Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Fraternalmente unidos
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 General 
 Normas de convivencia en el grupo-- 
 Lee la Biblia aquí! 
 Biblia en Power Point 
 Conoce tu Biblia 
 La Biblia en ocho versiones 
 Recursos Teológicos 
 Estudios biblicos 
 Reflexiones- Hernán 
 Selección de pasajes Bíblicos- por Hernán 
 Biografías de hombres de la Reforma protestante- Por Hernán 
 Arqueología Bíblica (por Ethel) 
 Reflexiones 
 Jaime Batista -Reflexiones 
 Tiempo devocional-Hector Spaccarotella 
 Mensajes de ánimo--Por Migdalia 
 Devocionales 
 Escritos de Patry 
 Escritos de Araceli 
 Mujer y familia- 
 Poemas y poesias 
 Música cristiana para disfrutar 
 Creaciones de Sra Sara 
 Fondos Araceli 
 Firmas hechas-Busca la tuya 
 Pide Firmas 
 Regala Gifs 
 Libros cristianos (por Ethel) 
 Panel de PPT 
 Amigos unidos-Macbelu 
 Entregas de Caroly 
 Regala Fondos 
 Texturas p/ Fondos 
 Separadores y barritas 
 Retira tu firma 
 Tutos 
 Tareas HTML 
 COMUNIDADES AMIGAS 
 
 
  Herramientas
 
Tiempo devocional-Hector Spaccarotella: PARA NO MORIR
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: hectorspaccarotella  (Mensaje original) Enviado: 07/05/2013 13:32

 

PARA NO MORIR

 

Rom 8:27 al 39  y aquel que escudriña los corazones sabe cuál es el sentir del Espíritu, porque El intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios.

 Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito.

Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que El sea el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a ésos también llamó; y a los que llamó, a ésos también justificó; y a los que justificó, a ésos también glorificó.

Entonces, ¿qué diremos a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros?

El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos concederá también con El todas las cosas?

¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.

¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.

¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?

 Tal como está escrito: POR CAUSA TUYA SOMOS PUESTOS A MUERTE TODO EL DIA; SOMOS CONSIDERADOS COMO OVEJAS PARA EL MATADERO.

Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

 

Dos historias reales:

 

"Mamá, tengo mucha sed. Necesito beber algo."

 

Susana escuchó los ruegos de su hija, pero nada podía hacer. Ella y Gayaney de 4 años, estaban atrapadas debajo de un edificio derrumbado, formando parte de una masa deforme de toneladas de hormigón y acero. Eran víctimas de uno de los peores terremotos de Armenia.

 

Durante el terremoto el edificio de departamentos en que vivían en el quinto piso se derrumbó y cayeron en el sótano mientras alrededor de ellas se derrumbaba el edificio de apartamentos de nueve pisos.

 

"Mami tengo sed. Por favor, dame algo."

 No había nada que Susana pudiera darle.

 

Estaba atrapada acostada sobre su espalda. Un panel de hormigón armado que estaba por encima de su cabeza y un tubo de agua aplastado sobre su cabeza le impedían incorporarse. Tanteando en la oscuridad encontró un frasco de mermelada. Le dio a comer a su hija todo el frasco. El segundo día se acabó.

 

"Mami tengo tanta sed".

 Susana sabía que ella moriría, pero deseaba que su hija viviera.

 

Las dos permanecieron atrapadas durante ocho días.

Por causa de la oscuridad, Susana perdió la noción del tiempo. Debido al frío perdió el tacto en los dedos  de las manos y de los pies. Por causa de su imposibilidad de movimiento, perdió la esperanza." Solo esperaba que llegara la muerte".

 

Empezó a tener alucinaciones.

Un sueño misericordioso ocasionalmente la libraba del horror de su entierro, pero el sueño era breve. Siempre había algo que la despertaba: el frío, el hambre, o casi siempre, la voz de su hija.

 

"Mami tengo sed".

 

En algún momento de esa noche eterna, Susana tuvo una idea.

Recordó un programa de televisión acera de un explorador en el Ártico que se estaba muriendo de sed .Su camarada se cortó la mano y le dio a su amigo su sangre.

