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Socio-Política: Yo no soy Charlie
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Respuesta  Mensaje 1 de 18 en el tema 
De: kuki  (Mensaje original) Enviado: 12/01/2015 04:56
Yo no soy Charlie
 
 
Parto aclarando antes que nada, que considero una atrocidad el ataque a las oficinas de la revista satírica Charlie Hebdo en París y que no creo que, en ninguna circunstancia, sea justificable convertir a un periodista, por dudosa que sea su calidad profesional, en un objetivo militar. Lo mismo es válido en Francia, como lo es en Colombia o en Palestina. Tampoco me identifico con ningún fundamentalismo, ni cristiano, ni judío, ni musulmán ni tampoco con el bobo-secularismo afrancesado, que erige a la sagrada “République” en una diosa. Hago estas aclaraciones necesarias pues, por más que insistan los gurús de la alta política que en Europa vivimos en una “democracia ejemplar” con “grandes libertades”, sabemos que el Gran Hermano nos vigila y que cualquier discurso que se salga del libreto es castigado duramente. Pero no creo que censurar el ataque en contra de Charlie Hebdo sea sinónimo de celebrar una revista que es, fundamentalmente, un monumento a la intolerancia, al racismo y a la arrogancia colonial.

Miles de personas, comprensiblemente afectadas por este atentado, han circulado mensajes en francés diciendo “Je Suis Charlie” (Yo soy Charlie), como si este mensaje fuera el último grito en la defensa de la libertad. Pues bien, yo no soy Charlie. No me identifico con la representación degradante y “caricaturesca” que hace del mundo islámico, en plena época de la llamada “Guerra contra el Terrorismo”, con toda la carga racista y colonialista que esto conlleva. No puedo ver con buena cara esa constante agresión simbólica que tiene como contrapartida una agresión física y real, mediante los bombardeos y ocupaciones militares a países pertenecientes a este horizonte cultural. Tampoco puedo ver con buenos ojos estas caricaturas y sus textos ofensivos, cuando los árabes son uno de los sectores más marginados, empobrecidos y explotados de la sociedad francesa, que han recibido históricamente un trato brutal: no se me olvida que en el metro de París, a comienzos de los ‘60, la policía masacró a palos a 200 argelinos por demandar el fin de la ocupación francesa de su país, que ya había dejado un saldo estimado de un millón de “incivilizados” árabes muertos. No se trata de inocentes caricaturas hechas por libre pensadores, sino que se trata de mensajes, producidos desde los medios de comunicación de masas (si, aunque pose de alternativo Charlie Hebdo pertenece a los medios de masas), cargados de estereotipos y odios, que refuerzan un discurso que entiende a los árabes como bárbaros a los cuales hay que contener, desarraigar, controlar, reprimir, oprimir y exterminar. Mensajes cuyo propósito implícito es justificar las invasiones a países del Oriente Medio así como las múltiples intervenciones y bombardeos que desde Occidente se orquestan en la defensa del nuevo reparto imperial. El actor español Willy Toledo decía, en una declaración polémica -por apenas evidenciar lo obvio-, que “Occidente mata todos los días. Sin ruido”. Y eso es lo que Charlie y su humor negro ocultan bajo la forma de la sátira.

No me olvido de la carátula del N°1099 de Charlie Hebdo, en la cual se trivializaba la masacre de más de mil egipcios por una brutal dictadura militar, que tiene el beneplácito de Francia y de EEUU, mediante una portada que dice algo así como “Matanza en Egipto. El Corán es una mierda: no detiene las balas”. La caricatura era la de un hombre musulmán acribillado, mientras trataba de protegerse con el Corán. Habrá a quien le parezca esto gracioso. También, en su época, colonos ingleses en Tierra del Fuego creían que era gracioso posar en fotografías junto a los indígenas que habian "cazado", con amplias sonrisas, carabina en mano, y con el pie encima del cadáver sanguinolento aún caliente. En vez de graciosa, esa caricatura me parece violenta y colonial, un abuso de la tan ficticia como manoseada libertad de prensa occidental. ¿Qué ocurriría si yo hiciera ahora una revista cuya portada tuviera el siguiente lema: “Matanza en París. Charlie Hebdo es una mierda: no detiene las balas” e hiciera una caricatura del fallecido Jean Cabut acribillado con una copia de la revista en sus manos? Claro que sería un escándalo: la vida de un francés es sagrada. La de un egipcio (o la de un palestino, iraquí, sirio, etc.) es material “humorístico”. Por eso no soy Charlie, pues para mí la vida de cada uno de esos egipcios acribillados es tan sagrada como la de cualquiera de esos caricaturistas hoy asesinados.

Ya sabemos que viene de aquí para allá: habrá discursos de defender la libertad de prensa por parte de los mismos países que en 1999 dieron la bendición al bombardeo de la OTAN, en Belgrado, de la estación de TV pública serbia por llamarla “el ministerio de mentiras”; que callaron cuando Israel bombardeo en Beirut la estación de TV Al-Manar en el 2006; que callan los asesinatos de periodistas críticos colombianos y palestinos. Luego de la hermosa retórica pro-libertad, vendrá la acción liberticida: más macartismo dizque “anti-terrorismo”, más intervenciones coloniales, más restricciones a esas “garantías democráticas” en vías de extinción, y por supuesto, más racismo. Europa se consume en una espiral de odio xenófobo, de islamofobia, de anti-semitismo (los palestinos son semitas, de hecho) y este ambiente se hace cada vez más irrespirable. Los musulmanes ya son los judíos en la Europa del siglo XXI, y los partidos neo-nazis se están haciendo nuevamente respetables 80 años después gracias a este repugnante sentimiento. Por todo esto, pese a la repulsión que me causan los ataques de París, Je ne suis pas Charlie.



 

José Antonio Gutiérrez D.
Rebelión


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Respuesta  Mensaje 4 de 18 en el tema 
De: kuki Enviado: 12/01/2015 05:02
Lo más peligroso es la islamofobia
 
El atentado fascista en París contra la redacción del semanario Charlie Hebdo, que ha arrebatado la vida a 12 personas, entre ellas a los cuatro dibujantes Charb, Cabú, Wolinsky y Tignous, deja una doble o triple sensación de horror, pues está agravada por una especie de eco amargo y sucio y por una sombra de amenaza inminente y general. Está sin duda el horror de la matanza misma por parte de unos asesinos que, con independencia de sus móviles ideológicos, se han situado a sí mismos al margen de toda ética común y por eso mismo fuera de todo marco religioso, en su sentido más estricto y preciso.

Pero está también el horror de que sus víctimas se dedicaran a escribir y a dibujar. No es que uno no pueda hacer daño escribiendo y dibujando -enseguida hablaremos de esto-; es que escribir y dibujar son tareas que una larga tradición histórica compartida sitúa en el extremo opuesto de la violencia; si se trata además de la sátira y el humor, nadie nos parece más protegido que el que nos hace reír. En términos humanos, siempre es más grave matar a un bufón que a un rey porque el bufón dice lo que todos queremos oír -aunque sea improcedente o incluso hiperbólico- mientras que los reyes sólo hablan de sí mismos y de su poder. El que mata a un bufón, al que hemos encomendado el decir libre y general, mata a la humanidad misma. También por eso los asesinos de París son fascistas. Sólo los fascistas matan bufones. Sólo los fascistas creen que hay objetos no hilarantes o no ridiculizables. Sólo los fascistas matan para imponer seriedad.

Pero hay un tercer elemento de horror que tiene que ver menos con el acto que con sus consecuencias. Ahora mismo -lo confieso- es el que más miedo me da. Y es urgente advertir de lo que nos jugamos. Lo urgente no es impedir un crimen que ya no podemos impedir; ni tampoco condenar asqueados a los asesinos. Eso es normal y decente, pero no urgente. Tampoco, claro, espumajear contra el islam. Al contrario. Lo verdaderamente urgente es alertar contra la islamofobia, precisamente para evitar lo que los asesinos quieren -y están ya consiguiendo- provocar: la identificación ontológica entre el islam y el fascismo criminal. La gran eficacia de la violencia extrema tiene que ver con el hecho de que borra el pasado, el cual no puede ser evocado sin justificar de alguna manera el crimen; tiene que ver con el hecho de que la violencia es actualidad pura, y la actualidad pura está siempre preñada del peor futuro imaginable. Los asesinos de París sabían muy bien en qué contexto estaban perpetrando su infamia y qué efectos iban a producir.

