conciencia la voz de Dios o la de nuestro Ángel Custodio?


Respuesta: Cuando el espíritu sale del cuerpo al morir, el panorama de su vida pasada se
descorre ante él, durante los tres días y medio siguientes a su desprendimiento del cuerpo.
Esas imágenes se graban en el cuerpo de deseos, y forman la base de la vida en el purgatorio y
en el primer cielo, que están situados en el Mundo del Deseo. La vida pasada se reproduce en
imágenes que se desarrollan hacia atrás, así que las escenas ocurridas recién antes de morir,
son las primeras que pasan, siguiendo la vida de la madurez, de la adolescencia y de la
infancia. En el purgatorio sólo se reviven las escenas en las que el hombre hizo mal, y el alma
se ve a sí misma como si fuera aquel a quien perjudicó, a quien hizo sufrir en su vida terrestre.
El recuerdo de estos sufrimientos se graba indeleblemente sobre el átomo simiente, que es la
única parte del cuerpo denso que el alma se lleva consigo y que se conserva perdurablemente
de vida en vida. Ese átomo es, en cierto sentido, el "libro" del Ángel del Destino, y como el
sufrimiento causado por cierto acto se ha grabado sobre ese átomo simiente en el purgatorio,
es evidente que, cuando en una nueva vida se produzcan circunstancias similares y las
antiguas tentaciones vengan a nosotros, el sufrimiento que experimentamos debido a ese mal
acto se presentará en el átomo-simiente, previniéndonos que tal acción es mala. Esa es la "voz
de la conciencia", y si los sufrimientos del purgatorio fueron suficientemente intensos,
tendremos el poder de resistir cualquier tentación que se ponga ante nosotros. Si, por otra
parte, y debido a diferentes causas, el sufrimiento no fue suficientemente agudo, podremos
caer temporal o permanentemente, en otra vida, en las mismas tentaciones que nos hicieron
sufrir en las vidas anteriores; podremos hasta librarnos del menor remordimiento de
conciencia. Pero cuando dejemos nuestros cuerpos y pasemos al Purgatorio, tendremos allí
renovados sufrimientos, por haber caído en la tentación, y los acumulados efectos de este
sufrimiento, serán al fin suficientes para impedirnos hacer aquellos actos que nos causaron
dolor y pena.
Cuando viene una tentación ante nosotros en la vida terrestre y la hemos dejado a un lado
conscientemente, hemos aprendido la lección y la conciencia ha realizado su objeto.
Contestando definitivamente a la pregunta, podemos decir, por lo tanto, que la conciencia es la
memoria del espíritu de los sufrimientos pasados, ocasionados por los errores cometidos en las
vidas anteriores.

¿Que es el genio?


Respuesta: Desde el punto de vista corriente, el genio parece ser un accidente. La teoría de la
herencia no lo explica, porque algunas veces las personas más vulgares pueden tener un hijo
que sea un genio, y los hombres más educados e intelectuales, los tienen a veces idiotas. En
otras ocasiones nos encontramos con genios e idiotas al mismo tiempo en la misma familia. En
realidad, la locura y el genio puede decirse que son los dos extremos entre los que se
encuentran las cualidades mentales de la humanidad.
Si tratamos de explicar el genio por la herencia, de nada nos servirá el preguntarnos por qué no
hay una larga línea de antecesores mecánicos o electricistas antes de Tomás Edison, quien
puede ser considerado como la flor de su familia. En todos los casos encontramos que el genio
no se encuentra regido por ninguna ley, mirando la cosa desde el punto de vista material.
Cuando acudimos a la Ley de Causación y a su compañera, la del Renacimiento, para
dilucidar estos problemas, el asunto es muy diferente. Esta teoría afirma que cada vida en la
tierra es un día en la escuela de la experiencia; que en cada nuevo nacimiento nacemos con el
conocimiento o experiencias acumuladas de todas nuestras vidas pasadas, siendo éste nuestro
capital; que algunos de nosotros hemos asistido a esta escuela de experiencia durante muchas
vidas y hemos obtenido mucho capital. Quizás hemos desarrollado una facultad especial más
que las otras, así que nos podemos convertir en especialistas expertísimos en cierto dominio.
Eso es el genio.
Para expresar algunas de nuestras facultades, por ejemplo, la música, es necesario que
tengamos ciertas características físicas, tales como dedos largos y finos, un sistema nervioso
delicado, y particularmente el oído tiene que estar desarrollado para que podamos expresarnos
como músicos. El material requerido para tal expresión, no puede encontrarse en todas partes,
pero, la ley de la asociación necesariamente atraerá un músico hacia los demás, y allí
encontrará a mano los materiales con los cuales podrá formarse el cuerpo requerido para la
expresión de su talento. Por consiguiente, parece, a veces, como si los músicos nacieran en
familias; por ejemplo, veintinueve músicos nacieron en la familia de Bach en doscientos
cincuenta años.


