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General: Principios fundamentales de la concepción de democracia en cuba Parte I
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De: PrincipeNegro  (Mensaje original) Enviado: 13/09/2002 04:09
Principios fundamentales de la concepción de democracia en la sociedad cubana actual

Edith González Palmira

El tema de la democracia se ha vuelto recurrente para políticos y teóricos que pretenden, en el primer caso, legitimar el sistema político que defienden y desacreditar las experiencias esencialmente diferentes que se le oponen o sencillamente no conviene que se les reconozca su validez. En el segundo caso, también se ha incrementado la producción científica que analiza los procesos políticos concretos y aportan elementos para argumentar la necesidad de un modelo democrático que privilegie las fórmulas de democracia representativa o que potencien la participación popular o distribución equitativa del poder, en el mejor de los casos. 

En ese contexto, junto a los procesos globalizadores que abarcan la internacionalización del pensamiento liberal; el cambio del sentido de la transición socialista hacia el capitalismo en los países de Europa del Este y la antigua Unión Soviética; el "fin de la guerra fría (aunque para el caso cubano no ha cesado); y el incremento de la función hegemónica del imperialismo norteamericano en el mundo unipolar en que vivimos, se han intensificado los ataques al modelo democrático cubano. 

Teniendo en cuenta todos estos hechos, la argumentación de la significación positiva o valor de la democracia en Cuba cobra una gran importancia y actualidad. 

Junto a esto, la propia dinámica y tendencia de desarrollo del sistema cubano plantea la necesidad de su perfeccionamiento y de incrementar la eficiencia estatal, así como, la legitimidad de las instituciones y principios democráticos por los que se orienta la actividad política en Cuba. 

Otro elemento que aporta gran actualidad al tratamiento del tema de la democracia en Cuba es el hecho de que, la propia imagen de la democracia socialista está en formación y la misma debe perfilarse y perfeccionarse con la utilización de metodologías para el estudio de la realidad socialista y para las propuestas de su perfeccionamiento en este tema. 

De hecho, el sistema político cubano se ha ido perfeccionando y creando nuevas estructuras que pretenden acercar más al pueblo a la gestión de gobierno y lograr una mayor distribución del poder. Todo ello sobre la base de principios rectores que orientan el funcionamiento democrático de la sociedad en general y su sistema político en particular. 

Una precisión conceptual necesaria 

La democracia ha sido definida de muchas formas diferentes y cada definición enfatiza en uno u otro de sus aspectos (formal o sustancial), o en una u otra forma o esfera de la actividad humana (política, económica, social) en la que se desarrolla el proceso democrático. En nuestro caso nos referiremos a la democracia política y por ella entendemos una forma de organización y funcionamiento de la actividad política de la sociedad, cuyo rasgo fundamental es la distribución equitativa del poder con tendencia al autogobierno. 

Por su parte, la actividad política es aquella forma de actividad humana que se desarrolla a través de las relaciones de poder que se establecen entre dirigentes y dirigidos, entre una y otra parte de la sociedad y cuya actividad de toma de decisiones influye en la regulación de todo el conjunto de las relaciones sociales para garantizar fines e intereses de clases, grupos, individuos y naciones. 

La concepción democrática que exponemos se refiere a la democracia política, entendida ésta como un valor, o lo que es lo mismo, un proceso de significación positiva. ¿Qué quiere esto decir? La democracia como valor político es posible analizarla, al menos en tres planos fundamentales de su manifestación. Uno de ellos tiene que ver con la existencia o manifestación de la democracia como parte de la existencia real de la sociedad, es decir, como resultado de la relación entre los distintos procesos o acontecimientos de la vida política y la significación que para la sociedad en su conjunto estos tienen de acuerdo a sus necesidades e intereses. En otras palabras, la democracia como valor, en su dimensión objetiva. Esta es la significación social positiva que adquieren las dimensiones de la democracia política al formar parte real o potencial de la actividad práctica de los individuos.(1) Dicha definición apunta hacia el reconocimiento de la significación social que adquieren las instituciones del sistema político, las formas de ejercicio del poder, los derechos y libertades democráticas, la cultura política, los valores democráticos al incluirse en la actividad práctica de los hombres y para satisfacer intereses y necesidades genéricamente humanas. Sin olvidar el carácter clasista que esta posee. 