El problema del fascismo y de su violencia actualizadora es que se trata siempre de una respuesta. El fascismo está siempre respondiendo; todo fascismo se alimenta de su legitimación reactiva en un marco social e ideológico en el que todo es respuesta y todo es, por tanto, fascismo. El contexto europeo (pensemos en la Alemania anti-islámica de estos días) es la de un fascismo rampante. En Francia concretamente este fascismo blanco y laico tiene algunos valedores intelectuales de mucho prestigio que, a la sombra del Frente Nacional de Le Pen, llevan calentando el ambiente desde púlpitos privilegiados a partir del presupuesto, enunciado con falso empirismo y autoridad mediática, de que el islam mismo es un peligro para Francia. Pensemos, por ejemplo, en la última novela del gran escritor Houellebecq, Sumisión (traducción literal del término árabe “islam”), en la que un partido islamista gana al Frente Nacional las elecciones de 2021 e impone la “charia” en la patria de Las Luces. O pensemos en el gran éxito de las obras del ultraderechista Renaud Camus y del periodista político del diario Le Figaro Eric Zemour. El primero es autor de Le grand remplacement, donde se sostiene la tesis de que el pueblo francés está siendo “reemplazado” por otro, en este caso -obviamente- compuesto de musulmanes extraños a la historia de Francia. El segundo, por su parte, ha escrito El suicidio francés, un gran éxito de ventas que rehabilita al general Petain y describe la decadencia del Estado-Nación, amenazado por la traición de las élites y por la inmigración. Hace unos días en Le Monde el escritor Edwy Plenel se refería a estas obras como depositarias de una “ideología asesina” que “está preparando Francia y Europa para una guerra”: una guerra civil- dice- “de Francia y Europa contra ellas mismas, contra una parte de sus pueblos, contra esos hombres, esas mujeres, esos niños que viven y trabajan aquí y que, a través de las armas del prejuicio y la ignorancia, han sido previamente construidos como extranjeros en razón de su nacimiento, su apariencia o sus creencias”.

Este es el fascismo que estaba ya presente en Francia y que ahora “reacciona” -puro presente- frente a la “reacción” -pura actualidad asesina- de los islamistas fascistas de París. Da mucho miedo pensar que a las 7 de la tarde, mientras escribo estas líneas, el trending topic mundial en twitter, tras el tranquilizador y emocionante “yo soy Charlie”, es el terrorífico “matar a todos los musulmanes”. La islamofobia tiene tanto fundamento empírico -ni más ni menos- que el islamismo yihadista; los dos, en efecto, son fascismos reactivos que se activan recíprocamente, incapaces de hacer esas distinciones que caracterizan la ética, la civilización y el derecho: entre niños y adultos, entre civiles y militares, entre bufones y reyes, entre individuos y comunidades. “Matad a todos los infieles” es contestado y precedido por “matad a todos los musulmanes”. Pero hay una diferencia. Mientras que se exige a todos los musulmanes del mundo que condenen la atrocidad de París y todos los dirigentes políticos y religiosos del mundo musulmán condenan sin excepción lo ocurrido, el “matad a todos los musulmanes” es justificado de algún modo por intelectuales y políticos que legitiman con su autoridad institucional y mediática la criminalización de cinco millones de franceses musulmanes (y de millones más en toda Europa). Esa es la diferencia -lo sabemos históricamente- entre el totalitarismo y el delirio marginal: que el totalitarismo es delirio naturalizado, institucionalizado, compartido al mismo tiempo por la sociedad y por el poder. Si recordamos además que la mayor parte de las víctimas del fascismo yihadista en el mundo son también musulmanas -y no occidentales- deberíamos quizás medir mejor nuestro sentido de la responsabilidad y de la solidaridad. Pinzados entre dos fascismos reactivos, los perdedores son los de siempre: los inmigrantes, los izquierdistas, los bufones, las poblaciones de los países colonizados. Una de las víctimas de los islamistas, por cierto, era policía, se llamaba Ahmed Mrabet y era musulmán.

Del yihadismo fascista no espero sino fanatismo, violencia y muerte. Me repugna, pero me da menos miedo que la reacción que precede -valga la paradoja einsteiniana- a sus crímenes. El “matad a todos los musulmanes” está de algún modo justificado por los intelectuales que “preparan la guerra civil europea” y por los propios políticos que responden a los crímenes con discursos populistas religiosos laicos. Cuando Hollande y Sarkozy hablan de “un atentado a los valores sagrados de Francia” para referirse a la libertad de expresión, están razonando del mismo modo que los asesinos de los redactores del Charlie Hebdo. No acepto que un francés me diga que defender los valores de Francia implica necesariamente defender la libertad de expresión. Por muy laica que se pretenda, esa lógica es siempre religiosa. No hay que defender Francia; hay que defender la libertad de expresión. Porque defender los valores de Francia es quizás defender la revolución francesa, pero también Termidor; es defender la Comuna, pero también los fusilamientos de Thiers; es defender a Zola, pero también al tribunal que condenó a Dreyfus; es defender a Simone Weil y René Char, pero también el colaboracionismo de Vichy; es defender a Sartre, pero también las torturas de la OAS y el genocidio colonial; es defender mayo del 68, pero también los bombardeos de Argel, Damasco, Indochina y más recientemente Libia y Mali. Es defender ahora, frente al fascismo islamista, la igualdad ante la ley, la democracia, la libertad de expresión, la tolerancia y la ética, pero también defender la destrucción de todo eso en nombre de los valores de Francia. Da mucho miedo oír hablar de “los valores de Francia”, “de la grandeza de Francia”, de ”la defensa de Francia”. O defendemos la libertad de expresión o defendemos los valores de Francia. Defender la libertad de expresión -y la igualdad, la fraternidad y la libertad- es defender a la humanidad entera, viva donde viva y crea en el dios que crea. La frase de “los valores de Francia” pronunciada por Le Pen, Hollande, Sarkozy o Renaud Camus no se distingue en nada de la frase “los valores del islam” pronunciada por Abu Bakr Al-Baghdadi. Son en realidad el mismo discurso frente a frente, legitimado por su propia reacción asesina, que bombardea inocentes en un lado y ametralla inocentes en el otro. Pierden los de siempre, los que pierden cuando dos fascismos no dejan en medio ni el más pequeño resquicio para el derecho, la ética y la democracia: los de abajo, los de al lado, los pequeños, los sensatos. De eso sabemos mucho en Europa, cuyos grandes “valores” produjeron el colonialismo, el nazismo, el estalinismo, el sionismo y el bombardeo humanitario.

Mal empieza 2015. En 1953, “refugiado” en Francia, el gran escritor negro Richard Wright escribía contra el fascismo que “temía que las instituciones democráticas y abiertas no sean más que un intervalo sentimental que preceda al establecimiento de regímenes incluso más bárbaros, absolutistas y pospolíticos”. Protegernos del fascismo islamista es proteger nuestras instituciones abiertas y democráticas -o lo que queda de ellas- del fascismo europeo. La islamofobia fascista, en Europa y en las “colonias”, es la gran fábrica de islamistas fascistas y una y otro son incompatibles con el derecho y la democracia, los únicos principios -que no “valores”- que podrían aún salvarnos. Buena parte de nuestras élites políticas e intelectuales están más bien interesadas en todo lo contrario.

Descansen en paz nuestros alegres y valientes compañeros bufones del Charlie Hebdo. Y que nadie en su nombre levante la mano contra un musulmán ni contra el derecho y la ética comunes. Esa sí sería la verdadera victoria de los fascismos de los dos lados.

