La Idea de Muerte e Iniciación en Masonería
Como pueden ustedes imaginar, hacer un comunicado sobre la muerte no es algo fácil, ¡aunque después de la Muerte según la Masonería haya renacimiento!
Prácticamente todos los grados masónicos, hablan de Muerte y renacimiento , hoy analizaremos esto.
La muerte es el cese irreversible de la vida. Representa un cambio completo en el estado de un ser vivo y la pérdida de sus características esenciales. Se admite que la conciencia de tener que morir sólo existe en el hombre, y que la vida y la muerte tienen una coexistencia obligatoria, ¡es así!
La muerte es parte de un ciclo inmutable, que nos ata y del que no tenemos libertad de escapar, pero que para nosotros justifica una búsqueda iniciática. Así como los ciclos de las estaciones, así como la naturaleza despierta en primavera después del invierno, NOSOTROS, después de nuestro descenso a la oscuridad, nos elevaremos nuevamente hacia la Luz.
No temer a la muerte, no ver nunca morir a nadie, no tener nunca contacto con la muerte, no pensar en la muerte, pensar que la vida es solo felicidad, hermandad y risas obviamente sería bueno, pero qué hipócrita y peligroso sería para uno mismo.
Cuando surge el pensamiento de la muerte, es aterrador. Cuando somos jóvenes la muerte no es perceptible. Tan omnipresente es el acto de vivir que incluso olvidamos que existe, que es posible, que es inevitable.
La perturbación que produce la muerte es un pensamiento que genera una emoción impuesta por el miedo a sufrir en una larga agonía... Cuando concebimos un hijo, ¿somos conscientes de que lo estamos condenando a morir? ¡No, por supuesto que no!
Para muchos de nosotros la muerte tiene un significado distante y aterrador. Pero reflexionando, ¿no es el sufrimiento un sufrimiento de vida y no de muerte? Vamos a pensar. Si hay miedo a la nada, significaría que habría una conciencia capaz de sufrir ese estado de aniquilación. Pero en este caso, si hay conciencia, ya no hay muerte sino cambio de estado y el miedo a la nada ya no tiene razón de existir.
Por otro lado, si ya no hay conciencia, si sólo hay nada, si realmente no hay nada, el miedo a esta NADA es absurdo puesto que ya no experimentaremos ningún dolor. No habrá nada perceptible para que nos demos cuenta de la nada y suframos por ella.
Cuando tratamos de " comunicarnos " con los hombres, como lo hacemos en la masonería, una cualidad de apertura participa en la vida secreta no expresada y un profundo sentido de existencia ilumina lo que antes nos parecía absurdo y sin sentido.
A su trabajo de autoconocimiento, se añade, para nosotros los masones , un trabajo de conocer el universo y de conocernos a nosotros mismos en el universo. Muy rápidamente, los hombres observaron la vida en el mundo invisible, vida que se prepara lentamente, desde un punto inaccesible al ojo humano, y luego irrumpe en su esencia original que tomará posesión de sí misma para alcanzar su plenitud. Los humanos comprendieron rápidamente este fenómeno de concepción oculta, misteriosa, de muerte, desaparición y renacimiento...
En el México precolombino , las Pirámides eran una conexión entre los vivos y los muertos, en las tumbas del México precolombino los muertos eran colocados en tumbas en posición fetal y rociados con polvo de ocre rojo. Nuestros antepasados lejanos ya los estaban preparando para renacer llenos de vida y sangre en su nuevo mundo después de la muerte.
¿Fue un sueño, una esperanza o ya pensaban en la chispa del espíritu que, transformada por la prueba de la vida terrena, renacería en un espacio diferente? ¿Ya transportaron la imagen más simple del universo visible a una correspondencia con el invisible?
En el antiguo México, los chamanes enseñaban en los templos que el alma vive en la cueva de la tumba donde debe nutrirse para crecer, fortalecerse y escapar para unirse a un nuevo mundo.
Tomados literalmente, los mitos y leyendas del antiguo México arrojan luz sobre las creencias ingenuas de una civilización extinta, pero si logramos dejarnos conmover por los símbolos contenidos en estos textos, si olvidamos el concepto irreal e irrazonable de los dioses y nos abrimos a la transposición, nos sorprende la finura de la percepción de una ola indefinible y la fuerza docente de una verdad inexpresable.
