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Ronda de mates entre amigos: Parte 4 / Carlos Gardel
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: 2158Fenice  (Mensaje original) Enviado: 05/02/2023 08:24
Carlos Gardel escuchándose a sí mismo en una victrola ortofónica, lanzada por la empresa Victor en 1925. El disco en formato de 78 RPM fue decisivo para la difusión en el espacio y el tiempo del arte de Gardel. En su vida, Gardel grabó unas 800 canciones diferentes, una cantidad enorme, la mitad de lo que grabó Bing Crosby durante una carrera tres veces más larga.

España y Francia

Consolidado en su dominio del tango canción y con su dúo con Razzano en el punto más alto de celebridad en la Argentina, Gardel ya estaba en condiciones de apuntar a Europa y al mercado musical internacional creado por el disco, mercado que en el futuro inmediato se verá amplificado por el cine y la radio.

El tango venía difundiéndose como baile de moda en Europa desde la primera década del siglo xx, estallando la tangomanía poco antes de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). En 1921 el italiano Rodolfo Valentino, adoptando la identidad de un bailarín argentino de tango vestido como gaucho, causaba sensación mundial con la película Los cuatro jinetes del ApocalipsisEspaña en particular tenía una historia tanguera previa incluso al tango argentino (el tango flamenco), y desarrollaría una importante vertiente autónoma del género, con epicentro en Barcelona y con canciones paradigmáticas, como «Fumando espero», del catalán Juan Viladomat Masanas (letra de Félix Garzo), y revistas especializadas como Tango Moda.En ese contexto, Gardel estaba a punto de mostrarle al mundo un modo de cantar el tango que lo haría célebre en la historia de la música popular.

En 1923 el dúo Gardel-Razzano tiene la oportunidad de realizar su primera gira a Europa, puntualmente a España, acompañando a la compañía teatral encabezada por la actriz Matilde Rivera y su esposo, el actor Enrique de Rosas. Como una estrategia escénica derivada del estereotipo internacional de la Argentina, los empresarios teatrales insistieron en que los músicos se presentaran vestidos de gauchos, aunque en Buenos Aires actuaran vestidos de esmoquin. Por esa razón, antes de partir se sacaron en Montevideo una nueva serie de fotos con José María Silva, disfrazados de gauchos. Debutaron el 10 de diciembre de ese año en el Teatro Apolo de Madrid, actuando con sus dos guitarristas como «fin de fiesta», luego de la representación dramática que la compañía realizaba cada noche. Las críticas sobre el dúo fueron buenas y luego de 40 presentaciones y con la misión de haber desembarcado en Europa cumplida, dejaron la compañía para ir a Francia, donde conocieron París y Gardel visitó a la familia Gardes en Toulouse.

En septiembre de 1925, luego de 12 años de cantar juntos y debido a una lesión de laringe de Razzano, el dúo decide separarse, pasando Razzano a ejercer las funciones empresariales.Años después, luego de un estricto trabajo foniátrico, Razzano intentaría volver al canto, pero sin mayores resultados. De ese intento final quedarían las dos últimas grabaciones del dúo, «Claveles mendocinos», de Alfredo Pelaia, y «Serrana impía», de José del Valle, grabadas el último día de 1929.

Teatro Goya de Barcelona, en el que debutó Gardel el 5 de noviembre de 1925, una ciudad que estableció un intenso vínculo con el cantor.

Mientras tanto, ya como solista, Gardel volvió a realizar giras por Europa, actuando nuevamente en España (1925/1926 y 1927) y luego en Francia (1928/1929). La gira de 1925/1926, con la misma compañía teatral que la realizada dos años antes, incluyó esta vez también a Barcelona, una ciudad que establecería un vínculo muy especial con Gardel.81​El éxito obtenido allí lo llevó a extender sus actuaciones de diez días iniciales a dos meses. En Barcelona Gardel grabó también veintiún temas, incluyendo un tango que le ofreció en ese momento el pianista madrileño Teodoro Diez Cepeda, «Dolor»,el primero de varios tangos y canciones españolas que Gardel iría grabando en el futuro,​ expresión de su vocación constante de conectarse con la canción popular de cada lugar. En la gira de 1925/1926, Gardel también se presentó con un éxito moderado en Madrid y en Vitoria, en el País Vasco, donde hasta ese momento era completamente desconocido.​