Santiago Alba Rico
Rebelión


Respuesta  Mensaje 5 de 18 en el tema 
De: kuki Enviado: 12/01/2015 05:07

¿Quién está detrás del atentado contra Charlie Hebdo?

 
¿Un 11 de septiembre en París?
 
 
Numerosos franceses denuncian el islamismo y manifiestan en las calles en reacción contra el atentado perpetrado en París contra el semanario satírico Charlie Hebdo. Por su parte, Thierry Meyssan observa que la interpretación yihadista carece de sentido. Aunque sería más conveniente para él sumarse al coro de quienes denuncian una operación de al-Qaeda o del Emirato Islámico en París, Thierry Meyssan expone una hipótesis diferente, pero mucho más peligrosa.
 

El 7 de enero de 2015, un comando irrumpe en la sede parisina de

Charlie Hebbo y asesina 12 personas. Otras 4 víctimas han sido reportadas en estado grave.

En los videos se oye a los atacantes gritar «¡Allah Akbar!» y afirmar después que han «vengado a Mahoma

». Una testigo, la dibujante Coco, afirmó que los individuos decían ser de al-Qaeda. Eso ha bastado para que numerosos franceses denuncien el hecho como un atentado islamista.


Pero esa hipótesis es ilógica.

La misión del comando no coincide con la ideología yihadista

En efecto, los miembros o simpatizantes de grupos como la Hermandad Musulmana, al-Qaeda o el Emirato Islámico [1] no se habrían limitado a matar dibujantes ateos. Habrían comenzado por destruir los archivos de la publicación en presencia de las víctimas, como lo han hecho en la totalidad de las acciones que perpetran en el Magreb y el Levante. Para los yihadistas, lo primero es destruir los objetos que –según ellos– ofenden a Dios, antes de castigar a los «enemigos de Dios».

Y tampoco se habrían replegado de inmediato, huyendo de la policía, sin completar su misión. Por el contrario, la habrían realizado hasta el final aunque eso les costase la vida.

Por otro lado, los videos y varios testimonios muestran que los atacantes son profesionales. Están acostumbrados al manejo de armas y sólo disparan cuando es realmente necesario. Su indumentaria tampoco es la de los yihadistas sino más bien la que caracteriza a los comandos militares.

Su manera de ejecutar en el suelo un policía herido, que no representaba un peligro para ellos, demuestra que su misión no era «vengar a Mahoma» del humor no muy fino de Charlie Hebdo.

 

Respuesta  Mensaje 6 de 18 en el tema 
De: kuki Enviado: 12/01/2015 05:10

Objetivo de la operación: favorecer el inicio de una guerra civil

Los atacantes hablan bien el idioma francés y es muy probable que sean franceses, lo cual no justifica la conclusión de que todo sea un incidente franco-francés. Por el contrario, el hecho de que se trata de profesionales nos obliga a separar estos ejecutores de quienes dieron la orden de realizar la operación. Y nada demuestra que estos últimos sean franceses.

Es un reflejo normal, pero intelectualmente erróneo, creer que conocemos a nuestros agresores en el momento en que acabamos de sufrir la agresión. Eso es lo más lógico, tratándose de la criminalidad común y corriente. Pero no es así cuando se trata de política internacional.

Quienes dieron las órdenes que llevaron a la ejecución de este atentado sabían que estaban provocando una ruptura entre los franceses de religión musulmana y los franceses no musulmanes. El semanario satírico francés Charlie Hebdo se había especializado en las provocaciones antimusulmanas, de las que la mayoría de los musulmanes de Francia han sido víctimas directa o indirectamente. Si bien los musulmanes de Francia no dejarán seguramente de condenar este atentado, les será difícil sentir por las víctimas tanto dolor como los lectores de la publicación. Y no faltarán quienes interpreten eso como una forma de complicidad con los asesinos.

Es por eso que, en vez de considerar este atentado extremadamente sanguinario como una venganza islamista contra el semanario que publicó en Francia las caricaturas sobre Mahoma y dedicó reiteradamente su primera plana a caricaturas antimusulmanas, sería más lógico pensar que se trata del primer episodio de un proceso tendiente a crear una situación de guerra civil.

La estrategia del
«choque de civilizaciones» fue concebida en Tel Aviv y Washington

La ideología y la estrategia de la Hermandad Musulmana, al-Qaeda y el Emirato Islámico no predica provocar una guerra civil en «Occidente» sino, por el contrario, desatar la guerra civil en el «Oriente» y separar ambos mundos herméticamente. Ni Said Qotb, ni ninguno de sus sucesores llamaron nunca a provocar enfrentamientos entre musulmanes y no musulmanes en el terreno de estos últimos.

Por el contrario, quien formuló la estrategia del «choque de civilizaciones» fue Bernard Lewis y lo hizo por encargo del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Esa estrategia fue divulgada posteriormente por Samuel Huntington, presentándola no como una estrategia de conquista sino como una situación que podía llegar a producirse [2]. El objetivo era convencer a los pueblos de los países miembros de la OTAN de que era inevitable un enfrentamiento, justificando así el carácter preventivo de lo que sería la «guerra contra el terrorismo».

No es en El Cairo, en Riad ni en Kabul donde se predica el «choque de civilizaciones» sino en Washington y en Tel Aviv.

Quienes dieron la orden que llevó al atentado contra Charlie Hebdo no estaban interesados en contentar a yihadistas o talibanes sino a los neoconservadores o los halcones liberales.

No debemos olvidar
los precedentes históricos

Tenemos que recordar que durante las últimas décadas hemos visto a los servicios especiales de Estados Unidos y de la OTAN
- utilizar en Francia la población civil como conejillos de Indias para experimentar los efectos devastadores de ciertas drogas [3];
- respaldar a la OAS para asesinar al presidente francés Charles De Gaulle [4];
- proceder a la realización de atentados “bajo bandera falsa” contra la población civil en varios países miembros de la OTAN [5].

Tenemos que recordar que, desde el desmembramiento de Yugoslavia, el estado mayor estadounidense ha experimentado y puesto en práctica en numerosos países su estrategia conocida como «pelea de perros», que consiste en matar miembros de la comunidad mayoritaria y matar después miembros de las minorías para lograr que ambas partes se acusen entre sí y que cada una de ellas crea que la otra está tratando de exterminarla. Fue así como Washington provocó la guerra civil en Yugoslavia y, últimamente, en Ucrania [6].

Los franceses harían bien en recordar igualmente que no fueron ellos quienes tomaron la iniciativa de la lucha contra los yihadistas que regresaban de Siria e Irak. Por cierto, ninguno de esos individuos ha cometido hasta ahora ningún atentado en Francia ya que el caso de Mehdi Nemmouche no puede catalogarse como un hecho perpetrado por un terrorista solitario sino por un agente encargado de ejecutar en Bruselas a 2 agentes del Mosad [7] [8]. Fue Washington quien convocó, el 6 de febrero de 2014, a los ministros del Interior de Alemania, Estados Unidos, Francia (el señor Valls envió un representante), Italia, Polonia y Reino Unido para que inscribieran el regreso de los yihadistas europeos como una cuestión de seguridad nacional [9]. Fue sólo después de aquella reunión que la prensa francesa abordó ese tema dado el hecho que las autoridades habían comenzado a actuar.


Expresándose por primera vez en francés para dirigir un mensaje a los franceses, John Kerry denuncia un ataque contra la libertad –cuando su país no vacila, desde 1995, en bombardear y destruir las estaciones de televisión que le molestan, tanto en Yugoslavia como en Afganistán, en Irak y en Libia– y celebra la lucha contra el oscurantismo.

No sabemos quién ordenó este ataque profesional contra Charlie Hebdo pero sí sabemos que no debemos precipitarnos. Tendríamos que tener en cuenta todas las hipótesis y admitir que, en este momento, su objetivo más probable es dividirnos y que lo más probable es que quienes dieron la orden estén en Washington.

