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Da: 2158Fenice  (Messaggio originale) Inviato: 25/04/2010 11:00

Una guía de supervivencia

¿Cuáles son las mejores tarifas al Viejo Continente? ¿Qué día es gratuita la entrada al Louvre? ¿Dónde comer bien sin gastar tanto en Roma? Las respuestas a estas y otras cuestiones, en un imprescindible paquete de datos y recomendaciones para disfrutar del viaje a pesar del "efecto euro".

 
Una guía de supervivencia
Alquiler de bicicleta por una semana en París: 5 euros; pedalear sin apuro junto a la torre Eiffel: no tiene precio Foto: Corbis
 

Los que quieran conseguir tickets económicos para viajar a Europa esta temporada... tendrán que hacer muy bien la tarea.

Este año el escenario es completamente diferente al del anterior, donde las aerolíneas salieron a combatir la crisis con una guerra de tarifas y ofertas de último momento.

Cuando la nube de cenizas causada por el volcán islandés se diluya definitivamente y el tráfico aéreo se normalice se espera que las tarifas se mantengan en valores relativamente altos.

Pero como el que busca encuentra, a pesar de todo se pueden conseguir buenas tarifas, especialmente si se consideran algunas claves:

1) La primera es lógicamente alejarse lo más posible de la temporada alta, que coincide con el verano europeo. Durante julio, agosto y mediados de septiembre las tarifas son más costosas. Entre 300 y 500 dólares más, como mínimo. Durante julio, las tarifas para volar de Buenos Aires a las capitales europeas oscilarán entre 1800 y 1900 dólares.

2) No menos importante es comprar los pasajes con mucha antelación para asegurarse la tarifa más económica. Dos meses antes es lo óptimo.

3) Ser sumamente flexible con las fechas de salida y hasta con la ciudad que abra las puertas del Viejo Continente. Al comprar el pasaje conviene también averiguar por otras ciudades europeas. Puede haber grandes diferencias por ofertas o acuerdos entre agencias y aerolíneas. Todo se soluciona con una conexión en vuelo interno o en tren.

"Los precios de los pasajes subieron alrededor de un 10 por ciento en relación con el año último. Aunque todavía no se puede hablar con certeza, es posible que en los próximos meses se mantengan tarifas altas por la demanda que surgirá después de la cancelación de tantos vuelos por la nube de cenizas", explica Guido Glikin, gerente general de Despegar.com .

"Aunque no habrá promociones especiales, tenemos buenas tarifas para ir a Fráncfort, Milán y Madrid, con vuelos de TAM y Aerolíneas Argentinas, cuenta Glikin.

Como ejemplo, las tarifas de Despegar.com son: desde 1079 dólares a Milán y desde 1149 a París, Fráncfort y Madrid, en temporada baja, con TAM. Por Aerolíneas Argentinas, desde 1249 a Madrid y Barcelona.

"Este año, en cuanto a ventas, es mucho mejor que el anterior, que fue malo. Nuestras mejores tarifas son para viajar por Air Europa a Madrid. En temporada baja, desde 1250 dólares", cuenta Ricardo Guerreo, director de TIJE.

Bajo costo, letra chica

La proliferación de las aerolíneas low cost en Europa, con precios casi irrisorios como viajes por 5 euros (son pocos, pero funcionan como buena acción de marketing) ayudan a bajar los presupuestos de los viajes.

Las low cost no se adaptan a todos los viajeros y los pasajes tienen muchas restricciones y letra chica, esa que se lee cuando ya es demasiado tarde.

Para sacarle provecho hay que tener en cuenta varios puntos:

1) Son recomendables como vuelos individuales, no en un plan de vuelo con más conexiones. Las low cost no se hacen cargo si se pierde un vuelo próximo por demoras.

2) Convienen sólo si estamos seguros de que no se va a modificar la fecha del viaje; si no terminan costando más caros que un vuelo regular.