Cuando hablamos de significación social positiva nos referimos a aquella significación "que desempeña un papel positivo en el desarrollo de la sociedad y que, por lo tanto, está relacionada directa o indirectamente con el progreso social"(2) Pero con todo esto no termina el mundo de los valores. Si bien el valor en el plano objetivo se refiere a la significación social positiva, no todos los sujetos reflejan esta significación de igual forma. Ese proceso de reflejo se llama valoración y como resultado del mismo se conforma una imagen subjetiva del valor y se incorpora o no como parte de su sistema de valores. Con esto nos estamos refiriendo a la manifestación del plano subjetivo del valor

La democracia política como valor en este plano expresa la interpretación subjetiva de su significación social, el contenido de significación positiva que tienen las dimensiones o elementos de la democracia política para el sujeto dado de acuerdo a sus necesidades e intereses. 

Cada sujeto va constituyendo su propio sistema subjetivo del valor democracia, el cual puede o no corresponderse con el valor objetivo de la democracia ante todo en dependencia de la coincidencia de los intereses particulares del sujeto dado, con los intereses de la sociedad en su conjunto. 

Por otra parte debemos señalar que como existen múltiples sistemas subjetivos del valor, la sociedad sería un caos si no se organizara alrededor de un determinado sistema subjetivo de dicho valor. De ahí que resulte necesario reconocer la existencia de un sistema de valores instituidos o el valor en el plano instituido

Como señalábamos, la definición de un plano instituido parte del hecho real de que, de todos los sistemas subjetivos de valores que existen en la sociedad, siempre hay uno que se establece como orientador o normativo para toda ella. Este sistema es el resultado de la generalización, a través de determinados mecanismos de poder, de una o varias escalas de valores de los sistemas subjetivos de determinados individuos o grupos sociales. La democracia como valor en este plano expresa la valoración oficial de la significación social de las dimensiones de la democracia política, la cual y tiene la función de orientar, organizar y regular la vida de la sociedad de acuerdo a determinadas normas, principios, ideas, instituciones. 

Este sistema de valores se concreta en la ideología oficial y se puede reconocer en el discurso de quienes dirigen la sociedad y en los documentos y leyes reguladores de la vida social. Por este sistema de valores se diseña la política del país, se establecen las normas jurídicas, se reglamenta la vida de la sociedad en todas las esferas. Su difusión se realiza a través del discurso oficial, los medios de comunicación masiva estatales, la enseñanza de tipo estatal, la legalidad, etc. 

El contenido de la democracia como valor en este plano puede o no ser asumido e incorporado total o parcialmente por el sistema subjetivo de valores de los individuos, grupos o la sociedad en general en la medida en que estos se sientan representados por ellos. 

La definición de la democracia como valor en el plano instituido también puede o no corresponderse con la manifestación de la misma en el plano objetivo. La falta de correspondencia puede deberse a la diferencia de intereses entre el grupo de poder y la sociedad o a equívocos o insuficiencias en su establecimiento. 

En el presente trabajo nos referiremos al contenido de la democracia política en Cuba precisamente en este plano y lo haremos sólo señalando los principio o rasgos fundamentales que orientan su definición. 

Particularidades de la definición del contenido de la democracia como valor en este plano para el caso cubano. 

La definición de la democracia en Cuba tiene dos fuentes teóricas fundamentales. Una de ellas se refiere a la concepción socialista y marxista sobre democracia. La misma se ha configurado históricamente incorporando los mejores elementos de las concepciones sobre democracia de la humanidad y resaltando la especificidad de la política en la sociedad socialista. Esta última se destaca por su contenido social y el ejercicio del poder por parte de las grandes masas con tendencia a lograr el autogobierno. La otra fuente teórica es el pensamiento revolucionario cubano no marxista sobre política y democracia en el que se destacan las concepciones del guía espiritual de la Revolución cubana, el Apóstol José Martí, y cuyos fundamentos coinciden con la concepción marxista en cuanto a sus aspectos más emancipatorios. 

Otros elementos que le imprimen rasgos particulares a la definición de la democracia en este sentido y que no están presentes en otros países son los siguientes: 

Papel del Estado y el Partido Comunista en la vida socio-política y económica de la sociedad caracterizado por una incidencia directa en el desenvolvimiento de la misma. 

Carácter estatal de los medios de comunicación y la enseñanza. 

Existencia de un sistema de organizaciones de la sociedad civil que se ocupan de difundir este sistema de valores e incidir en las conductas de los individuos.

Como peculiaridad del caso cubano hay que señalar además que, las fórmulas de participación directa que se han utilizado en la discusión de problemas y la aprobación de documentos que se consideran oficiales para la regulación de la vida del país nos hacen reconocer que los rasgos que a ella se atribuyen en su desenvolvimiento son resultado del consenso y la incorporación de elementos de gran parte de los sistemas de valores individuales de la sociedad. 