Thierry Meyssan

Red Voltaire


Respuesta  Mensaje 7 de 18 en el tema 
De: kuki Enviado: 12/01/2015 05:16
Ataque contra Charlie Hebdo fué una operación de falsa bandera
 
El exsubsecretario del Tesoro de EE.UU., Paul Craig Roberts, asegura que el ataque terrorista contra la sede de 'Charlie Hebdo' en París fue una operación de bandera falsa "diseñada para apuntalar el estado vasallo de Francia ante Washington".


   
"Los sospechosos pueden ser tanto culpables como chivos expiatorios. Basta recordar todos los complots terroristas creados por el FBI que sirvieron para hacer la amenaza terrorista real para los estadounidenses", escribió Roberts en un artículo publicado en su sitio web.

El politólogo afirmó que las agencias estadounidenses han planeado las operaciones de falsa bandera en Europa para crear odio contra los musulmanes y reforzar la esfera de influencia de Washington en los países europeos.

"La Policía encontró el carnet de identidad de Said Kouachi en la escena del tiroteo [cerca de la sede de 'Charlie Hebdo']. ¿Les suena familiar? Recuerden que las autoridades afirmaron haber encontrado el pasaporte intacto de uno de los presuntos secuestradores del11-S entre las ruinas de las torres gemelas. Una vez que las autoridades descubren que los pueblos occidentales estúpidos van a creer cualquier mentira transparente, van a recurrir a la mentira una y otra vez", dijo Roberts.

El anuncio de la Policía del hallazgo del carnet claramente apunta a que "el ataque contra 'Charlie Hebdo' fue un trabajo interno y que las personas identificadas por la NSA como hostiles a las guerras occidentales contra los musulmanes van a ser incriminadas por un trabajo interno diseñado para devolver a Francia bajo el pulgar de Washington", dijo el politólogo.

Asimismo, Roberts dijo que la economía francesa está sufriendo por las sanciones impuestas por Washington contra Rusia. "Los astilleros se ven afectados al no poder entregar los pedidos rusos debido a la condición de vasallaje de Francia ante Washington", explicó y agregó que "otros aspectos de la economía francesa están siendo impactados negativamente por las sanciones que Washington obligó a sus Estados títeres de la OTAN a aplicar contra Rusia".
 

Respuesta  Mensaje 8 de 18 en el tema 
De: kuki Enviado: 12/01/2015 06:48

CHARLIE HEBDO

Yo juzgo a las religiones observando si sus adherentes
se convierten en mejores personas al practicarlas.
Joe Mullally
Las personas que quieren compartir sus opiniones religiosas contigo
casi nunca quieren que compartas las tuyas con ellos.
Dave Barry
Si Dios no existiese, tampoco existirían los ateos.
G.K. Chesterton

Doce muertos es algo que suena a mucho.

Aun cuando uno no está demasiado seguro de a quién condenar primero; si al grupete de dibujantes y escribas de la revista Charlie Hebdo que desde su soberbia irreverente publicaban imágenes y mensajes ofensivos de tal chabacanería y de tan mal gusto que hubiesen hecho vomitar de asco hasta a un agnóstico irreverente como George Bernard Shaw, o a unos sujetos que entraron a las oficinas de la revista el 7 de Enero y se dedicaron a matar gente con la misma fría indiferencia con la cual cualquiera aplasta un mosquito contra la pared.

De cualquier manera, los doce muertos y la forma en que fueron eliminados constituyen una salvajada muy sospechosamente eficaz. Porque hay que ser más que ingenuo para comprarse la historia de que esto es obra de dos locos terroristas improvisados que se despertaron un buen día con ganas de jugar a los mártires vengadores del honor de Mahoma. El operativo trasunta un profesionalismo letal por donde se lo mire: planificación detallada, preparación minuciosa, Kalashnikovs, lanzagranadas, pasamontañas, munición en abundancia, fría determinación profesional y finalmente una buena vía de escape inmediata.

Y, tanto como para que no queden dudas, a una persona le gritaron: "Dígale a los medios que esto es Al-Qaeda en Yemen". Con lo cual toda la autoría del atentado quedó limpita y prolijamente dirigida hacia lo que los norteamericanos (y no los franceses) han definido como "Al-Qaeda en la Península Árabe" (AQAP por sus siglas en inglés). Una agrupación que tenía su lista de herejes a eliminar por el delito de "insultar al profeta Mahoma" y en la misma figuraban – no por casualidad – miembros del personal de Charlie Hebdo.

Y ¿saben cómo la policía francesa descubrió tan rápidamente quiénes habían sido los autores del atentado? Pues porque uno de ellos dejó abandonada una tarjeta de identidad en el auto en el que escaparon. (¿Estos terroristas siempre "olvidan" algo en los autos que usan? En el caso del 9/11 en EE.UU. pasó exactamente lo mismo.)

O sea, recapitulemos: Kalashnikovs, pasamontañas, granadas, munición en abundancia, una aproximación al objetivo absolutamente eficaz, el frío asesinato profesional de doce personas, una retirada exitosa, una deliberada referencia a "Al-Qaeda en Yemen"… y una tarjeta de identidad olvidada en el vehículo de escape.

Doce muertos en un atentado a los disparos es un poco mucho. Pero también es mucho pedir que nos creamos que esto ha sido obra de fanáticos improvisados. A todo lo cual se agregó después otro "loco terrorista" que, luego de matar a una mujer policía se atrincheró en un supermercado "kosher" judío de Porte de Vincennes con al menos 5 rehenes.

La gran pregunta que uno se hace es: ¿a quién beneficia todo esto?

Por de pronto toda esta secuela de ataques en Francia tiene lugar apenas unos días después de que Francia reconoció al Estado Palestino y Hollande propuso levantar las sanciones contra Rusia. Quizás eso no gustó en ciertas altas esferas plutocráticas. Quizás en algún lugar de Washington o Tel Aviv alguien llegó a la conclusión que Francia necesitaba un "correctivo". No faltan quienes creen que, con esto, Europa recibió el mensaje sobre lo que les puede suceder a quienes se salen del papel asignado. (Y dicho sea de paso: ¿por qué estos islamistas atacan a un pasquín satírico de cuarta y ocupan un supermercado kosher, pero nunca asaltan la sede de un fondo buitre o un banco que maneja fondos del narcotráfico y del lavado de dinero?)

Pero sea cual fuere el verdadero motivo de todo esto, sea quién o quienes sean los verdaderos instigadores y beneficiarios de esta masacre, algo hay que ya es seguro: los terroristas están muertos. La policía francesa los descubrió en tiempo récord, los identificó en tiempo récord, los ubicó en tiempo récord, los cercó en tiempo récord, y los mató en tiempo récord. ¡Alucinante!
Muy útil, sobre todo. Realmente conveniente. Ya no queda nadie con vida para contradecir la versión oficial de los hechos.

Y una última cosa: no justifico la muerte de las doce personas de Charlie Hebdo. Cuando alguien se burla de uno – incluso si se burla de algo que uno tiene por lo más sagrado – no creo que la respuesta adecuada sea ponerse un pasamontañas, agarrar una AK-47 y un par de granadas para salir a matar al burlón. Creo que hay otras formas de responder tanto a las burlas como a los insultos que, en este caso, vendrían a ser lo mismo.

Pero tampoco encuentro nada para defender en el pasquín mencionado. Hagan una cosa – si tienen un estómago fuerte – pongan "Charlie Hebdo" en Google y seleccionen "imágenes". Para que quede claro: en mi opinión (y valga por lo que pueda valer), eso no es humor. Eso es simplemente un asco. Un asco que se esconde detrás de la pollera de la libertad de prensa y de opinión para exhibir, bajo el pretexto de un supuesto humor, su deleite en la perversión y el insulto.

Pero lo que también me llama muchísimo la atención es la pasividad directamente bovina del cristianismo. O lo que queda de él. Porque la más simple caricatura de Mahoma desencadena la enérgica – y hasta mortal – respuesta de los musulmanes. La más inocente broma acerca del holocausto o de la religión judía desencadena inmediatamente una catarata histérica de acusaciones de racismo, antisemitismo, intolerancia y odio. Hasta una burla de los homosexuales expone al burlón a una condena universal por homofobia, intolerancia, incomprensión y moral troglodita. Búrlese Usted de Femen o de Pussy Riot y le caerán encima – de a toneladas – los denuestos y las invectivas de todas las erinias y ménades lésbicas que andan sueltas por ahí.