Un alma que nace mujer ¿sigue siendo siempre mujer en todas sus vidas? ¿no puede
convertirse en hombre? Y ¿cuál es el intervalo entre dos encarnaciones?


Respuesta: No, el espíritu es bisexual y generalmente se expresa en sus vidas sucesivas
alternativamente como hombre y como mujer. Hay, sin embargo, algunos casos en los que, de
acuerdo con la Ley de Consecuencia, es preferible que un espíritu renazca varias veces con el
mismo sexo.
La ley es ésta: Conforme el Sol se mueve hacia atrás por las doce constelaciones según el
movimiento que llamamos presesión de los equinoccios, el clima de la Tierra, la flora y la
fauna van cambiando lentamente, produciendo así un nuevo ambiente para la raza humana en
cada sucesiva edad. El Sol tarda unos dos mil años en pasar por uno de los signos, siguiendo
esa procesión y en ese tiempo el espíritu nace generalmente dos veces, una como hombre y
otra como mujer. Los cambios que se producen en los mil años entre dos encarnaciones no son
muy grandes, y así el espíritu puede extraer experiencias de ese alrededor ambiente desde
ambos puntos de vista: el del hombre y el de la mujer.
Sin embargo, pueden existir casos en los que el tiempo cambia también. Ninguna de esas leyes
son inflexibles como las de los Medos y Persas, sino que son aplicadas por Grandes
Inteligencias para beneficio de la humanidad, así que las condiciones pueden modificarse para
satisfacer las exigencias de los casos individuales. Por ejemplo en el caso de un músico. Este
no puede encontrar el material requerido para formar su cuerpo en todas partes. Necesita una
ayuda particular para construir los tres canales semicirculares, de su oído de tal manera que
apunten tan exactamente como sea posible a las tres direcciones del espacio; también necesita
un auxilio especial para formar las delicadísimas fibras de Corti, porque su capacidad para
distinguir los tonos depende de ellas
En tal caso, cuando una familia de músicos con quien tenga relación se encuentre en situación
de dar nacimiento a un niño, puede ser llevado a nacer allí, aunque su estadía en el Mundo
Celeste no debiera terminar sino cien años después, porque quizás no pueda ofrecerse una
oportunidad nueva en dos o trescientos años más, posteriormente al tiempo en el que debía
nacer naturalmente. Entonces, por supuesto, ese hombre está más allá de su época, y no puede
ser apreciado por la generación en la que vive. No es comprendido, pero aún esto es mucho
mejor que al haber nacido más tarde de cuando debió nacer, porque entonces se habría
encontrado detrás de los demás.
Así es como muy a menudo vemos genios no apreciados por sus contemporáneos, si bien son
altamente estimados por las siguientes generaciones que pueden comprender su punto de vista.

Cuando un hombre paga sus deudas, cuida de su familia y vive aquí una vida moral, ¿no se
encontrará bien en el más allá?


