Traducción sobre los Reyes Magos - LATINOS EN ITALIA

¿Existieron realmente los Magos?

Sin ellos, el belén no está completo.Tradicionalmente el 6 de enero, día de la Epifanía. se celebra su visita al Niño Jesús.

No eran reyes, no necesariamente tienen que ser tres, y ciertamente no siguieron un cometa. Si vinieron de Persia o Mesopotamia es solo una hipótesis; que se llamaran Melchor, Baltasar y Gaspar una leyenda; que uno de ellos era negro, un invento fantasioso. Aunque son citados por un solo evangelio de cada cuatro (Mateo), que les dedica doce versículos en total (2: 1-12), la anécdota que les concierne es una de las más populares (y falsificadas) de la historia sagrada. Pero entonces, ¿Existieron realmente los magos?

Si usamos la "m" minúscula, la respuesta es sí. Fuera del Evangelio, de hecho, los Magos eran los sacerdotes de los medos, antepasados de los kurdos actuales: un pueblo montañés que en el siglo VI a.C. C. fue sometido por los persas. El griego Herodoto dice que interpretaron los sueños y estudiaron las estrellas. No está claro qué dios adoraban originalmente; pero en tiempos históricos practicaron el mazdeísmo, religión que tenía su profeta en Zoroastro y su símbolo en el fuego.

EL ÚNICO VERDADERO. Ciertamente, sin embargo, esos astrónomos-adivinos-sacerdotes nunca fueron reyes. O más bien: hubo una excepción a la regla, en 522-521 a. C. C., cuando un extraño mago, mujeriego y mutilado de orejas, como Smerdi alias Gaumata, arrebató el trono y el harén al rey Cambises II, ausente de casa, buscando entonces consensos para el golpe con el método más antiguo del mundo, es decir. impuestos. Herodoto narra: "Envió aquí y allá a todos los pueblos bajo su dominio para proclamar que concedía la exención del servicio militar y de los impuestos durante tres años".

Ese único "rey sabio" en la historia no pudo cumplir su promesa, porque sólo duró 7 meses; luego terminó decapitado. Ya nadie lo imitaba, también porque comenzaron las persecuciones contra los magos. Pero en la época de Jesús todo esto era prehistórico: el Imperio Persa había terminado hacía mucho tiempo y los Magos habían reanudado sus ritos y sus estudios astronómicos; por tanto, tenían todos los títulos para ser los protagonistas de un cuento “mágico” como el que conocemos.

¿VERDAD HISTÓRICA? Sin embargo, ¿Es confiable el texto de Mateo? Los historiadores son escépticos. «Todo sugiere» observa Mauro Pesce, profesor de Historia del cristianismo en Bologna (Italia) «que la historia de los Magos es sólo un artificio literario-propagandístico. Mateo escribió alrededor del año 80, cuando la nueva religión se estaba extendiendo fuera de Palestina. Probablemente su evangelio quería enviar un mensaje a los no judíos, diciendo que Jesús se había revelado también y sobre todo a ellos: de hecho, para los judíos los magos eran "gentiles", es decir, paganos; sin embargo, según Mateo, lo sabían.

"En la historia del Evangelio", añade Francesco Sforza Barcellona, profesor de Historia del cristianismo en la Universidad de Roma-Tor Vergata, "también hay mensajes codificados para los judíos. Es evidente el esfuerzo por cuadrar la figura de Jesús con las profecías bíblicas. Por ejemplo, en el Salmo 71 (ahora 72) se predijo que el Mesías recibiría "oro de Arabia" y que "los reyes de los árabes y de Saba" (léase Yemen) "le ofrecerían tributo". Y aquí está la adoración de los Magos, que con su oro "legitiman" a Jesús sobre la base de parámetros bíblicos ".

No es todo. En el Antiguo Testamento, el Libro de los Números narra que en la época de Moisés un adivino, un tal Balaam, había lanzado una sombría profecía: "Una estrella se levanta de Jacob y un cetro se levanta de Israel, rompe los templos de Moab y los cráneos de los hijos de Set ”(Nú, 24: 17). De ese versículo los judíos habían deducido que el Mesías, destinado a hacer triunfar a Israel sobre sus enemigos, sería anunciado por una estrella excepcional. Y aquí Mateo, puntualmente, combina el nacimiento de Jesús con una extraña estrella: un cometa, según la interpretación actual. De la llegada del Mesías ante el clero de Jerusalén ”.Si el énfasis se pone solo en las intenciones de propaganda de Matthew, la discusión puede detenerse aquí: los magos deben ser degradados de personas reales a meros símbolos. Como Gog y Magog, personificaciones de la guerra en el Apocalipsis. O, más secularmente, como la bruja de Blancanieves, la encarnación del mal en el cuento de hadas de los hermanos Grimm.

