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General: exfuncionarios de uribe vinculados a procesos : un lunar que crece .
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Da: Ruben1919  (Messaggio originale) Inviato: 20/07/2011 14:46

Exfuncionarios de Uribe vinculados a procesos: un lunar que crece



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Da: Ruben1919 Inviato: 05/09/2012 23:10

Magistrado pide indagar al general (r.) Mora por asesinato de Garzón

Por: | 1:13 p.m. | 05 de Septiembre del 2012

 
 

Decisión se dio en Justicia y Paz en la audiencia de formulación de cargos contra 'Berna'.

El magistrado de Justicia y Paz, Olimpo Castaño, pidio a la Fiscalía que indagara supuestos nexos de los generales (r.) Jorge Enrique Mora Rangel y Harold Bedoya por el asesinato del humorista y periodistas Jaime Garzón.

Según el portal Verdadabierta.com, la decisión se conoció en la audiencia de formulación de cargos contra el exjefe paramilitar 'Berna', que se llevó a cabo en Medellín.

Castaño aceptó la solicitud de la defensa de la familia de Garzón, en la que le solicitaba la investigación a Bedoya y Mora, este último nombrado negociador por el Gobierno para los diálogos de paz.

El portal, especializado en el tema de paramilitarismo, afirma que el fiscal 45 de Justicia y Paz, Jairo Chavarro, se comprometió con el magistrado a indagar.

En la audiencia se le imputó 32 hechos a 'Berna', entre ellos los asesinatos de Garzón y los investigadores del Cinep. Mario Calderón y Elsa Alvarado, así como la masacre de San José de Apartadó y el secuestro de la exsenadora Piedad Córdoba.


Rispondi  Messaggio 119 di 237 di questo argomento 
Da: Ruben1919 Inviato: 06/09/2012 18:27

“Del Río mantenía informado a Uribe”: excoronel Velásquez

 
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Verdad abierta

 

Este exoficial asegura que otros militares deben responder por la omisión en los crímenes de los paramilitares en Urabá. Dijo que el entonces gobernador Uribe sabía todo lo que hacía Rito Alejo del Río.

 

El ex coronel Carlos Alfonso Velásquez Romero no era un oficial de inteligencia cualquiera. Antes de llegar a la subregión del Urabá antioqueño había integrado el Bloque de Búsqueda en Cali y fue uno de los primeros en encontrar las pruebas de los aportes de narcotraficantes del Valle del Cauca a la campaña del entonces candidato a la Presidencia de la República, Ernesto Samper Pizano. Así que su experiencia, capacidad de trabajo y credibilidad no estaban en duda.


A la Brigada XVII del Ejército, con sede en el municipio de Carepa, Urabá antioqueño, y con jurisdicción en buena parte del norte del Chocó, llegó el entonces coronel Velásquez Romero. Corría el mes de junio de 1995. Su cargo: Segundo Comandante y Jefe de Estado Mayor. Para ese año el comandante de la guarnición militar era el general Víctor Álvarez Vargas.


Seis meses después, Álvarez Vargas sería trasladado y reemplazado por el también general Rito Alejo Del Río, el oficial condenado a 25 años de prisión por su responsabilidad en el homicidio del campesino Marino López Mena, perpetrado por paramilitares de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu) el 27 de febrero de 1997.


Con la llegada de Del Río a esa unidad militar, comenzó a tejerse una historia siniestra en la relación de sectores del Ejército con las Accu que ensangrentaría al Urabá antioqueño y chocoano. Del comienzo de esas nefastas relaciones, el coronel Velásquez Romero fue el primero en alertar a los altos mandos, dirigidos por el general Harold Bedoya Pizarro, comandante del Ejército. Sus denuncias no tuvieron eco y, contrario a toda lógica, fue retirado de las Fuerzas Militares.


VerdadAbierta.com habló con el ex coronel Velásquez Romero quien contó lo que vivió en Urabá, el motivo de sus denuncias y los detalles que en esa época fueron negados, pero que a través de la condena al exgeneral Del Río quedan plenamente corroborados.

 

VerdadAbierta.com: Cuando usted llegó a Urabá, las Accu habían comenzado su proyecto de expansión. Desde su nuevo cargo, ¿cómo se observaba ese fenómeno?


Coronel Carlos Velásquez: Cuando llegué una de las primeras cosas que empecé a detectar fue que los paramilitares de Castaño habían decidido estar en el Eje Bananero, que es el área más poblada de Urabá, y sacar a todos los que ellos consideraran de las Farc y sus auxiliadores. El propósito era quedarse para controlar. Antes de eso, generalmente llegaban a ese sector, incursionaban, hacían alguna bellaquería, y se regresaban al norte de Urabá y a Córdoba. A partir de junio de 1995 detecté que llegaron con la decisión de quedarse ahí a sangre y fuego.


VA: Ese propósito le implicaba a las Accu logar algunos acuerdos con el Ejército y la Policía. ¿Percibió algo al respecto?


CV: Con el tiempo me di cuenta que eso fue así. Estaba recién llegado cuando ocurrió la primera masacre que hubo en Chigorodó, conocida como El Aracatazo, y me había tocado ser comandante encargado porque el general Álvarez Vargas había viajado. Al día siguiente de esa masacre, me llamó un excompañero de curso, un mayor retirado de apellido Visbal, que había sido Segundo Comandante de Del Río en un batallón del Magdalena Medio. Me dijo, inicialmente, que lamentaba lo de la masacre de Chigorodó, que yo no acababa de salir de un problema, haciendo referencia al Bloque de Búsqueda de Cali, para meterme en otro, pero que él estaba dispuesto a ayudarme y que si lo autorizaba a darle el número celular a un informante clave que me ayudaría a dilucidar lo de la masacre. Yo lo autoricé.


Como a la media hora me llama alguien, identificándose con algún número que no recuerdo, y me dijo: “nosotros somos los que trabajamos en equipo con ustedes, en oportunidades nos llamamos ‘primos’”. Yo le respondí: "conmigo no tienen nada que hacer, no vuelva a llamar, hasta luego y punto". Entonces yo ya vi que el asunto era de búsqueda de los paramilitares de hacer alianzas con el Ejército, pero también empecé a presentir que dentro de las tropas había personas que ya estaban cooptadas por ellos.

 

VA: ¿Pero serían de menor rango esos hombres?


CV: Los tipos trataron de irse directamente conmigo que era en ese momento el Comandante de la Brigada encargado, pero supongo que entre hombres de menor rango habrían hecho ese tipo de llamadas antes.

 

VA: ¿Cómo sentía a los empresarios bananeros y ganaderos en aquellos años?
 

 

CV: Yo los presentía a ellos muy del lado de los paramilitares. Con lo que decían y pedían yo intuía su posición y me distancié. Mis relaciones eran más con la gente de las alcaldías, concejos y comerciantes medianos.

 

Llegada de Del Río a Urabá

 

VA: Usted no aceptó esas llamadas, que presume eran para lograr acuerdos, y llegó Rito Alejo Del Río como Comandante de la Brigada. ¿Qué cambios se dieron?
 

 

CV: Con el general Álvarez Vargas habíamos implementado una estrategia que consistía en volcar el mayor esfuerzo de las tropas sobre las áreas pobladas del Eje Bananero y se concentraran en hacer anillos de seguridad disuasivos y móviles; lo fundamental era evitar que hubiera masacres, vinieran de donde vinieran, no importaba si eran de guerrillas o paramilitares. La orden fue proteger a las poblaciones y actuar como si fuéramos policías, porque en esa época la policía era insuficiente. Y empezó a funcionar esa estrategia bastante bien, disminuyeron las masacres y los homicidios.


En diciembre de 1995 llega Del Río y a mí me dice el mando militar que siguiera de Segundo Comandante para ayudarlo con la estrategia que se venía implementando y darle continuidad. Pero lo primero que hizo fue cambiar esa estrategia y mandar la tropa a buscar guerrilla en el monte. Yo le decía que estábamos dejando las poblaciones desprotegidas y él me respondía que eso era problema de la policía.


VA: ¿Las estrategias de los paramilitares en el Eje Bananero también cambiaron?
 

 

CV: Parecía que los paramilitares quisieron no llamar la atención como en 1995 con las grandes masacres de ese año. A partir de la llegada de Del Río detecté que los homicidios aumentaron, pero con una peculiaridad: eran uno y dos todos los días, para no llamar la atención, pero mataban más gente.

 

VA: ¿Al respecto, qué reflexiones se hacían en las reuniones de comandancia?
 

 

CV: En reuniones de Estado Mayor le preguntaba al General, por ejemplo: "¿Qué debe hacer un comandante de batallón en el hipotético caso de que reciba una información que en tal parte hay guerrilla y en otra paramilitares, pero sus tropas son insuficientes?" Del Río respondía que había que atacar a la guerrilla y que si en el camino estaban los paramilitares les dieran también. Yo esperaba que dijera que debería pedir refuerzo para atacar los dos objetivos.
Con el paso del tiempo y con las confesiones en Justicia y Paz, me di cuenta que lo que hacía Del Río era informarles a los paramilitares dónde había y dónde no había tropa, para que ellos actuaran. Eventualmente, ellos le decían que quitara las tropas de tal parte y Del Río disimulaba cualquier cosa y las quitaba. O sea, que podía cumplirse lo que él le había dicho a la gente en reuniones del Estado Mayor: se opera contra las guerrillas y si por el camino se encuentran los paramilitares también les dan, sabiendo que no se los iban a encontrar.


Informe cuestionado

 

VA: ¿Cómo surge el informe que usted le presenta al entonces Comandante del Ejército, General Harold Bedoya Pizarro, y que fue entregado el 31 de mayo de 1996?
 

 

CV: El informe lo paso a raíz de una inspección que hizo a la brigada el general Manuel José Bonnet Locarno, quien para esa época era el Inspector General para las Fuerzas Militares. Yo le dije verbalmente lo que estaba pasando y me preguntó que si tenía pruebas, yo le respondí que tanto como pruebas no, porque esa no es una función del Segundo Comandante de una brigada, pero sí muchos indicios y documentos que podían sustentarlos, para que alguien con autoridad sobre el general Del Río investigara. Me dijo que pusiera todo por escrito y lo llevara a Bogotá. Eso fue a mediados de mayo de 1996.

 

VA: ¿Qué pasa después de que el Comando del Ejército conoce su informe?
 

 

CV: Yo llevo el informe a Bogotá, me quedo trabajando ahí, y comienza la investigación. Se desarrolla en el segundo semestre de 1996 y la condujo el Inspector General del Ejército, general Norberto Adrada, por delegación de Bedoya. Pero eso no fue una investigación. Desde el momento en que me llamaron a ratificar el informe me sentía en indagatoria. Esa investigación interna concluyó que yo era desleal, mentiroso y recomendaba llamarme a calificar servicios, como en efecto sucedió. Salgo entonces del Ejército el 1 de enero de 1997.
 

 

VA: ¿Instauró demanda contra el Estado por esa llamada a calificar servicios?
 

 

CV: Sí, una demanda de tipo administrativo para eliminar el acto administrativo con el cual me dieron de baja. Francamente no le puse mayor interés a esa demanda, se la entregué a los abogados, ellos manejaron el asunto. En primera instancia fue aprobada por el Tribunal de Cundinamarca, pero en la segunda instancia, ante el Consejo de Estado, algo pasó. A mí me explicaron que el mensajero no vio una cartelera que decía que en tal fecha se debía presentar algún documento, y no se pudo seguir la segunda instancia. Ahí murió la demanda. Yo sospeché que Del Río se enteró e hizo algo por allá, pero eso ya es letra muerta.

 

VA: ¿Cuál fue el impacto de su destitución?
 

 

CV: Me dije que eso no podía seguir así y decido hacer pública la historia en los medios de comunicación. Eso empezó a salir como el 7 u 8 de enero de 1997 en Semana, revista Alternativa, El Colombiano y noticieros de televisión. Recuerdo que Juan Manuel Santos ayudó a que ese tema saliera en primera página en El Tiempo. Uno de los mensajes más bien logrados, periodísticamente hablando, fue uno de los resaltos en un artículo que publicó Semana que decía: “el coronel no hace la denuncia porque lo echaron sino que lo echaron por denunciar”. Eso fue noticia como por quince días. Era la primera vez en la historia que un coronel se veía en esa situación y hacía ese tipo de denuncia. La noticia no era cualquier noticia.