Respuesta: No, se necesita algo más, y hay muchas personas de esa creencia que pasan un
tiempo nada envidiable en el mundo del Deseo después de la muerte. Hay que considerarlas,
por supuesto, desde el punto de vista de esta vida solamente, pero actualmente tenemos que
cultivar por lo menos algunas tendencias altruistas para poder progresar más allá de nuestro
actual estado evolutivo.
Encontramos a las personas que han descuidado sus deberes superiores en la cuarta región del
Mundo del Deseo después de la muerte. Allí está el hombre de negocios que dio cien centavos
por un dólar, que trató honestamente a todos, que trabajó por el mejoramiento material de su
vida y de su país como buen ciudadano, que pagó buenos sueldos a sus empleados, que trató a
su esposa y a su familia con toda consideración, dándoles todas las ventajas posibles, etc.
Puede hasta haber construido una iglesia, o por lo menos haber hecho donaciones muy
liberales con ese objeto, o puede haber fundado bibliotecas o institutos, etc. Pero no se ha
dado a sí mismo. Se interesó por la iglesia sólo por el nombre de su familia o por su propia
respetabilidad; no dio su corazón, pues éste lo tenía todo en sus negocios, para ganar dinero y
alcanzar una posición social.
Cuando entra en el Mundo del Deseo después de la muerte es demasiado bueno como para ir
al Purgatorio y no es suficientemente bueno como para ir al Primer Cielo. Ha tratado con
justicia a todo el mundo y no ha hecho mal a nadie. Por consiguiente nada tiene que expiar.
Pero tampoco ha hecho ningún bien que le permita vivir en el Primer Cielo donde se asimila el
bien de la vida pasada. Por consiguiente va a la cuarta región que es el centro del Mundo del
Deseo y el sentimiento es allí más intenso; el hombre siente todavía un agudo deseo de
negocios, pero allí no hay nada que vender o comprar, así que su vida transcurre en la más
horrenda monotonía.
Todo cuanto dio para iglesias, institutos, etc., no cuenta por nada debido a su falta de corazón.
Únicamente cuando damos por amor servirá nuestra donación para traernos la felicidad en el
más allá. No la suma que dimos, sino el espíritu que acompañó al presente es lo que vale; por
lo tanto, está en el poder de todos el dar beneficiando así a otros y a sí mismos. El dar dinero
indiscretamente, sin embargo, puede hacer que una persona se haga indigente y dependiente
de nosotros, pero dándole la simpatía del corazón, ayudándole a creer en sí mismo y a
comenzar nuevamente con renovado ardor cuando han fracasado, dándonos nosotros mismos
en servicio de la humanidad, nos juntamos un tesoro en el cielo y damos más que oro. Cristo
dijo, "el pobre está siempre con nosotros". No podremos quizás llevarlos de la pobreza hasta la
riqueza, y esto puede ser que no fuera bueno para ellos, pero podemos animarlos a aprender la
lección que hay que aprender en la pobreza; podemos ayudarlos a mirar mejor la vida, y a
menos que el hombre que se encontrara en la posición indicada por el preguntante no haga
esto también, no se encontrará "muy bien" cuando muera; sufrirá esa terrible monotonía con
objeto de que aprenda que debe hacer en su vida algo de verdadero valor, y de esta suerte en
las vidas subsiguientes su conciencia lo impulsará a hacer algo mejor que juntar dólares, si
bien no descuidará por eso sus deberes materiales, porque eso es tan malo como el olvidar los
esfuerzos espirituales.

Se dice algunas veces que tenemos el derecho de pensar lo que se nos antoje y que no somos
responsables por nuestros pensamientos; ¿es eso así desde el punto de vista oculto?


