No fue infamia de El Duende. Por: Max Lesnik.
Algunos colegas periodistas de El Nuevo Herald se molestaron ayer porque El Duende había dicho que el reportaje sobre Fulgencio Batista, que apareció el pasado domingo en ese diario miamense, era algo así como la primera piedra de un monumento a la reivindicación del repudiado ex dictador cubano. Y como algunos de ellos dicen que lo dicho por nosotros es una infamia, vamos a probar todo lo contrario reproduciendo la respuesta que le dimos a quienes dicen que El Duende calumnia cuando afirma que El Nuevo Herald quiere limpiar a Batista de todas sus culpas, presentándolo como algo distinto a lo que en realidad fue. Esta es nuestra respuesta.
âCualquier profesional del periodismo sabe que de los reportajes en la prensa ,lo que lee el 90 % de los lectores , son los titulares y los pies de las fotos que acompañan el material informativo. El resto de los lectores, ya impresionados por los titulares y los pies de las fotos, poco caso le hacen al material de lectura. De ahí es que El Duende saca la conclusión de que el reportaje de El Nuevo Herald sobre Batista es como la primera piedra de un monumento a la reivindicación.
Vamos a las pruebas de lo que digo. El Primer titular dice. "Despierta singular interés en vida y obra de Batista". Sub título : âFulgencio Batista Zaldívar, la figura política que más influyó en la época republicana de Cuba, ha comenzado a ser reexaminado históricamente medio siglo después de que Fidel Castro lo sucediera en el poder". Más probatistiano no puede ser esa introducción al reportaje.
Primer pie de foto: âFulgencio Batista a principios de la décadas de 1940. Batista ha comenzado a suscitar interés de los historiadores. En realidad, es una de las figuras más complejas y menos comprendidas de la reciente historia latinoamericanaâ. ¿No es eso una toalla a Batista?
Segundo pie de foto: âFamiliares y amigos recuerdan a Fulgencio Batista como un hombre jovial, con una gran sed de conocimiento y una notable comprensión de los fenómenos históricos. En la foto, con sus cuatro hijos en fecha y lugar indeterminadosâ. Más humano y familiar no puede escribirse de él.
Tercera foto del reportaje. Dice su pie: âUna escena hogareña de Fulgencio Batista y su esposa Martha Fernández, probablemente en la década de 1950â´. ¿ Por qué no insertan una foto con Ventura y Carratalá con quienes tenía constantes reuniones para discutir los llamados planes de contingencia?
Cuarta foto que dice abajo: âBatista arriba a Miami en visita en diciembre de 1942â.
Si eso no es batistianismo a lo descarado, que venga Dios y lo vea.
Pero dicen en El Nuevo Herald que lo que publicó El Duende es una infamia. Y yo respondo diciendo que lo que sí es una infamia es tratar de reivindicar a Batista a estas alturas, como parece ser la intención no tan oculta del reportaje de El Nuevo Herald.
Y por último, aceptando que El Duende tuvo â mala lecheâ como dicen los españoles en la nota publicada sobre el reportaje reivindicador de Batista. A eso hay que decir que para una otra, ya que lo que es igual, no es trampa.
Y ahora me despido de los colegas de El Nuevo Herald con el clásico âSalud, salud, saludâ, que dicho sea de paso, no es frase original de Batista sino de Vladimir Ilich Lenin, que el sargento del 4 de septiembre y el Diez de Marzo copió como despedida en sus discursos, que repetía y repetía cuando era amigo y protector de los camajanes comunistas cubanos estalinistas , cuyos herederos son hoy, proclamándose antifidelistas, los que en su mayoría nutren la disidencia en Cuba y que por lo visto, aquí han pactado de nuevo con los batistianos para controlar, eso que llaman, el exilio de Miami. Y en eso estamos.
Les habló para Réplica de Radio-Miami, Max Lesnik.