Para caracterizar a la democracia en Cuba hoy es necesario partir del presupuesto de que el desarrollo del concepto y la práctica democráticas son una muestra del carácter dialéctico de todo proceso democrático en el que los elementos de continuidad, concreción histórica y superación se manifiestan inevitablemente. 

Como habíamos señalado, el contenido de la política o del modo de hacer política por los actores del sistema político determina el contenido de la democracia y en particular de la democracia política. Es por ello que, reconociendo ante todo el carácter social de la política dirigida a resolver el problema de las mayorías que gobiernan y defendiendo la nación con el concurso de esas mayorías, podemos decir que la democracia fue definida en esos mismos términos desde los primeros años de la Revolución Cubana. 

Una síntesis de esos rasgos fue formulada por el máximo líder de la revolución naciente tan tempranamente como en mayo de 1960. En discurso pronunciado por motivo del Primero de Mayo Fidel desarrolló los elementos apuntados, enfatizando que, ".... Democracia es aquella en que la mayoría gobierna... en que los intereses de la mayoría se defienden". También resume su concepto de democracia y de "gobierno realmente democrático" mencionando los derechos de que gozaría esa mayoría, los cuales sobre todo se referían al sustento, la cultura, el trabajo, la salud, la dignificación humana, la igualdad social, la defensa de la Patria, entre otros. (Castro, 1983:423) Con esta definición se destacan, especialmente, los elementos sustanciales de esta democracia, su identificación con los rasgos del nuevo orden social que tan intensamente se estaban materializando. 

Ya vendrían, más adelante, los años de la institucionalización que aportaron nuevos elementos de carácter formal o institucional a esta democracia junto a los pasos que se fueron dando para la organización de la sociedad civil y la militancia política en el país. 

Como quiera que este proceso ha sido analizado muy profundamente por otros autores, y que nuestro objetivo fundamental es el análisis de la democracia hoy, no nos detendremos en su evolución histórica. A estas razones hay que agregar la ya mencionada en cuanto al elemento de continuidad en el desarrollo de dicho concepto. 

Sin embargo, es necesario relacionar al menos las condiciones en las que se desarrolla el proceso democrático a partir de los años 90. Las mismas han influido de una u otra manera en la forma de desarrollo de la actividad política y en la definición de la democracia. 

Son condiciones particulares del período que analizamos (años 90), las siguientes: 

La agudización de la globalización neoliberal con sus procesos de internacionalización del capital y difusión de ideología liberal sobre democracia y sistemas políticos, la cual trata de imponerse en la práctica y los discursos internacionales. 

Esta situación se incrementa a partir del derrumbe del campo socialista y las consecuencias de descrédito al socialismo como sistema viable, así como, de la exhaltación de los mecanismos y "valores" capitalistas. Ello ha motivado la introducción de nuevas formas de enfrentar la confrontación ideológica interna y externa y la concreción de nuestros principios en esas condiciones, lo cual repercute en la forma de hacer política. 

La situación de Período Especial que enfrenta el país, la cual ha originado cambios en conceptos importantes como la propiedad, la introducción de nuevos mecanismos económicos y la transformación de las condiciones sociales. Por ello ahora la propiedad social convive con nuevas formas de propiedad; surgen nuevos actores económicos; hay más apertura a la inversión extranjera; aparecen desigualdades sociales antes no conocidas, se afectaron los niveles de logro de la justicia social por escasez de recursos y otros factores.16 Cambios en la vida espiritual de la sociedad y la afectación a los grados de credibilidad y apoyo a la ideología de la Revolución, aunque también hay nuevas formas de identificación con el proceso. Pensamos que esto incide particularmente en el logro del consenso que sigue siendo principio básico de la política en Cuba y mayoritario a favor de la Revolución. 

Repercusión de todas las transformaciones en las formas de hacer política aunque los principios sustanciales se han mantenido. De manera muy directa éstas han incidido en la definición de conceptos que se han materializado en documentos importantes de la vida política del país. Este hecho se convierte en otra de las particularidades a considerar, es decir, la reelaboración y aprobación de documentos básicos para el funcionamiento democrático.(3) Transformaciones relacionadas específicamente con el funcionamiento del sistema político entre las que se encuentran: redefinición de algunas de las funciones del Estado; organización y fortalecimiento del trabajo comunitario como espacio de participación y solución a los problemas; ampliación del trabajo del delegado al afrontar la solución de problemas que antes no existían o no lo eran tanto; instrumentación de los cambios referidos a la estructura y funcionamiento de los órganos estatales y en procesos como la rendición de cuentas y las elecciones, entre otros. 

