Los masones ocupan un lugar confuso en la imaginación del pueblo: para muchos son miembros de logia caritativos y amantes de la diversión que participan en ritos fraternales extraños pero inofensivos; para algunos otros, su secretismo resulta sospechoso; para unos pocos son satanistas que trabajan para destruir el cristianismo y apoderarse del mundo; mientras que un grupo de ciudadanos no masones se identifican con los  preceptos masónicos. Aunque muchos de los fundadores de la nación fueron masones, incluidos George Washington, Ben Franklin, Paul Revere y todos los participantes en el Boston Tea Party, ha existido una persistente clandestinidad conspirativa que durante 200 años los ha considerado como una fachada para alguna otra fuerza... -los Illuminati bávaros, la conspiración judía internacional, los paganos adoradores del diablo de la Atlántida, etc.- que busca socavar las instituciones y la soberanía estadounidenses.

Actualmente, existe una biblioteca y cada vez mayor de nueva literatura antimasónica que la asocia con el inminente Nuevo Orden Mundial al estilo masónico, que supuestamente amenaza la independencia del país y las libertades de sus ciudadanos; Según estos autores, la evidencia de que Washington, DC está ahora y ha estado siempre en las garras de esta conspiración, es abundante.

Esto incluye sobre todo los detalles del Gran Sello representado en el reverso del billete de un dólar, con su innegable simbolismo masónico de una pirámide inacabada, el Ojo que todo lo ve y el lema en latín que se traduce como "Nuevo Orden de las Edades". Incluso el número de plumas del águila del anverso del Sello se ha relacionado con el número de grados en el Rito Escocés de la Masonería. Se dice que no es una coincidencia que el sello apareciera en la moneda durante la presidencia de Franklin Roosevelt, un masón de grado 32 y el supuesto principal impulsor del colectivismo en Estados Unidos.

Se citan muchos detalles de la ciudad para demostrar una lealtad milenaria, antiamericana y anticristiana por parte del liderazgo nacional. El hecho de que la Estatua de la Libertad en lo alto del Capitolio no mire hacia el oeste, hacia el resto del país, sino hacia el este, hacia Egipto y Persia, es una de esas señales. Que el monumento a George Washington sea un obelisco egipcio es otra. Que las piedras angulares de muchos edificios gubernamentales, incluido el Capitolio, fueran colocadas por masones con sus uniformes completos, mandiles bandas y realizando rituales masónicos desconcertantes, es otra cosa más. La prueba definitiva de la conspiración es que los patrones de las mismas calles de la capital ocultan formas, símbolos y signos masónicos a todos menos a los ojos conocedores, si no omnividentes.

La versión más simple de la teoría del mapa masónico es la afirmación de que el centro comercial está diseñado para replicar una logia masónica, y un vistazo al plano típico de una logia del siglo XVIII sugiere rápidamente de dónde podría haber venido la idea: hay una aparente afinidad de forma. Según las historias masónicas, la forma de una Logia se había estandarizado en gran medida cuando se creó Washington en la década de 1790; Consistía en un largo rectángulo colocado de este a oeste, con un triángulo ahusado pero inacabado en el extremo oriental, donde se encontrarían los "simbolos" (compás, escuadra y Biblia), y donde el Maestro oficiaría. Por cierto, esto no describe necesariamente un edificio; Las líneas en un piso también constituirían una Logia.

Eso es esencialmente el centro gubernamental de la Ciudad de Washington . Es un largo rectángulo de este a oeste con un triángulo inacabado en su extremo este, formado por la convergencia de las avenidas Pensilvania y Maryland al pie del Capitolio. Donde estaría el Maestro Venerable presidente de la Logia , está el Capitolio. Ciertos detalles están ausentes, pero se pueden ubicar otras formas masónicas importantes en el centro gubernamental. Una vista aérea del Monumento a Washington y su pasarela circular, por ejemplo, muestra el "Punto en el Círculo", un símbolo de múltiples capas en el lado especulativo y místico de la Francmasonería.