El Libro Egipcio de los Muertos no es sólo un libro para los muertos, sino también un libro que los vivos deben conocer para descubrir el misterio del universo y su propio destino.
Para estos egipcios, si debido al debilitamiento de las energías del cuerpo, el fenómeno de la muerte física permite al alma cruzar el umbral, la enseñanza esencial consistía en tomar conciencia de la vida del cuerpo sutil, antes de la metamorfosis del cuerpo por la muerte.
Este libro de los muertos, más que para uso de los difuntos, indicaba al iniciado que si quiere vivir la verdad eterna, es dentro de sí mismo que debe buscarla. Para que una cosa nazca, otra debe morir; Nada nace espontáneo. Es una ley universal que debe estar grabada en nuestros corazones: todo lo que existe nació de la desaparición de otra existencia...
Nada se crea, nada se pierde, todo se transforma, decía el químico Lavoisier.
La muerte es el comienzo de una nueva vida. La única certeza que tenemos es que nuestra forma actual morirá y que todos nuestros seres queridos también morirán. La muerte no es lo opuesto a la vida como podríamos pensar, es sólo lo opuesto al nacimiento y entre el nacimiento y la muerte todo sigue siendo relativo.
Por lo tanto, es necesaria la desaparición para que pueda existir un nuevo nacimiento. En todas las civilizaciones, incluso en las más lejanas, los seres humanos han visto su muerte de la misma manera. Para ellos la muerte no era simplemente que el cuerpo se volviera sin vida, sino más bien que la vida abandonara el cuerpo.
El ser humano es el vínculo entre lo bajo y lo alto. Las energías que animan el cuerpo pueden descender hacia la tierra o ascender hacia el cielo y es así como simbólicamente nos convertimos en este vínculo. Como vínculo, el hombre está entonces en condiciones de cumplir su doble función espiritual y material y responde así perfectamente al camino masónico, que busca el desarrollo material y espiritual del ser humano.
A medida que envejecemos, el cuerpo pierde sus capacidades físicas y nuestros sentidos ya no captan el mundo exterior con la misma facilidad. Al ser humano ya no le molesta toda esa información que sus sentidos le transmitían, que lo perturbaba y que ahora le llega de forma menos precisa.
A medida que envejecemos, podemos volvernos más hacia nuestro SER interior para despertarlo durante los últimos tiempos de nuestro paso por la tierra, y este ser interior va tomando poco a poco su libertad hasta llegar a ser totalmente libre en el momento de la muerte física.
Para nosotros los masones teóricamente, el nacimiento de nuevos pensamientos viene a través de la muerte de los viejos, el florecimiento de los sentimientos de amor universal que preconizamos, a través de la muerte de las emociones egoístas, el acceso a nuevas comprensiones de la vida a través de la muerte de viejos comportamientos, con los que estamos acostumbrados a vivir.
Tras la sala de reflexión, donde nos enfrentamos a una primera muerte, nos encontramos inmersos a través de las diferentes iniciaciones en el mito de Hiram, fuente inagotable de símbolos. Desde las herramientas utilizadas para matar a Hiram, la búsqueda del Maestre Hiram por parte de los Maestros, el árbol de acacia, las palabras pronunciadas por el segundo Vigilante " la carne se desprende de los huesos " y las del primer Vigilante " Está en completa descomposición " y finalmente el renacimiento. Entendemos mejor que el ritual de exaltación al sublime grado de Maestro propone la alegórica muerte del destinatario para permitirle el verdadero renacimiento de su " ser interior ".
La tarea del iniciado es, por tanto, vivir en armonía con las exigencias del despertar del ser eterno, para darle suficiente conciencia y fuerza para cruzar el umbral de la muerte física y avanzar hacia este mundo desconocido.
Citaré una frase del hermano masón Wolfgang Amadeus MOZART que escribió en una carta el 4 de abril de 1787 a su padre, el hermano Leopold MOZART: " Como la muerte, si la miramos de cerca, es el verdadero fin último de nuestra vida, desde hace algunos años me he familiarizado tanto con esta verdadera y perfecta amiga del hombre, que su imagen no sólo ya no tiene nada de aterrador para mí, sino que es muy calmante, muy consoladora, y doy gracias a Dios por haberme concedido la felicidad de aprovechar la oportunidad de aprender a conocerla como la clave de nuestra verdadera felicidad ."