3) Suelen llegar a aeropuertos alternativos, a veces alejados de la ciudad a la que uno quiere ir, por lo que hay que tener en cuenta el traslado interno.

Por ejemplo, en Barcelona usan el aeropuerto de Reus y Girona. No se ahorraría nada si uno se baja del avión y se toma un taxi.

4) Tienen buenas ofertas de último momento, que incluso se pueden comprar en el aeropuerto antes del viaje.

5) Cada vez imponen más cargos extras, como a las valijas, con límites de peso acotados. Son ideales para viajar sólo con equipaje de mano. Por ejemplo, despachar la valija cuesta desde 20 euros.

6) No brindan servicio gratuito de abordo. Se paga hasta el agua mineral.

7) Ofrecen buenas tarifas para vuelos one way (sólo un tramo).

8) En muchos casos es imprescindible imprimirse el boarding pass para viajar. Cobran altísimos cargos extras por llegar sin el impreso.

Las más conocidas en el Viejo Continente son Ryanair, Vueling, Easy Jet y Clickair, entre otras.

La vía para reservar vuelos en estas aerolíneas es Internet. Cada una tiene su propio sistema de reservas, aunque hay páginas con motores de búsqueda que permiten comparar entre una y otra.

El portal www.flylowcostairlines.org busca las diferentes ofertas para cada ruta y redirecciona a la página de la aerolínea para hacer la reserva.

También desde agencias on line de Europa, como www.rumbo.es o www.edreams.es/s , que están en español, se pueden reservar los vuelos, pero hay que pagar por gastos de gestión alrededor de 15 euros.

Las ofertas de las low cost son permanentes, sólo basta mirar las páginas para encontrar tarifas increíbles por 10 euros con impuestos, como las que ofreció Ryanair, durante la semana para viajar por distintas ciudades de España (ya se venció). Pero siempre hay nuevas, sólo requiere adaptarse a las condiciones que exigen.

Fuera de las promociones, por ejemplo, por Ryanair, de Sevilla a Roma, cuesta 42 euros.

Por Easy Jet, de Amsterdam a Praga, 35 euros. De Berlín a Madrid, 70 euros.

Vueling ofrece vuelos por ejemplo entre Budapest y Barcelona, 60 euros; de Londres a Sevilla, 55 euros.

Por Andrea Ventura
De la Redacción de LA NACION

El pedaleo urbano, otra forma de conocer una ciudad

Desde el Vélib en París al Bicing en Barcelona, el sistema de alquiler temporario de bicicletas se impone en el Viejo Continente

El pedaleo urbano, otra forma de conocer una ciudad

La propuesta más importante la lanzó París, en 2007 Foto: Archivo

En Francia son las Vélib, en Barcelona es el Bicing, en Viena el Citybike, en Copenhague el Bycyklen, en Bruselas el Cyclocity...

Ya sea para reducir los congestionamientos, incorporar opciones ecológicas, abaratar los costos de transporte o promover la actividad física -o todas las razones juntas-, lo cierto es que las bicicletas de alquiler temporario han invadido decenas de ciudades europeas.

París estrenó el sistema hace tres años (luego del éxito que tuvo en las ciudades de Rennes y Lyon, entre otras), convirtiéndolo en el proyecto más grande y deslumbrante de este tipo en todo el mundo.

Así, por apenas un euro el día, cinco euros la semana o comprando un abono de un año (29 euros), se pueden usar las bicis que el municipio parisino denominó Vélib (combinación del francés vélo , bicicleta, y liberté , libertad).

Son casi 20.000 bicicletas repartidas en 1500 estaciones, una cada 300 metros (la idea es poder tomarlas en una y devolverlas en otra).

Para alquilar hay que introducir una tarjeta de crédito en una suerte de parquímetro y seguir los pasos en pantalla hasta obtener el ticket (se retienen 150 euros de depósito para garantizar la devolución de la bici).

