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General: Moción para un nuevo juicio (IV)
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From: Papiro  (Original message) Sent: 13/11/2002 00:44
Moción para un nuevo juicio (IV)

B. La atmósfera que rodeaba la selección del jurado, así como los sucesos subsiguientes, confirmaron que las "influencias externas" hostiles a la defensa impidieron la creación de un jurado justo e imparcial.

Ante la insistencia de la fiscalía de que el lugar debía seguir siendo Miami Dade, el tribunal del juicio se vio frente a la enorme tarea de procurar un jurado que reuniera los requisitos y laboró por siete días en ese fútil esfuerzo. El primer día se celebró una conferencia de prensa en la escalinata del tribunal, la cual fue convocada por los familiares de las víctimas que estuvieron presentes en la sala del tribunal durante el proceso de selección de los miembros del jurado. Se informó que se encontraban presentes varios posibles miembros del jurado. Cuando se enteró, el tribunal anotó en acta que "los familiares celebraron una especie de conferencia de prensa… ante las cámaras de televisión". (Vol. 1:111). Cuando después se le informó que se "observó a varios de los participantes en la selección del jurado hablando ante las cámaras y los medios de comunicación", el Tribunal reaccionó con resignación: "Pensé que les había dado una fuerte instrucción." (Vol. 3, Tr. 111) Antes de que se terminara el día, un posible miembro del jurado reveló que había un artículo periodístico sobre el caso en la sala de reunión del jurado. (Vol. 1:171) Aún más sorprendente fue la observación sin respuesta del abogado de la defensa de que el miembro #34 del jurado fue visto leyendo ese artículo en la sala del tribunal, precisamente cuando el tribunal estaba presentando el caso al posible jurado. (Vol. 2:196). El ex director regional de la Fundación Nacional Cubano Americana, virulenta organización que se opone a Castro, era miembro de ese grupo de posibles miembros del jurado; y aunque todavía se desconoce su conducta con sus posibles compañeros de jurado, su extraño comportamiento en la sala del tribunal fue un asunto que se registró en acta. El segundo día del proceso de selección de los miembros del jurado, uno de los abogados de la defensa llamó a la atención del tribunal "su mecimiento en la silla. Parece disgustado por algo", (Vol. 2:303) a lo que el fiscal añadió su propia observación de este extraño "pavoneo". (Vol. 2:565). Cuando fue llamado al estrado, sus respuestas hostiles a las preguntas del Tribunal provocaron que la asombrada jueza señalara que estaba "desconcertada por sus modales bastante inapropiados". (Vol. 3:308). Él fue excluido durante el próximo receso. A pesar de que el Tribunal hablaba de su preocupación acerca de que el actual grupo de posibles jurados hubiese estado "indebidamente expuesto a opiniones que afectarían a todo el grupo", no se hizo ninguna averiguación.

En la primera fase del interrogatorio, se reveló que más del veinte por ciento de los miembros del jurado eran exiliados o descendientes de cubanos. En ningún otro lugar los agentes del gobierno de Cuba enfrentarían la ira de un número tan grande de exiliados. De hecho, como dejan claro las declaraciones adjuntas de los peritos Brennan y Pérez, aunque ningún cubano estadounidense formó parte del jurado final, los miembros del jurado que no eran cubanos habían estado expuestos a la influencia dominante de los más de 30 años de propaganda que presenta a Cuba como un demonio, y esto trae como resultado actitudes y creencias más afines con las de sus vecinos cubanos que con los otros ciudadanos estadounidenses en relación con los temas centrales de este juicio. Véase la declaración jurada de Brennan, Documento de Prueba 4, la página 3.

No menos de 16 personas de las que comparecieron en la selección del jurado conocían personalmente a las víctimas del derribo de los aviones, a sus familiares o testigos. Con respecto a las cuestiones relacionadas con Cuba, Miami es una ciudad pequeña. Todos esos posibles miembros que comparecieron se mezclaron libremente con los demás miembros del panel. También estuvieron frente a frente a miembros de la familia de las víctimas que estaban sentados en la primera fila entre los miembros del FBI cuando los llevaron al tribunal. Solamente en Miami - Dade al testigo José Basulto, uno de los críticos más feroces del régimen cubano y activista que ha admitido cometer actos criminales contra ese Gobierno, se le concedió categoría de VIP en un aeropuerto público, según un posible miembro del jurado. (Vol. 3:375). Su frenética condena al régimen de Cuba se ha escuchado en la radio durante decenios, según relató otro miembro del jurado (Vol. 3:458). Y, como dijo el Fiscal estadounidense que llevaba el caso, solamente en Miami/Dade se celebraron "misas después del derribo de los aviones por toda la ciudad y muchas personas asistieron". (Vol. 3:535) Véase la Declaración de Lisandro Pérez, Documento de Prueba 5, página 10. Referencia a la observación: el derribo unió a la ciudad)

Solamente en Miami - Dade se erigieron monumentos en recordación de las víctimas del derribo. No sólo se cambió el nombre de una importante calle para honrar a una de las víctimas y se nombró a una plaza en honor de otro, sino que la propia sede del gobierno del Condado de Miami-Dade tiene un gran monumento o capilla en honor de una de las víctimas.

