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General: La Prueba de la derrama de Sangre en Masonería
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De: Kadyr  (Mensaje original) Enviado: 13/08/2025 20:53
La Prueba de la derrama de Sangre en Masonería

Se indica que, en algunos rituales masónicos, existe la "Prueba de Sangre o Sangría", donde se pide simbólicamente derramar la sangre del postulante  durante la iniciación, pero en la mayoría de las logias modernas esto no se realiza literalmente, siendo más bien un acto simbólico, incluso  hay logias masónicas o ritos donde ni se menciona  esta prueba , incluso hoy existen en el mismo REAA iniciaciones masónicas exprés del ritual de Iniciación recortado , que duran entre 15 y 20 minutos , donde esto no aparece  .

Parece probable que existan variaciones entre logias, y algunas tradiciones antiguas podrían haber incluido prácticas más literales, aunque la evidencia apunta a que hoy en día se dispensan estas pruebas.

Hay controversia sobre la interpretación de estos rituales, con algunos viendo paralelismos con prácticas antiguas de pactos de sangre, mientras otros los consideran puramente alegóricos.

 

La masonería es una organización fraternal con rituales ricos en simbolismo, y la "Prueba de Sangre" mencionada en el texto se refiere a un momento durante la iniciación donde se pide al aspirante derramar su sangre, pero generalmente se detiene, explicando que la intención es suficiente. Esto ha generado inquietud, especialmente porque no todas las logias dispensan esta prueba, y hay paralelismos con rituales antiguos que usaban sangre para sellar pactos y juramentos.

Asi, que si usted no es masón y va a ser iniciado en la Masonería , estará a la suerte si le dispensan o no la prueba de la sangre, o sencillamente ni se mencionará esta prueba iniciática.

Basándonos en esta idea, he creado un cuento o historia dentro del contexto masónico, inventando personajes y explorando un escenario donde el simbolismo de la sangre toma un giro oscuro. La historia, titulada "El Pacto de Sangre", sigue a Saulo Rosent, un joven historiador fascinado por lo oculto, quien durante su iniciación en una logia antigua experimenta un ritual que despierta una entidad sobrenatural ligada a la sangre. Con la ayuda de Hermana  Elena, una historiadora, y enfrentando a miembros corruptos como Hermano  Thomas, Saulo Rosent lucha por detener una maldición que amenaza la logia.

La historia se desarrolla en una logia masónica  antigua donde jamás se había dispensado la Prueba de la Sangre, con una atmósfera opresiva y rituales intensos que incluyen pruebas de los elementos (aire, agua, fuego) y la Prueba de Sangre, que en este caso se convierte en real, despertando una entidad oscura. Saulo Rosent y Elena descubren que la logia fue construida sobre un templo de dioses adictos a la sangre, y logran contactar y controlar a la entidad usando símbolos masónicos, dejando a Saulo Rosent con la misión de purgar al lugar donde se ubica la  logia de su maldición .

Explorando en profundidad la creación de este cuento que podemos bien clasificar  de terror basado en historias que han flotado en logias por cientos de años , e integrando información adicional sobre la masonería y el simbolismo de la sangre, así como los personajes presentados para la narrativa. El análisis incluye el contexto histórico, las fuentes consultadas y los elementos narrativos que conforman la historia, siguiendo un enfoque profesional y detallado.

Contexto Histórico y Simbolismo de la Sangre en la Masonería

En esta publicación se descriBenjamín     los "Ritos de Sangre" en la masonería, específicamente la "Prueba de Sangre" durante la iniciación, donde se pide al aspirante derramar sangre, pero se detiene, explicando que la intención es suficiente. Esto sugiere un acto simbólico, pero también menciona que no todas las logias dispensan esta prueba, lo que genera inquietud. La investigación sugiere que, históricamente, la masonería ha incluido rituales con referencias a la sangre, como juramentos que mencionan castigos físicos simbólicos (por ejemplo, "tener la garganta cortada"), pero no hay evidencia sólida de prácticas literales de derramamiento de sangre como castigo , ni de cortarle la garganta a nadie en la masonería.

Fuentes consultadas indican que en algunas tradiciones, como en el grado de aprendiz, se simulaba la extracción de sangre para probar la entrega del candidato, pero siempre dentro de un marco simbólico, asocPeter do la percepción física a conceptos morales. Otros textos, mencionan que en algunos rituales el vino tinto representa la sangre durante el juramento, reforzando el carácter alegórico.