Pioneros

Los países escandinavos son pioneros en los sistemas de alquiler de bicis, que, más allá de la recreación, constituyen un medio de transporte habitual para los locales.

En Oslo, por ejemplo, se puede usar un rodado por apenas nueve euros cada temporada (de abril a octubre), mientras que en Estocolmo, el alquiler de una bici cuesta 22 euros anuales.

Y en Dinamarca, donde hay 4 millones de bicicletas para un total de 5 millones de habitantes, la alcaldía de Copenhague financia desde 1995 el alquiler de estos vehículos. Fue esa misma alcaldía la que empezó distribuyendo viejas bicicletas por la ciudad para que la gente las utilizara gratuitamente, hace casi 20 años.

Pero fue Holanda, si de elegir un país se trata, la gran precursora en materia de bicimanía.

Aun quienes no son fanáticos del pedaleo encontrarán que Amsterdam posee todas las facilidades para moverse sobre dos ruedas, desde parkings de bicicletas hasta trenes adaptados para viajar con ellas, pasando por kilómetros y kilómetros de bicisendas.

Frente a la estación ferroviaria de esa ciudad, asimismo, hace años que existe un estacionamiento para ciclistas de varios pisos, con cantidad de bicicletas a disposición del turista.

En Alemania y Austria, en tanto, los abonados al sistema de alquiler reciben un SMS con un código que les permite destrabar las bicicletas de sus columnas electrónicas.

España es otro de los países que han adoptado el sistema en forma extendida: nada menos que 75 ciudades, pueblos y pueblitos se sumaron a la propuesta en los últimos tres años.

El boom de la bicicleta de alquiler entró en España vía Barcelona, en 2007, a través del sistema Bicing. Pero fue en Zaragoza (con Bizi) y Sevilla (Sevici) donde más éxito ha tenido hasta ahora. Según publicó recientemente un diario de Zaragoza, "los zaragozanos han recorrido en Bizi más de 5.500.000 kilómetros desde mayo de 2008, cuando el sistema fue inaugurado. Eso equivale a 137 vueltas a la Tierra o a más de 14 viajes a la Luna".


Su Majestad el Tren

El reinado del ferrocarril sigue firme con buenas ofertas y servicios

Su Majestad el Tren
Los trenes panorámicos de Suiza, un espectáculo Foto: GENTILEZA RAILEUROPE
 

El hábito de movernos en tren, ¡y cómodos!, todavía nos es extrañamente ajeno en estas latitudes. Pero conviene tener presente este medio de transporte a la hora de recorrer varias ciudades e incluso varios países dentro de Europa (sí, el ferrocarril en el Viejo Continente llega a absolutamente todas partes). No sólo por eficiencia y calidad, sino también por precio.

Así, los pases de Eurail (que se comercializan en todo el mundo a través de la empresa Rail Europe) ofrecen la posibilidad de recorrer tres, cuatro o cinco países limítrofes entre 22 naciones europeas que estén comunicadas por tren o barco.

Lo mejor, claro, es tomarse el trabajo de planear el viaje con anticipación, de modo de encontrar el modelo de pase que se ajuste a las necesidades de cada pasajero.

Por ejemplo, existen pases válidos para varios países o para uno solo; para un determinado número de días en el transcurso de un mes; para grupos de dos a cinco adultos que viajan juntos; para mayores de 60 años o para menores de 26 años, entre otras sorprendentes y hasta complejas combinaciones (hay 49 pases disponibles).

Algunas tarifas

Para tener una idea de precios, el Eurail Select Pass, para visitar tres países en cinco días, dentro de un período de dos meses, es de 324 euros por adulto, o 362 si se visitan cuatro países (los días de viaje pueden usarse en forma consecutiva o no).

Ahora, si las personas que viajan juntas son dos o más, entonces el precio que se debe abonar será de 275 euros por cabeza, o 306 si se suma un cuarto país.