Por supuesto, no es difícil encontrar círculos, cuadrados, rectángulos y triángulos en cualquier mapa de la ciudad, especialmente en el de Washington con su diseño de inspiración barroca lleno de círculos y bulevares radiantes. Pero la presencia de estas formas en el corazón mismo del poder no es una coincidencia para un observador sospechoso, especialmente uno familiarizado con la importancia que los masones dan a las formas y el significado simbólico que les han atribuido. Los masones sostienen que, aunque sus logias sólo pueden fecharse en 1717, la masonería en realidad se desarrolló a partir de los gremios de constructores medievales. En consecuencia, mantienen viva una tradición que no sólo es responsable de la arquitectura sagrada de las catedrales góticas, sino también de una doctrina interna de geometría simbólica que, según dicen, se remonta a la construcción del Templo de Salomón. Esta doctrina considera el carácter de Dios como el del Gran Arquitecto, y de los constructores como quienes potencialmente hacen la obra de Dios, aunque eso dependería del propósito, la forma, la proporción y la armonía de sus creaciones.

Esta es una doctrina abstrusa, pero con una larga historia. Sus orígenes se encuentran en los místicos pitagóricos de la antigua Grecia, quienes creían que toda la creación continua hasta hoy  y podía expresarse en números; Las octavas musicales, por ejemplo, se producen al golpear cuerdas cuyas longitudes están en proporciones de números enteros. Con el tiempo, los pitagóricos se enfrentaron a números heréticos e irracionales, que aparentemente intentaron suprimir.

Doctrinas relacionadas estaban muy extendidas en la época medieval. A los benedictinos, por ejemplo, a veces se les atribuye no sólo la construcción de sus monasterios según principios geométricos sagrados, sino incluso el mérito de entonar sus cánticos en armonía con su arquitectura. Por supuesto, la arquitectura gótica está repleta de complejos simbolismos geométricos. Se dice que Bernardo de Claraval expresó su concepto subyacente en el siglo XII cuando preguntó: "¿Qué es Dios?" y respondió: "Él es largo, ancho, alto y profundo".

El hermetismo renacentista estaba obsesionado con captar la armonía de la continuidad última de la creación; los medios ocultos que utilizó para ese propósito (geometría sagrada, numerología, Cabalá, alquimia, magia, etc.) se convirtieron, como ha demostrado, en el fundamento de la revolución científica. Pero el objetivo de esta búsqueda milenaria era aplicar la mecánica subyacente de la armonía cósmica al hombre y sus obras mundanas.

Por tanto, un edificio diseñado según tales principios no es simplemente un edificio; es un ser inspirado y, en cierto sentido, vivo, que resuena con el cosmos. Y si eso puede ser cierto para un edificio, también podría serlo para la ciudad ideal, si tan solo se pudiera diseñar y construir algo así. Lo que nos devuelve a Washington y los misterios de su diseño masónico.

La obsesión por las formas geométricas que se encuentra en las obras de la masonería especulativa es un eco de esta tradición, aunque nadie sabe cómo llegó a formar parte de la doctrina masónica; Los orígenes últimos de la masonería son motivo de estudio profundo, con al menos una docena de teorías en competencia en circulación. Aún así, si uno concluye que hay una Logia alegorizada en la ciudad de Washington , no se trata simplemente de una cuestión de plano: ya sea sagrada o profana, sería una Logia.

Pero las Logias no son todo lo que los intérpretes del mapa de la ciudad han descubierto allí: puede haber dos Ciudades Ideales rastreables dentro de los límites de la Ciudad.

En 1989, Michael Baigent y Richard Leigh publicaron un trabajo titulado "El templo y la logia", que buscaba demostrar que la masonería evolucionó a partir de los restos del siglo XIV de los Caballeros Templarios, un grupo cruzado de inmensa riqueza que fue acusado de atroz blasfemia y reprimidos. Su capítulo final es una historia masónica de la Revolución Americana, y termina con el diseño de Washington, DC. Según ellos, George Washington y Thomas Jefferson intervinieron en el trabajo de Pierre L'Enfant de diseñar la ciudad, para imponer un par de Formas octogonales alrededor del Capitolio y la Casa Blanca.

Baigent y Leigh, que no citan fuentes para su afirmación, escriben que la intervención de Washington y Jefferson "produciría patrones específicamente octogonales que incorporarían la cruz particular utilizada como dispositivo por los templarios masónicos".

En realidad, es bien sabido que Jefferson, quería que el patrón de las calles de la ciudad federal fuera una simple cuadrícula; había elaborado un trazado cuadriculado de la ciudad antes de que se le asignara la tarea a L'Enfant y se quejara al francés de todas las avenidas diagonales que estaba planeando.

De todos modos, no fueron los octógonos los que interesaron a los revolucionarios del siglo XVIII; eran círculos y triángulos. Se describe detalladamente la conexión entre los conceptos de orden pitagórico y de revolución que se desarrollaron durante el período. "Por extraño que pueda parecerles tanto a los revolucionarios como a los historiadores posteriores", "esta pasión pitagórica influyó seriamente en las actividades organizativas de los primeros revolucionarios".