Estabilidad mantenida a pesar de la crisis económica que atravesamos.(4)

Estas son algunas de las condiciones de repercusión a nivel de toda la sociedad en las que se manifiesta la democracia en Cuba y el funcionamiento en general de la actividad política. 

No podremos referirnos a todas las ideas que caracterizan el contenido de la democracia en Cuba en el plano instituido y mucho menos a los detalles de cada uno de los documentos rectores de la democracia política en Cuba. Sin embargo, trataremos de destacar las ideas o principios que consideramos rectores para su funcionamiento y definición en el discurso político y en dichos documentos. Son estas ideas las que se concretan en leyes y resoluciones, las que se exponen al pueblo para su educación política y las que se divulgan al exterior como la forma de democracia cubana. 

Rasgos generales y principios rectores de la definición de democracia en el plano instituido

.Relación democracia socialismo. 

Se identifican en el discurso político y la normativa del funcionamiento democrático los contenidos de ambos conceptos y se relacionan como partes de una misma práctica del orden social pues, "... No hay régimen más democrático que el socialista"(Castro, 1992:1-8) y "nuestro proyecto es socialista porque es verdaderamente revolucionario y por ser verdaderamente socialista es auténticamente democrático, profundamente popular"(Alarcón, 1995a:11). 

Esta relación se justifica aún más porque el rasgo fundamental del socialismo cubano se ha identificado con la justicia social, la cual es también considerada uno de los valores sustanciales de su democracia. Por esta lógica se ha definido que "...Sólo el socialismo como régimen político, económico y social podía aportar toda la justicia".(Castro, 1995a:4) Esto se asume, por supuesto, debido a los rasgos de humanismo, propiedad social sobre los medios fundamentales de producción, el papel determinante del sujeto en su desarrollo y otros que se le confieren a este tipo de sociedad.(5) 19 Es importante tratar en este aspecto que la idea de Socialismo en el período que analizamos se ha transformado debido a varias razones. Entre ellas, los cambios ocurridos en los países que construían esa sociedad; el derrumbe del campo socialista que, en gran medida hacía que el nuestro existiera; además debido a los cambios internos de la práctica política y económica de acuerdo a conceptos que antes no se concebían por la mayoría de los cubanos para un país socialista. Entre dichos cambios están la posibilidad de la inversión extranjera y el capital mixto, los nuevos tipos de propiedad, la posibilidad del paso del socialismo al capitalismo, la aparición de nuevos actores económicos y otros. 

Estas transformaciones, junto a otras ideas como la nueva visión de integración de los religiosos a la vida socio-política, el cambio en las relaciones con la emigración cubana, (sobre todo en Estados Unidos), han obligado al cubano a redefinir su propio concepto de Socialismo Cubano aunque los principios básicos se mantienen. No han faltado los que han considerado que ya no se construye, o los que se sienten defraudados o desorientados. Pero no pretendemos, por ahora, extendernos en un análisis sobre las características del socialismo cubano y los cambios con respecto a otras épocas así como a todas las consecuencias subjetivas y objetivas de los mismos. Sólo queremos hacer notar que ante la evidente relación en el discurso político entre Democracia y Socialismo y las transformaciones relacionadas con ese tipo de sociedades y su concepto, se ha hecho necesario fundamentar en dicho discurso el carácter de los cambios e influir en las conciencias individuales para su entendimiento.(6) Este tema no debe ser descuidado y mucho menos la exigencia, como voluntad política, de que los principios esenciales del socialismo se materialicen y se aprecien objetivamente. Esto, de hecho, hace menos necesaria su explicación verbal o en términos de aspiraciones. 

Es importante destacar que ese discurso político explicita la idea de mejorar o perfeccionar el socialismo asociada a aspectos que tienen que ver muy directamente con nuestra forma democrática de conducirse la sociedad y la actividad política. Así lo entendemos cuando se insiste en "mejorar el socialismo" pero sin destruir "los valores históricos del proceso revolucionario". Entre ellos se incluye al Partido; al Estado, su prestigio y autoridad, el gobierno y los valores morales. (Castro, 1991a:3) 

.Relación entre democracia, soberanía e independencia. 

Esta idea siempre se desarrolla en relación con los conceptos de pueblo, revolución y socialismo. 

Los conceptos de independencia y soberanía se han tratado como consustanciales al socialismo y la nacionalidad cubana. De la misma forma, son reconocidos como condición indispensable para ejercer el gobierno y desarrollar la sociedad Este rasgo es algo muy peculiar de la democracia en Cuba, como particular es también la política de los Estados Unidos hacia ella y la importancia que para el desarrollo de este país del Tercer Mundo posee la independencia política y económica. 

