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General: La respiración en el Islam y en el Sufismo
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De: Kadyr  (Mensaje original) Enviado: 27/12/2023 16:58

La respiración en el Islam y en el Sufismo

 

Decía el sufí Abu Yazid al-Bistami (m. 874): “Para el gnóstico, el verdadero culto es la respiración”. Y Abu Bakr ash-Shibli (m. 945) comenta: “el Sufismo, Tasawwuf es el control de las facultades y la observación de la respiración”. En la orden sufí naqshabandiya, la respiración es un elemento capital en la vía de transformación espiritual. Su fundador Bahauddin Naqshaband (1317-1389), comenta: “Esta escuela está construida toda ella sobre la respiración. Por eso es un deber para todos los buscadores ser conscientes de la respiración cada vez que inspiramos y espiramos”. Esta es la primera de los once principios en que se fundamenta el trabajo de esta orden. La expresión farsí hush dar dam significa ‘consciencia de la respiración’ y es una de las técnicas más potentes para llegar a desarrollar una consciencia interior.

 

Se dice en un versículo del Corán: “Aquel que dio principio a los cielos y a la tierra, cuando decreta algo, le basta con decir: ¡Sé! y es” (Kun faYakun) (2:16). Y: «En cada respiración, Allah crea mundos que Le glorifican día y noche». “E hizo (Allah) que su descendencia se produjera a partir de una gota de agua insignificante. Luego le dio forma e insufló en él parte de Su espíritu. Y os dio el oído, la vista y el corazón (32:7), “Y cuando le haya dado forma (al ser humano) y haya insuflado en él parte de Mi espíritu…” (38:71). «El es el Quien os creó a partir de un solo ser (nafs)…” (6:99). “Verdaderamente Jesús, ante Allah, es como Adam. Lo creó de tierra y luego le dijo: ¡Sé¡ Y fue” (3:58).

 

3. Al principio era el Aliento.

 

El Aliento hace la creación y, por consiguiente, crea al hombre (nafs).

 

Allah hizo la Creación por desbordamiento de amor. Su Aliento Misericordioso Kun (‘hágase’, ‘sea’) es el Sonido Primordial, que dio lugar a la Creación. En cada respiración el ser humano se une a esa energía. Este aliento del hombre es espíritu vital, se expande y contrae y forma parte del Aliento del Misericordioso.

 

Al respirar conscientemente, absorbemos sustancias energéticas sutiles que están en el aire. El aire que respiramos sirve para despertar los centros sutiles energéticos del cuerpo; estos centros sutiles, que se conocen en el Sufismo con el nombre de lataif, son cinco y se distribuyen a lo largo del cuerpo y actúan como transformadores de la energía espiritual.

 

Existe una relación estrecha entre el aire y el espíritu, lo que los hindúes llaman prana y los chinos chi. Por esto muchas lenguas vinculan con una sola palabra aire y espíritu. En árabe la palabra ruh nombra a la vez espíritu y soplo vital; por otro lado, respirar en árabe es nafas y personalidad es nafs, es decir, el yo experimentador, carácter, ego o alma. Pues como se dice en el Corán: “Allah creó el universo a través del Hálito del Misericordioso”; es el soplo mediante el cual Allah da la vida y transmite el espíritu (ruh) al cuerpo.

 

En la meditación sufí (dhikr) –es decir, en la pronunciación de los nombres de Allah–, los atributos divinos fluyen por todo el cuerpo gracias a la respiración. En la inspiración, la mente piensa y visualiza el nombre del de la invocación, dhikr; la lengua lo pronuncia –estando ésta conectada íntimamente con el corazón físico–, mientras que el corazón envía sangre por las arterias al cuerpo en cada movimiento sistólico de contracción, llegando a toda célula el efecto purificador de la meditación y eliminando lo tóxico y sacando de lo vivo lo muerto. Pues como dice un versículo del Corán: “No veis como de lo vivo Allah saca lo muerto y lo muerto de lo vivo”. Al hacer dhikr, las células “despiertan” reconociendo a su Creador. El corazón intuitivo Le reconoce como único Señor y Único Creador de los Mundos.