Según entendemos , los revolucionarios de la época combinaron su pensamiento político con la geometría; Por extraño que parezca, fue un caso de simplicidad pitagórica en guerra contra el absolutismo rococó. Los revolucionarios firmaron sus nombres con formas geométricas. Se pueden encontrar reflexiones sobre las implicaciones sociales y políticas del círculo y el triángulo en las obras revolucionarias de la época, incluida la del famoso Adam Weishaupt, fundador movimiento Illuminati que todavía figura en las pesadillas de los conspiracionistas modernos.

Este estado de ánimo puede parecer incomprensible hoy en día, aunque vale la pena recordar que Isaac Newton había establecido anteriormente las bases del pensamiento científico moderno, en el mismo momento en que intentaba cartografiar la tipografía del infierno.

En cualquier caso, toda esta geometría política es enteramente pertinente tanto para los masones con mentalidad geométrica, que estaban en el centro de la clandestinidad revolucionaria internacional de la época, como para los Misterios del mapa de la capital estadounidense, que es, después de todo, rebosante de triángulos y círculos.

En cuanto a los octógonos, si realmente están tallados en el patrón de las calles de la ciudad, no señalarían una forma ideal revolucionaria, sino una forma ideal diferente pero relacionada: la Ciudad Ideal de ocho lados de Vitruvio, el arquitecto del siglo I a.C. El trabajo se convirtió en una influencia esencial para los primeros arquitectos modernos. En tiempos de Vitruvio, la Ciudad Ideal sólo podía imaginarse; cualquier esfuerzo por construir uno necesariamente sería insuficiente. Su ciudad octogonal, por cierto, se basa en la creencia, vigente en la antigüedad, de que había ocho vientos. Un esfuerzo por incorporar el concepto en el mapa de Washington representaría un notable esfuerzo de imaginación intelectual.

¿Están estos símbolos masónicos ahí en el capitolio y sus alrededores  ?. se proporcionan un mapa que pretende mostrar cómo las calles alrededor del Capitolio y la Casa Blanca abarcan las formas, pero si la regla es que en realidad debe haber calles donde se encuentran las supuestas formas masónicas son evidentes. Farrakhan, por su parte, no está interesado en nada de esto; está interesado en Gizeh, Egipto, el sitio de la Gran Pirámide y la Esfinge, que cree que los fundadores de la nación, como masones, han replicado deliberadamente en forma simbólica en el centro de Washington: el Monumento a Jefferson es la Esfinge, el Cementerio de Arlington es el Valle de los Reyes, etc.

Se puede encontrar una ampliación de sus referencias a los Misterios de la ciudad en el "Manual de guía de estudio del hogar de la Marcha del Millón de familias", publicado antes de la marcha. Allí proporciona un mapa del centro comercial que revela la pirámide oculta que se puede encontrar trazando líneas que conectan sitios tan importantes como el Capitolio, la Casa Blanca y el Monumento a Lincoln, entre otros.

Sin embargo, no es probable que L'Enfant, que colocó tanto el Capitolio como la Casa Blanca en sus respectivos sitios, tenga en mente su relación con los sitios de los posteriores Memoriales a Lincoln o Jefferson, aunque sólo sea por la razón de la década de 1790. , cuando estaba trabajando, los sitios de ambos monumentos se encontraban en medio de Potomac Mud Flats. Tuvo que pasar un siglo antes de que esos lugares se convirtieran en tierra firme. Cabe señalar que Farrakhan aprueba firmemente los diseños masónicos secretos que percibe en el mapa de la ciudad, porque cree que los masones son serios adeptos del Islam esotérico o sufismo . Por eso también se pueden encontrar derivaciones del número 19, importante en la numerología islámica, en todo el núcleo monumental.

De hecho, es posible, en cierto sentido, "islamizar" a los masones si se los conecta con los Templarios, porque se dice que los Templarios mantuvieron relaciones cordiales con los musulmanes, especialmente con los sufíes , durante su larga estancia cruzada en Jerusalén. De hecho, se dice que fueron influenciados por ciertas doctrinas islámicas del sufismo  y del cabalísimo judío  , y que desarrollaron una misteriosa Doctrina Secreta, sobre la cual se ha derramado mucha tinta, basada en esas influencias. Los eruditos no descartan esta tradición como una tontería, sino como parte de una trama bien planeada, ya que los masones planifican las cosas no a 10 años , sino a cientos de años adelante.