Además, al menos otros dos elementos de duda pesan sobre la historia de los Magos. El primero: el Evangelio de Mateo es el único que lo cuenta. El segundo: alrededor del Año Uno, ningún cometa visible a simple vista se acercó a la Tierra. En realidad, la primera duda es infundada, porque la "soledad" de Mateo solo se presume: de hecho, si se mira más allá de los evangelistas canónicos, resulta que otros 4 textos antiguos, definidos como apócrifos por la Iglesia, también hablan de los Magos ( es decir, excluido de la Biblia). Tres (el evangelio árabe-siríaco, el evangelio armenio de la infancia y el pseudo-Mateo) son en realidad tardíos (desde el siglo V en adelante). Pero uno no: es el Protoevangelio de Santiago, escrito unas décadas después del texto de Mateo. Entonces, las fuentes principales de la historia de los magos son al menos dos.

SIN COMETA. La ausencia de "estrellas con colas", sin embargo, es un hecho cierto. Según los cálculos modernos, de hecho, el cometa Halley, el más brillante de los que tuvieron un período corto de revolución, apareció en 87 y 12 a. C. C., para regresar solo en 66 d. C., por lo tanto fuera del marco de tiempo útil. En cambio, el cometa de Encke pasó alrededor del primer año, pero no era visible a simple vista. Y de hecho, nadie lo notó. También se pensó en un posible cometa irregular, pero la investigación en textos seculares antiguos no condujo a encontrar citas de la estrella.

La inútil "búsqueda del tesoro" ha durado siglos, también porque abunda la materia prima: de hecho, la aparición de cometas se ha observado con diligencia desde la antigüedad tanto en China como en Occidente. Limitando el campo a la literatura latina, los autores que trataron el tema fueron al menos cuatro: Tácito, Suetonio, Plinio el Viejo y Flavio José.

De todos, el "notario" más escrupuloso de los fenómenos celestiales fue Plinio, quien en los dos siglos al final del Año Uno registró hasta 7 "estrellas con cola" (incluida Halley), todas muy lejos del nacimiento de Jesús.

ESTRELLAS PINTADAS. ¿Es el último adiós a la credibilidad de la historia de los Magos? No, porque el "cometa de Jesús" es una falsificación que solo se impuso en la Edad Media. Para hacerlo oficial no fue un teólogo sino un pintor, que en un fresco en Padua (ver foto abajo) combinó a los Magos con una estrella con cola. Era Giotto, influenciado por una experiencia personal: "Cuando pintó la estrella de Belén", observa Roberta Oslon, una estudiosa de la historia del arte, "la hizo como un cometa, que en realidad había observado años antes". De hecho, el fresco se remonta a alrededor de 1303 y Halley falleció en 1301.

Pero Giotto estaba equivocado, porque ninguno de los textos antiguos comparó a los "Tres Reyes" con un cometa. Mateo habla genéricamente de una estrella, obviamente anómala, visible en dos momentos distintos: primero durante el viaje de los Magos a Jerusalén, luego durante el traslado a Belén. Y James se refiere a "una estrella muy grande, que brillaba entre las otras estrellas y las oscurecía, tanto que las estrellas ya no se podían ver". El Pseudo-Mateo se alinea, hablando de "una estrella enorme [...] cuyo tamaño nunca se había visto desde el origen del mundo".

ENIGMA REVELADO. Entonces, ¿A qué estrella aludían los textos antiguos? «El fenómeno astronómico más probable», responde Corrado Lamberti, editor de la revista Le Stelle «es una conjunción Júpiter-Saturno que tuvo lugar en el 7 a. C. C .: ese año los dos planetas se encontraron en el cielo cerca uno del otro tres veces. La tesis tiene cierta credibilidad, también porque se han encontrado efemérides babilónicas (es decir, tablillas con el cálculo de los movimientos de las estrellas, ed.) Relativas al evento, señal de que se le dio una importancia considerable al fenómeno ".

La teoría no es reciente: la formuló el astrónomo alemán Johannes Kepler. En 1603 observó una conjunción entre planetas, que combinados parecían una estrella enorme. Impresionado, calculó si el fenómeno también podría haber ocurrido en el Año Uno: concluyó que no, pero descubrió que una conjunción había ocurrido varias veces en el 7 a. C. C. Por lo tanto, escribió un tratado (De anno natali Christi) en el que sostenía que la fecha del nacimiento de Jesús debía adelantarse.

Puede parecer una conclusión excesiva, pero de hecho nuestro calendario está mal. El error se remonta a un monje del siglo VI, Dionisio el Pequeño, que inauguró la costumbre de contar los años desde el nacimiento de Jesús, pero partía de una fecha posterior a la verdadera. Hoy se da por hecho que Cristo, paradójicamente, nació antes de Cristo: mínimo 4 años, máximo 8.