Estando en Barcelona, Gardel grabó varios temas para el sello Odeón utilizando por primera vez la grabación eléctrica con micrófono (antes se usaba bocina captora), el cambio tecnológico más significativo hasta el desarrollo del LP a fines de la década de 1940.​En Argentina, Gardel comenzaría a grabar mediante este sistema desde noviembre de 1926. La calidad de sus grabaciones mejora notablemente desde ese entonces.​Los años 1926 y 1927 fueron los años en que más discos grabó, superando en ambos las 100 canciones. De los éxitos de esa época se destacan «Bajo Belgrano» y «Siga el corso» («Esa Colombina puso en sus ojeras humo de la hoguera de su corazón...»), ambos de Aieta y García Jiménez, la primera versión de «Caminito», «A media luz» («Corrientes 348, segundo piso ascensor...»), «Tiempos viejos» («¿Te acordás, hermano? ¡Qué tiempos aquellos!...»), de Canaro y Romero, así como las primeras canciones de letristas jóvenes que se volverían clásicos, como Enrique Cadícamo y Enrique Santos Discépolo («Que vachaché»).

En 1927 Gardel compra para él y su madre su primera y única casa propia, ubicada en la calle Bermejo (luego Jean Jaurés) 735, una casa sencilla en el corazón de su barrio espiritual, el Abasto, exactamente a la vuelta del comité conservador en el que comenzó a cantar.

A fines de 1927 Gardel inició una nueva gira por España, la tercera, actuando en Barcelona, Madrid, Bilbao y Santander, con un éxito arrasador. «Vino Gardel y supimos lo que eran los tangos argentinos», sintetizó por entonces el periodista y músico catalán Brauli Solsona.Antes de volver a Buenos Aires, Gardel pasó por París, donde cerró un contrato para presentarse en esa ciudad en el segundo semestre de 1928.

Su estadía en Buenos Aires fue breve y luego de grabar varios discos (entre ellos el primer éxito de Discépolo, «Esta noche me emborracho»), de cantar por radio Prieto, presentarse en el Teatro Solís de Montevideo y contratar un tercer guitarrista, el «Indio» José Aguilar, zarpó nuevamente para Europa, esta vez con destino a París.

Cuando Gardel debutó en París, el tango en Francia ya tenía más de dos décadas de historia y, junto al jazz, era protagonista de la noche parisina.El centro de la vida nocturna en París era Montmartre y la aledaña plaza Pigalle, y el centro de la vida tanguera era el restaurante «El Garrón», donde durante casi una década había brillado el músico Manuel Pizarro, que jugó un papel crucial promoviendo la contratación de Gardel. «Sin embargo -dicen los hermanos Barsky-, a todo ese despliegue tanguero de casi tres décadas (en París) le faltaba una gran voz».

Edificio de la Ópera de París, al que Gardel fue invitado a cantar junto a las máximas estrellas del espectáculo parisino en 1929, en el punto más alto de su primera presentación en la capital de Francia.

Gardel y sus tres guitarristas (Ricardo, Barbieri y Aguilar) debutaron en París el 30 de septiembre de 1928, en una función de beneficencia en el teatro Fémina en Les Champs-Élysées y luego el 2 de octubre en el cabaré Florida, en Montmartre. Sus presentaciones se extendieron hasta abril de 1929, actuando también en los teatros Empire y Paramount, así como en las ciudades de Cannes y Montecarlo, siendo el punto más alto la invitación a participar del distinguido evento benéfico Bal des Petit Lits Blancs en la Ópera de París. Interpretó un repertorio variado, que incluía canciones en francés, que fueron muy bien recibidas. De aquel repertorio se destacaron los tangos «Adiós muchachos» y «Siga el corso», pero sobre todo la canción campera de Arturo de Nava «El carretero», que Gardel interpretaba con silbidos, como si él mismo estuviera arreando los bueyes de la carreta.El éxito fue rotundo, la venta de discos superó todas las previsiones y los parisinos silbaban «El carretero» por las calles.En la Navidad de ese año, su foto fue tapa de La Rampe, la principal revista de espectáculos de Francia, mientras que el mayor periódico francés, Le Figaro, ya había descripto su presentación en la ciudad luz como un «éxito triunfal» y explicaba del siguiente modo la sensación que generaba sobre el público: "Se tiene la impresión de que ejerce una suerte de encanto magnético sobre el público".

Le Figaro
Gardel luciendo vestimenta de gaucho para las presentaciones en Europa. Foto de 1923 tomada por José María Silva. Gardel, a su pesar, aceptó la exigencia empresaria de que en Europa debía presentarse con vestimenta gauchesca, si bien se tratase de un atuendo completamente ajeno al hombre de Buenos Aires.


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: karmyna Enviado: 06/02/2023 01:10
Gardel color.jpg 


 
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