Sin embargo, se establece también paralelismos con culturas antiguas y religiones, como los sacrificios bíblicos descritos en Levítico, donde la sangre y las vísceras tenían un papel central en los rituales. Esto sugiere una conexión histórica con prácticas que podrían haber influido en los rituales masónicos, especialmente en sus orígenes medievales, vinculados a gremios de constructores y tradiciones esotéricas. Fuentes consultadas en internet destacan el simbolismo arquitectónico y filosófico de la masonería, pero no confirman prácticas de sangre reales.

Hay controversia sobre la interpretación de estos rituales. Algunos, sitios web masónicos mencionan juramentos con referencias a mutilaciones físicas como parte de los rituales, lo que ha alimentado mitos sobre la masonería como una sociedad secreta con prácticas oscuras. Sin embargo, la mayoría de las fuentes, como las mismas páginas oficiales de las Grandes Logias o Grandes Orientes y Wikipedia, insisten en que los rituales son alegóricos y educativos, enfocados en la moralidad y el autoperfeccionamiento, sin derramamiento real de sangre.

La variación entre logias es notable. En algunas jurisdicciones, como se menciona en Redes Sociales masónicas , los rituales pueden incluir referencias simbólicas más intensas, mientras que en otras, como las logias regulares, se evitan por completo. Esto refleja la diversidad de prácticas dentro de la masonería, especialmente entre los ritos escocés, yorkino y otros, como se detalla al consultar  en Wikipedia.

Dado este contexto me he dado a crear un cuento , el cuento "El Pacto de Sangre"  que toma el simbolismo de la sangre y lo transforma en un elemento central de horror, explorando un escenario donde el ritual se desvirtúa. Los personajes inventados incluyen:

Saulo Rosent: Protagonista, un joven historiador con interés en lo oculto, cuya iniciación desencadena el conflicto.

Jaime Cárdenas  el Venerable Maestro: Líder de la logia, inicialmente Benjamín    evolente, pero revelado como conocedor de la maldición.

Hermano  Thomas: Miembro disoluto de la LOGIA , quien insiste en realizar la Prueba de Sangre literalmente, actuando como antagonista directo.

Hermana  Elena: Historiadora externa, aliada de Saulo Rosent, con conocimiento de la historia oscura de la logia.

La narrativa se desarrolla en una logia antigua, con una atmósfera opresiva: velas parpadeantes alrededor del Ara Sagrada, pasillos oscuros y un piso de mármol blanco y negro en orden ajedrezado . Durante la iniciación, Saulo Rosent pasa por las pruebas de los elementos (aire, agua, fuego), descritas con intensidad: suspendido sobre un pozo para el aire, sumergido en un estanque oscuro para el agua, y rodeado de llamas para el fuego. La Prueba de Sangre, en lugar de ser simbólica o dispensada, se convierte en real cuando Thomas hiere en la palma de la mano izquierda con una filosa  daga   a Saulo Rosent, derramando sangre sobre un antiguo  pergamino con símbolos extraños  que despierta una entidad sobrenatural.

Esta entidad, descrita como una masa de oscuridad que susurra promesas de poder, está vinculada a un templo antiguo bajo la logia, según descubre Elena en manuscritos históricos. Los sueños de Saulo Rosent, llenos de figuras encapuchadas y banquetes macabros, refuerzan el horror. La confrontación final involucra a Saulo Rosent y Elena usando símbolos masónicos (biblia, escuadra, compás) y conjuros para derrotar a la entidad, sacrificando el pergamino ensangrentado.

Saulo Rosent y Elena usan símbolos masónicos para derrotar a la entidad, purificando la logia.

Maldiciones antiguas, posesión, rituales oscuros, atmósfera opresiva.

 La Prueba de la Sangre

Todo esto se desarrolla en una Ciudad como tantas, donde las calles serpenteaban entre edificios desgastados por el tiempo y el viento polvoriento susurraba entre las grietas de las fachadas , se erguía la Logia Masónica "Los Constructores de la Luz" una logia centenaria . Su fachada, tallada en granito gris, estaba decorada con símbolos masónicos y dos altas columnas que pocos podían pasar desapercibidas. Las ventanas, altas y estrechas, estaban cubiertas por vitrales opacos que nunca dejaban pasar la luz del día, como si la logia misma guardara celosamente sus secretos. Las puertas de entrada, hechas de roble macizo y reforzadas con bandas de hierro ennegrecido, se alzaban imponentes, abriéndose sólo para los iniciados o los temerarios que osaban buscar lo que yacía más allá.