 

Es entonces cuando el cuerpo se “espiritualiza” y, por lo tanto, se “ilumina”. Al sufí persa Ibn Hassan an-Nuri se le veía iluminado cuando hacía dhikr; su nombre an-Nuri significa ‘el iluminado’. El Shayj marroquí Muhammad ibn al Habib había incorporado en su vida cotidiana el hábito de pronunciar en cada aliento el nombre de Allah e incluso durmiendo se le escuchaba decir ese nombre. En cada pronunciación, toda célula se orienta (se “enquibla”) hacia Allah, porque en cada célula permanece el recuerdo de su naturaleza esencial y la el Aliento del Misericordioso (Nafas ar-Rahmani).

 

4. Inspiración, espiración y expiración

 

La presencia de Allah se manifiesta mediante lo que podríamos llamar la “respiración universal”, es decir el Hálito del Misericordioso, mediante el cual, Él Crea y Re-Crea, pues el proceso de Creación no ha cesado desde el “primer instante creador”.

Los pulmones son el órgano que establece la función del primer vínculo entre el niño y el mundo exterior en su vida intrauterina. Respirar es vivir y constituye el contrapunto del morir. El miedo paraliza el flujo natural de la respiración y produce bloqueos energéticos y causa enfermedades psicosomáticas.

 

La inspiración nos reconecta con la energía del universo; es un dejarse morir, un entregarse generosamente a Allah en cada aliento. Sin embargo, en la entrega del aliento subyace la vida y, cuanto más abandona el ego la obsesión por la manipulación, más vida se genera. La respiración en la Medicina Musulmana tiene una gran importancia en la salud, pues es la que crea el equilibrio y armonía de los temperamentos en el cuerpo. Regula la alegría, la tristeza, la rabia, los celos y demás emociones. En el tratamiento se considera el efecto que puede causar el medicamento en la respiración.

 

5. La fase de inspiración

 

La vida dura el tiempo que va desde la primera inspiración a la última espiración; a esta última se la conoce como expiración, es decir, morir, expirar.

 

La primera inspiración del recién alumbrado es comenzar a vivir y la vida es expansión, movimiento y calor; pero además es comenzar a morir. También es separación de la madre por la ruptura del cordón umbilical, mediante la cual adquiere el recién alumbrado individualidad y autonomía como ser único. Nacer es alejarse del Origen pero, al mismo tiempo, es ir consumiendo el número de respiraciones que tenemos asignadas antes de regresar al Creador. Por todo esto, los sufíes antiguos lloraban cuando veían nacer un nuevo ser, porque comprendían profundamente el dolor que la separación de Allah conlleva, aunque también sabían la necesidad de este proceso de separación para vivir el “re-encuentro” con el Creador y la recompensa que la criatura obtiene en desvelamientos y comprensión que Allah Le regala por su esfuerzo en la consecución de esta “reunión”. Con la inspiración actualizamos los atributos divinos llevándolos a los centros de la mente, del cuerpo y del espíritu. Abrirse a la respiración y recibir el hálito es recibir la vida, porque el hálito es espíritu viviente. Bloquear la respiración es negación de la vida, es cobardía y miedo a vivir.

 

6. La fase de espiración

 

La espiración es contracción, entrega, abandono, aceptación. Es aceptar la muerte de las impurezas del yo (nafs). Contener el aire es temor a abandonarse, es egoísmo al retener algo que no nos pertenece. Es, en última instancia, temor a la muerte y miedo a lo desconocido; es sufrimiento por aferrarse al mundo del apego y de la ilusión. El último suspiro es abandono de la vida en el plano físico y retorno del espíritu hacia el Originador de los Mundos. Espiración es aceptación de la muerte sin poner resistencia. También es deseo anhelante por el encuentro con el Amado. Dice el Corán: «Toda alma probará la muerte». El espíritu no morirá, pero la muerte del cuerpo dará un sabor de muerte al espíritu cuando éste se separe del cuerpo.