 

"No tengo agua, ni jugo de frutas, ni líquido alguno .Fue entonces que recordé que tenía mi sangre".

 

Con sus dedos adormecidos por el frío, tanteó hasta encontrar un pedazo de vidrio roto. Se hizo un corte en el dedo índice izquierdo y se lo dio a su hija para que lo chupara.

 

Las gotas de sangre no fueron suficientes. "Por favor, mami, más. Córtate otro dedo". Susana no tiene idea de cuantas veces se cortó. Sólo sabe que si no lo hubiese hecho, Gayanay habría muerto. Su sangre era la única esperanza para su hija.

Cuando conocí lo que vivieron susana y Gayaney me conmoví porque pensé en otra historia de hace 2000 años…

 

"Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre", explicó Jesús, levantando el vino. 

Eso que estaba diciendo Jesús era una absoluta locura. La declaración debe haber dejado perplejos a los discípulos . Seguramente se miraban unos a otros…

Ellos conocían la tradición, habían sido formados en la tradición oral desde su infancia y se les había enseñado la historia del vino que se usaba en la celebración de la Pascua.

Simbolizaba la sangre del cordero con que los israelitas, que 5000 años atrás eran esclavos en Egipto, pintaron los marcos de las puertas de sus casas. Esa sangre había alejado a la muerte de sus hogares y salvado a los primogénitos.

 

Durante miles de años los judíos habían conmemorado la Pascua sacrificando corderos. Cada año la sangre era derramada y cada año se celebraba la liberación de los egipcios.

La ley exigía el derramamiento de la sangre de un cordero. Eso bastaba.

 … Bastaba para cumplir con la ley. Bastaba para satisfacer el mandato .Bastaba para satisfacer la justicia de Dios. Bastaba para la recordación del paso hacia la libertad…

Pero no bastaba para quitar el pecado.

 

Hebreos 10.4 "Porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados"

 

Los sacrificios ofrecían soluciones temporales, pero solo Dios podía ofrecer la solución eterna.

Y eso, exactamente eso fue lo que hizo.

 

Bajo los escombros de un mundo derrumbado y caído a pedazos se atravesó las manos, los pies, se abrió el costado .

Sus hijos estaban atrapados, y el único camino  para saciar su necesidad de seguir vivos era dar su sangre.

Era lo único y más valioso que tenía. Sus amigos se habían ido .Su fuerza estaba menguando. A sus pies habían echado suertes para repartirse sus posesiones.

Incluso su Padre había apartado su rostro.

Su sangre era lo único que tenía.

Pero su sangre fue suficiente. Debió ser derramada hasta la última gota.

 

"Si alguno tiene sed", dijo una vez Jesús, "venga a mi y beba".

 

No nos resulta fácil reconocer nuestra sed.

Llega un momento en que nada nos satisface. Llega una hora oscura en la vida de cada uno en la que el mundo se derrumba y quedamos atrapados bajo el escombro de la realidad, muriéndonos de sed.

Lo sé porque estuve ahí. Porque ya no quería seguir.

Nuestros hijos, nuestros adolescentes y jóvenes son los que menos saben de reconocer los síntomas.

No tienen la experiencia porque nadie se los explicó antes. Porque nadie quiere hablar de eso. Porque la gente se averguenza de una muerte vergonzosa.

Porque los adultos aprendimos a disfrazar nuestros miedos.

Porque nos apartamos de aquello que nos asusta.

Y los chicos, pibes de 12 a 25 años, están muy solos. Demasiado solos.

La habitación llena de posters y la música que suena a todo volumen ya no es refugio.

El alcohol ya no da paz.

La locura de la droga es un engaño y cada vez hay que consumir más, porque después de cada dosis la sed es mayor.

La sociedad de sus padres no ofrece futuro.  No hay modelos que seguir. No saben para qué tienen que estudiar, no saben para qué tienen que trabajar. No tiene sentido.

Ya no creen en el matrimonio y no quieren traer al mundo a sus hijos porque no quieren que esos bebés vivan en un futuro lo que hoy están viviendo ellos.

¿Para qué seguir vivos? ¿Para qué?

¡Por favor, que alguien traiga una explicación!