 

VA: ¿Sabe que pasó con su informe? ¿Dónde puede estar ahora?
 

 

CV: El informe que yo presenté al Ejército se perdió. Como figuraba en todas partes, un juzgado lo pidió al Comando del Ejército, y el Ejército respondió que no lo encontraba por ningún lado. No se me haría raro que un tipo como Bedoya lo hiciera perder cuando se dio cuenta que la cosa era en serio.

 

De homenajes y responsabilidades

 

VA: En diciembre de 1997 el entonces gobernador de Antioquia, Álvaro Uribe Vélez, le hace un homenaje al general Rito Alejo Del Río y lo condecora. ¿Usted cree que él no sabía nada sobre el oficial en ese momento?
 

 

CV: El Gobernador tuvo que haberse enterado, por lo menos cuando lo hice público en enero de 1997. Y no hizo nada, hasta donde sé. Un gobernador no es mando de Brigada, pero perfectamente puede llamar al Comandante del Ejército, al Presidente de la República o al Ministro de Defensa y solicitar, ante la gravedad de la denuncia, por lo menos el traslado del oficial. Es lo mínimo que un gobernador debería haber hecho. Pero no pasó nada. Uribe ha sido tan obsesivo con la guerrilla que se le nubla la mirada y no ve las cosas claramente.

 

VA: ¿Había mucha interlocución entre la Gobernación de Antioquia, en materia de seguridad, con la Brigada XVII del Ejército, cuando estaba al frente Álvaro Uribe Vélez?
 

 

CV: Claro. Uribe realizaba una reunión en la Gobernación, no me acuerdo si era cada quince días o cada mes, con todos los estamentos de seguridad, y el Comandante de la Brigada de Urabá viajaba allá la víspera para estar a las 7 de la mañana en esa reunión. Del Río mantenía informado a Uribe de todas las cosas.

 

VA: En 1999 vuelve y se le hace un homenaje, esta vez nacional, al general Del Río. ¿Usted qué pensaba al respecto?
 

 

CV: Yo traté de hablar con quien tenía más o menos cercanía en ese momento, que era Fernando Londoño Hoyos, para decirle que cómo se les ocurría eso, que eso era seguir deslegitimando al Ejército con ese tipo de homenajes. Eso fue lo único que pude hacer.

 

VA: Quien también ha elogiado públicamente al ex general Del Río es el también ex general Harold Bedoya. ¿Usted por qué cree que este alto oficial actuaba de esa manera?
 

 

CV: Yo creo que el general Bedoya ha sido tan obsesionado contra la guerrilla que cree que el paramilitarismo es algo que se justifica contra ella.

 

VA: ¿Usted cree que con lo ocurrido en Urabá, durante la comandancia de Del Río en la Brigada XVII, tienen algún tipo de responsabilidad algunos ex generales de la República que hoy gozan de buen retiro?
 

 

CV: Es una responsabilidad por lo menos de omisión. Yo a Harold Bedoya le entregué el informe completo, él sabía quién era yo, cuál era mi carrera militar y conocía lo del proceso 8.000. Al final, cuando me notificó el resultado de la investigación, me dijo: “hombre Velásquez, es que cuando uno pasa un informe de estos debes tener pruebas contundentes”. Le dije: “mi general, me da mucha pena, pero un Segundo Comandante no debe estar buscando pruebas contundentes. Por eso pasé el informe, para que ustedes investigaran, porque tenían autoridad sobre Del Río. Les di suficientes elementos de juicio, entonces no venga a decir que faltaron pruebas contundentes”. También le dije: “me preocupa la legitimidad del Ejército y eso es responsabilidad suya”. Eso fue lo último que hablé con él.


Yo decía que lo mínimo que había que hacer era trasladar a Del Río de Urabá. Paradójicamente esa Brigada siempre había sido muy dura y los comandantes duraban, máximo, un año. Y Del Río se quedó dos años. Además, la Operación Génesis se hizo en enero de 1997; o sea, a sabiendas de que había problemas con Del Río. Es ahí la responsabilidad histórica de un Comandante del Ejército y de un Gobernador.

 

VA: ¿Hoy, tantos años después de su informe y frente a la condena que le impuso un juez al ex general Del Río por el asesinato de un campesino, qué piensa?
 

 

CV: Que la justicia cojea pero llega. Pero ahí falta todavía. El proceso inicial contra Del Río era por conspiración para delinquir con los paramilitares, y tengo entendido que mis declaraciones públicas en los medios sirvieron para que la Fiscalía me llamara a declarar. Después, se abrío un proceso en su contra y lo llevó a la cárcel, pero salió por un habeas corpus.
Ese proceso fue precluido en el 2001 y quien lo manejó fue el fiscal delegado ante la Corte Suprema de Justicia, Guillermo Mendoza Diago. Lo precluyeron, es decir, no es ni culpable ni inocente, porque no hubo más pruebas para continuarlo. Después, cuando en Justicia y Paz comenzaron a nombrar nuevamente a Del Río, la Corte Suprema de Justicia ordenó reactivar ese proceso. No sé en qué estará, pero ese proceso sigue caminando.
 

 

VA: De haber frenado al general Del Río, tal como usted lo sugirió, ¿qué hubiera pasado en Urabá y en el país frente al fenómeno paramilitar?
 

 

CV: Urabá hubiese sido un laboratorio interesante para lograr la pacificación del país. Con Del Río, se volvió un laboratorio, pero al contrario. Un laboratorio en el que se dijo: el paramilitarismo sí da resultados. Si se mira cronológicamente, después de esos años (1995 y 1996), el paramilitarismo empieza a reproducirse en Mapiripán, Putumayo, Cundinamarca. Se mete a todas partes. Donde se frene desde Urabá, otra hubiera sido la historia del país frente al paramilitarismo.

 

VA: Después de todo lo que le ha ocurrido, ¿no se arrepiente de lo que hizo?
 

 

CV: No, señor.

 

Verdad abierta, 30 de agosto de 2012


Rispondi  Messaggio 120 di 237 di questo argomento 
Da: Ruben1919 Inviato: 06/09/2012 23:14

Corte abre nuevo capítulo de la parapolítica en la Costa Caribe

Por: | 5:09 p.m. | 06 de Septiembre del 2012

 
 

La Sala Penal vinculó a varios congresistas por presuntas alianzas con paramilitares del Atlántico.

La investigación parte de los testimonios entregados por Édgar Ignacio Fierro, alias 'Don Antonio'; José del Carmen Gélvez, alias el 'Canoso' y Mario Rafael Marenco, alias el 'Gordo', quienes involucraron a los congresistas con el frente José Pablo Díaz, del bloque norte de las Auc que operaba en el Atlántico.

La Sala Penal de la Corte Suprema investigará a los senadores Armando Benedetti (La U); Álvaro Ashton Giraldo (liberal); José David Name (La U) y Eduardo Carlos Merlano. También a los representantes a la Cámara Jaime Cervantes (Cambio Radical del Atlántico), Luis Eduardo Diasgranados, (Cambio Radical del Atlántico) y Eduardo Crissien (La U por Atlántico).

También se investigarán a los exsenadores Mario Varón Olarte (conservador), David Char Navas (Cambio Radical), Jorge Visbal Martelo y Lidio García, y a los exrepresentantes Jorge Gerlein (conservador); Tarquino Pacheco (actual embajador en Aruba) y Alonso Acosta Osio (conservador).

Con las declaraciones de los exparamilitares la Corte ordenó compulsar copias para que investigue a los alcaldes y concejales del departamento del Atlántico que presuntamente estuvieron involucrados con los grupos de autodefensas.

Entre los políticos a los que la Corte pide investigar están el exalcalde de Barranquilla Guillermo Hoenisgberg y su ex secretario de despacho, José Pérez.

El alto tribunal también compulsó copias para que se investigue a los políticos Juan Carlos Ospino, concejal de Barranquilla; y al ex concejal Alejandro Munarris.

La lista incluye a directivos de la Triple AAA (la empresa de servicios públicos), Métodos y Sistemas (que hasta hace unos años manejó el recaudo de impuestos de la ciudad), Transmetro, la empresa que maneja el sistema integrado de transporte; y varias empresas relacionadas con la Alcaldía de Santa Marta.

Pide a su vez la revisión de contratos firmados por la administración de Barranquilla como el del alumbrado público, los de valorización, los de saneamiento básico de caños y el de la doble calzada de avenida la Circunvalar.

Los magistrados pidieron igualmente a la Fiscalía que determine si los paramilitares se beneficiaron de la contratación de la salud y la educación en el Atlántico, en el Departamento Administrativo de Medio Ambiente de Barranquilla y en la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA).

Las copias de las declaraciones también mencionan al exdirector de la CRA Tony Palencia y a un hombre conocido como el 'Gordo Rosado', quien supuestamente es "propietario de una compraventa de vehículos quemados de las autodefensas"; al empresario de las basuras William Vélez y su empresa Interaseo.

Vélez es contratista del Estado en varios sectores y accionista de la firma Opaín, encargada de la construcción del nuevo Aeropuerto El Dorado. Otro empresario que será investigado es David Name Terán, contratista de la Alcaldía de Barranquilla y miembro de una de las familias más poderosas de la Costa Caribe.

REDACCIÓN JUSTICIA


Rispondi  Messaggio 121 di 237 di questo argomento 
Da: Ruben1919 Inviato: 08/09/2012 13:17
Dos generales del Ejército aparecen vinculados a los paramilitares que materializaron el crimen
Piden investigar a Jorge Enrique Mora y a Harold Bedoya por el asesinato de Jaime Garzón
 
Verdad Abierta
 
En la formulación de cargos a alias 'Don Berna', un magistrado le pidió a la Fiscalía que investigue a los generales retirados Jorge Enrique Mora y Harold Bedoya por su presunta participación en el asesinato de Jaime Garzón.
 
Durante la audiencia de formulación de cargos al ex jefe paramilitar Diego Fernando Murillo alias 'Don Berna', la representante de la familia de Jaime Garzón le solicitó al magistrado de Justicia y Paz, Olimpo Castaño, que ordenara investigar a los generales Jorge Enrique Mora Rangel y Harold Bedoya Pizarro por su presunta participación en el asesinato del humorista y periodista.


"Si se habla de los 'hombres de atrás' y se nombran los generales Mora Rangel y Harold Bedoya, nosotros como Comisión Colombiana de Juristas y representantes de víctimas en este caso, solicitamos que se compulse copias a las autoridades respectivas para que se investigue la participación de ellos en estos casos que representamos", dijo durante su intervención la abogada Omaira Gómez.

En su reflexión, durante la etapa final de la audiencia de legalización de cargos, Gómez sostuvo que si alias 'Don Berna' era tan cercano a Carlos Castaño y transmitía sus órdenes a la banda La Terraza, también debe conocer todos los vínculos de las personas que les habrían colaborado de alguna manera en la comisión de varios delitos a finales de la década de los noventa.

La solicitud de investigación se dio dos horas después de que Mora Rangel fuera nombrado este miércoles como parte del grupo de negociadores del Gobierno colombiano que iniciarán conversaciones de paz con la guerrilla de las Farc.

Ante la petición de la jurista, el magistrado Olimpo Castaño, con funciones de control de garantías ante los tribunales de Justicia y Paz, le solicitó a la Fiscalía que en caso de que no hubiese ninguna investigación en contra de los dos oficiales, se compulsara copias a las autoridades respectivas.

"Es claro también que ante la información que se ha obtenido de vínculos de miembros de las Fuerzas Armadas con algunos de los hechos que se han imputado es obvio, señor Fiscal, que deben compulsarse esas copias lo más pronto posible, si no se han hecho, a las autoridades competentes para que se inicien las correspondientes investigaciones en contra los funcionarios públicos en este caso miembros de las Fuerzas Armadas para que respondan si tienen que responder y aclaren su situación ante estos hechos", dijo Castaño.

Al respecto, el Fiscal 45 Delegado ante la Unidad de Justicia y Paz, Albeiro Chavarro, se comprometió a revisar los expedientes y a rendir un informe ante la magistratura, en el que dará cuenta si se han adelantado investigaciones contra los ex oficiales Mora Rangel y Bedoya.

La solicitud de la magistratura se hizo en la audiencia de formulación de cargos contra alias 'Don Berna' en el que se le atribuye la responsabilidad en el crimen del humorista bogotano y de 31 acciones criminales más, entre ellas la masacre de cinco adultos y tres menores de edad en San José de Apartadó de febrero de 2005; la muerte de los investigadores del Cinep, Mario Calderón y Elsa Alvarado; el secuestro de la ex senadora Piedad Córdoba, y de cuatro investigadores del Instituto Popular de Capacitación de Medellín; así como una veintena de homicidios y desplazamiento forzado.

En la audiencia, la Fiscalía relató que hubo participación de la Fuerza Pública particularmente de oficiales de la Brigada XIII de Bogotá que en ese momento era comandada por Rito Alejo Del Río y quien tenía como segundo al mando al coronel Jorge Plazas Acevedo conocido con el alias de 'Don Diego', señalado por los paramilitares de haber participado en la parte logísitca que permitió el asesinato de Garzón. Hoy es prófugo de la justicia.

Oscar Correa, abogado de la Corporación Jurídica Libertad y quien representa al Instituto Popular de Capacitación,insistió, en que los hechos atribuidos al postulado en contra de organizaciones y defensores de derechos humanos "fueron realizados con la aquiescencia y connivencia de agentes estatales, tal como lo ha reconocido el imputado en sus distintas intervenciones".

Durante a diligencia, el Fiscal 45 Delegado de Justicia y Paz exhibió un pronunciamiento público, fechado en enero de 2001, difundido por integrantes de la extinguida Banda La Terraza en el que se consigna que los verdaderos directivos de las estructuras paraestales eran, justamente, los generales Mora Rangel y Bedoya Pizarro. Al respecto, el abogado Correa agregó que "eso explica el carácter deleznable que tuvieron algunas estructuras criminales como la banda La Terraza e, incluso, los postulados a justicia y paz extraditados".

De otro lado, este jurista cuestionó la dosificación que ha hecho alias 'Don Berna' de la información que vincula a integrantes de la Fuerza Pública con grupos paramilitares y aseveró que en los hechos imputados a Murillo Bejarano "no se precisa la intervención en los mismos de agentes estatales, lo que sin duda se constituye en una distorsión al derecho a la Verdad".

La solicitud de investiga a los ex generales no es nueva. El pasado 11 de agosto de 2011, la familia Garzón pidió a la justicia colombiana que investigara la participación de militares en el crimen del humorista y periodista ejecutado el 13 de agosto de 1999 por sicarios pertenecientes a la banda de La Terraza de Medellín por órdenes del extinto jefe paramilitar Carlos Castaño, quien es el único condenado por este asesinato.

La familia como parte civil en el proceso ya había pedido, al cumplirse los doce años del asesinato del humorista, vincular como posibles instigadores del crimen a los generales retirados Harold Bedoya, Jorge Enrique Mora Rangel y Rito Alejo Del Río.

En ese entonces, la Corporación Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo y la Comisión Colombiana de Juristas, abogados de los Garzón, dijeron que su larga investigación “pudo constatar que el asesinato de Jaime Garzón había sido encomendado por Carlos Castaño Gil al grupo de sicarios ‘La Terraza’, por orden de altos oficiales del Ejército, siendo José Miguel Narváez el contacto entre ambas partes”.

Los abogados anunciaron además que, como el asesinato ha quedado en la impunidad, pues no ha habido una investigación completa del caso y los resultados han sido siempre parciales, a nombre de la familia Garzón presentarán una demanda en contra del Estado colombiano ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA.

La Fiscalía acusó al ex subdirector del DAS José Miguel Narváez como presunto determinador del asesinato del periodista. En 2004 la justicia condenó al comandante de las AUC, Carlos Castaño Gil, como autor intelectual del hecho. El fallo nunca se hizo efectivo, y el mismo año de la decisión judicial el líder paramilitar fue asesinado.

Los abogados dijeron además que antes de ser asesinado “Garzón venía siendo víctima de hostigamientos y temerarios señalamientos por altos mandos de las Fuerzas Militares, en particular, del general Jorge Enrique Mora Rangel, quien tildaba al periodista de ser amigo de la guerrilla.” El general Mora fue comandante del Ejército durante el gobierno de Pastrana.

Entre las pruebas que los abogados tienen está una carta fechada de 22 de mayo de 1998 Garzón le escribió a Mora Rangel: “General no busque enemigos entre los colombianos que arriesgamos la vida a diario para construir una patria digna, grande y en paz, como la que yo quiero y por la que lucha usted”.

Según le dijo después el mismo general Mora a la revista Semana, él no contestó esa carta porque no le dio importancia a una carta, cuyo original no llegó a sus manos. En esa misma entrevista, el general negó rotundamente que las averiguaciones que él había pedido al Zar Antisecuestro, Rubén Darío Ramírez, que hiciera sobre las labores humanitarias que venía cumpliendo el periodista para la liberación de secuestrados, tuvieran algo ver con su muerte. Dijo además que le encantaba ‘Quac’, el programa de humor en el que Garzón se burlaba de todos, incluidos los militares, con un personaje que daba los partes del “Que mando central” en tono tropero.

También aportan un cable de la Embajada de Estados Unidos en Bogotá al Departamento de Estado de agosto de 1999, enviado con motivo del asesinato de Jaime Garzón. En éste citan a una fuente que asegura que “Garzón le contó que había organizado una reunión con el general Mora por la reacción negativa de este ante los esfuerzos de Garzón para ayudar en una posible negociación entre el gobierno y la guerrilla del ELN. El general Mora no se presentó a la reunión y en su lugar envió al general Rito Alejo del Río.”

En la comunicación de los diplomáticos estadounidenses también se cita a otra fuente que asegura que “el general Rito Alejo regañó duramente a Garzón por su intervención como gestor de paz, diciendo que en el mejor de los casos estaba siendo utilizado por los guerrilleros. Garzón salió muy afectado por las demostraciones de rabia del general.”

Y además se sostiene que Jaime Garzón y el general Mora Rangel se reunieron en una ocasión posterior. El mismo cable registró que luego del asesinato “Francisco Santos, uno de los periodistas más leídos en el país, señaló que en el caso del asesinato de Garzón no existían dudas de que los responsables eran militares de la extrema derecha.”. (Vea el cable aquí) (Santos después fue vicepresidente de la República entre 2002 y 2010).

Esta columna, según el mismo cable, desató una polémica. La cúpula militar del momento que pidió a Santos públicamente dar a conocer las pruebas que tenía para hacer semejantes afirmaciones. Igualmente el cable señala que el 18 de agosto el ex Ministro de defensa Rafael Pardo apoyó los señalamientos de Santos diciendo que había sido testigo en mayo de ese mismo año de las quejas dadas por Garzón al ministro de Defensa Rodrigo Lloreda porque el general Mora estaba haciendo una campaña de difamación en su contra.

Los abogados del Colectivo y de la Comisión señalaron también a Harold Bedoya como miembro del grupo de altos oficiales que, según sus investigaciones, instigó el asesinato de Garzón. En 1999, cuando sucedió el crimen, el general Bedoya, que fue comandante del Ejército bajo el gobierno de Ernesto Samper, ya se había retirado y ya había sido candidato a la Presidencia en 1998 por el Movimiento Fuerza Colombia.

“El DAS y los servicios de Policía Judicial Nacional (Sijin) fraguaron una versión del crimen con falsos testigos, algunos de ellos informantes del DAS”, recordaron los abogados, algo que la propia justicia confirmó en un fallo en el cual tumbó lo actuado en el caso Garzón porque descubrió las irregularidades. Ellos explicaron que, a pesar de sus demandas, la Fiscalía insistió en esta línea investigativa “descartando otras posibilidades que conducían a una presunta responsabilidad de funcionarios estatales”.

Otros antecedentes
Luego de la acusación a Carlos Castaño por parte de la Fiscalía en el 2002, el caso se estancó pues tanto los juzgados del Circuito Penal, como los del Circuito Penal Especializado de Bogotá, rechazaron el caso y se declararon impedidos para juzgarlo. La Corte Suprema de Justicia reasignó el caso nuevamente al Circuito Especializado de Bogotá.

En noviembre de 2004 el Juez Séptimo Penal Especializado de Bogotá condenó a Carlos Castaño a 38 años de cárcel por el asesinato de Jaime Garzón y ordenó a la Fiscalía comenzar la investigación de nuevo. Así mismo pidió a investigar la conducta de los agentes del DAS que habían investigado el caso y de cuatro testigos que rindieron falsos testimonios dentro del proceso, y la presunta participación de uno de ellos en la muerte de un testigo.

Según los abogados dijeron en la rueda de prensa, “la Fiscalía no adelantó ninguna investigación que permitiera develar la farsa y desviación auspiciada por los funcionarios del DAS.”. Consideran que “tal vez la razón se encuentra en la vinculación al DAS de José Miguel Narváez, en 2002 como asesor externo de la Dirección General y en 2005 como subdirector nacional”.

Sólo hasta el 2009, luego de las declaraciones de los ex jefes paramilitares y gracias al proceso de Justicia y Paz, se pudo avanzar en la investigación, en la que se involucró a José Miguel Nárvaez por el homicidio.

Por las declaraciones de varios ex jefes paramilitares, especialmente de Jorge Iván Laverde, alias 'El Iguano', Narvaéz fue vinculado a las investigaciones sobre el asesinato del periodista y humorista Jaime Garzón en agosto de 1999.

En junio de este año, se realizó la audiencia preparatoria del juicio en contra de Narváez, acusado por la Fiscalía como la persona que instigó a Carlos Castaño a asesinar a Garzón.

Para esa ocasión el juez Séptimo Penal Especializado de Bogotá llamó a rendir su versión a Mancuso, Diego Fernando Murillo alias ‘Don Berna’, Freddy Rendón Herrera alias ‘El Alemán’, Iván Roberto Duque alias ‘Ernesto Báez’ y Rodrigo Tobar Pupo alias ‘Jorge 40’.

 

Fuente: http://www.verdadabierta.com/component/content/article/4205-magistrado-pide-investigar-a-mora-rangel-y-a-bedoya-por-asesinato-de-jaime-garzon


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Da: Ruben1919 Inviato: 08/09/2012 13:46
Guardaespalda

 


Rispondi  Messaggio 123 di 237 di questo argomento 
Da: Ruben1919 Inviato: 13/09/2012 12:33
Si a temas como éste ... es que matilda critica como reiterativos , debo indicarle que lo que aquí busco es meter todo un proceso que se ha venido dando contra el proceder delictivo de funcionarios de alvaro uribe .... y que se han venido destapando ... de uno en uno ...  que es como se dice en el título "  .. un lunar que crece " ... y que no dudo al final va a arrojar el resultdo lógico  : el de hacer responsable de todo a la cabeza del gobierno narcoparamilitar , como lo ha llamado Piedad Córdoba .- Si temas como éste les fastidia a algunos ... pués sencillamente no los lean ... yo busco es encontrar fácil , cualquiera de los personajes delincuentes ...para alguna cita o discusión ... en este foro o en otro sitio y ocasión .-
Y si les molesta que yo traiga muchos mensajes ..  podrían decirme cuál es el límite ... y quién es el que va a medir la importancia del tema tratado ...?

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Da: Ruben1919 Inviato: 13/09/2012 12:34

Congreso mete mano en caso del exjefe de seguridad de la Presidencia

'Santoyo no actuó solo': Cepeda

Por: Redacción Judicial

Según el representante a la Cámara, varios altos mandos de la Policía habrían colaborado en el accionar del extraditado exoficial.

 
El representante Iván Cepeda, durante el debate por  el caso   Santoyo.   / Gabriel Aponte - El Espectador El representante Iván Cepeda , durante el debate por el caso Santoyo. / Gabriel Aponte - El Espectador

En un debate de control político en la Comisión Segunda de la Cámara, el representante Iván Cepeda, d el Polo Democrático, denunció una serie de conductas irregulares de altos oficiales de la Policía que estarían involucrados en el actuar delictivo del exjefe de seguridad del expresidente Álvaro Uribe, general (r) Mauricio Santoyo Velasco.

En su exposición, Cepeda recorrió la carrera profesional de varios altos oficiales de dicha institución —algunos ya en retiro— para relacionarlos con Santoyo, extraditado a Estados Unidos por colaborar con la llamada ‘Oficina de Envigado’ y grupos paramilitares. En este sentido, enfatizó que un sector del alto mando policial, supuestamente cercano al expresidente Álvaro Uribe, sabía de la trayectoria de Santoyo y a pesar de ello permitieron su ascenso hasta general de la República y jefe de seguridad de la Casa de Nariño.

Entre los mencionados por el congresista aparecen Jorge Daniel Castro y Rubén Carrillo, excomandantes de la Policía en Antioquia; Luis Alfredo Rodríguez Pérez, exdirector de la Dijín; Mario Montoya, exdirector del Ejército; Hugo Aguilar, quien comandó el Bloque de Búsqueda contra Pablo Escobar y hoy está detenido por parapolítica.

También mencionó a Édgar Andrés Tobón Vergara, quien fue escolta del expresidente Uribe; Mario Fernando Herrera Ariza, jefe de seguridad de Tomás Uribe, hijo del exjefe de Estado; Teodoro Campo, exdirector de la Policía; Flavio Buitrago Delgadillo, también exjefe de seguridad del expresidente Uribe y Jorge Vargas Peña, jefe de seguridad en Ralito y del excomisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo.

Incluso, Cepeda se refirió al general Luis Eduardo Martínez, actual director d e la Policía de Bogotá, al general (r) César Pinzón, excomandante de la Policía Antinarcóticos y de la Dijín y al excomandante de la Policía Rosso José Serrano.

Con notas periodísticas, documentos oficiales, testimonios de exparamiliates y narcotraficantes, el legislador advirtió los vínculos de estos oficiales con el trasegar público de Mauricio Santoyo y los episodios en que éstos se verían involucrados con grupos al margen de la ley. Pero Cepeda mostró también la otra cara de la moneda e ilustró los casos de tres oficiales de la Policía que fueron retirados de la institución y, según dijo, perseguidos por sus superiores por negarse a colaborar con facciones de la criminalidad.

Uno de estos casos es el del general (r) Aldemar Bedoya, quien declaró ante la Comisión que “no pueden decir que esta información (contra Santoyo) no era conocida, yo mismo había hecho las denuncias y en la Policía, bajo la dirección entonces del general Gilibert, no se tomó ninguna medida, por el contrario, ejercieron una especie de solidaridad de cuerpo que no le hizo para nada bien a la institución (...) y a mí me empezaron a perseguir”.

Por su parte, el general Édgar Orlando Vale, director encargado de la Policía, señaló: “Lo único que puedo decir es que lamento la situación en la que se ha puesto a la Policía, que es una institución con miembros honorables. El general Santoyo en su momento fue sancionado disciplinariamente por la Procuraduría, pero la Fiscalía lo investigó por los mismos hechos y no encontró argumentos suficientes, por ese motivo en 2006 se ordenó su reintegro”.

Y agregó: “Quiero dejar claro que cuando el general Santoyo fue recomendado para el ascenso no existía ninguna duda sobre su transparencia. Nos equivocamos, no podemos negar que la Policía ha sido infiltrada por organizaciones narcoterroristas, pero también es un hecho que hemos venido tomando medidas de inteligencia”.

De otro lado, la exministra de Defensa del gobierno Uribe Marta Lucía Ramírez, citada al debate, reseñó que cuando se ascendió a Santoyo ella no era ministra y que estando al frente de la cartera, y posteriormente como senadora, nunca conoció de los señalamientos en su contra: “Quiero dejar claro que cuando llegó la solicitud de ascenso a la Comisión Segunda del Senado, Santoyo ya estaba nombrado. Eso fue con un decreto de noviembre de 2007 y el ascenso en el Congreso se dio sólo hasta 2008, porque las hojas de vida no llegaron a tiempo y tampoco estaban incluidos ningún tipo de antecedentes”.

Ramírez aclaró que la ponencia para el ascenso la hizo el senador Manuel Enriquez Rosero, quien nunca habló de investigaciones o sanciones contra el oficial. (… ) lo que sí me parece grave es que una persona con nexos tan oscuros haya durado 35 años en la Policía y nuestra inteligencia y contrainteligenc ia no hayan sido capaces de identificar comportamientos de este tipo”, concluyó.


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Da: Ruben1919 Inviato: 18/09/2012 16:39
Hollman Morris exige ser escuchado en proceso contra Uribe por 'chuzadas'
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Por: Elespectador.com Las víctimas de las 'chuzadas telefónicas' han insistido en la necesidad de ser escuchadas en el proceso que lleva el Congreso de la República en contra del ex presidente Álvaro Uribe Vélez. El periodista Hollman Morris envió una carta a la Comisión de Acusaciones de la Cámara donde les pide a los investigadores que escuche la versión de las víctimas sobre las interceptaciones.

En ese sentido, recordó que el ex mandatario en su versión libre del 18 de agosto lo acusó de “maltratado terriblemente” y que además “orquestaba acciones” en su contra desde Washington.

De ahí que, según Morris, la comisión deba escucharlo sobre lo dicho por Uribe durante esa diligencia.

“El ex presidente como estrategia de defensa, aprovechó la situación mediática (en la diligencia) para reiterar una serie infinita de calumnias, afrentas e infundios contra mi persona, colocándose él en posición de 'víctima' de un proceso, donde él está citado, precisamente, como acusado”, aseguró en su misiva.

Carta completa de Morris


Señores
Comisión de Acusaciones
Cámara de Representantes
Congreso de la República de Colombia
E. S. M.

Radicado: 3082 contra Álvaro Uribe Vélez por el mal llamado “Escándalo de las chuzadas del DAS”

Respetados Señores:

El pasado 18 de agosto el ex presidente de la Republica, Álvaro Uribe Vélez, hizo uso del derecho legítimo de defensa en su calidad de acusado en el proceso denominado por la prensa como “El escándalo de las chuzadas”.

El ex presidente tuvo ese día la oportunidad de exponer de manera detallada y sin interpelación alguna toda su estrategia de defensa, la cual fue transmitida en directo por el canal del Congreso de la República a todos los colombianos y al mundo por más de cuatro horas consecutivas. En esta misma oportunidad el acusado hizo toda clase de afirmaciones a manera de “verdades” sin que a estas le asistiera ningún tipo de evidencia o contra pregunta. Al día siguiente estas mismas afirmaciones fueron ampliamente difundidas en medios nacionales e internacionales; de allí destaco la parte en que el ex presidente se refiere al suscrito periodista, Hollman Morris, como la persona que lo había “maltratado terriblemente” y que además orquestaba acciones en ! su contra desde la ciudad de Washington. Adicionalmente, el acusado aprovecha para reiterar una vez más sus calumnias en mi contra, sin que nada, ni nadie lo detuvieran.

En síntesis, el ex presidente como estrategia de defensa, aprovechó la situación mediática para reiterar una serie infinita de calumnias, afrentas e infundios contra mi persona, colocándose él en posición de “victima” de un proceso, donde él está citado, precisamente, como acusado.

Sin desconocer el legítimo derecho a la defensa del acusado, pero sí haciendo un llamado al principio mínimo de equidad y justicia, quiero recordar a ustedes y al país que en este proceso sí hay verdaderas víctimas, personas de carne y hueso, ciudadanos colombianos con derechos que hemos sido reconocidos como víctimas a partir de la abundante evidencia existente que da cuenta de la vulneración total de nuestros derechos. Sin embargo, después de cerca de tres meses de llevada a cabo la audiencia del ex presidente, ustedes señores de la Comisión de Acusaciones, nos siguen negando a nosotros, las víctimas, nuestro derecho legítimo -el mínimo que tiene cualquier víctima- de ser también escuchados, con el mismo respeto y en ! las mismas condiciones que lo hizo el acusado.
Hay que anotar que durante este tiempo, la estrategia mediática de defensa del acusado, ha logrado que a la fecha únicamente su versión de los hechos, de manera completa y sin interpelaciones, siga en la retina de sectores de la sociedad y de algunos medios de comunicación; una versión en la que básicamente el acusado, el ex presidente Álvaro Uribe Vélez, se presenta como “víctima” de un gran complot en su contra; para esta presentación nada mejor que la ausencia total de la voz de las víctimas reales del proceso.

Resulta paradójico que una de las varias acciones ilegales identificadas dentro de “el escándalo de las chuzadas”, motivo por el cual el ex presidente Uribe es investigado, es la realización de campañas de desprestigio en contra de mi persona. Sin duda el hecho concreto de que el propio acusado se de el lujo de calumniar e injuriar de manera libre, sin evidencias, sin interpelaciones y usando a la trasmisión televisiva como medio de propagación de sus mensajes, resulta un total exabrupto, y es peor aún, cuando pasados ya tres meses las víctimas nos hemos visto impedidas de ejercer nuestros derechos, y rendir nuestra propia versión de los hechos, mientras soportamos que las calumnias difundidas sean replicadas, desde entonces, acompañadas de amenazas! contra las víctimas del proceso y contra sus abogados.

Señores de la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, ya ha pasado suficiente tiempo para que nuestra posición sea tenida en cuenta; ya es hora de solicitar que de la misma manera ahora las cámaras y los micrófonos atiendan nuestra versión, en un juego simple y de sentido común, sobre la imparcialidad de su ejercicio como jueces.

Lo único que estamos pidiendo es el mismo respeto y el mismo derecho para hablar de nuestra verdad, de esa verdad que muchos no quieren escuchar porque el solo pronunciar la vergüenza de los hechos, las amenazas, el ataque a menores, no lo soportaría nuestra ya muy golpeada democracia.

Buscamos que nuestra verdad en este espacio, que reclamamos, contribuya a que el país se forme su propia opinión sobre lo ocurrido con el pensamiento crítico en Colombia durante los últimos años. De igual manera, buscamos que la sociedad colombiana cuente con más y mejores elementos de juicio para hacer una evaluación concienzuda sobre “el escándalo de las chuzadas” ocurrido durante los ocho años del gobierno de Álvaro Uribe Vélez. Sin lugar a dudas, durante este tiempo hubo una política sistemática de desprestigio en contra nuestra que prefiero denominar como “la Cacería criminal por parte del DAS” a todo lo que pensara diferente o se opusiera a las políticas del ex mandatario. Esto, desde luego, va en! contra del más democrático de los derechos: pensar diferente y poder expresarlo.

Dejar de lado nuestro testimonio le hace un flaco favor a la sociedad y a la democracia colombiana; no podemos aceptar la imposición del silencio por el simple hecho de no pensar igual que las mayorías de esta nación. El país es cada vez más consciente de esto y quiere recomponer el camino; el país sabe que esta no es la forma correcta de hacer las cosas. Más aun cuando este tiempo se ha denominado “la hora de las víctimas”

Quedo en espera de su pronto llamado; la sociedad colombiana y ciudadanos en todo el mundo estarán atentos al mismo. Ya es hora de que las víctimas sean escuchadas. Espero que respondan al derecho que me asiste como víctima a ser escuchado y que se fije fecha y hora para ello en las mismas condiciones en que se facilitó la versión libre de Uribe Vélez.

Cordialmente,
Hollman Morris
Periodista
 
 

Rispondi  Messaggio 126 di 237 di questo argomento 
Da: Ruben1919 Inviato: 18/09/2012 21:39

Jefe 'para' de la Sierra, cuarto que habla de presunto apoyo a Uribe

Por: | 3:40 p.m. | 18 de Septiembre del 2012

 
 
 

Exjefe del bloque Tayrona de las Auc, Hernán Giraldo, afirmó que la orden vino de la Casa Castaño.

Desde Estados Unidos, el exjefe paramilitar del bloque Tayrona de las Auc Hernán Giraldo aseguró una semana después de sellada la paz con el bloque norte de las Auc recibió la orden de respaldar la primera campaña presidencial campaña de Álvaro Uribe Vélez, en el 2002.

El 21 de agosto, en una versión libre rendida ante fiscales de Justicia y Paz, Giraldo aseguró que a través de su comandante militar Édgar Ariel Córdoba, alias '57', se impartió la orden de votar a favor de la campaña uribista.

Giraldo aseguró que esta "directriz" se dio en una reunión en el sector de El Machete, en la Sierra Nevada, y a través los radioperadores del bloque Tayrona.

"A los ocho días de haber acordado la unión con el bloque Norte, en los primeros meses del 2002, se impartió la orden a la comunidad de votar por la reelección de Álvaro Uribe.