Respuesta: No, ciertamente; al revés, y para ello no necesitamos acudir al ocultismo.
Encontramos que esa idea la expresó Cristo en el sermón de la montaña, en el que nos dijo que
"el hombre que mira a una mujer con deseo ha, en realidad, cometido ya adulterio" y cuando
comprendemos que así corno el hombre piense en su corazón así es él, tendremos una
concepción mucho más clara de la vida que si tomáramos sólo en consideración los actos de
los hombres, porque todo acto es la manifestación de un pensamiento previo, pero estos
pensamientos no son siempre nuestros.
Cuando golpeamos un diapasón, haciéndolo vibrar, y ponemos otro diapasón cerca de aquél,
no sólo vibrará el primero con nuestros golpes, sino el segundo también comenzará a vibrar
por simpatía, siempre que los dos diapasones tengan el mismo temple. Análogamente, cuando
se nos ocurre un pensamiento y otra persona de nuestro alrededor ha estado pensando en el
mismo sentido, nuestros pensamientos se juntan con los suyos vigorizándose para el bien o
para el mal de acuerdo con la naturaleza del pensamiento. No es una fantasía cuando en la
obra llamada The Witchiny Hour" el héroe trata de ayudar a un villano a escapar del estado de
Kentucky, por haber el ultimo matado al Gobernador y estar a punto de ser arrestado. El héroe,
un hombre de considerable poder mental siente que él pudo haber incitado al criminal. Y le
cuenta a su hermana que antes del asesinato él había estado pensando en que ese asesinato
podía haberse cometido, justamente en la forma en que se cometió. Y se encuentra bajo la
impresión de que su pensamiento puede haber sido captado por el cerebro del asesino
mostrándole así el camino del crimen.
Cuando nos encontramos en un jurado y vemos nosotros al criminal, sólo conocernos un acto;
nada sabemos del pensamiento que lo incitó a él. Si hemos tenido el hábito de pensar mal, de
generar pensamientos maliciosos contra una u otra persona, esos pensamientos pueden haberse
ido hacia el criminal, y según el mismo principio que hace que cuando tenemos ante nosotros
una solución saturada de sal bastará que tomemos un solo cristal para hacer que esa solución
se solidifique, así también si un hombre ha saturado su cerebro con pensamientos de asesinato,
el pensamiento que nosotros generamos puede haber sido el golpe de gracia que destruyó la
última barrera que impedía cometer el crimen.
Por consiguiente, nuestros pensamientos son muchísimo más importantes que nuestros actos,
puesto que si siempre pensamos bien siempre obraremos bien. Nadie puede pensar en amar a
sus semejantes, en ayudarlos y auxiliarlos espiritual, mental o físicamente sin poner en
práctica esos pensamientos alguna vez en su vida, y si nosotros cultivamos solamente esos
pensamientos, pronto veremos que la luz del Sol brilla en torno nuestro; veremos que la gente
nos recibe en la misma forma en que nosotros irradiamos, y si pudiéramos comprender que el
cuerpo de deseos (que rodea a cada uno de nosotros extendiéndose unas dieciséis pulgadas en
torno de la periferia del cuerpo) contiene todos esos sentimientos y emociones, entonces
veríamos a los demás diferentemente, pues entonces entenderíamos también que todo lo que
vemos lo vemos a través de la atmósfera que nos hemos creado en torno nuestro, cuyos
colores todos los vemos en los demás.
Si, entonces, vemos insignificancia y pequeñez en los demás, sería conveniente que nos
miráramos a nosotros mismos para comprobar si no es la atmósfera que nos rodea la que da
esa coloración. Veamos si no tenemos dentro de nosotros mismos esas cualidades no
deseables, y entonces comencemos por quitarnos esos defectos. El hombre que es
insignificante y pequeño irradia de sí mismo esas cualidades, y cualquiera con quien él se
encuentre le parecerá insignificante porque el evocará esas cualidades en los demás, según el
mismo principio de que la vibración de un diapasón de cierto temple hará vibrar por simpatía a
otro diapasón del mismo temple que se le ponga cerca. Por otra parte, si cultivamos una
actitud de serenidad, una actitud libre de egoísmo y francamente honesta y deseosa de ayudar,
evocaremos lo mejor en las demás personas. Por consiguiente, es necesario que
comprendamos que hasta que no hayamos cultivado las mejores cualidades en nosotros
mismos no podemos esperar encontrarlas en los demás. Somos, pues, en verdad responsables
de nuestros pensamientos, somos ciertamente los custodios de nuestros hermanos, porque así
como pensemos los encontraremos y se nos aparecerán así reflejando nuestra propia actitud.
Aplicando el principio antedicho, si necesitamos ayuda para cultivar esas mejores cualidades,
busquemos la compañía de las personas que ya las posean, porque su actitud mental será de
una ayuda inmensa para nosotros evocando en nuestra propia atmósfera sus sutilísimas
facultades.


Si una persona se ve constantemente asaltada por malos pensamientos, los que se introducen
en su mente aún cuando ella está siempre luchando contra aquellos, ¿existe algún medio para
limpiar la mente, de manera que ésta sólo tenga pensamientos buenos y puros?