Pero búrlese Usted de Jesucristo y de los cristianos, y no pasará nada. Absolutamente nada. Exhiba Usted un cuadro con Cristo sentado sobre un inodoro y no pasará nada. Absolutamente nada. Crucifique Usted a Jesucristo contra un cazabombardero norteamericano y hasta es posible que lo consideren un gran artista. Los del pasquín de marras publicaron la imagen del papa levantando un preservativo como si fuese una hostia. Luego otra en la cual el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo aparecen sodomizándose mutuamente. Y no pasó absolutamente nada. Y no solo eso sino que ayer miles de imbéciles descerebrados corrieron a la plaza más cercana con un cartel diciendo "Je Suis Charlie".

Con lo que el pasquín lanzó una edición especial y recaudó un millón de dólares en dos días.

Está bien: es cierto que Cristo nos exhortó a presentar la otra mejilla.

Pero nunca exigió que consintiésemos en ser constantemente abofeteados.

Respuesta  Mensaje 9 de 18 en el tema 
De: kuki Enviado: 12/01/2015 06:54
 

París, hora cero

Medios tan vulgares como Wikipedia relacionan a Al-Qaeda con la CIA y el Mossad… Hillary Clinton declaró que los terroristas liderados por Ben Laden había sido financiada por USA… Qué les pasa a los medios occidentales que lo primero que hacen es hablar del “armamento ruso” de los terroristas a sueldo…?; terroristas que actuaron todo el tiempo a cara tapada y ya circulan sus fotos en todos los medios…; sí, en menos de 24 horas. No hay que ser adivino para presagiar que a estas horas los dos hermanos cercados en las afueras de París, quienes seguramente nada tienen que ver con los asesinatos de horas antes, serán fusilados por comandos de las fuerzas especiales.El Estado Islámico, fundado por el Mossad, con su líder entrenado durante dos años en las afueras de Tel Aviv (informe del ex NSA Edward Snowden), actor de profesión, hoy nombrado como Abu Bakr al-Baghdadi, ya los ha condenado a muerte, cumpliendo los protocolos operativos. En los medios sionistas de propaganda, ya se agita la movilización propuesta para el 18/1 por la ultra derecha francesa, pidiendo la expulsión de toda Francia de los musulmanes, lo mismo se empieza a agitar en Alemania. Convengamos que para el capitalismo ateo europeo, militante anticristiano, poco grato es ver gente religiosa, en las calles, en oración cinco veces al día; el delirium tremen del mesianismo sionista hace el resto, con el control absoluto de los medios que ejerce; la mentira para ellos le es connatural, el terror, sagrado.
Es un atentado de falsa bandera tan burdo que asombra… pero, justamente, esa es su perversión y poder de penetración y manipulación cultural.

Y la velocidad de los reflejos del sionismo local, que en menos de 24 horas organizan una marcha (minúscula y mediática) en repudio; como si estuvieran esperando “la señal”….

El punto es que todo parece un montaje en gran escala, comenzando con la publicación de una novela, del escritor top francés del momento, Michel Houellebecq, “Sumisión”, en donde se presenta el peligro de ser gobernados por un islámico, “otro Obama”… No conozco la interna de la política electoral francesa, pero eso es casi seguro una cortina de humo; aún recuerdo a Hollande, acusando al devastado régimen laico sirio, de ser “socios” del Estado Islámico (sic), una barbaridad sólo entendible en un monigote a pedal como el local rabino Escudé, eso sí, con la convicción absoluta de que los medios son un erial y que nadie osará cuestionar sus bizarras falacias -esa basura informativa había sido difundida también en su momento por la cuenta de twiter del pasquín satírico atlantista Charlie Hebdo, tal cual, “Isis es una creación de Siria”; la capacidad de mentira de los sayin no tiene parangón, al  par de lo rastrero del periodismo de opereta, asalariado.Cuando lo concreto es que el peligro real del sionismo francés y la OTAN, es el movimiento nacionalista de LePen, que arrasa, para peor, dándoles su apoyo a los movimientos de indignados organizados de España y Grecia. De eso se trata todo esto. De poner a Francia en estado de conmoción interna; idéntica estrategia a la perpetrada en USA en setiembre de 2001. La teoría conspirativa lanzada hoy día por Thierry Meyssan, en la Red Voltaire, a propósito de que la finalidad del atentado sería provocar una guerra civil en Francia, es seductora pero aventurada; más allá de que se va a producir una hola xenófoba, antimusulmana, fuerte, impulsada por pequeñas organizaciones fascistas, manipuladas tanto por la OTAN como por el Mossad, lo concreto es que se impone una dialéctica violentista, agitadora, clausurado el crecimiento radical del nacionalismo de LePen, electoralista, y, también, anti OTAN. Idéntico fenómeno que el ocurrido en la Italia de los 70 con Aldo Moro, en las antípodas de LePen, claro, pero con un planteo de una Italia independiente. En ese entonces, recurrieron al engendro de las Brigadas Rojas para sacar al Partido Comunista de la escena. Ahora harán lo mismo con el nacionalismo electoral, impulsando una agenda violenta. Ya han impuesto la misma dialéctica del terror y la clausura de las libertades cívicas que se homologó en USA a partir del 11S. En horas de la noche, Mariane Le Pen redoblaba la apuesta y proponía un referendum para restaurar la pena de muerte en Francia. No mucho más que agregar; criticaba la permisividad de los servicios de inteligencia al no haber estado alertas ante el ataque terrorista.Poca y nada queda de la batalla contracultural de la “quenelle”, polémica bravata lanzada hace unos años por el hoy perseguido humorista de origen musulmán Dieudonné M’bala (Nota de TM: Dieudonné no es de origen musulmán. Es  franco-camerunés), censurado por el gobierno pro sionista galo; nunca nos enteramos que los  humoristas de Charlie Hebdo -financiados por cuentas secretas del gobierno socialista de Mitterand desde su fundación- se hubieran solidarizado con ese compañero de trabajo, dejado cesante, en la calle,  prohibido incluso en la vía pública, el año pasado; los más probable es que debo recorrer hoy día los suburbios de París con una capucha, aterrorizado. Hace un año, la autoridad comunitaria sionista de París, trataba a Dieudonné de “delincuente”, exigiéndole al Estado galo  su proceso y cárcel; no fueron tal lejos, lo dejaron sin trabajo, mudo, de vuelta a la pobreza originaria, demoledora; dudamos muchos que hayan tenido algún tipo de condena para Charlie Hebdo en estos años.
En el plano local, veremos los reflejos de la Presidente, quien debe darle asilo político a Kurt Sonnenfeld, ex documentalista de la agencia de catástrofes del gobierno norteamericano, testigo directo del montaje aberrante del 11S. Se pondría en el ojo de la tormenta, muy debilitada en su frente interno, acosada por escándalos en ciernes, como el caso de Milani; ni hablar a esta altura de Boudou. Bueno, convengamos, son las decisiones que a la Presidente la rejuvenecen, le encantan.
Horas de vigilia. Empezó con todo el año XV
Saludos cordiales
Linares

Respuesta  Mensaje 10 de 18 en el tema 
De: kuki Enviado: 12/01/2015 07:38
El máximo horror
Cuando el uno alimenta al otro
 
Fue un suceso espantoso. Condenado por la mayor parte del mundo y reflejado de forma especialmente conmovedora por muchos humoristas gráficos. Quienes planearon la atrocidad escogieron su objetivo cuidadosamente. Sabían que un acto así iba a crear el máximo horror. Era la cualidad, no la cantidad lo que buscaban. La respuesta no les habrá sorprendido ni desagradado. Les importaba un comino el mundo de los no creyentes. A diferencia de los inquisidores medievales de la Sorbona, no tienen autoridad legal ni teológica para hostigar a libreros y editores, para prohibir libros y torturar escritores, por eso han ido un paso más allá y decidieron las ejecuciones.

