P: "¿Cuánto de provocación por su parte hubo en la entrevista al periodista español Federico Jiménez Losantos?. ¿Realmente le gustaría ver colgando a Fidel Castro?".
RJaime: "Me encantaría que Cuba sea libre y que los hermanos Castro y su pandilla de facinerosos sean enjuiciados y condenados por los crímenes abominables que han cometido durante medio siglo. Ver a Fidel y Raúl colgando como colgaron a Hussein me provocaría inmenso deleite, un júbilo enorme. ¿O cuando murió Franco no salieron los españoles a celebrar en las calles con cava y champagne?. ¿Qué de moralmente reprobable tiene desear la muerte de un dictador cruel y malvado, que ha conculcado las libertades de su pueblo y le ha hecho tanto daño? Yo estaría encantado de que Dios se apiade de los cubanos y los padecimientos anales de Fidel y lo lleve a su seno. Y si los españoles vivieran en Cuba oprimidos, muriéndose de hambre, leyendo un solo diario y viendo una sola televisora y sufriendo al ver cómo se prostituyen sus hijas, seguramente también desearían la muerte del tirano".
P: "¿Comparte la inquina que tiene este periodista por el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que en parte tiene que ver con políticas de ampliación de derechos sociales como la ley de matrimonios homosexuales".
RJaime: "No. Discrepo en esto con mi buen amigo Federico. Yo hubiera votado por Zapatero y no por Rajoy y creo que Zapatero ha sido admirable y heroico en su defensa de los derechos de los minorías sexuales, a pesar de la oposición de la iglesia católica y parte del PP y las señoras de alta sociedad, muy beatas y muy bien peinadas todas por peluqueros gays a los que adoran".
P: "¿Tendría cabida un programa de Jaime Bayly en la COPE (emisora de radio propiedad de la Conferencia Episcopal Española)?".
RJaime: "No. Yo detesto a los curas, a los obispos, a los cardenales, al Papa. Me parecen unos impostores y unos farsantes. La abstinencia es la peor de todas las perversiones sexuales. Así como me gustaría ver morir a los dictadores y a los enemigos de la libertad, también me encantaría que Dios se lleve a toda la cúpula vaticana y que los Estados sean laicos, como en España, y no financien o subsidien a ninguna confesión religiosa, lo que me parece una injusticia grotesca con los contribuyentes de otras religiones, agnósticos o ateos".