. La unidad como condición indispensable para el desarrollo de la democracia. 

La unidad del pueblo con su partido, el Estado y las organizaciones de la Sociedad Civil Socialista ha sido considerada condición indispensable para el desarrollo de la Revolución y sus tareas sociales. De hecho, se considera que, no hubiera sido posible enfrentar todos estos años los difíciles problemas que ante sí ha tenido la Revolución Cubana sin la cohesión entre todos esos elementos. Así lo ha reconocido la dirección del país, la cual ha declarado que, "contamos con organizaciones de masas, con el Estado socialista organizado, contamos con el Ministerio del Interior renovado y fortalecido; contamos con infinitas fuerzas... Pero contamos con la unidad estrecha, sólida e indestructible de todos los revolucionarios y la unidad estrecha, sólida e indestructible de nuestro Partido con el pueblo". (Castro, 1991b:2) Esta idea ha cobrado más importancia y fuerza en las condiciones actuales y así se refleja en el discurso político. No sólo se relaciona con el logro de resultados sociales sino de "batallas políticas" que mucho tienen que ver con los mecanismos democráticos. Tal es el caso de la argumentación de la necesidad de un solo partido que agrupe la fuerza de los que luchan por la Revolución, incluyendo a los religiosos desde 1992 y enfrentando la idea de creación de varios partidos alentada desde el exterior. 

También tenemos el caso de los períodos eleccionarios donde el principio de la unidad se convierte en argumento recurrente para el satisfactorio desenvolvimiento de dichos procesos. La necesidad del voto unido es explicado, por ejemplo, como una forma de mostrar esa unidad para el apoyo a la Revolución y la Patria. 

El discurso político apela a esos sentimientos patrióticos y de apoyo a la revolución para lograr el voto unido, lo cual es una muestra de confianza en los nominados porque "salen del pueblo" y "defienden la política que resuelve los problemas del pueblo", se evita la "competencia por los votos" y la "búsqueda incesante de la publicidad para así lograr que el voto "pueda fundarse en el mérito y la capacidad" y "no incurrir en la injusticia" de que no salgan los menos conocidos para poder garantizar la representatividad necesaria de todos los sectores de la sociedad. 

Además se argumenta que abrevia mecanismos que de lo contrario extienden y complejizan el proceso, aunque ésta no es la razón determinante. 

Hay que decir que, en el discurso político, sobre todo de los máximos dirigentes, los argumentos se explican con sumo cuidado y buscando el consenso del pueblo de forma consciente pues la convocatoria del voto unido "no es una ley sino una estrategia política" y se trata de un "problema de conciencia, no un problema de disciplina". En estos argumentos reconocemos el conocimiento de la distinción necesaria entre el hecho político y el técnico en el ejercicio del voto de los ciudadanos.(7) 

. Carácter eminentemente democrático de los aspectos más formales e institucionales de la democracia. 

Dentro de esta idea general e integradora se destacan los siguientes elementos: 

. El proceso eleccionario

En cuanto a este aspecto se declara que, "nuestro sistema electoral... como expresión y parte integrante de nuestra democracia es una de las conquistas fundamentales de nuestro socialismo, de nuestra Revolución, es una de nuestras conquistas irrenunciables, una de las conquistas que debemos salvar, que debemos defender y que debemos perfeccionar" (Alarcón, 1995b:45). 

Por ello se considera que, "nuestras elecciones" y "nuestro sistema electoral es el más democrático que exista hoy en cualquier lugar del mundo". 

Los argumentos que se usan para demostrarlo son:
1. La posibilidad de nominación y elección de cualquier ciudadano del pueblo sobre la base del mérito incluso para el órgano supremo del Estado que se dirige de forma colegiada. 

2. Las elecciones no dividen al país sino que lo une. 

3. No existe la politiquería, la demagogia, la compra de votos, ni la publicidad. 

4. Los elegidos no gozan de privilegios. 

5. Nominación por el pueblo y no por partidos. Utilización de comisiones formadas por representantes de las organizaciones sociales del pueblo y dirigidas por la Central de Trabajadores de Cuba. 

6. Voto libre. 

7. Todos los cargos electivos deben rendir cuenta y pueden ser revocados. 

Las elecciones son concebidas como un elemento más del proceso democrático y no se reduce a ellas su contenido. 

Todos estos rasgos están refrendados en los documentos políticos más importantes como son la Constitución de la República, (reformada en 1992), en su artículo 84 y en el capítulo XIV, artículos del 131 al 136, así como, en la Ley Electoral.



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