 

¡Están gritando!

 

Y nadie la trae.

Todo se pone oscuro frente a sus ojos, no parece haber camino hacia adelante, sienten que están secos, que ya no podrán dar un paso más. Algunos preferieren morir en su desesperación.

No encuentran una razón para seguir vivos .

 

Otros, unos pocos, tuvieron cerca a alguien que ya conocía los síntomas de esa sed que nace en lo profundo de las entrañas, y pudieron ser instruidos de que ese vacío enorme en el pecho, esa sed desgarradora tenía solución, podía acabarse de una vez y para siempre.

Y ya nunca más tendrían sed.

Esos jóvenes tuvieron la oportunidad de que alguien les explicara que solamente tenían que reconocer ante el Padre que se estaban muriendo, que necesitaban ayuda, que aceptaban la redención que les era ofrecida… y con eso serían saciados y escaparían de una vez y para siempre de la muerte.

 

"Necesito ayuda".

 

Gritar al Padre con el corazón abierto que así ya no pueden seguir, que no pueden dar un paso más, que su alma está seca y que todo su ser se está cayendo a pedazos.

Gritar al Padre que se dan cuenta que la vida que llevan no les está sirviendo, que están asustados porque ven como a otros jóvenes les pasa lo mismo y no quieren terminar igual, con su cuerpo colgando de una viga o una columna de alumbrado.

Así vienen los sedientos.

Forman un grupo andrajoso, unidos por sueños rotos y promesas incumplidas .

Vidas que no tienen mañana.

Futuro que no existe en un mundo que parece acabarse también.

Familias que nunca funcionaron. Padres vivos que sin embargo los han dejado a ellos huérfanos.

Niños con los ojos abiertos de miedo, atrapados en los sótanos de nuestros propios fracasos.

 

Y están muy sedientos.

 

No tienen sed de fama ni de posesiones, no tienen sed de pasión ni de romance.

Necesitan PAZ.

Sienten que hasta ahora solamente estuvieron bebiendo agua salada en el desierto.

Agua que no sacia,  agua que mata.

 

Mateo 5:3 al 5  Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados.

Bienaventurados los humildes, pues ellos heredarán la tierra.

 

Quieren una oportunidad.

La posibilidad de empezar de cero.

No lo saben pero están rogando que llegue una mano y se introduzca en la oscura caverna de su mundo haciendo por ellos lo que ellos mismos  no pueden hacer: tapar un inmenso vacío en el centro de su pecho.

 

"Mami tengo tanta sed", decía Gayaney, según explicó Susana.

 

Entonces la mano fue cortada, la sangre derramada y la criatura salvada.

 

"Dios tengo tanta sed ", es el ruego de una generación de jóvenes que buscan al Padre entre cuellos clericales y sotanas, entre hombres con Biblias que hablan un lenguaje que no entienden, entre citas de un libro que parece muy leído pero poco practicado. Muy invocado pero poco actuado.

 

"Es mi sangre, la sangre del nuevo pacto", declaró Jesús, "derramada para librar a muchos de sus pecados".

 

Entonces la mano fue atravesada… la sangre derramada , y los hijos salvados.

Tenemos que encontrar la forma de que nuestros jóvenes encuentren el camino hacia Dios, en medio de la parafernalia de religiosidad de los adultos.

Tenemos que encontrar el camino para que puedan sentir la mano de un Dios vivo, auténtico, no contaminado por la estupidez humana.

Que puedan sentir su sed saciada por la sangre derramada hace 2000 años en el madero. 

 

Mateo 5:13 al 16  Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya para nada sirve, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.

Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar; ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa.

Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos 

 

Jesús te habla a vos y a mí.

¿qué vamos a hacer?

Solamente hay una cosa que NO tenemos que hacer y es quedarnos quietos. Nuestros jóvenes están muriendo de sed.

 

HECTOR SPACCAROTELLA          

tiempodevocional@hotmail.com

www.puntospacca.net

Inspirado en un texto de Max Lucado.



Primer  Anterior  2 a 2 de 2  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Dios es mi paz Enviado: 07/05/2013 14:58
 
 
Gracias hermano. Que tengas muy buen día!!  Araceli



 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados