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PANEL PRIVADO DEL FORISTA EL UNGIDO: Devocionales....
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De: Reina4 (Mensaje original) |
Enviado: 02/01/2018 03:19 |
El peor rechazo
Jorge Monroy
No hay nada que golpee tan profundamente a alguien como el rechazo. El saber que alguien nos considera indignos, desagradables o incompetentes, afecta la percepción que tenemos de nuestro propio valor. Un trabajo reprobado o la pérdida de un empleo, son cosas que contaminan el paisaje de nuestras vidas. Felizmente, la mayoría de nosotros podemos manejar esta clase de situaciones, aunque la experiencia no es nada agradable.
La Biblia habla de una clase diferente de rechazo, que es otro asunto completamente diferente. Es difícil concebir el terror final que experimentarán quienes rechazan la amorosa oferta de salvación de Dios. Oirán estas tres palabras viniendo de la boca del Señor Jesús: “Apartaos de mí”. El Señor dice estas palabras más de una vez en los Evangelios para anunciar el juicio final de los desobedientes. Estas personas encontrarán su destino en la agonía de la separación eterna de Dios.
Muchas personas han tenido dificultad para aceptar la clara severidad de las palabras de Jesús. No reconocen que este rechazo final es, en realidad, la respuesta apropiada a la negativa del incrédulo de recibir la solución del Señor en cuanto al problema del pecado de la humanidad. Sí, este rechazo es el final del camino, un camino pavimentado con toda una vida de decisiones que dejaron a Dios fuera.
Cada decisión de actuar de modo independiente, es una decisión de aceptar el veredicto final del Salvador. O, como lo expresó G. K. Chesterton: “El infierno es el gran cumplido de Dios a la realidad de la libertad humana, y a la dignidad de la elección humana”. |
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De: Reina4 |
Enviado: 08/10/2019 21:54 |
El alto costo de no orar
enviado por Jorge Monroy
El Padre celestial quiere que sus hijos hablen con Él. Jesús ha extendido una invitación para que hablemos con Dios de lo que sea. Él dijo que si tenemos una necesidad, pidamos; si buscamos respuestas, las tendremos; y si queremos que se abran oportunidades, toquemos y Él responderá.. Mt 7.7, 8). Aun así, hay creyentes que no se comunican con el Señor, excepto en las emergencias.
Descuidar la oración es costoso para el bienestar de la persona. Quienes no sacan tiempo para Dios cada día están en una pendiente resbaladiza. Se deslizan hacia el agotamiento, el desánimo y las dudas, para caer en una situación que daña su testimonio. Hoy nos enfocaremos en el primer aspecto: el agotamiento. Mañana examinaremos el resto del deslizamiento.
Ciertas situaciones exigen un precio emocional, físico y espiritual —que llamaremos cargas. Estas pueden agotarnos si tratamos de soportarlas solos. Pero Dios no quiere que tengamos ese peso sobre nuestros hombros. En efecto, la Biblia manda que esas cargas sean puestas en el Señor Sal 55.22). “Bendito sea el Señor . . . que día tras día sobrelleva nuestras cargas”, clama David en Salmo 68.19 (NVI). Recuerde que Él está haciendo todo el trabajo para dar un giro a sus circunstancias. Por tanto, no hay necesidad de que usted siga llevando esa carga.
Arrastrar preocupaciones y ansiedades es agotador, porque no estamos hechos para soportar tales cargas. En el plan de Dios, su poder llena por completo al creyente. Imagínese los hombros de Jesús sobre los suyos cargando con sus problemas. La carga no desaparecerá, pero la sentirá felizmente más liviana si se la entrega al Señor. |
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De: Reina4 |
Enviado: 08/10/2019 21:55 |
La consecuencia de la falta de oración
enviado por Jorge Monroy
La oración es una prioridad para cualquier persona que desee ser usada poderosamente por Dios. Jesús se escabullía a menudo para tener momentos de quietud con su Padre. Si el Hijo de Dios necesitaba pasar tiempo en oración, ¡sin duda que nosotros no podemos vivir bien sin ella! Ayer vimos que quienes no buscan la ayuda de Dios se fatigan con cargas innecesarias. Hoy veremos los resultados de moverse penosamente en la vida bajo esas cargas.
Cuando alguien se agota espiritual, emocional o físicamente, se vuelve vulnerable al desánimo. Josué fue exhortado a meditar en la Ley porque su éxito dependería de seguir la voluntad de Dios Jos 1.8, 9). Tener al Señor en el centro de nuestra atención crea confianza. Sin la oración y la lectura de la Biblia —que no pueden separarse— los creyentes caen en un círculo vicioso en que los problemas se hacen más grandes al tratar de darles una solución humana. Bajo tales condiciones, el desánimo es inevitable.
La pérdida de confianza es seguida pronto por la duda. El creyente que se sumerge en la oración y en la lectura de la Biblia hallará seguridad en el poder y en la presencia del Señor. Pero alguien que duda de la fidelidad de Dios buscará refugio en cualquier parte, menos en esas disciplinas. Al final, la persona se aparta de la voluntad de Dios, al tratar de encontrar una solución engañosa.
La consecuencia de no orar es el fracaso, pero la buena noticia es que se puede superar. Las medidas correctivas son sencillas: pedir perdón a Dios por no orar, y luego dar prioridad a un tiempo regular de quietud con el Señor. En esos momentos de comunión, Él hará más liviana las cargas, dará aliento y colmará a sus hijos de confianza. |
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De: Reina4 |
Enviado: 08/10/2019 21:57 |
La intimidad con nuestro Padre Celestial
enviado por Jorge Monroy
Desde el principio, la intención de Dios fue tener una relación personal y amorosa con nosotros. ¿Qué evidencia tenemos de ello?
Su Hijo. Una de las razones de la venida de Cristo al mundo es que conozcamos al Padre celestial y tengamos comunión con Él. La Biblia nos dice que Jesús es su representación exacta; sus palabras y sus obras fueron las mismas del Padre (Jn 5.19; 12.50). Por tanto, cuando miramos al Hijo, estamos viendo el carácter de nuestro Padre celestial.
Su invitación. Dios nos invita, por medio de la Biblia, a unirnos a su familia (3.16). Él se encargó de preparar cada uno de los detalles; a nosotros lo único que nos corresponde es aceptar la invitación.
Su adopción. El lazo más cercano que podemos tener unos con otros es la familia. En el momento de la salvación, el Señor nos adopta en la suya. Esta relación con nuestro Padre celestial dura por la eternidad, dándonos sustento, aliento y amor.
Su amistad. Al llamar “amigos” a sus discípulos (15.15), Jesús reveló un nuevo aspecto en cuanto a su relación, que se aplicaría también a sus futuros seguidores. Cristo es un amigo que nunca nos abandonará.
Su presencia. A partir del momento de nuestra salvación, el Espíritu Santo habita en nosotros. El Señor nos invita a ser miembros de su familia por medio de la fe en Cristo. Este es nuestro llamamiento supremo: creer en Él y vivir para Él todos los días de nuestra vida (20.31). Una vez que llegamos a ser hijos de Dios, su Espíritu obra en nosotros para hacernos más parecidos a su familia, en pensamientos, palabras y acciones. |
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De: Reina4 |
Enviado: 11/10/2019 20:56 |
Conocer a Dios por medio de Jesús
enviado por Jorge Monroy
Hay un mensaje sencillo que se repite una y otra vez en toda la Biblia: Dios se goza más por nuestros esfuerzos en conocerle, que por cualquier otra cosa que pudiéramos ofrecerle. Dios nos creó con un profundo deseo de que le conozcamos; por tanto, no debiera ser difícil entender que buscarle expresa nuestro amor mucho mejor que las palabras.
Comenzamos a aprovechar nuestro gran privilegio de conocer personalmente a Dios cuando recibimos su regalo de vida nueva en Cristo. A partir de ese momento somos llenos de su Espíritu Santo. El Señor Jesús, nuestro mediador, salvó la brecha de pecado que separaba a Dios y al hombre. Por su muerte en la cruz, hizo posible que, a pesar de lo pecadores que éramos, nos convirtiéramos en hijos de Jehová de los ejércitos, cuya santidad abrumó a Isaías, (Is 6.1-7). Es imposible conocer verdaderamente a Dios, sin conocer primero a Jesús.
Si nos centramos exclusivamente en nuestras preocupaciones, aprenderemos muy poco acerca del Señor. Para hacer nuestro el privilegio que Cristo nos ha dado —el de conocer al Padre— tenemos que estar interesados en lo que le interesa a Él. Al observar con atención su manera de hacer las cosas, podemos llegar a entender lo que considera importante. Sabemos que a Dios le importan los que andan en oscuridad, los que no tienen a nadie que les ayude, los enfermos, los que sufren y los que mueren. Para aprovechar al máximo el privilegio de conocer al Señor más profundamente, debemos llevar su amor al mundo, e involucrarnos cada día en lo que está haciendo a nuestro alrededor. |
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De: Reina4 |
Enviado: 11/10/2019 20:57 |
Cómo soportar las tormentas de la vida
enviado por Jorge Monroy
Los discípulos experimentaron muchos “momentos en la cima” con el Señor Jesús. La hija del principal de la sinagoga fue resucitada; dos ciegos recuperaron la vista; los mudos pudieron hablar; y el hombre poseído por demonios fue liberado. Pero cuando la tormenta llegó aquel día en el mar, el temor les invadió. Sus mentes no podían recordar las lecciones que habían aprendido sobre el poder y los propósitos de Aquel a quien seguían. Incluso, ver caminar al Señor Jesús sobre el agua no les trajo alivio inmediato (Mt 14.26).
Cuando la adversidad nos golpea es fácil olvidar lo que sabemos de Dios. Tenemos dificultad para recordar sus respuestas a las oraciones en el pasado, la guía específica dada por el Espíritu Santo y las lecciones aprendidas en crisis anteriores. Solo la situación presente parece real. Mientras la mente nos da vueltas, la turbulencia emocional puede impedirnos pensar con claridad.
Leer la Biblia es clave para recordar las verdades bíblicas. Otro recurso importante es un diario personal: un registro escrito de su peregrinación con el Señor. El diario debe contener los detalles de cómo el Padre celestial ha trabajado antes en su vida. Sirve como un mapa para señalarle dónde estuvo usted antes, y de qué manera le ayudó Dios. Aunque su prueba actual sea nueva, puede mirar hacia atrás y ver la naturaleza inmutable del Señor a lo largo de los años.
Como cristianos, tenemos un enemigo que quiere apartar nuestro enfoque del Señor Jesús. Frustremos la estrategia del adversario dedicando tiempo a la Palabra de Dios y llevando un diario. Hacer esto nos ayudará a recordar cómo el Señor Jesús nos auxilió personalmente y nos protegió con su poder divino. |
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De: Reina4 |
Enviado: 11/10/2019 20:58 |
El Dios que salva
enviado por Jorge Monroy
Efesios 2.8, 9
Hace poco estuve hablando con un hombre sobre su vida espiritual. Cuando le pregunté: “¿Es usted salvo?”, respondió: “No, pero estoy trabajando en eso”. Cuando le pedí más detalles, me dijo que estaba haciendo algunos cambios en su vida. Había dejado de fumar y beber, entre otras cosas. Me dí cuenta de que debía ayudarlo a entender algunos principios importantes, ya que su única confianza hasta ese momento era mejorar su condición física.
Lo que este hombre necesitaba entender es que lo que hagamos o abandonemos por Jesús no tiene importancia. El Señor no está buscando a personas que cambien algunos hábitos por la pura fuerza de voluntad; está llamando a personas a rendirse a Él. La única acción que Dios espera de alguien que le busca es que crea en Jesús; en que Él es quien dice ser; en que hará lo que dice; en que tiene la autoridad para perdonar; y en que equipará a su pueblo para tener una vida agradable a Dios. Por estas convicciones, el nuevo cristiano tiene la capacidad de apartarse de su vieja vida; en otras palabras, para arrepentirse y comenzar el proceso de convertirse en “una nueva criatura” (2 Co 5.17).
No nos convertimos en personas salvas eliminando viejos hábitos y comenzando otros de tipo religioso; somos transformados por el poder salvador de Jesucristo cuando creemos en Él. Puesto que no podemos ganar la salvación, nadie puede jactarse delante de Dios. Toda nuestra moralidad, buenas obras y esfuerzos por cambiar, no son más que basura en comparación con la santidad de Jesucristo (Is 64.6). Solo su justicia puede cubrir nuestros pecados y hacernos justos delante del Padre. |
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De: Reina4 |
Enviado: 11/10/2019 20:59 |
Cómo dar
enviado por Jorge Monroy
La iglesia de Jerusalén del primer siglo era una iglesia pobre, debido a que los judíos que se hacían cristianos eran con frecuencia marginados. Esto afectaba su capacidad de ofrendar a la congregación local, y aumentaba el número de miembros pobres. A medida que la iglesia crecía, los recursos se hacían cada vez menores. Por eso, cuando viajaba, el apóstol Pablo les pedía a sus congregaciones que ayudarán a la iglesia madre.
Muchas de esas iglesias tenían serios problemas económicos, pero prometían ayudar a Jerusalén. La iglesia de los corintios estaba entre las que prometieron enviar ayuda (2 Co 8.10). Para inspirarles a cumplir y superar el monto prometido, Pablo usó de ejemplo a la ofrenda de los macedonios. Señaló que, a pesar de su pobreza, esa iglesia se las arregló para dar más allá de su capacidad, y lo hizo con alegría. Igual que la viuda a quien Jesús alabó por dar sus últimas monedas al tesoro del templo (Mr 12.43), la congregación confiaba en que Dios proveería la ofrenda, y que seguiría supliendo sus necesidades.
Los creyentes de hoy tienen mucho que aprender del ejemplo de los macedonios. La cantidad que podamos dar para la obra de Dios en el mundo no es tan importante como nuestro deseo de dar. La generosidad es una cualidad del corazón, una actitud que brota de la gratitud del creyente por la provisión espiritual y material del Señor. Dios quiere que seamos dadores, porque el acto de dar enriquece espiritualmente al dador. El Señor derramará bendiciones sobre el corazón generoso, de acuerdo con su promesa en Lucas 6.38: “Con la misma medida con que medís, os volverán a medir”. |
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De: Reina4 |
Enviado: 11/10/2019 21:01 |
David: Un modelo de servicio
enviado por Jorge Monroy
David sirvió a Dios en muchos roles, desde un sencillo pastor de ovejas, hasta un gobernante valeroso. Al observar las distintas etapas de su vida, podemos ver claramente cómo su devoción al Señor permitió que fuera usado poderosamente por Él.
Pastor. David fue ungido rey mucho antes de dirigir algo que no fueran ovejas (1 S 16.1-13). Proteger las ovejas era un trabajo que tomaba en serio. Durante ese tiempo, aprendió a ser fuerte y valiente, y a cuidar de seres más débiles que él. Una vida temprana de obediencia a su padre terrenal le enseñó la humildad que necesitaría más tarde para depender de Dios.
Salmista. Los escritos de David revelan su anhelo de Dios. Habla acerca de temas como temor, depresión, fracaso, soledad y tristeza. Al hablar de sus valles de sombras, y de su comunión con el Padre celestial en las vigilias de la noche, David nos dio atisbos íntimos del Dios que él conocía tan bien.
Líder. Por su relación sexual con Betsabé, la vida del rey estuvo plagada de congoja, dolor, sufrimiento y conflictos. David había pecado enormemente, pero Dios lo perdonó y siguió usándolo. Gobernó Israel durante 40 años, y su pueblo llamó a Jerusalén la “Ciudad de David”. Su restauración nos enseña sobre las consecuencias del pecado y la gracia infinita de Dios.
David cumplió el propósito de Dios mientras vivió y su impacto sigue presente siglos después; cada seguidor de Cristo ha sido bendecido por la obediencia, el servicio y las dotes literarias de David. Él es un gran ejemplo de lo que Dios puede hacer por medio de nosotros si rendimos nuestra vida a Él. |
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De: Reina4 |
Enviado: 15/10/2019 17:43 |
The God Who Saves
enviado por Jorge Monroy
Recently I was talking with a fellow about his spiritual life. When I asked, "Are you saved?" he answered, "No, but I'm working at it." When I pressed him, he explained that he was making some changes in his life. He had given up smoking and drinking, among other things. I knew that I should help him understand a few important principles, as his only guarantee so far was better health.
What this gentleman needed to realize was that what we do or what we give up for Jesus doesn't amount to much. The Lord isn't looking for people who change a few habits by sheer force of will; He's calling people to surrender themselves to Him. The only action God expects of a "seeker" is to believe in Jesus--that He is who He says, He will do what He says, He has the authority to forgive, and He will equip His people to live a godly life. Because of those convictions, a new Christian is empowered to turn away from his old life--in other words, to repent--and begin the process of becoming "a new creation" (2 Cor. 5:17).
We don't evolve into a saved people by deleting old habits and instituting better religious ones; we are transformed by the saving power of Jesus Christ when we believe in Him.
Since salvation isn't something we earn, no one can boast before God. All of our moral living, good deeds, and strenuous efforts to change bad habits amount to a pile of trash compared to the holiness of Jesus Christ (Isa. 64:6). Only His righteousness can cover our sins and make us right before the Father. |
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De: Reina4 |
Enviado: 15/10/2019 17:44 |
La certeza de la seguridad eterna
enviado por Jorge Monroy
Pasamos mucho tiempo preocupándonos por nuestras necesidades materiales —casa, auto, comida, finanzas y salud. Todas esas cosas son importantes para nuestra vida, pero hay una garantía que está por encima de todas. Dios desea que vivamos confiados en Él y en su gracia salvadora. Y nos da varias razones para tener la certeza de nuestra seguridad eterna.
- Jesús hace una promesa a todos los creyentes: “Nadie los arrebatará de mi mano” (Jn 10.28); y Él no hace ninguna promesa que no tenga la intención de cumplir. Pensar que podemos tomar una acción que nos separará del Señor una vez que hemos sido salvos, lo convertiría en un mentiroso.
- La mano de Dios se usa en la Biblia como símbolo de su poder. Después de que hemos recibido a Cristo, estamos a salvo en su palma, y ninguna fuerza o acción podrá sacarnos de ella. Si Satanás pudiera arrebatarnos, ya sea tentándonos a pecar o mediante su poder, significaría que es más fuerte que Dios. Sabemos que no es así, pues Dios es omnipotente (2 Cr 20.6).
- Jesús es nuestro abogado ante un Dios santo que no puede mirar el pecado. En efecto, Hebreos 7.25 nos dice que Cristo “[salva] perpetuamente”, porque Él está dispuesto a interceder ante el Padre a favor nuestro. En términos humanos, Jesús está a la diestra de Dios como un recordatorio tangible de que nuestra deuda de pecado fue pagada por completo.
Por medio de su Hijo Jesucristo, Dios nos ha ofrecido más que salvación, nos ha ofrecido salvación eterna, sin salvedades o interrogantes. ¡Usted puede tener esta seguridad! |
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De: Reina4 |
Enviado: 15/10/2019 17:47 |
Nada puede separarnos
enviado por Jorge Monroy
Hemos estado aprendiendo sobre el asombroso plan del Señor para salvarnos por toda la eternidad. Un argumento convincente para creer en la seguridad eterna se encuentra en dos de las preguntas del escritor en Romanos 8.
¿Quién acusará a los escogidos de Dios? La respuesta es sencilla: nadie puede acusar a los creyentes y condenarlos. Satanás trata de hacerlo, desde luego, pero Dios nos ha justificado por medio de su Hijo Jesucristo; Él ha declarado que ya no somos culpables. No importa qué nuevo pecado podamos cometer después de ser salvos, no podemos ser juzgados en el tribunal de Dios por segunda vez. Si usted cae en una fase de incredulidad o en una vida pecaminosa, perderá su recompensa, pero no su eternidad en el cielo con Dios (1 Co 3.12-15).
¿Quién nos separará del amor de Cristo? Sin duda, hay muchas experiencias que ponen a prueba nuestra fe, pero en última instancia somos salvos por la gracia de Dios. Jesús entiende nuestras pruebas y dudas, y no está interesado en desecharnos al primer paso en falso que demos. Dios ha sabido siempre que cometeríamos miles de errores después de recibir a Cristo, pero Él nos salvó de todos modos.
A algunos seguidores de Cristo les preocupa que recibir la seguridad eterna motivará a las personas a tener una vida de pecado, porque no tienen nada que perder. Pero, si pensamos en la maravilla y la majestuosidad de nuestro Padre celestial, ¿no tiene más sentido que las personas se sientan motivadas a alabarle por agradecimiento? Cuanto más conocemos a Jesús y de su amor por nosotros, más le amamos y más queremos agradarle, por siempre. |
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De: Reina4 |
Enviado: 15/10/2019 17:49 |
The God Who Forgives
enviado por Jorge Monroy
Jesus Christ gave His followers a pattern for prayer that includes seeking forgiveness daily. The invitation to regular repentance is not a means of renewing our salvation, but rather a maintenance plan for our fellowship with the Lord. When we trust Jesus as our Savior, our sins are forgiven forever. The stains from our past, present, and future wrongs are wiped from our record; however, we're a fallen people so we do continue to commit sin.
With the exception of Jesus Christ, no person is perfect. Sin is simply a fact of human life. The Lord's payment for our transgressions means that we can look forward to an eternity spent in God's presence instead of getting the punishment we deserve. On this side of heaven, though, we still have to contend with our tendency to do wrong--and we must also deal with the consequences. The Lord's admonition to seek daily forgiveness is a reminder to confess our sins and turn away from them because we are forgiven.
God's grace is not a license to sin; instead, it's a reason to pursue righteousness. Bad attitudes, thoughtless actions, and unkind speech do not fit who we are as children of light. We're new creatures in Christ, bought for a price and set free to live as partakers of His grace.
Salvation makes a way for us to enter God's presence, while regular confession and repentance keep the pathway well maintained and free of obstruction (1 John 1:9). The so-called "sinner's prayer" need be said only once, but a saint will tap into God's forgiveness every day of his or her life. |
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De: Reina4 |
Enviado: 15/10/2019 17:50 |
Prepared for Betrayal
enviado por Jorge Monroy
We’ve all experienced or witnessed betrayal at some point. And no example in the Bible illustrates the pain, guilt, and shame caused by that sin more clearly than the story of Judas.
Chosen as one of the twelve, Judas was privileged. John 12:6 says that he was even granted the responsibility of maintaining the disciples’ money box. But that same verse reveals an important truth about Judas—he was a thief.
John indicates greed was Judas’ weakness. After Mary had anointed the Lord’s feet, Judas complained, “Why was this perfume not sold for three hundred denarii and given to poor people?” (v. 5).
The following verse, however, clarifies that he wanted the money only for himself. One can safely assume that if Judas had reached the point of stealing cash from Jesus’ supply, then his greed had gone unchecked for some time. That hidden sin was all Satan needed to interfere with his life. And once the Enemy stepped in, the disciple began “seeking a good opportunity” to betray Jesus (Luke 22:6).