Se refiere el Q:.H:. Mozart, obviamente, a la práctica de la Francmasonería pero también y más precisamente a la elevación al grado de Maestro Masón. Tan pronto como entramos en Masonería, nos enfrentamos a la idea de la muerte y el renacimiento. En nuestra primera prueba en la sala de reflexión, ya está presente. La calavera y el testamento filosófico ya nos invitan a liberarnos de componentes profanos, materiales, intelectuales, que alimentan nuestro ego.
La leyenda de la muerte de Hiram es puramente simbólica, porque representa el símbolo de la vida, de nuestra vida cotidiana, dolorosa, apasionada, ocupada, con las mismas penas, los mismos dolores, las mismas desilusiones, los mismos desengaños, pero también los mismos deseos, las mismas esperanzas, los mismos éxitos. Mito sí también, porque este mito universal de muerte y renacimiento en el nuevo maestro constituye la clave para la exaltación al 3er grado.
Tres malos compañeros querían saber el secreto masónico porque, considerándose suficientemente instruidos, habían solicitado en vano la Maestría. Resolvieron obtener con engaños lo que se les negaba. Pero Hiram indignado se niega a revelarles inmediatamente el secreto del tercer grado, de ahí la furia de los tres compañeros. Para lograr su objetivo, utilizarán sus herramientas, instrumentos de construcción y mejora y llegarán hasta el punto de matar a Hiram.
1 - El primer compañero encarna la Ignorancia: No la de los profanos, sino la de los masones que deben ser instruidos e iniciados en los misterios de la Estrella Flamígera en su calidad de compañeros. Estos candidatos a maestro siempre se apresuran a condenar lo que no entienden, lo que no quieren entender, porque la Verdad es perturbadora.
2 - El segundo encarna el fanatismo, no el de los laicos, sino el de los masones que se proclaman justos, se imponen como modelos y rechazan a quienes no comparten su punto de vista.
3° - El tercero encarna la ambición, no la de los profanos, sino la de los masones que quieren poner la masonería a su servicio, la que crea arribistas y enfermos de " cordonitis ". Hiram murió porque rechazó esta ignorancia, este fanatismo, esta ambición, y su secreto desapareció con él. Representaba el Conocimiento y la Sabiduría.
¿Qué significa Cordonitis en Masonería?
La cordonitis es un término que se utiliza en la Masonería para describir a aquellos masones que se enfocan excesivamente en los aspectos externos y materiales de la orden, como los cordones, los mandiles, pines y otros símbolos, sin comprender o aplicar los principios y enseñanzas espirituales y filosóficas que subyacen a estos símbolos. Masones que se preocupan más por la apariencia externa de los símbolos y rituales que por su significado interno y profundo. Masones que no entienden el significado simbólico de los objetos y rituales, y se enfocan más en su valor material o estético. Masones que no aplican los principios y enseñanzas de la Masonería en su vida diaria, y se limitan a cumplir con los rituales y ceremonias de manera puramente mecánica, y que simulan un aparente Celo Masónico.
Asi, la Masonería puede perder su significado y propósito si se enfoca excesivamente en los aspectos externos , los masones que padecen de cordonitis pueden no experimentar crecimiento personal y espiritual, y solamente aculan grados masónicos sin siquiera considerar su contenido.
La Masonería puede desconectarse de su esencia y propósito si se enfoca más en la forma que en el fondo.
Asi, la cordonitis es un problema que puede afectar a la Masonería y sus miembros si no se comprende y se aplica correctamente los principios y enseñanzas espirituales y filosóficas que subyacen a los símbolos y rituales.
Cordonita, Cordonnite Cordonitis o en México lo llamamos Collarinitis : Del Argot masónico, palabra que proviene de Collarín masónico. Es una grave enfermedad imaginaria que padecen algunos masones aficionados a recibir honores, lisonjas y a Presumir Altos Grados, profano-masones que coleccionan y exhiben gustosamente y presuntuosamente arreos masónicos y demás condecoraciones masónicas correspondientes, muy afinados a ocupar altos cargos en logias sólo por vanidad .