¿Qué sucede con esos soldados de a pie? Las circunstancias que atraen a hombres y mujeres jóvenes hacia esos grupos son una creación del mundo occidental en el que habitan, que es en sí mismo consecuencia de largos años de dominio colonial en los países de sus antepasados. Sabemos que los hermanos parisinos Chérif y Saïd Kouachi eran jóvenes de pelo largo e inhaladores de marihuana y otras sustancias hasta que (al igual que los autores de los atentados del 7 de julio en Londres) vieron los videos de la guerra de Iraq y, en particular, de las torturas que se perpetraban en Abu Ghraib y de los asesinatos a sangre fría de ciudadanos iraquíes en Faluya.

Buscaron consuelo en la mezquita. Y allí se fueron radicalizando bajo la égida de religiosos extremistas para quienes la guerra de Occidente contra el terror se había convertido en una oportunidad de oro para reclutar y dominar a jóvenes, tanto en el mundo musulmán como en los guetos de Europa y Norteamérica. Enviados primero a Iraq a matar estadounidenses y más recientemente a Siria (¿con la connivencia del Estado francés?) para derrocar a Asad, a esos jóvenes se les enseñó a utilizar las armas con eficacia. De vuelta a casa, estaban listos para desplegar esos conocimientos contra quienes ellos creían que les estaban atormentando en tiempos difíciles. Eran ellos los que se sentían perseguidos. Charlie Hebdo representaba a sus perseguidores. El horror no debería cegarnos ante esta realidad.

Charlie Hebdo no hacía ningún secreto del hecho de que intentaban continuar provocando a los creyentes musulmanes haciendo blanco de sus chistes al profeta. La mayoría de los musulmanes se sentían indignados por ello pero ignoraron el insulto. El periódico había reproducido las caricaturas sobre Mahoma publicadas por el diario danés Jylland-Posten en 2005, en las que se le describía como un inmigrante pakistaní. El periódico danés admitió que no habría publicado nunca nada parecido para describir a Moisés o a los judíos (aunque quizá lo había hecho ya: ciertamente, había publicado artículos que apoyaban al Tercer Reich), pero Charlie Hebdo consideraba que tenía la misión de defender los valores laicos republicanos contra todas las religiones. En ocasiones ha atacado al catolicismo, aunque apenas se ha referido al judaísmo (aunque los numerosos ataques de Israel contra los palestinos le han ofrecido muchas oportunidades) y ha concentrado sus burlas sobre el islam. El laicismo francés parece abarcarlo todo hoy en día siempre y cuando no sea islámico. Las denuncias contra el islam han sido implacables en Francia, siendo “Soumission”, la nueva novela de Michel Houellebecq (la palabra islam significa sumisión), la salva más reciente. Predice que el país estará gobernado por un presidente de un grupo que denomina Fraternidad Musulmana. Charlie Hebdo, no debemos olvidarlo, publicaba una portada satirizando a Houellebecq el día en que fue atacado. Defender su derecho a publicar sin que importen las consecuencias es una cosa, pero sacralizar un periódico satírico que habitualmente elige como blanco de sus viñetas a quienes son víctimas de una islamofobia rampante es casi tan estúpido como justificar los actos de terrorismo en su contra. Cada actitud alimenta a la otra.

La ley francesa permite que se suspendan las libertades si existe amenaza de disturbios o violencia. Con anterioridad, esta disposición se invocaba para prohibir las apariciones públicas del comediante Dieudonné (famoso por hacer bromas antisemitas) y para prohibir las manifestaciones a favor de los palestinos; Francia es el único país de Occidente que hace eso. Que muchos franceses no consideren estas acciones como problemáticas lo dice todo. No son sólo los franceses: no hemos visto vigilias con antorchas o asambleas masivas en ningún lugar de Europa cuando se reveló que los prisioneros musulmanes entregados a EEUU por muchos países de la UE (con los valerosos polacos y los laboristas británicos a la cabeza) habían sido torturados por la CIA. Aquí hay algo más en juego que la sátira.

La petulancia de los liberales laicos que hablan de defender la libertad hasta la muerte se corresponde con los liberales musulmanes que parlotean interminablemente de que lo sucedido no tenía nada que ver con el islam. Hay diferentes versiones del islam (la ocupación de Iraq se utilizó deliberadamente para azuzar las guerras entre sunníes y chiíes que han ayudado a crear el Estado Islámico); no tiene sentido pretender hablar en nombre del “verdadero” islam. La historia del islam está repleta desde sus mismos inicios de luchas faccionales. Las corrientes fundamentalistas dentro del islam, así como las invasiones externas, fueron responsables de la aniquilación de muchos de los avances culturales y científicos del período medieval tardío. Esas diferencias siguen existiendo.

Mientras tanto, Hollande y Sarkozy han anunciado que se pondrán a la cabeza de una marcha de unidad nacional (Cameron estará allí también y vete a saber quién más). Como me escribió un amigo francés: “La idea de que Charlie Hebdo ha auspiciado una “unión sagrada” tiene que ser una de esas ironías de la historia que hubiera dejado sin habla incluso al más cínico de los libertarios antisistema post-68.

Tariq Ali
CounterPunch
 

[El presente ensayo se publicó originalmente en la London Review of Books]

Tariq Ali es un escritor y director de cine pakistaní. Escribe habitualmente para The Guardian, Counterpunch, London Review of Books, Monthly Review, Z Magazine. Su último libro, publicado por Verso, es The Obama Syndrome: Surrender at Home, War Abroad’.


Respuesta  Mensaje 11 de 18 en el tema 
De: kuki Enviado: 12/01/2015 07:44
Neonazis instigan asesinato de dibujantes en Israel
 
Según informa en su edición de hoy, domingo 11, una catarata de amenazas se descargó en Facebook en contra de los dibujantes del prestigioso diario israelí Haaretz por una imagen publicada este fin de semana. En ella, sobre un fondo totalmente negro se leía lo siguiente: “10 periodistas asesinados en el ataque a Charlie Hebdo en París, y 13 periodistas asesinados en el ataque del último verano a Gaza”. Y en el medio una leyenda que decía “Yo soy Charlie”, “Yo soy Gaza”.

 

La furia de los racistas israelíes se desencadenó cuando un político ultraderechista, Ronen Shoval, exigió una investigación para determinar si, con la publicación de ese dibujo, el diario había incurrido en el delito de “propaganda derrotista” contemplado y castigado en el código penal israelí. Los comentarios que siguieron al posteo de Shoval fueron un muestrario de la putrefacción ideológica que se ha apoderado de un sector de la sociedad israelí, contagiada de lo peor de la extrema derecha fascista europea. Entre los comentarios suscitados por la intervención de Shoval había algunos que decían cosas como estas: “Con la ayuda de Dios, los periodistas del Haaretz serán asesinados como en Francia”; “¿Por qué no hay un ataque terrorista al Haaretz?”; “Espero que el terrorismo alcance también al Haaretz”; “Ellos deberían morir”, decía un comentario refiriéndose a los dibujantes. Otros fueron aún peores. Shoval prometió que los borraría rápidamente de su FB y que comprendía que estas acotaciones de sus seguidores eran una incitación al asesinato. Pero, recalcó con insolencia, “en el mismo espíritu yo les pido que eliminen esa caricatura inmediatamente.” O sea, ¡un líder neonazi se atribuye el derecho a ejercer la censura de prensa! Uno de los periodistas estrella del Haaretz, Gideon Levy, conocido por su postura crítica a las políticas del gobierno israelí en relación a la cuestión palestina y los territorios ocupados, recibió un mensaje por correo electrónico en el cual se lo amenazaba de muerte.

Es de esperar que algunos cambios que se han venido dando en la sociedad israelí en tiempos recientes permitan aislar a estos repugnantes esperpentos, y abrir un sendero que haga posible un acuerdo justo y sustentable con los palestinos para poner fin a más de seis décadas de dolor y muerte en esa convulsionada región del planeta.