Respuesta: Sí, lo hay, y es muy fácil llegar a ello. El mismo preguntante ha sugerido la
principal dificultad de la pregunta cuando dice que está constantemente luchando contra esos
pensamientos. Si tomamos una ilustración se comprenderá el punto.
Suponiendo que tenemos una repugnancia particular por cierta persona a quien nos
encontramos todos los días en la calle cierto número de veces, si nos paramos cada vez que la
encontramos y la reprendemos duramente por ir por la calle y no quitarse de nuestra vista,
estamos cada vez añadiendo más combustible al fuego de nuestra enemistad, la estamos
excitando, y de rabia tratará siempre de ponerse en nuestro camino. El agrado y el desagrado
tienen la tendencia de atraer hacia nosotros un pensamiento o idea, y cuanta más fuerza mental
irradiemos para luchar contra los malos pensamientos, tanto más vivos se mantendrán éstos y
tanto más a menudo nos asediarán, de la misma manera que el reprender a la citada persona
hará que ésta enojada se ponga siempre en nuestro camino. En vez de luchar con el, debemos
adoptar la táctica de la indiferencia. Si miramos para otro lado cuando la encontramos en la
calle, muy pronto se cansará de seguirnos, y lo mismo debemos hacer cuando esos malos
pensamientos vienen a nosotros. Si nos volvemos con indiferencia y dirigimos nuestra mente
hacia algo bueno o ideal, encontraremos que al cabo de poco tiempo nos habremos librado de
su compañía y sólo tendremos, los buenos pensamientos y deseos que deseamos.


 

 



 

 

 
 


Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: moriajoan Enviado: 22/01/2012 11:47

 

 

Si la mujer es una emanación del hombre, la costilla de Adán, en la vuelta final a la unidad,
¿será ella reabsorbida por la divinidad masculina, perdiendo su propia individualidad?


Respuesta: La "historia de la costilla" es un ejemplo de la gran ignorancia de los traductores
de la Biblia quienes no poseían conocimiento oculto alguno al traducir el lenguaje hebreo,
cuya escritura ni estaba dividida en palabras ni tenía vocales. Insertando las vocales en
diferentes puntos y dividiendo las palabras diferentemente, pueden obtenerse varios
significados del mismo texto en diversos lugares. Este es uno de los casos en los que una
palabra acentuada de una manera se lee 'tsad" y de otra “tsela". Los traductores de la Biblia
leyeron la historia de que Dios había sacado algo del costado de Adán (tsela) e intrigados con
lo que sería, pensaron que lo que le hubiera hecho menos daño era sacarle una costilla (tsad) y
de ahí la absurda historia.
El hecho era que el hombre fue primero semejante a los Dioses, hecho a su imagen y
semejanza", macho-hembra, hermafrodita, y más tarde se le sacó un costado así que quedó
dividido en dos sexos puede decirse además que el primer órgano que se desarrolló tal como
es ahora fue el órgano femenino, habiendo existido siempre en todo el lado femenino antes
que el masculino, que vino más tarde, y de acuerdo con la ley de la evolución de que "los
primeros serán los últimos", lo femenino subsistirá como sexo distinto mucho más que lo
masculino y por consiguiente el preguntante está equivocado en su suposición. Aun
actualmente se ve que el órgano masculino se está contrayendo gradualmente en su base y
finalmente dejara de ser.
En cuanto a perder la individualidad, tal cosa es imposible; precisamente el propósito de la
evolución es que nos convirtamos en individuos conscientes de sí y separados durante la
evolución, e individuos conscientes de sí unidos durante los intervalos entre dos
manifestaciones.


¿Por qué la mujer se ha encontrado desigual y asumido la inferioridad y la injusticia desde el
principio de la existencia humana en este plano?


Respuesta: En primer lugar, debemos recordar que el espíritu no es ni macho ni hembra, sino
que se manifiesta alternativamente así por regla general. Todos hemos sido hombres y hemos
sido mujeres también. Por consiguiente no puede haber cuestión alguna sobre desigualdad si
miramos la vida desde este más amplio punto de vista. Ciertas lecciones deben ser aprendidas
por el espíritu en cada edad que sólo pueden aprenderse desde el punto de vista de la mujer, y
hay otras lecciones que tienen que aprenderse con un cuerpo masculino. Por consiguiente, la
necesidad produce el cambio de sexo. Ocurre algunas veces, por supuesto, que por ciertas
razones un espíritu debe aparecer como hombre durante varias encarnaciones y entonces,
cuando toma un cuerpo femenino, puede discordar considerablemente. En ese caso nos
encontraremos con una mujer muy masculina, quizás con una suffragette de naturaleza
militante. Por otra parte, un espíritu puede haberse encarnado varias veces como mujer y luego
renacer como hombre de naturaleza muy afeminada, apocado. Pero aún con la hipótesis de
encarnaciones alternativas, muchos de nosotros estuvimos encarnados en el Imperio Romano
con sexo opuesto al actual, y teniendo en cuenta la ley de Causación, el trato que dieron los
hombres de entonces a sus mujeres no fue apropiado como para que las mujeres de entonces,
encarnadas ahora como hombres hagan grandes concesiones a sus antiguos señores,
convertidos hoy en mujeres.