 

7. La fase de apnea

 

Pero la meditación más importante no es en la inspiración ni es la espiración, es la conciencia en la apnea –parada momentánea respiratoria–, porque es la barrera o barsaj entre lo vivo y lo muerto, entre este mundo (el mundo del espacio-tiempo y de las densidades –mulk–) y el otro (el mundo de los espíritus, de los ángeles, de los entes luminosos –malakut–). La apnea es la separación y diferenciación entre la inspiración y la espiración y el hombre es un “interespacio” barsaj, entre su Creador y la Creación. La inspiración y la espiración no pueden mezclarse –se está inspirando, espirando o en apnea–, como tampoco pueden mezclarse la vida y la muerte –se está vivo o se está muerto–. Un versículo del Corán dice: “Ha dejado que los dos mares se encuentren libremente”, “entre ambos hay un espacio que no traspasan”. Y también: “El es Quien ha hecho confluir los dos mares, uno dulce y agradable y otro salado y salobre. Entre ambos puso un espacio intermedio y una barrera infranqueable” (25;53).

 

Dice Ibn al-Arabi: «Todo lo que está en la tierra cambia de un estado a otro. Así, el mundo de las respiraciones cambia en cada respiración». «Permite esta realidad que alguien pudiera permanecer en un estado durante dos respiraciones o dos momentos».

La consciencia en la apnea es unión o re-unión con nuestro ser y por lo tanto encuentro en Allah.

 

Por todo lo anterior expuesto podemos decir que entre la inspiración y la espiración existe un secreto que espera ser desvelado por el ser humano y, para desvelarlo, tiene que observar la apnea, recordando en todo momento a Allah.

 

8. Relación entre lo divino y lo humano a través de la respiración y el dhikr de Allah

 

Cada letra del alfabeto árabe tiene asignada una relación entre lo divino y lo humano. Es en el cuerpo y en el corazón donde los atributos divinos se estimulan a través de la recitación del Sagrado Corán o en la repetición de los nombres de Allah. Una de las múltiples formas de recordar a Allah puede ser: «Hasbunallahu wa ni´amal wakil» “Allah me basta y Él es mi mejor Guardián”; repetido 73 veces, purifica el yo de lo que le turba, fortalece al sufí y es aliento y pura compasión para quien lo repite. Es un dhikr para los momento de crisis.

 

9. La recitación del Corán (discriminación y discernimiento)

 

“Y con el Corán hemos hecho descender una cura y una misericordia para los creyentes” (Corán, 17, 82).

 

La recitación del Corán es cura en sí misma; su práctica de recitación conlleva unos tiempos respiratorios definidos, que junto a la dicción correcta de sus palabras emitidas en esta recitación provoca unos efectos transformativos energéticos profundos y de absoluta perfección. Cada palabra del Libro Generoso, cada aleya posee un significado emanado directamente de la “Fuente”, que transciende la temporalidad (palabra de Allah eterna, no creada) y que posee en sí misma siete niveles o planos de comprensión y de efecto transformador.

 

Respiración Consciente ( “Hosh dar dam” )

Hosh significa "espíritu". Dar significa "en". Dam significa "aliento". Esto significa, que:

 

"El buscador sabio debe salvaguardar su aliento para que no quede inconsciente, inhalando y exhalando, manteniendo así su corazón siempre en la Presencia Divina; y debe revivir su aliento con adoración y esclavitud y enviar esta adoración a Su Señor lleno de vida, por cada respiración. aquel que uno inhala y exhala con Presencia está vivo y conectado con la Presencia Divina. Cada aliento inhalado y exhalado mientras está inconsciente está muerto, desconectado de la Presencia Divina."

 

Además : "La misión más importante para el buscador en esta Orden es salvar el aliento y quien no pueda salvar el aliento, se dirá de él, 'se ha perdido'".

 

Se señala que : "El sufismo  se basa en la respiración. Por lo tanto, es un deber de todos salvaguardar su respiración durante la inhalación y la exhalación y, además, salvaguardar su respiración en el intervalo entre la inhalación y la exhalación.

 

En sufismo : "El dhikr fluye en el cuerpo de cada criatura viviente por la necesidad de su aliento - incluso sin voluntad - como un signo de obediencia, que es parte de su creación. Por su respiración, el sonido de la letra "Ha" del Divino Nombre de Allah se produce con cada exhalación e inhalación y es un signo de la Esencia Invisible que sirve para enfatizar la Unidad de Dios. Por lo tanto, es necesario estar presente. con esta respiración, para comprender la Esencia del Creador."

