Es 
posible conocer técnicamente el hecho y sin ambargo errar completamente en 
cuanto a la verdad:
 
Linro 
de Urantia, Pág. 555
 
 
 
El 
mundo está como lo vemos porque todos sabemos mucho, pero prácticamos muy poco y 
por lo mismo las verdades que conocemos se convierten en letra muerta,  Por 
ejemplo Jesús recalcó cuatros grandes condiciones para obtener el perdón de Dios 
y poder entrar el Reino, ellas son:
 
1.-El 
hombre dispone realmente del perdón de Dios y lo experimenta en la medida exacta 
en que perdonas a tus semejantes.
2.- El 
hombre no perdona de verdad a sus semejantes, a menos que los ame como así 
mismo.
3.- 
Amar así al prójimo, es la ética más elevada.
4.- La 
conducta moral, la verdadera rectitud, se converte en el resultado natural de 
ese amor."1862 
 
¿Cuántas de ellas las practicamos en nuestra vida cotidiana?
 
El rencor y el 
resentimiento son elementos tremendamente destructivos en nuestra vida, porque 
nos anclan a algo negativo que nos impide tener alas para alcanzar la felicidad 
que todos debiéramos tener como hijos de Dios, Jesús "no dejó nunca de advertir 
a sus discípulos contra la práctica malvada de la represalia; no permitía 
la venganza, la idea de desquitarse. Deploraba guardar rencor. Desaprobaba la 
idea de ojo por ojo y diente por diente. Le desagradaba todo el concepto de la 
venganza privada y personal, y prefería asignar estos asuntos al gobierno civil 
por una parte, y al juicio de Dios por la 
otra"1580
 
Se ha hecho común la frase "perdono pero no 
olvido" lo cual es completamente  una falacia, porque perdonar es actuar como si 
nunca nos hubiesen herido, porque "cuando perdonas a tu hermano, estás creando 
de esa manera la capacidad para recibir la realidad del perdón de Dios por tus 
errores"1861
 
Nuestra vida sería mucho más alegre y feliz 
si cada noche lograrámos liberarnos de todos los sentimientos negativos hacia 
nuestros hermanos, porque de esta manera estaríamos haciendo espacio al amor y 
al perdón verdadero en vez de estar autoengañándonos creyéndonos espirituales 
porque rezamos o porque leemos el Libro de 
Urantia.
 
yolanda silva 
solano