First Peter 5:8 says the Devil is like a “roaring lion, seeking someone to devour.” And in Judas, Satan found a willing victim. If we’re honest with ourselves, each of us has a natural tendency toward sin.
Daily communion with God keeps hidden sins from becoming greater problems. Left unchecked, the “roaring lion” will also come after us, no matter what our weakness may be. Ask the Lord to reveal any sins you need to confess. Deal with them today—don’t let sin lead you down the path of Judas. |
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De: Reina4 |
Enviado: 18/10/2019 16:43 |
Requisitos de la santidad
enviado por Jorge Monroy
Muchas personas tienen un concepto errado de la santidad. Su idea de un santo es una persona que ha llevado una vida tan ejemplar, que es venerado por la iglesia, aunque la Palabra de Dios presenta un cuadro bastante diferente. La iglesia en Corinto tenía todo tipo de problemas de conducta, pero Pablo describe a los creyentes como “los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos” (1 Co 1.2).
Santificar significa apartar del uso común para el uso sagrado. A lo largo de la Biblia, el Señor ha santificado días (tales como el día de reposo), lugares (el tabernáculo), cosas (el arca del pacto) y personas. Un santo es simplemente una persona que Dios ha escogido para sus propósitos. Esto significa que todo creyente es santo.
Antes de que usted fuera salvo, su posición en relación con Dios era de enemistad (Ro 5.10). Pero en el momento que confió en Cristo como su Salvador personal, el Señor cambió su posición y le apartó para Él. Nació de nuevo y ahora es su hijo. Le perdonó sus pecados y le declaró justo. Un santo no es una persona perfecta, sino alguien que está en una relación correcta con Dios. Aunque nuestra posición de santificación no se basa en la buena conducta, el Señor espera que vivamos de una manera que le honre.
Dios le apartó a usted para un propósito santo. Eso significa que está en este mundo, no para vivir como quiera, sino para glorificar a Dios. El Señor nos llama a vivir de acuerdo a nuestra nueva posición en Cristo. Rechazar esta responsabilidad de la santidad es un claro acto de ingratitud que entristece el corazón de Dios. |
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De: Reina4 |
Enviado: 18/10/2019 16:44 |
El poder de Cristo
enviado por Jorge Monroy
El apóstol Pablo escribió con frecuencia sobre la necesidad de confiar en el poder de Cristo. Transmitió a sus lectores una promesa que le había dado el Señor: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Co 12.9). Pablo fue un gran líder de la fe cristiana, pero a los ojos de Dios no era más merecedor de la gracia que cualquier otro creyente. Usted y yo podemos tener la misma confianza en el poder del Señor que tuvo este valiente misionero del primer siglo.
Cuando Pablo recibió al Señor Jesús como su Salvador, fue adoptado como hijo de Dios. Por tanto, tenía todos los privilegios que acompañan a un hijo nacido de nuevo: sus pecados fueron perdonados (Hch 2.38), fue apartado para el servicio del Señor (Ga 1.15), y recibió al Espíritu Santo (Jn 14.17). Pablo fue un siervo efectivo, porque el Espíritu derramaba su poder sobre él cada vez que Dios le daba una misión a cumplir.
Pensemos en el tiempo que Pablo estuvo preso. El Espíritu Santo le dio el vigor físico y mental para soportar los rigores de la cárcel. Al mismo tiempo, puso en el corazón de los otros creyentes la carga de proveer para sus necesidades materiales (Fil 4.18). Pero lo más importante fue que el Espíritu Santo ensanchó el ministerio de Pablo al darle el valor para testificar de Jesús a sus carceleros romanos (Fil 1.13).
Pablo confiaba en el Señor para tener fortaleza, y por eso nunca renunció a su fe. Servimos al mismo Dios todopoderoso, lo que significa que no tenemos ninguna excusa para huir de su plan para nuestra vida. El Espíritu Santo mora en nosotros, y está listo para darnos su poder si obedecemos el llamado del Señor. |
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