Cuando Jesús asumió su 
autootorgamiento fue para enseñarnos a cumplir la voluntad de nuestro Padre de 
los cielos, pero no mediante hechos extraordinarios, sino a través de la vida 
sencilla e igual a la de cualquier hombre de su tiempo, y en una ciudad pequeña 
como Nazaret en donde de niño jugó con otros compañeros de su edad y donde en la 
medida que creció aprendió el humilde oficio de carpintero, él pudo haber ido 
con los sacerdotes del templo para que lo instruyeran de una manera especial, 
pero prefirió enseñarnos a nosotros como acercarnos a la divinidad por medio de 
las tareas cotidianas.
 
" El Hijo del Hombre 
experimentó la entera gama de las emociones humanas que van desde la alegría más 
espléndida hasta la pena más profunda. Fue un niño alegre y un ser de raro buen 
humor; asímismo fue un «varón de dolores, experimentado en quebranto». En un 
sentido espiritual, vivió su vida mortal de abajo hacia arriba, del principio al 
fin. Desde un punto de vista material, podría parecer que escapó de vivir en los 
dos extremos sociales de la existencia humana, pero intelectualmente llegó a 
estar completamente familiarizado con toda la experiencia completa de la 
humanidad  1435"
 
Porque “la verdadera 
religión es amor vivo, una vida de servicio y lo aparentemente temporal y 
trivial, no debería destruir jamás el sentido del humor.  La religión genuina no 
quita nada de la existencia humana, sino que agrega nuevos significados a la 
vida entera”1101
 
Imitemos a Jesús, no 
busquemos lo extraordinario, ni las nuevas revelaciones, simplemente estemos 
conscientes de lo que hacemos, sin importar lo que sea, porque es esa conciencia 
de lo que se hace, lo que le da a nuestras acciones el significado y el valor 
agregado que nos servirá para la vida eterna.
 
yolanda silva solano