¿Por qué los sufrimientos de Margarita fueron tan grandes y desproporcionados a los de
Fausto, tocándole a aquélla hasta la cárcel y la muerte, mientras que el segundo vivía
tranquilo, libre y feliz?


Respuesta: Esta pregunta hace referencia a uno de los mitos que nos vienen a través de las
edades, y contrariamente a la opinión popularmente aceptada, un mito no es una historia
inventada completamente, sino que es una verdad velada, revelando en un símbolo grandes
principios espirituales. Estos mitos se dieron a la humanidad infante por la misma, razón que
damos a nuestros hijos enseñanzas éticas en fábulas o imágenes, las que se imprimen en la
mente infantil en tal forma que ninguna otra enseñanza intelectual podría hacerlo.
Goethe, que era un iniciado, ha tratado este mito del Fausto en una forma muy iluminativa, y
la clave del problema se encuentra en el prólogo, que tiene lugar en el cielo, muy semejante a
lo descrito al principio del libro de Job. Los Hijos de Dios aparecen ante el trono y el Diablo
entre ellos, pues es también uno de los hijos de Dios. Entonces se le da permiso para que
seduzca a Fausto para evocar así las actividades espirituales y hacer que desarrolle su virtud.
Uno de nuestros grandes errores es el considerar la virtud y la inocencia como sinónimos;
todos nosotros nacemos inocentes, venimos sin mal alguno, puesto que todo se ha purgado,
pero tenemos ciertas tendencias que pueden convertirse en vicios, y por consiguiente en cada
vida debemos resolver si cedemos a la tentación y abrazamos el vicio o si nos mantenemos
firmes y desarrollamos la virtud. Fausto es tentado y cae pero después se arrepiente
sinceramente y trasmuta las fuerzas malignas en bien, así que por último se salva. El
arrepentimiento y la reforma antes de la muerte producen su salvación, y la impura pasión que
sintió por Margarita da lugar al amor puro que sintió por Elena. Margarita también cede a la
tentación, se arrepiente y se salva mediante el olvido de los pecados. Así que en un caso uno
se salva por sus obras Mediante su energía, con la que domina al mal, se construye una nueva
tierra, una tierra en la que un pueblo libre puede vivir bajo mejores condiciones; busca elevar a
la humanidad a un plano superior, y por ese acto, por su desinteresada obra en beneficio de los
demás se redime de los poderes del mal. En el caso de Margarita la salvación resulta de la
oración y del arrepentimiento. Así que tenemos en ese drama, tal como lo representa Goethe,
un símbolo perfecto de las enseñanzas occidentales de que hay perdón de los pecados y
expiación de una mala obra mediante una obra buena correspondiente. La muerte es algo que a
todos nos llega y el sufrimiento correspondiente al mal acto en cada caso no es seguramente
menor en el caso de Fausto, cuya pena se prolongó durante un largo periodo de años, que en el
caso de Margarita, cuya vida terminó en mucho menos tiempo. La única diferencia es que
Fausto se sobrepuso conscientemente a sus tendencias y en una vida futura se vería libre de
toda tentación, mientras que en el caso de Margarita eso es problemático. En una futura vida
terrestre se encontrara nuevamente con la tentación para poner de manifiesto si ha desarrollado
o no la fuerza de carácter necesaria para mantenerse firme y adherirse al bien.


¿Hay algún lugar en el Antiguo o en el Nuevo Testamento en el que se diga a los hombres que
se casen y que vivan como hermanos y hermanas en todo tiempo o bajo cualquier condición?
Y si no está en la Biblia ¿por qué lo enseñáis así?