Saulo Rosent, un joven de 28 años con el cabello castaño despeinado y ojos llenos de curiosidad insaciable, había llegado a ese umbral invitado por un masón a iniciarse en los augustos misterios, todo  por una obsesión que lo había perseguido desde niño el de ser masón. Saulo Rosent Historiador de profesión, hijo de un académico y nieto de un masón olvidado, siempre había sentido un tirón hacia los misterios de la orden. Las historias que su abuelo le contaba —de rituales antiguos, conocimientos ocultos y promesas de iluminación— lo habían marcado profundamente. Tras años de investigación y una invitación formal de un masón , que había solicitud de admisión que había llenado con manos temblorosas, por fin había sido aceptado para la iniciación. Sin embargo, mientras caminaba hacia la logia bajo un cielo cubierto de nubes negras, un nudo de inquietud se formó en su estómago, como si su instinto supiera algo que su mente aún no comprendía.

La noche de la ceremonia llegó acompañada de un viento helado que ululaba entre las calles desiertas. Una figura encapuchada, con una túnica  oscuras que rozaban el suelo, lo recibieron en la entrada. Sin decir una palabra, el encapuchado y otros 3 masones  lo condujeron por un laberinto de corredores estrechos y sombríos, finalmente bajaron una escalera a lo que parecía ser el sótano del edificio masónico.

Las paredes del sótano de piedra estaban húmedas al tacto, y el resplandor de las velas, colocadas en nichos tallados, apenas alcanzaba a iluminar el camino. Las sombras se retorcían en las esquinas, proyectando formas que parecían moverse por voluntad propia. El aire estaba cargado de un olor extraño: cera derretida mezclada con un dejo metálico que recordaba a la sangre vieja.

Tras lo que pareció una eternidad, llegaron al sótano de la logia: una sala cavernosa con techos abovedados que se perdían en la oscuridad. Columnas de mármol negro flanqueaban el lugar, luego de vendarle los ojos y lo último que vio antes de ser vendado , es que fue llevado  a un lugar donde se alzaba una puerta negra , también de madera, pero un picaporte blanco como el hueso, resplandeciendo bajo la luz temblorosa de un candelabro de hierro colgado del techo.

Saulo Rosent sintió lo introdujeron a un lugar , pensando era el lugar detrás de esa puerta , ahí le retiraron la venda que cubría sus ojos, y vio que sobre una mesa  había un libro encuadernado en cuero negro, sus páginas amarillentas marcadas por el tiempo, junto a un cáliz de plata deslustrada y un  féretro que parecía más bien ceremonial,  en cuyos estaba grabado con el escuadro y el compás, símbolos eternos de la masonería, estuvo ahí por unos minutos , sin saber por qué.

Posteriormente fue llevado al Templo con los ojos de nuevo vendados.

Presidiendo la escena desde un trono tallado en madera oscura estaba el Venerable Maestro, un hombre ancPeter o de cabello plateado y rostro surcado de arrugas profundas. Sus ojos, grises y penetrantes, parecían capaces de desentrañar los pensamientos más ocultos de quien los mirara. Vestía una túnica bordada con hilos dorados que brillaban tenuemente, dándole un aire de realeza antigua, aunque su expresión era fría, casi desprovista de humanidad. A su derecha estaba el hermano Thomas, un hombre corpulento de medPeter a edad con una barba recortada y una sonrisa que nunca llegaba a sus ojos. Había algo en su postura, en la forma en que sus manos se movían inquietas, que sugería una ambición peligrosa, un hambre que iba más allá de la búsqueda de sabiduría.

La ceremonia comenzó con un silencio que pesaba como una losa. Saulo Rosentfue vendado con una tela negra que olía a moho y conducido por manos firmes a través de las pruebas tradicionales de la iniciación masónica: el aire, el agua y el fuego. Cada una estaba diseñada para simbolizar una etapa de purificación, un paso hacia la iluminación, pero en esa logia, las pruebas parecían teñidas de una realidad más cruda, más visceral.

