A veces 
la semilla plantada necesita morir, también tus esperanzas más preciadas deben 
morir, antes de renacer para dar los frutos de una nueva vida y una nueva 
oportunidad.
 
Libro de Urantia. Pág. 555
 Debido a la tecnología que ha convertido al planeta 
en una aldea local, y que las noticias sólo destacan las cosas negativas, los 
actos terroristas y la violencia en todos loas ámbitos, pareciera a simple 
vista  que estamos empantanados, sin embargo los que nos consideramos hijos de 
Dios, sabemos que detrás de cada acontecimiento aparentemente negativo, está 
esperando una oportunidad positiva que nos permitirá crecer en amor y en 
sabiduría, siempre y cuando seamos nosotros quienes por medio de nuestro libre 
albedrío, le demos la oportunidad al tiempo, para que nuestras acciones 
positivas germinen y cambien el mundo, porque "la semilla debe morir para que se 
convierta en fruto"
 
 "Tu 
Padre celestial, al dotarte de la facultad de elegir entre la verdad y el error, 
creó el negativo potencial del camino positivo de la luz y la vida; pero tales 
errores del mal son realmente inexistentes hasta el momento en que una criatura 
inteligente los acepte mediante un acto equivocado, al seleccionar la manera de 
vivir. Esos males posteriormente son exaltados a la categoría de pecado, por 
elección consciente y deliberada de esa misma criatura obstinada y rebelde. Es 
por esto que nuestro Padre celestial permite que el bien y el mal marchen uno al 
lado del otro hasta el fin de la vida, así como la naturaleza permite que el 
trigo y la cizaña crezcan juntos hasta el momento de la 
siega.1429"
 
Las 
crisis de todo tipo, siempre han sido positivas para el ser humano, porque "las 
civilizaciones no son estables, porque no son cósmicas; no son innatas en los 
individuos de las razas. Deben ser alimentadas por las contribuciones combinadas 
de los factores constitutivos del hombre, la ciencia, moralidad y religión. Las 
civilizaciones aparecen y desaparecen, pero la ciencia, la moralidad y la 
religión siempre sobreviven la destrucción.196" como lo prueba la caída del 
imperio romano, las cruzadas, la revolución francesa, la inquisición y hasta las 
dos horrorosas guerras mundiales, lo cual nos enseña que después de todos 
los errores y tragedias, el hombre algo aprende y se hace un poco más civilizado 
y comienza a buscar a Dios y lo va encontrando, no tanto en los templos de 
cemento como en el fondo de su corazón, que es donde realmente está, porque "el 
Padre ciertamente mora en el Paraíso, pero su divina presencia también mora en 
la mente de los hombres.139" pues "Dios ama a cada criatura como a un hijo, y 
ese amor acompaña a cada criatura a lo largo de todo el tiempo y de la 
eternidad.1305"
 
yolanda silva solano