EL PESCADO PARA EL CRISTIANISMO
Estamos en pascua y nos preguntamos muchas cosas en relación a la pasión de Cristo. Una de ellas es la simbología. En Argentina como en muchos países del mundo solemos ver un pez en la parte de atrás de los automóviles o calcos alusivos. De donde viene esta usanza??
A partir de la resurrección de Jesus conforme a los evangelios los primeros seguidores de Cristo fueron perseguidos considerados sectas peligrosas. Una de las identificaciones utilizadas para distinguirse entre ellos sin ser capturados eran signos, imagenes , etc.
Entre las imagenes mas frecuentes utilizadas como señal era el "pescado"
Entre los símbolos empleados por los cristianos primitivos el del pez es probablemente el más importante. Mientras que el uso del pez en el arte pagano es antiguo y constante, la primera referencia literaria al simbólico pez es hecha por Clemente de Alejandría (n. cerca de 150), quien les recomienda a sus lectores que tengan sellos grabados con el pez o la paloma. Él no considero necesario dar ninguna razón para esta recomendación, por lo que se puede inferir seguramente que el significado de ambos símbolos era tan conocido por los cristianos que la explicación era innecesaria.
Luego de la Resurrección; pero su popularidad entre los cristianos se debió principalmente, al parecer, al famoso acróstico compuesto por las letras iniciales de cinco palabras griegas que forman la palabra pez , palabras que describen breve pero claramente el carácter de Jesucristo y su pretensión a la adoración de los creyentes: Iesous Christos Theou Yios Soter, o sea, (Jesús, Cristo, Hijo de Dios, Salvador). Que uniendo las siglas forman la palabra ICHTHYS que en griego significa PEZ (de hecho el cristianismo identifica a Jesus como el pescador de hombres).
Este emblema sigue vigente en nuestros días.
Como nota de color decimos que el estudio de los peces se llama Ictiología.
Fte: Xavi Casinos (La Vanguardia dé Barcelona)
Universidad Católica
Dölger, Franz Joseph. ICHTHYS
San Agustín: Ciudad de Dios, libro XVIII, cap. XXIII.
Comentarios al posteo a cargo de Diego Weinstein
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