Me enteré por medio de los mismos campesinos, que 'Cinco-siete' había dicho que era obligatorio era votar por él", dijo. Y agrego: "después 'Cinco-siete' me dice a mi que la orden es de Mancuso, pero que viene directamente de la Casa Castaño".

Siete días después de la versión de Giraldo, también desde una cárcel en Estados Unidos, Eduardo Enrique Vengoechea, otro de los mandos del 'Bloque Tayrona', aseguró que él recibió la supuesta orden de apoyar la candidatura de Uribe Vélez, a quien los 'paras' consideraban "un amigo de la organización".

Estas declaraciones se suman a las de miembros del bloque Catatumbo en el Tribunal de Justicia y Paz. Allí, Mancuso afirmó haber dado esa supuesta orden a Giraldo a través de terceros.

'El Iguano' o Jorge Iván Laverde Zapata, segundo de Mancuso en Norte de Santander, aseguró que recibió la orden de su comandante Mancuso de mover electores en camiones, comprar camisetas y regalar comida para que votaran a favor del exmandatario en la zona del Catatumbo.

REDACCIÓN JUSTICIA


Rispondi  Messaggio 127 di 237 di questo argomento 
Da: Ruben1919 Inviato: 18/09/2012 22:27

Mancuso salpica a oficiales por crímenes de La Gabarra

Por: | 9:43 p.m. | 17 de Septiembre del 2012

  Mancuso salpica a oficiales por crímenes de La Gabarra

Mancuso fue extraditado a EE. UU. en 2008. / Archivo

Foto:
 
 
 

Dijo que Alberto Bravo, Mario Roa y Víctor Matamoros habrían permitido entrada de las AUC a Tibú.

En una audiencia a puerta cerrada en el Tribunal Superior de Bogotá, el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso se refirió a tres oficiales de las Fuerzas Militares que habrían abierto las puertas a las Auc para la sangrienta entrada a La Gabarra, en Tibú (Norte de Santander).

Desde Estados Unidos, donde está preso desde el 2008 en una cárcel de Virginia, Mancuso dijo que el general (r.) Alberto Bravo Silva, excomandante de la Quinta División; el general (r.) Mario Fernando Roa Cuervo, excomandante de la II División, y el coronel Víctor Hugo Matamoros, exasesor del comandante del general Alejandro Navas, fueron sus colaboradores para tomar el control de esta zona del país.

Ninguno de estos nombres es nuevo para la justicia, y uno de los primeros interrogantes que deberá responder Mancuso es por qué primero declaró en el proceso contra el coronel (r.) Matamoros que no conocía al oficial y aseguró no tener información acerca de quiénes eran los enlaces. "Quien conoce de ello es Jorge Iván Laverde", dijo en su momento el exjefe 'para'.

En el caso de Matamoros, la investigación fue precluida y él salió de la cárcel, aunque la Fiscalía le dejó vigente otro proceso por, presuntamente, ayudar al Bloque Fronteras de las Auc. En la condena contra Laverde, conocido como el 'Iguano', el coronel Matamoros aparece mencionado entre los nombres de las "autoridades civiles y políticas, servidores públicos, Ejército y Policía" que colaboraron con las Auc.

Consultado por EL TIEMPO, Matamoros aseguró que un fiscal delegado ante la Corte lo absolvió en el 2009, y que no se encontraron evidencias para demostrar su supuesta participación en los crímenes.

Sobre el general (r.) Bravo Silva, Mancuso señaló en la audiencia que contó con el apoyo del oficial para la incursión en la vereda Socuavo, el 29 de mayo de 1999. Aquel día, cinco personas fueron asesinadas.

Ese mismo año, el general Bravo fue relevado de su cargo y retirado del servicio, por su posible omisión en la masacre de La Gabarra. En su caso, la Procuraduría y la justicia penal militar cerraron las investigaciones en su contra.

"Mis procesos judiciales surtieron su trámite con total transparencia. No hay la más mínima prueba de mi participación en esos crímenes y nunca conocí a Mancuso", dijo ayer el general Bravo.

El general Roa, quien para la época se desempeñaba como inspector del Ejército, asegura que no conoce a Salvatore Mancuso y que no tenía jurisdicción en esa zona.

REDACCIÓN JUSTICIA.


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Da: Ruben1919 Inviato: 23/09/2012 13:45

Los supuestos nexos entre el general (r) y el capo

'El Loco' y la conexión Santoyo

Por: María del Rosario Arrázola Juan David Laverde Palma

Desmovilizados de las autodefensas le dijeron a este diario que Daniel Barrera llegó a moverse en carros de Mauricio Santoyo y que todo esto era ‘vox pópuli’.

 
 
Barrera momentos después de su captura, esta semana en  Venezuela. / AFP Barrera momentos después de su captura, esta semana en Venezuela. / AFP

De todo lo que ha trascendido de la vida y obra del narcotraficante Daniel Barrera Barrera, alias El Loco, hay una inquietante información que ha empezado a circular desde su captura el pasado martes en San Cristóbal (Venezuela): su supuesta cercanía con el general (r) Mauricio Alfonso Santoyo Velasco, hoy detenido en una prisión federal de Virginia en los Estados Unidos por su colaboración con las autodefensas entre 2001 y 2008.

Desmovilizados de las autodefensas le dijeron a El Espectador que sí existió ese nexo, que no fue el único y que fue uno de tantos entre oficiales y suboficiales de la Fuerza Pública con los que tuvo cercanía. Incluso, uno de ellos aseguró que fue testigo de que en una camioneta en la que solía movilizarse Santoyo también fue transportado El Loco en Bogotá cuando no estaba en el radar de las autoridades.

“Era vox pópuli su vínculo con Santoyo”, afirmó un exparamilitar consultado. Todo parece indicar que fue en 2002 cuando al ala narca del llamado bloque Capital llegó Daniel Barrera. Nunca hubo afinidad ideológica. Esto era un asunto de negocios y de droga. De hecho, El Loco tuvo graves diferencias con los comandantes del bloque Miguel Arroyave y Henry de Jesús López, alias Mi Sangre. Las mismas fuentes corroboraron que se habrían efectuado pagos para asesinar a Mi Sangre.

Aunque para la DEA, otras agencias antidroga, la Fiscalía y la Policía de Colombia están más que claros los vasos comunicantes entre Daniel Barrera y las Farc, en el mundo de la mafia, del narcotráfico puro, no existen fronteras imposibles. Barrera es el mejor ejemplo de alianzas entre bandos irreconciliables. Desempolvando viejas relaciones con Rodrigo Zapata —muy cercano a Vicente Castaño—; Gustavo Tapias Ospina, alias Techo; Diego Fernando Murillo, alias Don Berna, y Carlos Mario Aguilar, alias Rogelio, El Loco terminó cruzando sus andanzas con la guerrilla y la ‘Oficina de Envigado’.

Es en este contexto en que llama más la atención lo revelado por varios desmovilizados a El Espectador. Es decir, que el entonces coronel Mauricio Santoyo Velasco conoció a El Loco y “lo llevaba y traía a todas partes”. Evadiendo la mano de la justicia, sin mayor protagonismo ni figuración, durante un tiempo el centro de operaciones de Daniel Barrera estuvo en Bogotá, en la zona aledaña al centro comercial Hacienda Santa Bárbara.

Una de las sedes alternas para la gestación del bloque Capital se dio allí hace más de una década. Para entonces ya El Loco tenía una relación de vieja data con los comandantes guerrilleros Géner García Molina, alias John 40, y Tomás Medina Caracas, alias El Negro Acacio, los encargados por las Farc del manejo del narcotráfico en la zona de influencia de Barrera en Guaviare y los Llanos.

Lo que fue una constante en el paramilitarismo, era una excepción en la guerrilla: las pugnas de poder. Así fueron asesinados, para no ir muy lejos, Doble Cero, los hermanos Vicente y Carlos Castaño y el propio Miguel Arroyave. En esa guerra entre mafias, que terminaron unidas por una sigla, conforme los crímenes se consumaban, los sobrevivientes se quedaban con los réditos del negocio. Así fue prosperando El Loco. Al tiempo que consolidaba su alianza con las Farc, amasaba más y más poder como consecuencia de la fragmentación que terminó por imponerse en las filas paramilitares.

El mismo Barrera en un momento fue prácticamente objetivo militar de los paramilitares por orden de Carlos Castaño Gil. Sin embargo, ya el poder emergente de El Loco era tan fuerte y sus amigos en las autodefensas tan ladinos, que el capo evadió la amenaza. Como le dijo un investigador a este diario, “El Loco tuvo la particularidad de moverse en muchos frentes mientras capoteaba a sus enemigos o se mantenía al margen de las confrontaciones. Por eso durante muchos años, aun con tanto poder, no era muy visible lo que hacía”.

El episodio Santoyo tendrá que aclararlo la justicia norteamericana. Pero lo que sí pudo establecer El Espectador es que desde hace casi ocho años Barrera ya figuraba entre los objetivos de la DEA. Incluso cuando el narcotraficante Gabriel Puerta Parra, conocido como El Doctor, fue extraditado a los Estados Unidos en 2006, agentes norteamericanos le mencionaron el nombre de El Loco. Aunque ya de antemano tenían pruebas de que su vínculo más fuerte era con las Farc.

Y los correos electrónicos que reveló El Espectador, en su edición del pasado jueves, son más que ilustrativos. El primero de ellos está fechado el 10 de julio de 1999, y en éste el Mono Jojoy le escribió a Romaña que El Loco “ha sido viejo amigo de las Farc”, que les compraba camionetas y les prestaba plata para cruzar negocios. “Nos ha ayudado con inteligencia a conseguir más de $5 mil millones. Lo considero leal con nosotros”.

En otro e-mail, de julio de 2008, una semana después de la exitosa ‘Operación Jaque’, en la que fueron liberados tres contratistas norteamericanos, la excandidata presidencial Íngrid Betancourt y 11 integrantes de la Fuerza Pública secuestrados, Jojoy volvió a reafirmar los estrechos vínculos de la guerrilla con Barrera e incluso revela que el capo estaba en capacidad de prestarles hasta US$400 mil para sus actividades (ver facsímiles).

Y más adelante se lee que la guerrilla le pidió US$10 millones a Barrera. Los propios organismos de inteligencia colombianos tenían claro que al margen de las vueltas del narcotraficante con algunos colados en el proceso de paz con las autodefensas, el fuerte de Barrera siempre estuvo concentrado en el frente 43 de la guerrilla. Con los años fue cooptando más estructuras subversivas y repartiéndose con ellas las ganancias del ilícito negocio.

En esas andanzas trabó nexos con los narcotraficantes Julio Lozano, Luis Agustín Caicedo Velandia y Claudio Javier Silva Otálora, jefes de la mayor organización criminal desde el ocaso de los carteles de Medellín y Cali. Una banda que logró infiltrar la justicia y a la que se le responsabilizó de haber traficado 912 toneladas de cocaína y haber lavado US$10,5 billones producto del narcotráfico. Es más, cuando la Unidad Antimafia de la Fiscalía los judicializó, se dijo que ellos eran los verdaderos patrones de El Loco.

Sin embargo, él parecía no tener jefe alguno. Desde que entró al mundo de la mafia en 1988, por cuenta de su hermano mayor Ómar, Barrera ha sido un hombre que ha mandado sobre sí mismo. Sólo estuvo preso en 1990 después de que asesinara uno a uno a los sicarios que segaron la vida de su hermano Ómar. Fue detenido en San José del Guaviare, pero apenas purgó ocho meses entre rejas, pues se fugó y suplantó la identidad de su hermano Arnoldo —quien tiene síndrome de Down— para desaparecer sus pasos. Poco a poco otros de sus hermanos empezaron a trabajar con él: José Demetrio, Rubiel, Álex o César. Después tuvo nexos con los narcos del norte del Valle Betto Rentería y Johny Cano.

Junto a sus colaboradores Danilo Bustos Suárez, Armando Gutiérrez Garavito y Wílmer Ospina Murillo lavó dinero a sus anchas, al tiempo que cruzaba negocios con Pedro Oliverio Guerrero, alias Cuchillo, el fundador del llamado Ejército Revolucionario Antisubversivo (Erpac), quien cayó muerto en diciembre de 2010 luego de una operación de la Policía en Meta. Parte de la información que habría servido para ejecutar ese operativo la habría deslizado Daniel Barrera a través de sus emisarios.

“En todos sus años traficando él logró tener muchos amigos en la Fuerza Pública, muchos”, le dijo a este diario un desmovilizado. Una tesis que confirmó otra fuente muy cercana a su familia. “Pero él no va a hablar”. Tanto llegó a penetrar al Estado El Loco, que una empresa de transporte, que le había sido arrebatada a un testaferro suyo, volvió a sus manos. Danilo Bustos fue padrino de matrimonio de Justo Pastor Báez, a quien la Dirección Nacional de Estupefacientes lo nombró depositario de la empresa de Bustos y de El Loco. El ratón cuidando el queso. Por este caso tuvo que renunciar el director de la DNE, Ómar Figueroa.

Las autoridades calculan que desde 2007 Daniel Barrera había instalado su centro de operaciones en Venezuela. Iba y venía con relativa frecuencia. La DEA, la Fiscalía y la Policía comenzaron a estrechar el cerco y, finalmente, el pasado martes, saliendo de una cabina telefónica en San Cristóbal, fue detenido. No se demoró mucho en reconocer que era el narco más buscado de Colombia. Las autoridades le pagarán a un sobrino suyo que lo delató la recompensa de $5.000 millones. Por fin había caído el capo de capos, el mismo que hablaba hasta de política con comandantes de las Farc como Pablo Catatumbo o Timochenko.

Mientras el gobierno venezolano define cuándo lo deportará al país, muchos de sus excolaboradores aún se preguntan si El Loco contará en Estados Unidos todo lo que sabe. En ese mismo dilema está muy seguramente el general (r) Mauricio Santoyo.

Los que se escondían en Venezuela

 

Desde hace varios años en Venezuela vienen cayendo las grandes figuras de la delincuencia. Fue en el vecino país donde se logró la captura de Carlos Rentería Mantilla, alias 'Beto Rentería', el 3 de julio de 2010.

Ese mismo año el exparamilitar Javier Urango Herrera, alias 'Chely' tampoco pudo seguir escondiéndose y fue detenido. El siguiente en ser capturado en abril de 2011 fue el director de Anncol Joaquín Pérez Becerra, alias 'Alberto Martínez'.

En mayo y octubre de 2011 también fueron detenidos los guerrilleros de las Farc: Didier Ríos Galindo y Gildardo García Cardona, alias 'Alirio Rojas’

Para noviembre el nombre de Maximiliano Bonilla, 'Valenciano' era el que engrosaba la lista de capturados. En lo corrido de 2012 la cuenta de la justicia finalmente le llegó al exjefe paramilitar Héctor Germán Buitrago Parada, alias Martín Llanos, quien fue detenido junto a su hermano en el Estado de Anzoátegui.


Rispondi  Messaggio 129 di 237 di questo argomento 
Da: Ruben1919 Inviato: 24/09/2012 19:14
[VIDEO: 2h 34 min] En el programa "Grandes Temas" dirigido por Hollman Morris
Jefes paramilitares "Pedro Bonito" y "El Alemán" revelan sus nexos con el Gobierno de Uribe
 
Canal Capital
 
En declaraciones exclusivas a Canal Capital los jefes exparamilitares Freddy Rendón alías el "Alemán" y Raúl Hasbún alías "Pedro Bonito", acusan al gobierno del Ex presidente Álvaro Uribe Vélez de estar detrás del asesinato de los hermanos Carlos y Vicente Castaño. Según los jefes exparamilitares, el ex Comisionado de paz Luis Carlos Restrepo estuvo detrás del operativo para terminar con la vida de los hermanos Castaño. Además agregaron que Jaime Alberto Uribe, hermano menor del Ex presidente Álvaro Uribe, tenía vínculos con los paramilitares.
 


Programa Grandes Temas dirigido por Hollman Morris, edición del 20 de septiembre de 2012.

Raúl Hazbun – Pedro Bonito- o el cerebro de la paraeconomía como se le conoce, considera que no se conoció o se ha ignorado la vinculación de varios sectores de la sociedad – políticos, empresarios y militares – con el paramilitarismo. Afirma que no se ha tenido en cuenta el contexto de Urabá porque ellos no son los únicos culpables de la situación responsabilizando al Estado colombiano a través de la gobernación de Antioquia a cargo de Uribe Vélez de haber colaborado con ese proceso. Manifiestan los jefes paramilitares que – por ejemplo - el programa de paz de la gobernación de Antioquia de la época que estaba a cargo de Tomas Concha desmovilizó al grupo del EPL liderado por Sarley, Giovanni y Gonzalo y los puso al servicio de los paramilitares en una especie de reciclaje de estos combatientes. Acusan a la dirigencia política y empresarial de la región y a la trasnacional Chiquita Brands de ser los hombres detrás del paramilitarismo. Dicen además que el modelo aplicado por la gobernación de Antioquia, que en esa época estaba en cabeza de Uribe Vélez se hizo extensivo al resto del país y sirvió para suplir la incapacidad del Ejército para combatir la guerrilla y defender los intereses de las empresas

Reafirmándose en sus acusaciones al empresariado dice el Alemán que el país necesita conocer la verdad sobre la responsabilidad en la guerra porque según este jefe paramilitar él no hubiera podido realizarla si no hubiera contado con su financiación y apoyo. Dicen estos jefes paramilitares que esa complicidad de empresarios, militares y clase política con el paramilitarismo se ha sabido toda la vida pero que se tapado. Para el Alemán sectores de la clase política les apoyaron y actuaron para que el paramilitarismo fuera aceptado por la opinión pública y para promover el apoyo de los militares. De otra manera afirma les hubiera sido imposible sostener la guerra con las FARC. Acusan a los gremios ganadero, bananero, palmicultor, maderero y empresas como Muebles y Triplex Pizano y dicen que a pesar de haber realizado los señalamientos correspondientes a la Fiscalía no se está investigando esta parte. Exigen esos paramilitares que todos pongan la verdad sobre la mesa y que no se envejezca para algunos.

“No nos pueden culpar de todo lo que pasó porque fue el mismo Estado el que nos armó y nos convenció de que la única salida era la guerra”, aseguró Raúl Hazbun. En sus declaraciones señala que hasta la iglesia estuvo comprometida con el paramilitarismo y no como mediadora exclusivamente. Afirma que la iglesia tuvo “voluntad de paramilitarismo”. Mencionando el nombre del obispo de Urabá Isaías Duarte Cancino dice que no lo vio como mediador si no como participe del conflicto, acotando que hubo padres en Urabá que tuvieron negocios de tierras con el paramilitarismo pero que no profundiza ahora en el tema porque lo quiere hacer primero con Justicia y Paz.

Demandan los jefes paramilitares que más que ver los fusiles de la guerrilla sobre una mesa se necesita saber la verdad y crear un clima de reconciliación que cuente con la participación de todos los actores.

Afirma Freddy Rendón Herrera, el   Alemán, que en cabeza del presidente Álvaro Uribe Vélez y un grupo cercano a él está la responsabilidad de la muerte de los hermanos Castaño y está la extradición de los jefes paramilitares para acallar esas verdades. Acusan a Luis Carlos Restrepo de promover uniones de paramilitares y militares para hacer la guerra contra otros jefes paramilitares. Dicen que las informaciones de esos crímenes y alianzas vendrán de los EE.UU porque en Colombia no se permitió que esas personas hablaran. Dicen los paramilitares que Uribe fue demasiado hábil pero que él está detrás de todo lo que rodea al fenómeno del paramilitarismo.

Consideran que a Carlos y Vicente Castaño y Rodrigo García - Doble Cero - era necesario sacarlos del proceso por todo lo que conocían sobre los sectores responsables de la guerra sucia y el paramilitarismo en Colombia. La verdad de todo lo que conocía Carlos Castaño era útil para el país pero no para todos aquellos que los apoyaron, manifiestan los jefes paramilitares.

Según el Alemán Don Berna le dijo que la muerte de Vicente Castaño fue un favor a Uribe Vélez y una petición expresa hecha por Luis Carlos Restrepo. En esa guerra sucia librada al interior de las autodefensas jugo también un papel importante el General Mario Montoya y afirma que Danielito – jefe de la banda de Envigado – fue sacado expresamente de la cárcel para que participara de esos trabajos a través de un pacto que oportunamente será aclarado por los extraditados.

Sindican que Jaime Alberto Uribe - el Pecoso Uribe, hermano de Álvaro Uribe – lo movilizó a reuniones con Vicente Castaño pero que él directamente no tuvo contacto con ellos porque siempre fue muy hábil, muy inteligente y muy informado de todo lo que pasaba, aclarando que debe ser la justicia la juzgue porque todo lo que hay alrededor de él huele a paramilitarismo.

Dicen que tal vez el país creerá que esas declaraciones son nuevas pero que no es así porque desde hace varios meses vienen hablando con Justicia y paz de esos hechos. Quizás algunos digan porqué creerle a bandidos y Uribe dirá yo los extradite pero según ellos todas estas cosas hacen parte de la verdad que el país espera y podría ayudar a la reconciliación y que Uribe se niega a reconocer. Se consideran mercancía de un Estado que los utilizó y están poniendo sobre la mesa sus cartas pero son escépticos porque este país según ellos es el único en donde cierran fiscalías o despiden fiscales para que no se sepa la verdad.

Afirman que sus familias están siendo amenazadas por estas declaraciones y esperan que el Estado garantice su seguridad y de la gente que ha hecho parte de las autodefensas.

Fuente: http://www.youtube.com/watch?v=o5mk5oikyWs&feature=player_embedded


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Da: Ruben1919 Inviato: 27/09/2012 21:21
Justicia y Paz
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Mancuso, Uribe, las convivir y los doce apóstoles PDF Imprimir E-mail
Justicia y Paz - Juicios
Jueves, 27 de Septiembre de 2012 10:00
 
 
 
 
 
El desmovilizado habló de un encuentro con Álvaro Uribe en 1996 y señaló a Santiago Uribe, hermano del el ex presidente, de ser el jefe del grupo de los ‘Doce Apóstoles’.

Mancuso aseguró que se reunió con apoyó la elección Álvaro Uribe

El ex jefe paramilitar Salvatore Mancuso dio detalles de una supuesta reunión que tuvo con el entonces gobernador de Antioquia, Álvaro Uribe Vélez, en la finca El Uberrimo, de propiedad del ex mandatario. Para la fecha, Mancuso manejaba una cooperativa de seguridad privada, llamadas Convivir, en Córdoba, las cuales eran legales en ese momento.

Según el desmovilizado, extraditado en los Estados Unidos, a la reunión asistió el coronel de la Policía Raúl Suárez, para ese entonces comandante de la Policía de Córdoba. “Uribe me dijo que estaba enterado de la lucha del enemigo común, es decir las Farc, y que estaba muy feliz del trabajo que estábamos realizando con el coronel en la región”, aseguró el ex jefe paramilitar. Agregó que también hablaron de un posible atentado que las Farc estaban planeando en contra del entonces gobernador.

Mancuso aseguró que esa no fue la primera vez que vio a Uribe. Según el ex ‘para’, coincidió con el político en una exhibición de caballos, en la que “se hacían apuestas” a principios de 1996. “Vi a Uribe muchas veces antes de que fuera candidato a la Presidencia. Varias veces nos encontramos en los establecimientos comerciales que eran de propiedad de mi familia”, aseguró el desmovilizado.

El ex presidente Uribe se refirió a esta declaración en su cuenta de twitter, diciendo: “Jamás me he reunido con Mancuso, ni en Ubérrimo ni sitio alguno. Abusa de muertos citándolos de testigos”.

Los contactos cercanos a Uribe
Cuando fue interrogado por la presencia los grupos de autodefensas en Yarumal, Antoquia, Salvatore Mancuso dijo que Santiago Uribe, hermano del ex presidente, era el jefe de ‘los Doce Apóstoles’, una banda de “limpieza social” que surgió a finales de los años 80 y principios de los 90, y que delinquió en varios municipios del norte de Antioquia, justo en el área de influencia de la finca La Carolina, de propiedad de la familia Uribe Vélez. Sin embargo, el ex ‘para’ no dio más detalles al respecto.

Aunque Santiago Uribe ha sido mencionado por varios ex paramilitares como Fredy Rendón Herrera, alias ‘El Alemán’, Juan Carlos Sierra Ramírez, alias ‘El Tuso’, y Pablo Hernán Sierra García, alias ‘Alberto Guerrero’, esta es la primera vez que Mancuso se refiere a la relación de Santiago Uribe con el grupo de los Doce apóstoles. En mayo de 2011, en una entrevista con Caracol Radio cuando le preguntaron por estos hechos dijo que prefería no referirse al tema.

Actualmente se adelanta una investigación contra Santiago Uribe ordenada por la Fiscalía General de la Nación en 2010, luego de que el ex oficial de la Policía, Juan Carlos Meneses, dijo a diferentes medios internacionales que el hermano del ex presidente era el jefe de los llamados ‘Doce Apóstoles’. Meneses era parte del grupo de oficial que comandaba la estación de Policía de Yarumal para la época en la que delinquieron “Los Doce Apóstoles”.

Además, Salvatore Mancuso aseguró que Pedro Juan Moreno, quien fue secretario general de la Gobernación de Uribe Vélez en Antioquia, fue quien se le acercó para pedirle que apoyara la candidatura presidencial de Uribe.

El ex jefe paramilitar dijo que tuvo varias reuniones con Moreno en compañía de Carlos y Vicente Castaño desde 1996. Según Mancuso, el ex secretario, fallecido en un accidente aéreo en 2006 fue su interlocutor con el entonces gobernador Uribe.

En declaraciones entregadas en durante su juicio, Mancuso ha aclarado que para la campaña presidencial de 2002, prefirió que sus voceros ante el entonces candidato fueran Miguel de la Espriella y Eleonora Pineda, quienes eran aspirantes al Congreso de la República. Los dos políticos fueron condenados posteriormente por sus vínculos con los paramilitares.

Esta última semana Mancuso ha hecho varias referencias a la relación de las autodefensas con Álvaro Uribe. Por petición de la defensa del ex jefe ‘para’, De la Espriella y Pineda declararon ante el tribuna que tuvieron una reunión con Uribe en la que le contaron del respaldo que Auc le daban a su campaña presidencial (ver: De la Espriella: "Fui puente entre Uribe y Auc para negociación de Ralito")

El ex presidente Uribe respondió por medio de su cuenta de twitter que sus abogados establearan una denuncia penal en contra de los ex congresistas. Además dijo que estaba a la espera de confirmar una versión según la cual Mancuso habría presionado a los ex parlamentarios para que declararan en su contra.

Última actualización el Jueves, 27 de Septiembre de 2012 10:14

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Da: Ruben1919 Inviato: 02/10/2012 06:58

La víctima del teniente Muñoz que sobrevivió, pero no fue escuchada

Por: | 12:17 a.m. | 02 de Octubre del 2012

Teniente Raúl Muñoz

El teniente Raúl Muñoz fue condenado a 60 años de cárcel.

Foto: Archivo Particular
 

La historia de la menor que fue violada días antes del asesinato en manos de Muñoz de tres niños.

Al subteniente (r.) Raúl Muñoz Linares lo condenaron a 60 años de cárcel por el asesinato de tres menores (hermanos Torres: dos niños y una niña), la violación de dos de ellos y de una niña más, de 13 años, registrada el 2 de octubre del 2010. Ocurrió doce días antes del hallazgo de los tres niños en una fosa común, víctimas del mismo hombre.

Los padres de la menor, que piden con insistencia que no se revelen sus nombres ni el de la niña, recuerdan cómo a pesar de las denuncias del abuso del que fue víctima su hija no se hizo nada, advierten que de haber tomado medidas tal vez se habría evitado la muerte de los tres niños Torres y cuentan lo que han sido los días después de que el subteniente (r.) se atravesó en la vida de su hija. (Le además: Álvaro, el papá de los tres niños que asesinó el subteniente Muñoz)

“Era sábado. Yo debía irme a Flor Amarillo, una vereda cercana, y mi esposo debía viajar a Tame, también en Arauca. Dejamos a la niña cuidando a sus hermanitos, uno de 2, otro de 3 y uno de 9”, así empieza el relato de lo que ha sido el peor día de esta familia.

A la mamá no se le pasó por la cabeza que horas después, al regresar a la casa, ubicada en Caño Camame (Tame), se encontraría con un relato de horror, que su hija le contaría que un hombre uniformado y con un fusil en la mano llegaría hasta su puerta a pedir unas gallinas, entraría a la cocina y la obligaría a salir con él al monte. Y así fue.

“La noté nerviosa, intranquila. Le pregunté. Y me contó lo que había pasado. Después de que la sacó de la casa, se la llevó al monte y le tapó los ojos. Allá le pegó y la violó (…) la obligó también a orinar y bañarse en un pozo que estaba cerca a donde abusó de ella”, cuenta la mamá. El papá cierra los ojos y prefiere no hablar.

Cuando la niña terminó el doloroso relato, su madre le pidió guardar en una bolsa la ropa interior. Esa noche durmieron las dos. O por lo menos lo intentaron, porque ninguna fue capaz de pegar un ojo. Llovía y tenían miedo. Al día siguiente, domingo, la mamá salió en busca de un pelotón que le pudiera dar razón de lo que pasó con su hija y el hombre uniformado.

“Me encontré con un grupo de hombres del Ejército, les conté lo que uno de ellos le había hecho a mi hija, me dijeron que el superior visitaría mi casa para aclarar el caso”, pero nunca llegaron. Ella espero hasta el medio día y ante la ausencia de alguien que le respondiera, agarró de la mano a su hija y tomó un bus rumbo a Tame.

Lo primero que hicieron allá fue ir al hospital del pueblo y por urgencias buscar que alguien las atendiera. Usaron el asma que padece la niña y que en las últimas horas se había agudizado para lograr atención. Al entrar a consulta dijeron la verdad, que estaban allí porque a la niña la habían violado, necesitaban que le hicieran exámenes y le ayudaran a poner la denuncia. Lo lograron.

No contaron con la misma suerte al día siguiente en la Personería. Mientras la mamá fue por un papel exigido para entablar la denuncia, la oficina cerró. “Y eso me desanimó, sabían de qué se trataba y aún así cerraron”, dice. También intentó ir al batallón ‘Rafael Navas Pardo’ en Tame, pero le aconsejaron que mejor no lo hiciera, que con la denuncia que había interpuesto en la Policía era suficiente.

Así fue como regresó a la vereda, pero sin la niña. “Me tocaron lo que más me duele”, dice. Tenía miedo y por eso decidió que la pequeña se quedara en Tame. No exageraba. Doce días después se iba a enterar de que tres niños habían sido encontrados en una fosa común muertos. Eran los hijos de su vecino, Álvaro Torres, y habían sido víctimas de Muñoz Linares. El mismo uniformado que días antes le había dañado la vida a su hija.

“¿Que qué sentí? Odio, rencor, ira, tristeza. ¿Por qué nadie hizo nada cuando lo denuncié?”, dice la mujer, quien agrega que aún se sigue preguntando por qué le tuvo que pasar eso a su familia. “No es justo. A mis hermanos los mató la guerrilla y ahora el Ejército, que se supone que nos protegería, le hace eso a mi hija”, reniega la mamá.

La niña fue entregada a una institución que le brindara protección, mientras la familia escuchaba con dolor como en las audiencias contra Muñoz Linares se insinuaba que él y su hija habían sido novios. “Como si el dolor no fuera suficiente se atrevieron a asegurar semejante brutalidad”, señala la mamá, quien reitera que siempre creyó que llegaría hasta las últimas consecuencias en el caso. Ella reconoce la pena de 60 años impuesta a Muñoz.

“Ahora viene volver a conformar el hogar. Buscar una reparación integral”. Ella lo dice con razón porque después de la violación a su hija la familia se dividió. A la menor la mandaron al hogar que la cuidara y meses después su mamá se fue a vivir a la misma ciudad. En la vereda quedó el padre y los otros niños.

La mujer, de 44 años y quien siempre fue una líder comunal, le hace una petición especial a los altos mandos del Ejército. “Por favor hay que revisar muy bien quiénes ingresan a sus filas. Esto no puede volver a pasar”, dice.

Sally Palomino C.
salpal@eltiempo.com


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Da: Ruben1919 Inviato: 17/10/2012 00:08
Texto de la denuncia penal contra Álvaro Uribe Vélez, ex Presidente de la República de Colombia, por la comisión de crímenes contra la humanidad.
Domingo, 03 de Abril de 2011 00:39 MOVICE Capítulo Estado español
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SEÑORES
COMISIÓN DE INVESTIGACIÓN Y ACUSACIÓN
CÁMARA DE REPRESENTANTES
REPÚBLICA DE COLOMBIA

E. S. D.

 

Asunto: Denuncia penal contra Álvaro Uribe Vélez, Ex Presidente de la República, por la comisión de crímenes de lesa humanidad.

 

Los suscritos miembros de organizaciones no gubernamentales de Derechos Humanos nacionales e internacionales, sindicatos, periodistas, partidos políticos y demás ciudadanos colombianos presentamos denuncia penal contra el Ex Presidente de la República de Colombia ÁLVARO URIBE VÉLEZ, quien durante el ejercicio de su cargo y destinando recursos de naturaleza pública dirigió, en su calidad de máximo jefe jerárquico y funcional del Departamento Administrativo de Seguridad -DAS (en adelante el DAS), una masiva y sistemática campaña de persecución por motivos políticos que incluyó la comisión de delitos y la realización de actividades de inteligencia y contrainteligencia ilegales y que estuvo dirigida a "neutralizar" a una amplia gama de ciudadanos y ciudadanas que desde diferentes ámbitos del Alto Gobierno eran considerados "enemigos de la seguridad democrática", hechos que constituyen crímenes de lesa humanidad .

 

I.- SITUACIÓN FÁCTICA

 

Desde el mes de febrero de 2009, tras denuncias efectuadas por la Revista Semana |1|, se hizo público que el Departamento Administrativo de Seguridad -DAS- llevó a cabo entre los años 2003 al 2009, por lo menos, una gigantesca "cacería de brujas" contra defensores de derechos humanos, periodistas y columnistas de opinión, magistrados de la Corte Suprema de Justicia y la Corte Constitucional, líderes políticos de la oposición y sindicalistas, entre otros miembros de la sociedad civil, con el propósito de eliminar cualquier disenso con el gobierno de Álvaro Uribe Vélez. En medio de esta persecución más de trescientas personas que fueron calificadas como "de tendencia opositora" por el Alto Gobierno, así como sus familias y las personas pertenecientes a su círculo más cercano fueron convertidas en "blancos" del DAS.

 

Esta cacería emprendida por el principal organismo de inteligencia del Estado colombiano fue apoyada por otras instancias del Ejecutivo, como la Unidad de Investigación y Análisis Financiero -UIAF- (agencia de inteligencia adscrita al Ministerio de Hacienda), el Banco de la República y la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio del Interior y de Justicia, entidad en la que reposan datos privilegiados sobre los esquemas de seguridad de personas que se encuentran incluidas en los programas de protección gubernamental y que, paradójicamente, eran consideradas al mismo tiempo como objetivos del DAS.

 

Conforme al derecho internacional consuetudinario, a los instrumentos de carácter internacional que nuestro país ha ratificado y a la jurisprudencia nacional sobre crímenes de lesa humanidad, estas actividades ilegales de persecución por motivos políticos adelantadas por el DAS, entidad dependiente legal, funcional y jerárquicamente del Presidente de la República, y dado su carácter masivo y sistemático son constitutiva del crimen de lesa humanidad. Asimismo, existen elementos de prueba que concurren a demostrar la comisión de otros crímenes atroces como el de la tortura psicológica infligida a los "blancos" sobre los que este organismo desplegó su accionar ilegal.

 

Las actividades ilegales que ejecutó el DAS incluyeron la recolección de información de personas y organizaciones a través de la interceptación de comunicaciones sin orden judicial, el seguimiento encubierto y la infiltración, entre otros actos. Adicionalmente, se ha logrado establecer que funcionarios del DAS perpetraron intencionalmente amenazas directas contra sus víctimas por medio de llamadas telefónicas, envío de sufragios, muñecas descuartizadas, coronas fúnebres y otro tipo de actos intimidantes.

 

A la vez, se ha logrado corroborar que los actos de persecución comprendieron también la ejecución de acciones de saboteo que buscaban obstaculizar e impedir las actividades de diversos sectores de la sociedad, tales como la publicación de libros o informes de derechos humanos, la realización de giras al exterior, el ingreso a establecimientos de reclusión y otras actividades legítimas de las organizaciones civiles. A esta actividad criminal no escapó la Corte Suprema de Justicia y la Corte Constitucional, ya que también fueron víctimas de acciones de infiltración, intimidación e interceptación telefónica. Igualmente, ha resultado claro que el desprestigio, el señalamiento, la estigmatización, e incluso la judicialización mediante montajes contra diversos sectores de la sociedad colombiana y algunos sectores de las otras ramas del poder público constituían uno de los objetivos trazados desde el DAS.

 

El principal objetivo de esta operación criminal orquestada desde el corazón del Poder Ejecutivo del Estado colombiano fue "neutralizar" a la sociedad civil de oposición y al poder judicial. Así, amparados en pretextos políticos totalmente inadmisibles en las modernas sociedades democráticas se impulsó una tarea de "eliminación" de las supuestas "amenazas" que, bajo una percepción sesgada y totalmente equívoca, representaban para la Presidencia de la República las personas u organizaciones que, desde el desempeño legítimo de la civilidad, ejercían labores de denuncia o fiscalización al gobierno. De esta manera, desde el DAS fueron diseñadas operaciones de inteligencia y contrainteligencia en forma masiva y sistemática contra personas y organizaciones civiles que, al mismo tiempo, eran señaladas de formar parte de grupos armados ilegales a través de frecuentes intervenciones públicas y en medios de comunicación realizadas por el propio Presidente de la República, Dr. Álvaro Uribe Vélez, y altos funcionarios de su gobierno, utilizando como estrategia de engaño el uso de un lenguaje infamante.

 

Para apoyar de forma activa esta labor ilegal el DAS creó, fortaleció e impulsó distintos grupos de "espionaje". Hasta el momento se ha logrado establecer la existencia de los siguientes:

  1. Grupo de Inteligencia Estratégica 3 (G-3). Coordinado por Jaime Fernando Ovalle Olaz y Juan Carlos Sastoque. Se encargó de las labores de inteligencia y seguimientos a las ONGs de derechos humanos, periodistas y la Corte Constitucional. Fue considerado un grupo especial de inteligencia y contó con el respaldo de la totalidad de dependencias y seccionales del DAS para llevar a cabo su labor. Durante una investigación interna del DAS, Ovalle confesó la realización de amenazas directas, el saboteo a eventos y otras acciones criminales |2|.

  2. Grupo de Análisis de Medios Terroristas (GAME). Coordinado por Danny Steward Usma. Se encargó de las labores de análisis e investigación contra sindicalistas. Fue un grupo externo al DAS, que llegó incluso a robar documentos en sedes sindicales, comprar granadas en el mercado negro y elaborar falsos videos para atribuirlos a las FARC |3|.

  3. Grupo SIU. Encargado de las interceptaciones de los teléfonos Avantel de defensores de derechos humanos y de labores operativas contra los mismos en apoyo del G3.

  4. Grupo de Contrainteligencia contra el Terrorismo (GCIAT).

  5. Grupo de Observación Nacional e Internacional (GONI). Coordinado por Germán Albeiro Ospina Arango. Se encargó de los seguimientos y campañas contra la Corte Suprema de Justicia y los senadores Piedad Córdoba y Gustavo Petro. También se encargó de las Operaciones Externas contra Venezuela y Ecuador.

  6. GRUVE, Grupo de Verificación. Encargado de Operaciones contra los "blancos".

  7. Grupo de Escenarios y Coberturas. Encargado de cubrir eventos e infiltrar a ONGs de derechos humanos.

  8. GCOE, Grupo de Contrainteligencia Externa. Encargado también de operaciones externas contra países vecinos.

Como lo determinó la investigación adelantada por la Procuraduría General de la Nación, estos grupos establecidos al interior del DAS no fueron los únicos que trabajaron en aras de los objetivos presidenciales: prácticamente todas las dependencias de esa entidad prestaron su ayuda y apoyo a los fines establecidos desde las más altas jerarquías del Gobierno Nacional. De hecho, el caso de Gustavo Petro demuestra que, incluso, el grupo Antisecuestro del DAS prestó su concurso para acosar al congresista. En otros hechos, se ha conocido que la Dirección de Migración, por ejemplo, suministró fotografías de pasaportes y rastreo de personalidades nacionales e internacionales que formaron parte de los "blancos" del DAS.

 

Las investigaciones adelantadas por la Fiscalía General de la Nación durante el último año y medio han concluido que el DAS y la UIAF se convirtieron en verdaderas empresas criminales: el DAS, con todas sus dependencias, participó y apoyó activamente los planes y estrategias contra las personas y organizaciones consideradas "blancos", mientras que la UIAF entregaba información clave respecto de los "blancos". Distintos medios de prueba, que en forma posterior serán relacionados, demuestran que la información producto de esta actividad ilegal era trasmitida de forma directa al Presidente de la República o a funcionarios de alto nivel de la Casa de Nariño directamente dependientes del Jefe del Estado.

 

Quizá uno de los más contundentes testimonios que da cuenta de las órdenes presidenciales respecto a los "blancos" del DAS es el interrogatorio rendido los días 9 y 13 de julio de 2010 por el capitán Fernando Tabares, ex director de Inteligencia de la entidad. En varios apartes de esa diligencia, Tabares asegura que desde septiembre de 2007, en una reunión realizada en el Metropolitan Club con la entonces directora del DAS María del Pilar Hurtado, Bernardo Moreno informó que "el interés del señor Presidente de la República era que el DAS lo mantuviera informado sobre cuatro temas o aspectos principales: la Corte Suprema de Justicia, la Senadora PIEDAD CORDOBA, el Senador GUSTAVO PETRO y el periodista DANIEL CORONELL. Terminado ese desayuno yo me regreso con la doctora MARIA DEL PILAR HURTADO y ella me pregunta que si nosotros tenemos cómo informar al Presidente sobre eso, y yo le digo que sobre los tres primeros temas, es decir, Corte Suprema de Justicia, PIEDAD CÓRDOBA y GUSTAVO PETRO, no le veía ningún inconveniente porque están enmarcados dentro de nuestras funciones como proveedores de inteligencia para el Alto Gobierno, pero que en el último tema especifico referente a DANIEL CORONELL, yo le veía más como un tema personal y que no veía cómo el DAS podría adelantar labores de inteligencia sobre esta persona. En definitiva, ella impartió las instrucciones para que empezáramos a centrar lo más posible nuestras labores sobre ese requerimiento transmitido por el doctor BERNARDO MORENO y al interior del DAS se inició la elaboración de documentos y la recolección de información correspondiente a los tres primeros temas ya mencionados y el último tema prácticamente no se tocó y tampoco volvimos a tener ningún requerimiento sobre el mismo" |4|.

 

Más recientemente, el propio ex presidente Uribe admitió tácitamente su responsabilidad en las órdenes de investigación que diera su ex secretario general, Bernardo Moreno, en contra de la Corte Suprema de Justicia |5|, al asegurar a través de un comunicado público que "si aquello que hizo el Dr. Bernardo Moreno, en su calidad de Secretario General de la Presidencia, fue averiguar al DAS y a la UIAF por las denuncias que medios de comunicación habían formulado sobre posible penetración de presuntos narcotraficantes en asuntos de algunos magistrados (...) yo asumo la responsabilidad jurídica y política por esa conducta".

 

La Fiscalía ha dejado en claro que, contrario a lo expresado por el ex Jefe de Estado, las frecuentes denuncias hechas por los medios de comunicación sobre ese particular hicieron parte del montaje y las campañas de desprestigio en contra de la Corte Suprema de Justicia, y que para ponerlas en marcha hubo reuniones "por instrucciones de la Casa de Nariño" |6| entre el capitán Jorge Lagos, para entonces director de Contrainteligencia del DAS, el capitán Fernando Tabares, director de Inteligencia, el señor Germán Albeiro Ospina, coordinador del Grupo de Observación Nacional e Internacional (GONI), y María del Pilar Hurtado, ex directora del DAS, con varios periodistas a quienes se les filtraba esa información |7|.

 

Tabares también da cuenta de que casos como el de Tasmania (operación de desprestigio y falsas acusaciones contra el magistrado auxiliar de la Corte Suprema de Justicia Iván Velásquez), el debate en el Senado promovido por la congresista Nancy Patricia Gutiérrez contra Piedad Córdoba, el caso "Paseo", las búsquedas de información contra Ramiro Bejarano y César Julio Valencia Copete, entre otros hechos, fueron todos "una serie de eventos que directa o indirectamente involucraban a la Casa de Nariño y que de una u otra forma originaron órdenes de ésta hacia el DAS" |8| que se dieron entre los años 2007 y 2008.

 

Pero no sólo los casos recientes y de mayor resonancia respecto al llamado "escándalo de las chuzadas" involucran al Presidente de la República: como se verá más adelante, es reveladora la coincidencia entre el discurso del Ejecutivo en contra de los defensores de derechos humanos y periodistas y la labor criminal que desde el DAS se estaba ejecutando.

 

Así, según muestran los medios de prueba recaudados en las distintas investigaciones que adelanta la Fiscalía General de la Nación por estos hechos, es evidente que en la comisión de estos ilícitos penales participaron, de manera voluntaria y con pleno conocimiento, varios funcionarios del alto gobierno cuyos actos frente a las distintas dependencias del gobierno y de cualquier organismo del Estado sólo son entendibles como manifestación o en desarrollo de órdenes directas del Jefe de Estado, en este caso, el entonces Presidente Álvaro Uribe Vélez.

 

Es además demostrable que los "blancos" del DAS se definían de acuerdo con los intereses de Álvaro Uribe Vélez, toda vez que los periodistas, organizaciones defensoras de derechos humanos, organizaciones sindicales y partidos críticos de la "política de seguridad democrática" fueron, precisamente, los sujetos afectados por esta actividad criminal ejecutada desde el organismo de inteligencia referido. Asimismo, también fueron concebidos como "blancos" corporaciones de la rama judicial, principalmente la Corte Suprema de Justicia, que a lo largo del período presidencial de Uribe Vélez pretendieron defender con firmeza la independencia judicial frente a los intereses políticos del Gobierno de Álvaro Uribe Vélez.

 

No puede pasarse por alto en esta relación de elementos que caracterizan la situación fáctica de la presente denuncia, que han surgido serias evidencias que demuestran una íntima relación entre el DAS y estructuras paramilitares que, en desarrollo de su estrategia militar encubierta, amedrentaron, desplazaron, desaparecieron y asesinaron a miembros de la oposición, de otros sectores de la sociedad civil que desarrollaban actividades en el marco de la legalidad y a personas pertenecientes a sus círculos sociales, laborales y familiares. De las investigaciones judiciales realizadas sobre las actividades ilegales e ilegítimas de "inteligencia" DAS así como por revelaciones hechas por paramilitares desmovilizados y que se acogieron a la Ley N° 975 de 2005, se tiene conocimiento que la información de inteligencia ilegalmente recaudada era transmitida a los grupos paramilitares para su criminal accionar. |9|

 

Elementos que evidencian la responsabilidad penal del Ex Presidente Álvaro Uribe Vélez.

 

Cabe recordar que, en su condición de Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez fue el máximo jefe legal, jerárquico y funcional del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) durante el período 2002-2010. Los artículos 208 y 189 de la Constitución Política de Colombia establecen que el DAS actuará "bajo la dirección" del jefe de Estado, quien además es responsable del nombramiento del Director de ese organismo. Las normas legales reiteran la dependencia jerarquica y funcional del DAS al Presidente de la República. Así por ejermplo, el artículo 6 (párrafo 1º) del Decreto No. 643 de 2 de marzo de 2004, señala como primera función del Director del DAS: "Ejecutar la Agenda de Requerimientos del Presidente de la República sobre asuntos relativos a la Seguridad Nacional e Inteligencia de Estado y los cursos de acción estratégicos, necesarios para desarrollar su plan de gobierno."

 

La inteligencia estratégica de la política de seguridad democrática

 

Sea lo primero señalar que bajo el mandato de Álvaro Uribe Vélez las labores de



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