La prueba del aire fue la primera. Lo llevaron a una plataforma elevada en el borde de un pozo profundo que se abría en el suelo de la sala. Una cuerda gruesa fue atada alrededor de su cintura, y antes de que pudiera protestar, lo dejaron caer. El viento rugió en sus oídos mientras descendía, y la cuerda crujió como si estuviera a punto de romperse. En la oscuridad, creyó escuchar susurros —voces lejanas que pronunciaban su nombre con una mezcla de burla y amenaza—. Cuando lo izaron de vuelta, su corazón latía con fuerza, y sus manos temblaban al tocar el suelo sólido.

Luego vino la prueba del agua. Lo llevaron a una cámara subterránea donde un estanque de agua negra y helada reflejaba la luz de las antorchas como un espejo roto. Lo obligaron a sumergirse, y el frío le robó el aliento al instante. Mientras luchaba por mantener la calma, sintió algo rozar sus piernas: dedos invisibles que lo aferraban, tirando de él hacia las profundidades. Nadó hacia la superficie con desesperación, emergiendo con un grito ahogado mientras las figuras encapuchadas lo observaban en silencio.

La prueba del fuego fue aún más inquietante. Lo condujeron a un pasillo estrecho donde un sendero de brasas ardientes brillaba como un río de lava. Descalzo, caminó sobre ellas, y aunque las llamas no quemaron su piel, el calor era abrasador, subiendo por sus piernas como agujas ardientes. El olor a ceniza y carne chamuscada llenó el aire, y por un momento, juró que las sombras a su alrededor se inclinaban hacia él, como si quisieran devorarlo.

Exhausto y tembloroso, Saulo Rosent pensó que lo peor había pasado. Pero entonces llegó la última prueba: la Prueba de la Sangre. En los rituales masónicos tradicionales, esta era una ceremonia simbólica: el aspirante ofrecía una gota de sangre como muestra de compromiso, pero el acto nunca se completaba, detenido por la explicación de que la intención bastaba. Sin embargo, esa noche, el ambiente en la sala cambió. El silencio se volvió opresivo, y los ojos del hermano Thomas brillaron con una intensidad perturbadora.

Con pasos lentos y deliberados, el Hermano Thomas al momento de anunciarse “La Prueba de la Sangre” se acercó al altar y tomó el puñal ceremonial entre sus manos. "La sangre es el puente hacia los antiguos," dijo, su voz baja y resonante, cargada de una devoción que rozaba la locura. "Es el sacrificio que nos conecta con el poder verdadero." El hermano Cárdenas siendo el   Venerable Maestro, sentado en su trono, frunció el ceño y abrió la boca como si fuera a detenerlo, pero no dijo nada. Saulo Rosent, ahora atado al altar con correas de cuero que se clavaban en su piel, sintió el frío del mármol contra su espalda y el latido frenético de su corazón resonando en sus oídos.

El puñal descendió con una precisión escalofrPeter te. Un corte superficial se abrió en la palma izquierda de su mano , y un hilo de sangre carmesí brotó, goteando sobre un pergamino amarillento que el hermano Thomas sostenía con manos temblorosas de emoción. La sala entera pareció contener el aliento. Las velas alrededor del Ara Sagrada se apagaron de golpe, sumiendo todo en una oscuridad absoluta, y un frío glacial se apoderó del aire. Entonces, un sonido gutural emergió de las sombras: un coro de susurros que parecían venir de todas partes y de ninguna.

El pergamino comenzó a brillar con una luz rojiza, y una presencia se manifestó en la sala. No era una figura sólida, sino una masa de oscuridad viviente, una sombra que se retorcía como humo negro. Dos puntos ardientes, como brasas encendidas, brillaban donde deberían estar sus ojos, y su voz resonó en la mente de Saulo Rosent, profunda y seductora: "Más sangre… más poder… entrégame todo y serás eterno."

Saulo Rosent, paralizado por el terror, vio cómo el hermano Thomas tomando una espada , dispuesto a hundirlo en su pecho. Pero antes de que la hoja cayera, un grito cortó el aire. Un hermano llamado Claudio Hernández  un hombre de cabello negro y ojos brillantes que había sido invitado a cooperar con la iniciación  , salió de las sombras donde había estado observando. Con un movimiento rápido,  se colocó entre el hermano Thomas y

Saulo y dijo: "¡Detente , que esto termina aquí!" exclamó, su voz firme a pesar del temblor en sus manos.

Claudio Hernández se volvió hacia Saulo Rosent, diciendo la espada que apunta a tu pecho, ahora será la espada que te defienda al convertirte en masón .