Respuesta: Los semitas originales fueron la quinta raza atlante. Fueron los sobrevivientes de
la sumergida Atlántida de quienes se habla en las historias de Noé y Moisés. Y tenían que ir a
la Tierra prometida, no a la insignificante Palestina, sino a toda la Tierra, tal como ahora está
constituida. Era prometida porque la Tierra estaba sufriendo los cambios usuales cuando una
raza nueva va a tomar posesión de ella. Las inundaciones habían destruido la civilización
átlante y el núcleo de las actuales razas arias se congregó en el desierto de Gobi, en el Asia
Central.
Cuando dicho núcleo tenía que convertirse en la raza que poblaría el mundo, el tener muchos
hijos era esencial. Por consiguiente se consideró que el deber de todos era tener muchos hijos.
Pero ahora ya no estamos viviendo en esos tiempos; el mundo está bien poblado y los Egos se
reencarnan fácilmente sin que se necesiten esfuerzos especiales para generar. Nunca hemos
abogado por el celibato general, o que la gente se case y viva entonces siempre como hermano
y hermana, sino que hemos enseñado que las personas casadas, de acuerdo con sus
circunstancias deben ayudar a perpetuar la raza. Es decir, que si el marido y la mujer son
hábiles física, moral y mentalmente, cuando poseen un hogar en el que un Ego pueda obtener
una oportunidad de nacer y de adquirir experiencia, deben ofrecerse a sí mismos como un
sacrificio viviente en el altar de la humanidad y dar de la sustancia de sus cuerpos para
facilitar a un Ego un vehículo, invitándolo a su hogar como invitaría a un amigo querido,
gozándose en hacer por él lo que otros han hecho por ellos. Pero cuando el acto de la
impregnación haya sido efectuado deben abstenerse de toda unión posterior hasta que
nuevamente se encuentren preparados para generar otro cuerpo para otro niño. Tales son las
enseñanzas de los rosacruces concernientes a las relaciones ideales entre el marido y la esposa.
Ellos sostienen que la función creadora no debe efectuarse con propósitos sensuales, sino para
la perpetuación de la raza, cuyo objeto es naturalmente. Esta es una condición ideal que está
más allá de la mayoría actualmente, así como el consejo de “amad a vuestros enemigos"; pero
si no tenemos elevados ideales no podremos progresar.


¿Tiene toda alma una compañera que le pertenece por toda la eternidad? Y en caso afirmativo,
¿no sería mejor permanecer célibe un millar de años que casarse con el alma que no
corresponde?


Respuesta: Así como la luz se refracta en los siete colores del espectro cuando pasa a través de
nuestra atmósfera, así también los espíritus diferenciados en Dios se refractan en siete grandes
rayos. Cada clase está bajo la dirección y dominio directo de uno de los Siete Espíritus ante el
Trono, que son los genios planetarios, los Ángeles Astrales. Todos los espíritus virginales en
sus sucesivas encarnaciones se mezclan continuamente para que puedan obtener las más
variadas experiencias; sin embargo, los que han emanado del mismo Ángel Estelar son
siempre hermanos o almas gemelas, y cuando buscan la vida superior deben entrar en el
sendero de la iniciación por medio de una logia compuesta de miembros del mismo rayo del
que vinieron originalmente, y de allí vuelven a su fuente original. Por lo tanto, todas las
escuelas de ocultismo son divisibles en siete, una para cada clase de espíritus. Esa es la razón
del por qué Jesús decía a sus discípulos "vuestro padre y el mío". Nadie podía ponerse en
estrecho contacto con él más que sus discípulos, los que pertenecían a su mismo rayo.
Como todos los demás misterios, esta hermosa doctrina ha sido degradada convirtiéndola en
esa idea física y material que encierra la concepción popular de las almas gemelas o
afinidades; que la una es macho y la otra hembra y que a veces una de ellas es el esposo o la
mujer de otro. En tales casos dicha doctrina se expone como excusa del adulterio o del rapto.
Esa es una perversión abominable. Cada espíritu es completo en si mismo, toma un cuerpo
masculino o femenino diferentes veces con objeto de aprender las lecciones de la vida, y
únicamente durante el actual estado de su desarrollo existe el sexo absolutamente. El Ego fue
antes que el sexo, y persistirá después de que la fase de esa manifestación haya pasado.


¿Por qué está mal que los primos de primero, segundo y tercer grado se casen?