 

El nombre 'Allah' que abarca los noventa y nueve Nombres y Atributos consta de cuatro letras, Alif, Lam, Lam y el mismo Hah (ALLAH). La gente del sufismo dice que la Esencia absolutamente invisible de Allah Glorificado y Todopoderoso Gran Arquitecto del Universo  se expresa mediante la última letra vocal del Alif, "Ha". Representa al absolutamente invisible "El No-Él" del Dios Glorificado (Ghayb Lillah Al-Moutlaqa Al-Houwiyya 'azza wa jall) . El primer Lam es para identificación (ta c Rif) y el segundo Lam es para énfasis ( moubalagha ).

 

Proteger tu respiración para que no estés inconsciente te llevará a la Presencia y la Presencia Completa te llevará a la Visión y la Visión Completa te llevará a la Manifestación de los Noventa y Nueve Nombres de Allah y Sus Atributos. Allah os conduce a la Manifestación de Sus noventa y nueve Nombres y Atributos y de todos Sus demás Atributos, porque está dicho: "Los Atributos de Allah son tan numerosos como el aliento de los seres humanos".

 

Hay que saber que levantar la guardia por estar inconsciente es difícil para el investigador. Por lo tanto, debe guardarlo mientras busca el perdón (istighfar) , porque buscar el perdón lo purificará y santificará y preparará al buscador para la Real Manifestación de Allah en todas partes.  

 

Recuerdo (“ yada dasht ”)

Esto significa que el recitador de Dhikr salvaguarda su corazón con negación y afirmación en cada respiración sin abandonar la Presencia de Allah Todopoderoso y Glorificado Gran Arquitecto del Universo. Esto requiere que el buscador mantenga su corazón continuamente en la Divina Presencia de Allah. Esto le permite comprenderse a sí mismo y manifestar la Luz de la Esencia Única (anwar adh-dhat Al-Ahadiyya) de Dios. Luego rechaza tres de los cuatro tipos diferentes de formas de pensamiento: pensamientos egoístas, pensamientos malvados y pensamientos angelicales, manteniendo y afirmando sólo la cuarta forma de pensamiento, haqqani o pensamientos verdaderos. Esto llevará al buscador al estado más elevado de perfección al renunciar a todas sus imaginaciones y abrazar sólo la Realidad que es la Unidad de Allah, 'Azza wa Jall.

 

Se podría decir, en términos absolutamente alegóricos, que el Corán, su recitación, es la “Sinfonía Perfecta”, la “Sinfonía del Universo”, la “Sinfonía del creyente sometido en el Universo”. La Recitación da pleno reconocimiento y sometimiento a Quien, en su infinita generosidad, regaló al hombre el conocimiento de Su Palabra Perfecta para que con ella aprendiera a respirar en adoración completa a Él debida y se liberara así de todos los yugos y padecimientos que el velo de la ignorancia le acarrean

Es Allah o Alá  (pronunciando el nombre divino con cada respiración), las pronunciaciones se combinan con una inhalación y una exhalación intermitente. ​ El uso de estas técnicas de respiración que son varias  requiere práctica , ya que no es tan sencillo , se debe de hacer de forma consciente y sin pretender modificar el ritmo de la respiración sino hacerlo , de forma natural , no alterando la respiración, esto no es propio del Sufismo, del Islam , también es practicado en el Cristianismo y el Judaísmo, en la Masonería es el mismo sistema cuando se mencionan los nombres de las 2 columnas

Allah es el sonido de la respiración, lo mismo que ABBA en el Cristianismo     

Inhalar (inspiración): tomando aire se  pronunciando “A”

 

Exhalar (espiración): expulsar aire se pronuncia  “LA” Se podría decir, en términos absolutamente alegóricos, que el Corán, su recitación, es la “Sinfonía Perfecta”, la “Sinfonía del Universo”, la “Sinfonía del creyente sometido en el Universo”. La Recitación da pleno reconocimiento y sometimiento a Quien, en su infinita generosidad, regaló al hombre el conocimiento de Su Palabra Perfecta para que con ella aprendiera a respirar en adoración completa a Él debida y se liberara así de todos los yugos y padecimientos que el velo de la ignorancia profana  le acarrean

 

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