REFLEXIÓN VIERNES 12 DE FEBRERO DE 2016
“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Jeremías 17:9.
En este versículo la Palabra de Dios se refiere, no al músculo que está en el centro de nuestro pecho y que palpita sin cesar de día y de noche, desde muchos meses antes que naciéramos, hasta el día que muramos. Más bien, se refiere ó hace referencia al ALMA, el SER INTERIOR, el lugar donde se anidan las emociones, los pensamientos, lo más profundo del ser, lo que lo mueve a pensar, a actuar, a tomar decisiones y a obrar.
Algunas personas toman sus decisiones y dirigen sus pasos de acuerdo, según ellos, a lo que les dicta el corazón. Pero, ¿Tendrá el corazón más razón que Dios en lo que debemos hacer ó no? En muchas ocasiones, por hacerle caso a nuestro corazón, hemos cometido muchos errores. Por hacerle caso a nuestro corazón, comenzamos negocios errados y relaciones nocivas. Todo porque confiamos que lo que nos dice el corazón, es lo más apropiado.
“No hay nada más engañoso que el corazón; no tiene remedio. ¿Quién lo entiende?” Jeremías 17:9. El actuar por nuestras corazonadas, hace que nos olvidemos que Dios y su palabra son mayores que nuestro corazón. Hacerle caso a nuestro corazón, es dejarnos guiar por nuestros instintos, es utilizar nuestra propia sabiduría, en lugar de la sabiduría y dirección de Dios. Cuando actuamos llevados por estos impulsos, por lo general tomamos decisiones que, a nuestro parecer, no son tan malas, pero que al final, darán como resultado una amarga experiencia.
¿Confiarías en alguien que quiere hacerte daño? ¿Te dejarías guiar por alguien que tiene como propósito destruirte? Creo que no lo harías. Esto es lo que hace el corazón del ser humano, guiarlo, la mayoría de las veces, a lo peor desdicha nunca antes deseada. Es tiempo de no confiar tanto en nuestro corazón y empezar a confiar y obedecer a nuestro Padre Celestial el cual conoce el pasado, el presente y tiene el diseño de nuestro futuro. Solo Él nos ayuda a tomar decisiones sabias.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial: ”Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis inquietudes. Dirige mi vida, mis decisiones y todo mi ser. Que no sea mi corazón engañoso el que me guíe, sino el anhelo de hacer tu voluntad, obedeciendo a tu palabra. Dame un corazón sabio y prudente que, en toda situación, busque tus propósitos. Te lo pido en el glorioso nombre de nuestro Señor Jesucristo.” Amén y Amén.
-FELIZ FIN DE SEMANA-
ARBEY SERNA ORTIZ