Jesús vino a conocer en carne propia al hombre, para que el Supremo 
también lo pudiera conocer y entender, porque las partes e individuos del gran 
universo evolucionan como reflejo de la evolución total del Supremo.  Desde el 
punto de vista mortal, ambos son recíprocos, evolucionarios y experienciales.” 
1278
 
 Es 
maravilloso tomar conciencia que no estamos solos, no somos seres indefensos 
abandonados a nuestra propia suerte finita, somos parte del TODO y lo más 
extraordinario es ¡ qué nos necesitamos 
mutuamente.!  Dios 
y los hombres se necesitan mutuamente, se necesitan para el alcance pleno y 
final de la experiencia de la personalidad eterna en el destino divino de la 
finalidad universal. El reino de Dios está dentro de vosotros, fue probablemente 
la declaración más magnífica que Jesús hiciera jamás, después de la afirmación 
de que su Padre es un espíritu vivo y amante.” 2084
 
  Que esta 
Navidad, sea el momento de comprender el por qué, veneramos a Jesús niño desde 
un humilde pesebre. El no necesita del lujo ni de los oropeles para ser Dios, El 
necesita de nuestro renacer espiritual, que dejemos nuestras viejas costumbres, 
nuestra rutinas inconscientes y que tomemos conciencia que Dios habita en 
nuestro corazón y que está esperando ser incorporado a toda nuestra vida, no 
sólo a una porción de ella, porque “para aquel que conoce a Dios, no hay 
labores comunes, ni tareas seculares. Dedicad vuestra vida a la elevación de la 
tarea diaria y común. Mostrad a todos los hombres en la tierra y a los ángeles 
en el cielo, como alegre y valientemente el hombre mortal puede transformar toda 
labor terrenal, en un  servicio a Dios el 
Padre.”1960
 
 En nuestra 
cena navideña, en el momento de la entrega de regalos, tengamos presente estas 
verdades y brindemos junto a Jesús, por El y con El, no olvidemos que es su 
cumpleaños y renovemos nuestra plena confianza porque  “la paz se extenderá 
como un río y la gloria será como un torrente que fluye.  Sed pacientes y veréis 
la gloria de Dios, del mismo modo será para todos los que aguardan conmigo y 
aprenden así a hacer la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” 
1533
 
Que esta Noche, nuestra alegría, nuestra afectividad sea 
sincera, para que casi sin hablar seamos capaces  de ser como una velita 
encendida que guíe a nuestros hermanos al Pesebre y junto a ellos aprender de 
Jesús Niño todo lo mucho que él tiene que enseñarnos para que lleguemos algún 
día a ser perfectos como nuestro Padre de los cielos lo 
es.
 
De todo corazón amigos de mi alma y de mi corazón, les deseo 
una:
 
Feliz Nochebuena en compañía de Jesús y todos sus seres 
queridos.
 
yolanda silva solano