Siendo este el caso, tres hechos parecen ciertos: que alrededor del año del nacimiento de Jesús había efectivamente una "estrella" anómala; que esta estrella apareció varias veces de forma intermitente, como dice Mateo; y que ciertos astrónomos orientales ("magos") lo habían notado, como lo demuestran las efemérides de las que habla Lamberti.

PARAPORTE IRANÍ. Así, la historia del Evangelio, tratada con escepticismo por los historiadores, adquiere más crédito entre los astrónomos: gracias al elemento que parecía más imaginativo (la estrella) los Magos salen de la dimensión de cuento de hadas para convertirse en personajes históricamente posibles. Sin embargo, con una condición: que nos ciñamos a los magros relatos de Mateo y Santiago, eliminando a los Reyes Magos de todos los atributos que la tradición les ha impuesto. A través del cometa, por tanto; pero también a través de las coronas, los nombres, el número tres. Aunque sorprenda, de hecho, el Evangelio de Mateo nunca dice que los Magos fueran reyes, ni que fueran tres: habla genéricamente de "algunos". "Tanto es así que las imágenes más antiguas" observa Sforza Barcellona "a veces representan 2, otras 4 o incluso 12". Indicaciones aún más generales son las de la patria de los Magos: Mateo habla sólo del "Oriente". Y la hipótesis actual es que alude al Irán actual, donde el mazdeísmo tuvo sus raíces y donde una ciudad (Yazd) todavía está habitada por 12.000 zoroastrianos, adoradores del fuego sagrado. En tiempos de Jesús, sin embargo,los Magos ya no eran exclusivos de Medo-Persa: los Hechos de los Apóstoles mencionan uno en Samaria y otro en Chipre. Entonces, la palabra "Este" podría indicar otros países al alcance de un camello. Quizás Irak, donde se encontraron las famosas efemérides babilónicas. O la Península Arábiga, donde el "análisis de la mercancía" del texto de Mateo parece dirigir: de hecho, la única región que produjo los tres regalos de los Magos (oro, incienso y mirra) fue Arabia Félix, correspondiente a la actual Yemen y Omán del Sur.

CARAVANEROS. Pero si Mateo es tan escaso de noticias, ¿De dónde vienen todos los detalles de la tradición? De los apócrifos, llenos de "noticias" divertidas e imaginativas. Por ejemplo, el Evangelio armenio dice que conoce la duración del viaje de los Magos (9 meses) y sus nombres y hace un inventario del cargamento de su caravana, que llevaba más mercancías que una procesión de camiones de la Esselunga: además de oro, incienso. y mirra también tenía con él áloe, púrpura, muselina, nardo, canela, canela, plata, zafiros, perlas, lino y libros esotéricos.

Eso no es todo: en el mismo texto leemos que los Magos eran tres hermanos, reyes de árabes, indios y persas; que tenía un seguimiento de 12.000 jinetes; que en Belén incluso fueron precedidos por Eva, resucitada para la ocasión; finalmente, que la ira de Herodes por el nacimiento del Mesías fue tal que provocó un terremoto. Igualmente imaginativo es el evangelio árabe-siríaco, según el cual los magos regresaron a su tierra natal con un pañal de Jesús, que luego trataron de quemar ritualmente en el fuego sagrado. En vano: las llamas se apagaron y el pañal quedó intacto.

Está claro que todo esto no tiene valor histórico, ni remotamente: sólo intenta hacer llegar el mensaje cristiano a los pueblos orientales utilizando temas y símbolos familiares. Por ejemplo, la historia del pañal ignífugo era una alegoría obvia, diseñada para decirles a los persas que Jesús era más poderoso que su fuego sagrado. Y la maxi-escolta de los 12.000 caballeros fue un intento de reconciliar a Cristo con una profecía de Zoroastro, según la cual la llegada del Saoshyant (el Mesías Mazdeano) sería recibida con honores reales.

ANCESTRES DE LOS PITUFOS. Pero si quitamos las coronas y los atributos reales a los que nos ha acostumbrado la tradición, ¿Cómo deberíamos imaginarnos a los verdaderos Magos? Sencillo: con pantalón ajustado, túnica corta, zapatos de puntera curva y mantos anchos en los hombros; pero sobre todo con la cabeza cubierta por los típicos "gorros frigios" que hacían que los antiguos persas fueran similares a los modernos Pitufos diseñados por Peyo. Así, al menos, todas las imágenes cristianas primitivas los representaron; incluyendo un mosaico que una vez estuvo en la fachada de la Basílica de la Natividad en Belén, donde todo comenzó.