La opinión de Farrakhan no se basa en esta conexión, sino más bien en el hecho de que un tipo de masón, los Shriners, usan fezes y se refieren a "Alá" en sus ritos basados en el sufismo islámico, ritos masónicos  que fueron creados en el siglo XIX. El Manual de Guía de Estudio en el Hogar se refiere a todos los masones como "hijos musulmanes", señala que muchos presidentes han sido masones y afirma que "hay muchos otros en altos cargos que conocen y reconocen la identidad del Maestro Fard Muhammad {considerado como el Mahdi prometido". por la Nación del Islam}, el Honorable Elijah Muhammed y el Ministro Louis Farrakhan . . . ."

La posición de Farrakhan de que los masones son en  musulmanes sufíes  es compartida por el Ministerio Libre de los Masones, ubicado en el estado de Washington, aunque no lo aprueban en absoluto. Para este Ministerio, el Islam es una forma de paganismo, los masones están sirviendo al anticristo y las calles de Washington son el tributo secreto de los masones a Satán y a su hijo el anticristo . Para demostrarlo, los Ministerios publicaron "La masonería: ¿la puerta de Satanás a América?" un folleto distribuido a finales de los años 1980. En este trabajo se incluye el mapa más espectacular jamás dibujado de las formas secretas discernibles en las calles de la capital Norteamericana . No solo está el compás y la escuadra habituales de Mason, sino que también hay un Pentagrama  completo centrado en la Casa Blanca y una cabra satánica estilo Baphomet  con cuernos trazada alrededor del Capitolio. Lo más impresionante de todo es que las formas ofrecidas siguen calles reales de la ciudad, con un mínimo de redondeos y trampas. Este mapa es obra de un hombre llamado J. Edward Decker, quien escribe sobre estas formas secretas que está tan impresionado "por la audacia del asunto como por su naturaleza conspirativa". Decker señala que el Pentagrama  invertido es un instrumento utilizado para conjurar espíritus malignos y, citando a un colega a quien identifica como un "ex masón y ex satanista", sostiene que este diseño "es una puerta espiritual a lo oculto, una invasión planeada por los poderes de las tinieblas" y que la nación ha estado "bajo asedio desde el primer día que nuestro primer presidente entró en la Oficina Oval".

Cuando Jefferson advirtió a L'Enfant que estaba dibujando demasiadas avenidas diagonales en el plano de la ciudad, diagonales que creaban todos estos ángulos y triángulos, y que se cruzaban en rotondas, probablemente si tenía en mente estos problemas de percepción masónica; Jefferson creía que las cuadrículas en ángulo recto eran racionales y que las numerosas diagonales de L'Enfant eran problemáticas y arbitrarias.

L'Enfant siguió adelante de todos modos, no porque fuera masón, sino porque, según el relato clásico, estaba muy influenciado por el diseño barroco de Versalles. Sus avenidas convergentes no tienen nada que ver con Pitágoras, sino con el visión de tres caminos, que permite al espectador disfrutar de una vista impresionante. L'Enfant ha sido criticado por esto, ya que la inspiración era absolutista y su aplicación a una capital democrática es cuestionable. Como lo expresó el arquitecto Paul Speiregen en una crítica de 1963: "Todo el plan de Versalles se centró en el dormitorio de Luis XIV. ¿Qué podría significar simbólicamente ese tipo de plan en los Estados Unidos?"

¿Pero quién ve a Luis XIV en la convergencia de las avenidas Pensilvania y Maryland? nadie, no cuando hay tantas cosas que distraen a uno: compases y escuadras y Grandes Pirámides y Cabezas Cornudas de Satán o Baphomet y Ciudades Ideales donde antes sólo soplaban los vientos del rio  Potomac.

Alcoseri

Este foro masónico  va dirigido a todos aquellos buscadores y buscadoras de la Gran Luz, y que de verdad anhelan el despertar de la Consciencia Objetiva y a la Inmortalización de su propia Alma. Este foro masónico va dirigido a todos aquellos, que llevan muchos años, buscando tras las teorías de la Ciencia, la Religión, y la Filosofía, la Puerta de Ingreso a los Misterios del Hombre, del Universo y del Creador. Muchos hombres y mujeres han dedicado largos años de estudio académico, esotérico y religioso logrando esclarecer mucho de esos misterios universales, pero que ahora voltean hacia nosotros los masones, con el fin de aclarar las Claves de Oro de la Francmasonería, y así penetrar en los Secretos que guardamos.