La nota del Haaretz puede verse en: http://www.haaretz.com/news/national/.premium-1.636488

Atilio A. Boron

Atilio A. Boron. Investigador Superior del Conicet​ y Director del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales (PLED).

Respuesta  Mensaje 12 de 18 en el tema 
De: GILDA08 Enviado: 13/01/2015 02:18
Mas de lo mismo. Otro enredo pre-fabricado.  

Respuesta  Mensaje 13 de 18 en el tema 
De: kuki Enviado: 14/01/2015 23:03
Igualmente estos enredos como dices, hay que desenredarlos, de eso se trata, pues si seguimos alzando los hombros sin mas, un dia nos podemos despertar con un arma en la cabeza.
En cambio cuantos mas seamos desenredando, mas difícil la tienen. Es una cuestión de simple autedefensa. Esa sería una actitud, la que yo tengo. Dejar que todo siga y esperar que el agua nos llegue al cuello, sería otra actitud.
 
Hoy por hoy, se nota en la gran carretera, una buena reacción, que está cambiando en mucho el rumbo de los que nos tienen asi. Soy bastante optimista, justamente porque veo esa reación en cadena.
 
Esto si que es un camino que se va abriendo a fuerza de machete por la selva-

Respuesta  Mensaje 14 de 18 en el tema 
De: kuki Enviado: 14/01/2015 23:07
Como era de prever el ataque contra Charlie Hebdo desató una ola mediática global de condena al “terrorismo islámico”, un cierto tufillo a “11 de septiembre a la francesa” se hace sentir. Como también era de prever la derecha occidental capitaliza esa ola buscando orientarla hacia una combinación de islamofobia y autoritarismo, de justificación de la cruzada colonial contra la periferia musulmana y al mismo tiempo de impulso en Occidente a la discriminación interna contra las minorías de inmigrantes árabes, turcos y otros. Y como también era de prever no han faltado los cortesanos progresistas del sistema que luego de abrir el paraguas señalando en muy primerísimo lugar que el “ataque terrorista”… “debe ser condenado sin atenuantes” atribuyéndolo al “fanatismo religioso” (obviamente islámico) pasan sesudamente a enumerar algunas culpas occidentales sin darse tiempo para un mínimo de prudencia y decoro ante un asunto que huele a podrido.

Lo menos que se puede decir es que el affaire Charlie Hebdo ingresó velozmente en el pantano de la confusión, los dos presuntos atacantes fueron liquidados dos días después del ataque, aun no se sabe bien cómo es que fueron tan fácilmente identificados en unas pocas horas, salvo que aceptemos la increíble versión policial de que uno de ellos olvidó su documento de identidad en el automóvil utilizado en el atentado. Paul Craig Roberts, ex Subsecretario del Tesoro de los Estados Unidos señala que“la Policía encontró el carnet de identidad de Said Kouachi en la escena del tiroteo (cerca de la sede de ‘Charlie Hebdo’). ¿Les suena familiar? Recuerden que las autoridades (estadounidenses) afirmaron haber encontrado el pasaporte intacto de uno de los presuntos secuestradores del 11 de Septiembre entre las ruinas de las torres gemelas. Una vez que las autoridades descubren que los pueblos occidentales estúpidos van a creer cualquier mentira transparente, van a recurrir a la mentira una y otra vez”.

No habrá juicio, los hermanos Kouachi ni desmentirán ni confesarán nada. Por otra parte en distintos medios periodísticos aparece la información de que estos hermanos franceses hijos de inmigrantes argelinos habrían sido reclutados hace algún tiempo por el aparato de inteligencia francés que los encaminó hacia el yihadismo en su lucha contra el gobierno sirio. Incluso aparece el nombre del agente reclutador, un tal David Drugeon señalado desde hace tiempo como un personaje de alto nivel del aparato de inteligencia francés que por supuesto desmintió en su momento dicha información reiterada antes y después del desmentido por medios de prensa estadounidenses y europeos.

Y como si esto fuera poco un día después del “atentado” de manera muy marginal se dio a conocer el extraño suicidio deHelric Fredou, comisario subdirector de la Policía judicial de Limoges que trabajaba en el caso Charlie Hebdo.

Guerras y bufones

Philippe Grasset señala con razón que el ataque contra Charlie Hebdo no es un “atentado terrorista” sino un “acto de guerra” perfectamente orientado hacia un objetivo concreto realizado por medio de una operación de tipo comando.

¿Pero de qué guerra se trata?

Una primera constatación es que Francia despliega actualmente de manera formal alrededor de 8 mil solados en distintas intervenciones militares en la periferia, más de 5 mil en África e importantes contingentes en Asia Central y Medio Oriente, la más reciente de ellas ha sido en Irak con el argumento de combatir al “Estado Islámico”. La intervención en Afganistán subordinada al mando militar de los Estados Unidos desplegaba unos 4 mil soldados hacia 2009.

Aunque la operación más ruidosa fue la realizada contra Libia, los bombardeos franceses, factor decisivo en la intervención de la OTAN, causaron miles de muertes entre la población civil, importantes centros urbanos fueron destruidos, el estado libio fue liquidado. Según distintas evaluaciones, luego del derrocamiento de Gadafi, cerca de dos millones de libios, un tercio de la población total, han dejado el país sumergido en el caos, disputado por bandas rivales. También Francia interviene activamente en la operación de la OTAN contra Siria introduciendo mercenarios y armas.

Dicho de otra manera el estado francés es hoy una componente decisiva del dispositivo operacional de la OTAN embarcado en una estrategia de intervención global destinada a la recolonización occidental del planeta. El mando supremo corresponde por supuesto a los Estados Unidos y la operatoria de dicha agresión no se limita a un conjunto de acciones militares de tipo clásico sino a un complejo abanico de dispositivos destinado a la desestructuración, a la caotización de distintas áreas del “resto del mundo”, a su transformación en una masa informe fácil presa de la depredación. Así lo demuestra la larga serie de intervenciones occidentales recientes en Asia, África y América Latina, en algunos casos a través de invasiones militares como en Afganistán e Irak, en otros combinando bombardeos e/o introducción de mercenarios como en Libia y Siria o bien instalando bases militares e inflando ejércitos locales y bandas paramilitares como en Colombia, pero en todos los casos incentivando formas caóticas y ultra violentas que desarticulan el tejido social de los que las realidades actuales de México, Libia o Irak son un buen ejemplo.

Estas acciones son combinadas con un vasto despliegue comunicacional destinado a controlar, regimentar a las sociedades occidentales y a degradar, desarticular, someter al resto del mundo. Es reafirmado el viejo mito de Occidente como civilización verdadera, única con legitimidad universal relegando a los demás a la categoría de “bárbaros” o “semicivilizados” según las circunstancias. Mito imperial que atravesó toda la historia de la modernidad hasta llegar a su mutación en delirio criminal en el siglo XX como fascismo o nazismo. De ese modo el liberalismo imperialista civilizador, el cristianismo colonial redentor y el nazismo que florecieron en tres momentos diferentes terminan ahora en plena decadencia sistémica convergiendo en una mezcolanza grotesca expresión de sociedades privilegiadas en repliegue cultural. Así es como el Frente Nacional abiertamente neonazi convertido en el primer partido político de Francia, enlaza en la práctica con comunicadores o intelectuales de moda como Éric Zemmour que reivindica a la colaboración con la ocupación alemana durante la segunda Guerra Mundial y la segregación de las minorías musulmanas y otras todo ello en nombre de los “valores cristianos” de Francia u otros como Bernard-Henri Levy instigador del genocidio de la OTAN en Libia. Desde lo alto, el presidente socialista François Hollande explica la intervención en Siria e Irak y el apoyo al régimen neonazi de Ucrania como parte de su lucha por la defensa de los intereses de Francia.