Respuesta: El propósito del matrimonio es la perpetuación de la raza, y de acuerdo con la
naturaleza física de los padres más el alrededor ambiente será el niño. Encontramos, por
ejemplo que los emigrantes que vienen a nuestro país son diferentes de los hijos que tienen, y
que los hijos que tienen aquí, en América, son diferentes de los hijos engendrados en Europa.
Por ejemplo, los sicilianos de alargada cabeza engendran hijos que tienen una cabeza más
redondeada, y los judíos de redondeada cabeza engendran hijos de cabeza oval, mostrando así
la tendencia en todas las razas de amalgamarse, dando nacimiento a una nueva raza
americana.
Esos cambios no se producen absolutamente por accidente. Los grandes guías de la humanidad
siempre tratan de producir ciertas condiciones con objeto de crear determinados tipos, pues
únicamente en esa forma pueden desarrollarse las facultades que son necesarias para el
progreso del espíritu y hubo un tiempo en el que fue necesario para la evolución del Ego que
los hombres se casaran en familia. En ese entonces la humanidad no estaba ni tan desarrollada
ni tan individualizada como lo está actualmente. Estaban regidos por un espíritu familiar que
entraba en la sangre por medio del aire inspirado, ayudando así al Ego a dominar su
instrumento. Entonces la humanidad poseía lo que se conoce por segunda vista, y esa segunda
vista se encuentra todavía en los pueblos que han persistido en casarse en la familia, como por
ejemplo los escoceses de las montañas y los gitanos.
Pero era necesario que los hombres olvidaran el Mundo Espiritual durante un tiempo y que no
se acordaran de ninguna otra vida más que de la actual. Y con objeto de producir este cambio
de conciencia, los grandes guías tomaron ciertas medidas, siendo una de ellas la de prohibir
los matrimonios en familia, la engomada. Cuando leemos en el quinto capítulo del Génesis
que Adán vivió 900 anos y que todos los patriarcas vivieron siglos, eso no significa realmente
que las personas nombradas vivieran ellas mismas tan largo período de tiempo, sino que la
sangre que corría en las venas fue transmitida directamente a sus descendientes y esa sangre
contenía las imágenes de la familia, así como ahora contiene las imágenes de nuestras vidas
individuales, porque la sangre es el archivo de todas las experiencias. Y de esta manera los
descendientes de las familias patriarcales se veían a sí mismos como Adán, Matusalén, etc.
Por supuesto, con el transcurso de los siglos, esas imágenes se debilitaban gradualmente y
cuando la memoria de Adán se borró del todo de la sangre de sus descendientes directos se
dice que Adán dejó de vivir.
Conforme el hombre se fue individualizando más, tuvo que aprender a sostenerse sobre sus
propias piernas sin ayuda del espíritu familiar. Entonces se permitieron los matrimonios
internacionales y hasta se ordenó hacerlo, no permitiéndose más los matrimonios en la propia
familia. Eso mató la clarividencia. La ciencia ha demostrado que cuando la sangre de un
animal se inocula en las venas de otro animal, se produce hemólisis, o destrucción de la
sangre, de suerte que el animal inferior muere. Pero la introducción de sangre extraña, en
cualquier forma que se realice, mata siempre algo, si no la forma por lo menos una facultad, y
la sangre extraña introducida por el matrimonio mató la clarividencia que poseía el hombre
primitivo. Que esta afirmación de que la sangre extraña es destructora puede notarse en el caso
de los híbridos. Si se cruzan por ejemplo un caballo y una burra la cría es una mula, pero esa
mula no posee la facultad de la propagación, porque no está ni bajo el dominio del espíritu
colectivo de los caballos, ni del espíritu colectivo de los burros, y si se pudiera propagar el
resultado sería una raza nueva que no estaría bajo el dominio de ningún espíritu colectivo. La
mula no está tan desarrollada sin embargo para que pueda guiar su instrumento sin la ayuda
del espíritu colectivo y por eso se le niega la facultad de propagarse negándose el
espíritu~grupo a poner en ella el átomo simiente fructificador. Con la humanidad fue diferente
sin embargo. Cuando llegó al estado en el que se ordenó el matrimonio internacional había
llegado a un punto en la evolución de la conciencia del yo en el que podía dirigir su propia
barca y en el que debía dejar de ser el autómata de Dios convirtiéndose en individuos que se
gobernaran a sí mismos. Cuanto mayor es la mezcla de sangres tanto menos puede ser
influenciado el espíritu interno por los espíritus de la raza o de la familia que influenciaron a
sus antecesores. Así que se ofrece un margen mayor a un Ego en vías de renacer si nos
casamos con un extraño que si nos casamos con un primo.


 




 

 

 

 
 


 
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