Pero Volvamos al tema que nos ocupa hoy 25 de mayo de 2025
Todo cambio de estado debe realizarse en la oscuridad, lo que da la explicación simbólica del color negro = pasar por la oscuridad completa (descenso a los infiernos) antes de llegar a la LUZ VERDADERA.
Paradójicamente, los asesinos son 3 de las 5 luces de la logia. Serán los asesinos quienes también resucitarán el cuerpo para devolverle la VERDADERA VIDA (espiritual). Para el hombre es pues importante despojarse de sus pretensiones, de sus prejuicios, de sus intereses materiales, de sus dolencias para poder acceder a algo más. El hombre debe dar sentido a su planteamiento. Como Einstein que dijo " lo más extraordinario es que este mundo tiene sentido ".
Es el significado del enfoque lo que hace que Hiram acepte morir antes que ceder a las exigencias de sus malos compañeros. Esta muerte, fin de la vida humana, abre el acceso a otra vida, a otra comprensión del universo dándole una nueva dimensión; es el acceso a la espiritualidad. Como dice Goethe en su poema Nostalgia dichosa.
" Morir y convertirse "
También nosotros debemos determinarnos a partir de algo que no conocemos y que está más allá del interés inmediato. Para nosotros, permanecer en el propio conocimiento de nosotros mismos no tendría sentido; Nuestro progreso anterior sería inútil.
Hiram es a la vez un ejecutor y una autoridad porque comanda más de 300.000 hombres. Él tiene un poder terrenal basado en la tradición de los constructores. Actúa responsablemente porque muere por la violencia de las pasiones humanas y para él es mejor morir que consentir la cobardía de dar la contraseña. Luego simboliza al erudito, al sabio.
¿Está Hiram en cada uno de nosotros? ¿Por qué la acacia? Hiram se encuentra gracias a la acacia, símbolo del renacimiento y la inmortalidad. ¿Por qué acacia?
Esta planta resiste la podredumbre y simboliza la sostenibilidad.
La acacia evoca el ciclo de la naturaleza que se nutre a sí misma. La materia viva muere y se descompone, convirtiéndose en materia inerte que sirve de alimento a otros seres vivos. Es la vida que extrae sustancia de la muerte. Al mismo tiempo, la vida del pensamiento se nutre de lo que queda del pensamiento de los maestros difuntos. El espíritu siempre renace. Es la inmortalidad.
El descubrimiento de la tumba confirma la muerte del maestro y su mortalidad, pero también indica que la muerte no es un fin, que lo que importa es la continuidad de la transmisión. De hecho, Hiram es el responsable de la construcción en el sitio. Esta voluntad de construir se traduce en una delegación que permite que cuando él desaparezca, el sitio pueda ser confiado a otros. Así es como se produce la transmisión. ¿Cómo se puede sustituir al maestro? El discípulo no debe matar al maestro, pero lo mata y se convierte a su vez en maestro, y como la flor muere cuando el fruto la reemplaza, el maestro muere.
Durante el ritual, procedemos a levantar el cuerpo descompuesto, mediante los 5 puntos de la maestría. Podemos trazar un paralelo con la leyenda de Noé, que menciona que Sem, Sam y Jafet levantan el cuerpo descompuesto de su padre Noé para descubrir el secreto, el secreto que Hiram se llevó consigo al morir, lo que nos hace buscar la Palabra perdida.
Al alcanzar la maestría, no tengo ninguna pretensión de haber adquirido automáticamente la Sabiduría, esta capacidad total de dominar mis propias imperfecciones, de disciplinar mi atención y mi acción, de dar perfectamente a mis orientaciones la relatividad requerida.
Sin embargo, creo que desde que ingresé a la masonería he adquirido un cierto desapego que me permite aceptar cosas y opiniones sin censurarlas. Aprendí y aún conozco la duda, aquella sin la cual todo progreso se vuelve estéril. He conocido y conozco la humildad, aquella que cuando fui iniciado me hizo pensar que era muy pequeño. Hoy en día, aunque siento que he crecido un poco, todavía me siento muy pequeño. Para mí ser maestro no es tener un título sino es tratar de adquirir una forma de convertirme en conocimiento, porque como cada uno de nosotros, mi deseo es el de la perfección. Ni piedra ni metal; El trabajo que debemos continuar es el de nuestro templo interior con el fin de obtener la inmortalidad.
Alcoseri