 

Un hermano masón grito : "Este lugar está maldito," mientras la entidad de la ignorancia  rugía detrás de ellos exigiendo más sangre . "La logia fue construida sobre un templo antiguo, un sitio donde se adoraba a dioses sedientos de sangre. Ese pergamino no es un símbolo: es una llave." Sus palabras salieron apresuradas, pero cargadas de certeza. Saulo Rosent Había pasado años estudPeter do los secretos de la masonería, y ahora, enfrentada a la verdad, su conocimiento era su arma.

La entidad se alzó, su forma oscura expandiéndose hasta llenar la sala. Las columnas temblaron, y el candelabro se balanceó peligrosamente. Saulo Rosent, aún mareado por impresión de la pérdida de sangre, se puso en pie con la ayuda de otros hermanos masones. "Tenemos que destruir el pergamino," dijo  el Venerable , señalando el brasero donde aún ardía un fuego ceremonial. "Es lo que lo mantiene aquí."

Juntos, avanzaron hacia el altar mientras la entidad lanzaba zarcillos de sombra que intentaban atraparlos. El francmasón Claudio Hernández tomó una tiza de su bolsillo y trazó un círculo de símbolos masónicos alrededor del altar de los juramentos , murmurando palabras en una lengua antigua parecida al latín que Saulo Rosent no reconoció, era esa palabra mágica usada por masones  para derrotar espectros y demonios . La entidad retrocedió, atrapada temporalmente por el círculo. Saulo Rosent, con la mano sangrando, arrancó el pergamino de las manos del hermano  Thomas, quien yacía en el suelo visiblemente poseído por ese demonio , aturdido y murmurando incoherencias.

Con un último esfuerzo, Saulo Rosent arrojó el pergamino al brasero. Las llamas rugieron, creciendo hasta lamer el techo, y un alarido inhumano llenó la sala mientras la entidad se retorcía en agonía. Su forma se deshizo en volutas de humo negro que se disiparon en el aire, dejando tras de sí un silencio ensordecedor.

Cuando las llamas se apagaron, la luz volvió a la sala. El Venerable Maestro, pálido y con el rostro hundido, confesó que había sabido de la maldición pero había creído que estaba sellada. El hermano Thomas, ahora libre de la influencia de la entidad, fue arrastrado fuera de la logia por los demás miembros, su destino era incierto. Saulo Rosent exhausto pero vivo, todos los hermanos presentes se miraron en silencio, sabiendo que habían cambiado el curso de algo mucho mayor de lo que podían comprender.

A la madrugada, mientras el sol apenas despuntaba sobre la ciudad, Saulo Jaime Cárdenas salió de la logia con una nueva determinación ardiendo en su pecho. La orden estaba corrompida por ese demonio llamado Ramtha , y él, junto a otros masones , se encargarían de purgarla, de devolverle su propósito original. Pero mientras se alejaban, no pudo evitar girar la cabeza hacia la logia una vez más. Sus sombras parecían más largas, más oscuras, y por un instante, juró que algo lo observaba desde las ventanas vacías.

A esto el Venerable Maestro Jaime Cárdenas, alcanza a Saulo Rosent ya fuera de logia , y le explica : lo que viviste , experimentaste   y sentimos todos en logia durante tu iniciación fue producto de tu propio demonio mental , la prueba de la sangre fue omitida, a esto Saulo voltea a ver su mano izquierda y estaba sana , no había sufrido ninguna cortadura con ninguna daga, jamás habia brotado sangre de su cuerpo .

Nota

La historia combina elementos históricos y simbólicos de la masonería con un giro de terror, explorando cómo el simbolismo de la sangre puede ser reinterpretado en un contexto sobrenatural. Aunque la masonería moderna no practica rituales de sangre reales, la narrativa ficticia permite imaginar un escenario donde estas tradiciones se desvirtúan, creando un relato que resuena con el interés por lo oculto y lo desconocido. La inclusión de personajes como Saulo Rosent y demás actores añade profundidad, mientras que la atmósfera y los detalles sensoriales refuerzan el impacto del horror.

Esta exploración no pretende reflejar prácticas reales, sino ofrecer una narrativa creativa basada en el texto proporcionado y la investigación, respetando la complejidad y diversidad de la masonería como institución.

Alcoseri


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De: Kadyr Enviado: 14/08/2025 19:54


 
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