No hay que olvidar el papel desempeñado por los medios de difusión. La gran presencia de los medios de difusión en el juzgado no se disipó después de la conferencia de prensa del primer día y sus intentos de entrevistar a posibles miembros del jurado. Bien avanzada la segunda semana de selección de miembros del jurado, uno de los posibles miembros se quejó del acoso de los medios de difusión a la salida del juzgado. (Vol. 5:1026). Meses después, el 13 de marzo de 2001 el Tribunal se seguía quejando de la presencia de "cámaras que enfocaban a los miembros del jurado cuando salían del edificio". (Vol. 58:9005).

Tampoco se trataba de la forma inquisitiva usual en que los medios de difusión informan sobre un hecho de interés periodístico. Más bien, algunos elementos de los medios de difusión, en particular de la radio y la televisión de habla hispana, encabezaron la campaña de decenios de años para dar una imagen demoníaca de Cuba. Su función en la "cobertura" del juicio no era informar las noticias, sino crear un clima que garantizara la condena. Fueron estas mismas emisoras de radio y televisión en español las que fueron citadas por el fiscal de los Estados Unidos en el caso Ramírez por su abierta acumulación de odios y divisiones. En este caso, los medios incluso exhortaron a que se hicieran manifestaciones públicas fuera de la oficina del abogado de la defensa. Tampoco su impertinencia se limitó a acosar a posibles miembros del jurado, sino que también hicieron peticiones inusuales e injustificadas de información que, por lo general, no es de interés de los medios de difusión. (Por ejemplo, el Tribunal expresó preocupación acerca de la "tremenda cantidad de peticiones" sobre las preguntas del voir dire (proceso de selección de los miembros del jurado) antes de que las hicieran, evidentemente destinadas a informar a su público, incluidos los posibles miembros del jurado, acerca de las preguntas "antes del momento en que se las formulara el Tribunal".) (Vol. 3:625). También fue notable que pidieran los nombres de los miembros del jurado, cuando el juicio se acercaba a sus deliberaciones. (Vol. 103:14643).

Nada demuestra mejor el impertinente papel de las cámaras de televisión que su comportamiento durante la parte más delicada del juicio: las deliberaciones del jurado. Fue entonces que el Tribunal indicó que un miembro de su personal escuchó a tres miembros del jurado decir que "las cámaras los habían seguido… Los filmaron ayer y varios de ellos consideraban que los habían filmado hasta sus automóviles e incluso sus números de chapa". (Vol.104:14644). ¿Por qué los medios de difusión estarían tan interesados en un número de chapa? Al subrayar el temor que sentían esos jurados al deliberar, el Tribunal expresó sus "preocupaciones" no menos de tres veces: "Esto es algo dicho por ellos, estaban preocupados" (Vol.104:14645). "Varios de ellos opinaban que les estaban filmando las chapas de los automóviles, de modo que estaban preocupados". Id. "Es una preocupación que tienen." Id., en 14646.

Uno de los abogados de la defensa pidió que constara en acta que "Dos cámaras estaban afuera ayer, Canal 23 y Radio Martí," id., las dos estaciones activas en la campaña contra el Gobierno de Cuba. Los miembros del jurado que captó la cámara incluso salieron en la televisión la noche anterior. Id., en 14643). ¿Qué hacía que los miembros del jurado sintiesen tanto miedo? Los mismos hechos que hicieron que los abogados del juicio sintieran temor por su seguridad y la de sus familias. Nada puede poner en mayor peligro la seguridad de una persona o familia en Miami/Dade que estar asociado en alguna forma con el Gobierno de Cuba o sus seguidores. Como informó al Tribunal el abogado Blumenfeld, residente de la ciudad desde hace decenios: "Francamente, todos los abogados defensores comparten el temor personal por su propio bienestar cuando se les pide que defiendan a presuntos agentes del Gobierno cubano acusados de complicidad en el derribo de los aviones de Hermanos al Rescate." Véase D.E. 322 en la página 2). En audiencia pública, otros dos abogados, ambos con hijos en escuelas públicas, expresaron sus preocupaciones por el bienestar de sus familias debido a su participación en este caso. Véase el Documento de Prueba 1, trascripción de la audiencia antes del juicio del 26 de junio de 2000 en las páginas 30 y 72).

Esas preocupaciones no estaban fuera de lugar. En un informe detallado de seguimiento acerca del clima de libertades civiles en Miami, realizado por America’s Watch en 1994, los autores alertaron que cualquier criterio "que fuese más allá de esos límites (criterios anticastristas) podrían ser peligrosos para el orador". El columnista Jim Mullin catalogó más de 18 actos de violencia y amenazas por parte de fanáticos anticastristas ocurridos en la zona del Gran Miami en la década precedente al juicio. Para vivir en Miami uno tiene que cuidarse de no hacer ni expresar nada en público que pudiera considerarse que no es suficientemente anticastrista. Decenios de vehemente insistencia por la comunidad de exiliados para que Miami/Dade se avenga a su cultura política, respaldada por amenazas y violencia, ha dejado un temor indeleble en el resto de la comunidad.




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