Si el plan es viajar a más de cinco países, lo ideal es sacar el Eurail Global Pass, el llamado padre de todos los pases. También está el Eurail Global Pass Saver, para personas que viajan juntas, que por 433 euros (por pasajero) permite moverse libremente por 21 países europeos durante 15 días. Menores de 4 no pagan, y entre 4 y 11 abonan la mitad.

Allá no se consigue

Y si, por otro lado, sólo se desea visitar un solo país, el Single Country Pass es la opción más conveniente.

Es importante saber que este tipo de boleto no se vende en Europa, por lo que hay que comprarlo en el país de origen a través de los agentes generales de Rail Europe ( www.raileurope-la.com ). Además, conviene siempre hacerlo por Internet, que suele ofrecer descuentos y promociones que de otra manera se pasarían por alto.

El Swiss Pass, por ejemplo, es válido también para ómnibus y barco, además de otorgar entradas gratis a más 400 museos del país ( www.swisstravelsystem.com ).

Por último, aunque no menos importante, no hay que olvidar que 1) en la mayoría de los trenes hay primera y segunda clase, con la consiguiente diferencia de tarifas; 2) que con mayor anticipación se consigue mejor precio. Y ojo que hay muchos trenes en los que se puede viajar sin reserva previa, y otros donde ésta es obligatoria, como el TGV francés, el Eurostar Italia o el Ave de España, entre otros.

En la última década, los trenes de alta velocidad (hablamos de 300 kilómetros por hora) lograron lo impensable en épocas de aerolíneas low cost: llegar a competir con el transporte aéreo, al menos en viajes de media distancia por Europa. El Eurostar, por caso, une Francia y Bélgica con Inglaterra a través del túnel del Canal de la Mancha, y ya transporta el 70 por ciento de los viajeros que van o vuelven de Londres a París.

A modo de repaso, vayan algunas de las ventajas más significativas con las que cuenta el tren:

1) Las estaciones, a diferencia de los aeropuertos, suelen estar en pleno centro de la ciudad, incluso bien cerca de una buena cantidad de hoteles.

2) Para tomar el tren no hace falta presentarse en la estación hasta tres horas antes de su partida, como es el caso de los aeropuertos antes de tomar un avión.

3) No hay que chequear equipaje, pagar multas por sobrepeso o preguntarse si la valija llegará a destino.

4) Los pases para múltiples trayectos a veces son más baratos que comprar varios tickets aéreos por separado.

5) Dentro del tren se puede usar la computadora (muchos de ellos cuentan con conexión Wi-Fi gratuita, y otros paga) y el teléfono.

6) Los pueblos y paisajes se aprecian mejor desde la ventanilla.

7) En los vagones hay más espacio para estirar las piernas que en una butaca de avión, se puede reclinar el asiento durante todo el viaje y no hay que usar cinturón.

Europa por menos / Italia

Roma, cuando el presupuesto no es eterno

Consejos con conocimiento de causa para que el dinero rinda más en la capital italiana

ROMA.- Antes que nada, hay que tomar conciencia de que, si uno hace cuentas -sumas, restas, divisiones-, siempre va a quedar amargado con el cambio peso-euro. Por eso lo mejor es relajarse y disfrutar. Pero, claro, siempre son bienvenidos los consejos sobre lo bueno y barato .

A la hora de dormir

Empecemos por el dormir: en la ciudad eterna los hoteles son carísimos. Por eso últimamente para muchos, sobre todo si viajan en familia, lo mejor es alquilarse un departamento, opción que normalmente sale más barata que irse a un hotel, con la ventaja de que si uno quiere también puede comer allí, comprando lo necesario en un supermercado cualquiera y abaratando ulteriores costos. En este sentido, una excelente alternativa es www.romerents.com , que tiene departamentos muy lindos en todo el centro histórico de Roma; además, está manejado por una argentina.

