Los haitianos que viven en Miami se han lanzado a las calles para protestar por el «racismo» con el que las autoridades inmigratorias tratan a los ciudadanos de raza negra. Y sus voces, que solicitan el mismo tratamiento que reciben los cubanos, comienzan a ser escuchadas por los representantes de los grupos negros de Estados Unidos. 

Ayer, el obispo Victor Curry, norteamericano de raza negra, dijo que Miami no puede admitir más las diferencias entre los cubanos y los haitianos. «La política de Estados Unidos tiene muchos defectos y siempre parece que se reduce a un asunto del color de la piel», dijo. 

Ignorados 

Los haitianos se quejan de que durante los casi dos meses de pulso entre las autoridades sobre la suerte de Elián, docenas de niños haitianos han llegado a las costas de Florida y han sido devueltos por el INS a su país, junto con sus padres -que les acompañaban en las barcas en las que querían llegar a territorio norteamericano- o solos, sin que nadie se interesara por su suerte una vez que regresan a Puerto Príncipe. 

El día de Año Nuevo, unos 400 haitianos y dominicanos llegaron a las costas de Florida después de una odisea por el mar en la que murieron 10 personas. Los pasajeros pagaron cada uno unas 800.000 pesetas para hacer el viaje de 1.000 kilómetros y terminaron ocultos en los bajos del barco, sin retretes y con poca comida. En la barca había unos 35 niños que han sido devueltos a su país, y algunos sin sus padres, que permanecieron detenidos en Miami. 

El miércoles, unos 3.000 manifestantes cortaron el tráfico durante una hora en la Pequeña Haití y en el Biscayne Boulevard y se pasearon con ataúdes abiertos en memoria de sus compatriotas que han fallecido haciendo la travesía desde la isla a Estados Unidos. 

«Muchos de ustedes ven a mi gente y piensan que somos pobres y feos», dijo Joseph Printdujour a un periodista de una televisión hispana que seguía la protesta. «Pero mi gente no es pobre, tenemos mucho espíritu y queremos que nos escuchen». 

Louisiane Valcourt, de 60 años, fue menos diplomática y aseguró que «consideran a los cubanos como personas y a los haitianos como animales». 

«Igual justicia» 

Los haitianos se sienten discriminados frente a los cubanos y solicitaron a gritos «igual tratamiento e igual justicia». Las leyes permiten a los cubanos que llegan a las costas norteamericanas permanecer en Estados Unidos. Sin embargo, los dominicanos, chinos y haitianos son detenidos y deben solicitar el asilo en este país bajo unos reglamentos mucho más estrictos que los que se aplican a las personas que escapan de Cuba. 

Los haitianos se quejan de que el INS no les autoriza en muchas ocasiones explicar su caso y defender ante las autoridades inmigratorias su derecho a permanecer en Estados Unidos porque su vida corre peligro en su país.

                                          SALUDOS REVOLUCIONARIOS

                                                             (Gran Papiyo)