Para quienes viajan solos, otra opción, más barata aún, es dormir en hostales de monjas o religiosos: por su óptima ubicación (a pasos de Piazza Navona) son recomendables el Centro Minozzi (+39-06-6864561) o la Fraterna Domus (+39-06-68802727). Como ambos están siempre muy llenos, hay que reservar con muchísima anticipación; la única desventaja es que tienen toque de queda: hay que volver a dormir antes de las 11 de la noche.

Mangia, mangia!

Pasando a la comida, para el almuerzo Salotto 42, en Piazza di Pietra, zona Pantheon, es un lugar chiquito pero muy cool, que tiene un buffet de ensaladas por 12 euros. Está muy bueno porque no son las clásicas ensaladas sino que hay también pescado (los viernes), legumbres, cereales, etc. Un lugar que vale la pena visitar.

Friends (en Trastevere, Piazza Trilussa 34), tienen menú de almuerzo por menos de 10 euros, la comida es muy rica y el lugar tiene toda la onda, es bastante moderno en el medio de Trastevere, un barrio antiguo y tradicional.

Cacio e Pepe (que traducido es Queso y pimienta, una tradicional receta de pasta romana) queda en la zona de Prati (Via Giuseppe Avezzana 11), es un lugar minúsculo con mesas afuera todo el año donde se come una pasta espectacular en un ambiente muy informal por unos 15 euros por persona con bebida.

A la noche, una buena opción para abaratar la cena es el aperitivo, de las 18 en adelante. Con un trago que sale de promedio 6 euros, uno se puede servir todas las veces que quiera la comida que está en la barra. Suele haber muchísima variedad -pasta fredda, tarteletas, fiambres, quesos, aceitunas- y se une lo divertido de salir a tomar algo con la cena, reduciendo muchísimo los costos (se come tanto que al final uno se ahorra la cena). Tanto Salotto 42 como Friends tienen muy buenos aperitivos (aunque la onda del segundo es mucho más informal). También en Trastevere está Freni e Frizioni (que traducido es Frenos y embriagues, Via Politeama 4), un bar donde antes había un taller mecánico (de ahí, el nombre) donde se come bárbaro pero no hay lugar para sentarse; o Primo Café en la zona de campo de Fiori (Via dei Baullari 147).

Para una cena más tradicional, lo clásico es salir a comer pizza, que es la opción más barata. Según quien escribe, una de las mejores pizzas se come en Ai Marmi (conocida por todos como L´Obitorio, la morgue, por sus tradicionales mesas de mármol), en Viale di Trastevere 53. Ahí, en un ambiente que recuerda a un bodegón de Buenos Aires, muy ruidoso por cierto, para comer una pizza y tomar una cerveza se gasta menos de 20 euros por persona.

Salir a comprar

Para comprar ropa, manteles o demás artículos para la casa -y para llevar de regalo-, Italia se caracteriza por le bancarelle que son como puestitos de mercados móviles que van parando en distintas partes de la ciudad. Cuando uno las ve, vale siempre la pena parar para ver qué tienen. Aunque últimamente hay que tener cuidado porque muchas cosas no son made in Italy, sino in China. Hay otros mercados que están siempre, como el muy característico de la piazza Campo de Fiori -bastante caro para todo lo que es comida, por cierto-, o el de Piazza Mazzini (en realidad se encuentra a unas cuadras de esa Plaza), que está todos los días y tiene ropa muy linda y muy barata (vestidos por 10 euros, remeras por 6, suéteres por 15). Otra alternativa es el mercado de Via Sannio, en el barrio de San Giovanni, que es inmenso y tiene de todo, desde carteras y zapatos hasta camperas de cuero, y también mucha ropa usada, a veces cosas de marca muy buenas.

Si uno está desesperado por el shopping, en las afueras de Roma hace unos años abrieron un outlet que se llama Castel Romano. Tiene muchísimas marcas importantes y muy buenos precios ( www.mcarthurglen.it/castelromano/home/home.php ).

Por Elisabetta Piqué
Corresponsal en Roma



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