Santiago Alba Rico elogia a los asesinados de Charlie Hebdo ubicándolos en la categoría de bufones y nos explica que “está también el horror de que sus víctimas se dedicaran a escribir y a dibujar… tareas que una larga tradición histórica compartida sitúa en el extremo opuesto de la violencia… En términos humanos, siempre es más grave matar a un bufón que a un rey porque el bufón dice lo que todos queremos oír aunque sea improcedente o incluso hiperbólico… El que mata a un bufón, al que hemos encomendado el decir libre y general, mata a la humanidad misma. También por eso los asesinos de París son fascistas. Sólo los fascistas matan bufones. Sólo los fascistas creen que hay objetos no hilarantes o no ridiculizables. Sólo los fascistas matan para imponer seriedad”.

No creo que Hitler ejerciendo el arte de escribir, por ejemplo “Mein Kampf”, estaría realizando una actividad opuesta a la violencia sino todo lo contrario, legitimándola. Por otra parte es necesario destacar que grandes masacres han ido acompañadas por la ridiculización de las víctimas. En ese sentido, el arte de ridiculizar aparece como un complemento necesario de la matanza, cubriéndola con un manto de humor oculta la tragedia, deculpabiliza a los asesinos.

Tengo ante mí tres fotografías referidas al “Batallón policial 101”, unidad operativa alemana famosa por su extrema crueldad durante la Segunda Guerra Mundial en los territorios ocupados de Europa del Este. En una de ellas se ve a un grupo de soldados-policías alemanes muertos de risa rodeando a un viejo judío barbudo, los nazis muy divertidos están a punto de cortarle la barba. En las otras dos aparecen custodiando a un grupo de judíos en la localidad de Lukov a punto de ser enviados al campo de exterminio de Treblinka, en una de ellas un soldado nazi se divierte en grande obligando a un viejo judío harapiento a realizar gestos bufonescos.

Los reyes solían incluir bufones en su corte que desparramaban humor burlándose a veces astutamente del Rey y de algunos cortesanos pero sobre todo de los enemigos del reino y de los vasallos más pobres, campesinos o humildes artesanos ridiculizando sus gestos, su manera de hablar y vestir, es decir sus culturas. Un bufón de la corte no es un bufón en general, no está allí porque sí, no es la expresión de algo bueno sino más bien el encargado de banalizar la tragedia, de hacerla entretenida.

Hacer bufonerías en la corte, es decir en Occidente, ridiculizando las creencias y costumbres de musulmanes bombardeados, invadidos, colonizados, forma parte de la banalización del mal, integra la maquinaria ideológica legitimadora de la tentativa occidental de colonización de la periferia. El supuesto “humor libertario” de Charlie Hebdo nos enseña que todo puede formar parte de la fiesta, los fascistas realmente existentes no matan a bufones en general, sino a ciertos bufones molestos y en numerosos casos incorporan bufones a su corte, la ridiculización de la víctima es un aspecto significativo del humor fascista, forma parte de la humillación del martirizado.

Finalmente, no todo es ridiculizable, no creo que sea un fascista quien considere que es inadmisible tomar en broma el asesinato masivo de niños en Palestina ejecutado por la aviación israelí o las masacres de población civil en Libia realizadas por la aviación de la OTAN o los asesinatos de campesinos en Colombia practicados por los paramilitares. Quien considere que sí es posible convertir a esos hechos en objetos de risa puede o no ser ideológicamente fascista pero seguramente se trata de un canalla.

Bárbaros y civilizados

Más allá de si el ataque contra Charlie Hebdo fue una operación montada por el aparato de inteligencia francés, solo o en cooperación con la CIA u otra estructura, o bien una acción de un grupo islámico manipulada por el aparato francés o incluso independiente y hostil a Occidente lo cierto es que unos u otros lo consideraron un objetivo concreto de la guerra globalizada en curso.

Siguiendo la “hipótesis 11 de Septiembre” (autoatentado) se trataría de movilizar en la cruzada imperial a una Europa abrumada por la recesión. Podríamos hacer coincidir el acontecimiento con el anuncio de que la Unión Europea va entrando en una etapa de deflación que amenaza ser prolongada completamente sometida a la estrategia global de los Estados Unidos. Eso significa que las elites dominantes necesitan crear rápidamente factores de cohesión social funcionales a sus aventuras militares y financieras. El demonio islámico bien puede justificar, hacer aceptar u obligar a aceptar guerras externas combinadas con represiones y empobrecimientos internos.

La cuota de barbarie introducida con el golpe de estado en Ucrania y la posterior tentativa de depuración étnica en el sudeste de ese país empalmaría con el ascenso generalizado del fascismo en Europa, desde Ucrania y los países bálticos, hasta llegar al Frente Nacional en Francia y al movimiento Pegida en Alemania pasando por Amanecer Dorado de Grecia. Prefigurando la conformación de un fascismo muy extendido en el espacio europeo coincidente con el previsible ascenso del partido republicano en los Estados Unidos. En este escenario la intensificación de actos de barbarie imperial en la periferia estaría convergiendo con la internalización de formas significativas de barbarie en el centro imperial.

Siguiendo la hipótesis opuesta estaríamos en presencia del inicio de la caotización del centro imperial del mundo, el desarrollo de su “Guerra de Cuarta Generación” contra la periferia empezaría a tener un efecto boomerang sobre el protagonista occidental. El caotizador occidental comienza a ser a su vez caotizado por un despliegue que comienza a escapar a su control y que genera dislocaciones en su retaguardia. La crisis económica, sus derivaciones financieras, ecológicas, sociales y militares irían sumergiendo al espacio euro-norteamericano en un espiral descendente irreversible.

En ambos casos la imponente civilización occidental, sus pretendidos “valores universales” se estarían evaporando dejando al descubierto su barbarie profunda.
 
Noticias Pia

Respuesta  Mensaje 15 de 18 en el tema 
De: kuki Enviado: 14/01/2015 23:46
Libertad, Igualdad, Publicidad. Los angelitos de Charlie
 

“Allons enfants de la Patrie”… la guerra de propaganda burguesa llama a sus hijos a reactivar trincheras y ocupar todo el territorio del relato imperial. La derecha europea se alebresta y fiel a su costumbre agita banderas de populismo snob en los balcones de sus monopolios mediáticos. Usaron el repudio mundial a un asesinato para legitimar su “todo vale” burgués. Los expertos en silenciar a los pueblos lloriquearon mediáticamente para informarnos que profundizarán su guerra de IV generación. A su libertad de agresión le llaman “libertad de expresión”.

Todas las cartas están a la vista. Detrás de la hipocresía oligarca, que sacó a pasear a sus gerentes para enmascarar con luto lenguaraz la xenofobia y el hambre de belicismo, se agitan las perversiones nazi-fascistas más peligrosas para la humanidad. Todas las denuncias y rechazos al asesinato de los periodistas de Charlie Hebdo se han manipulado para sembrar el “huevo de la serpiente” que en defensa de la “libertad de expresión” burguesa profundizará la censura a la libre expresión de los trabajadores y de los pueblos. En el trasfondo está también la guerra económica contra Rusia y China mientras defienden al euro. A cualquier costo. Literalmente.

No es difícil ver la agenda del silenciamiento que tiene fechas cruciales. Barak Obama, experto gerente de la guerra y en espiar al mundo entero, quiere protagonizar una “Cumbre sobre Seguridad Global” el 8 de febrero y no es otra cosa más que un plan represivo planetario para liberar territorios mercantiles que den sobrevida al capitalismo putrefacto. Es la respuesta a la “multipolaridad” abierta por el avance geo-estrategico de China y Rusia y es la venganza mafiosa de la industria bélica contra Putin que los hizo regresarse de la “línea roja” cuando les abortó el negocio de invadir a Siria. Todo está archivado en la memoria de los negocios de la muerte. Esa agenda represora tiene decorados electorales que también son un gran negocio para la guerra de propaganda. ¿Quién lo administra?

El asunto nodal es asegurar y hacer crecer a la industria bélica yanqui y eso incluye a sus armas de guerra ideológica trasvertidos como “medios de comunicación” y hacer crecer, también, esa industria opresora de conciencias. Su target es sembrar miedo y confusión, criminalizar a los líderes sociales y obligar a las víctimas a disfrutar y agradecer la esclavitud de su conciencia, entre bailes, consumismo y endeudamiento. Los bancos también son armas de guerra económica contra la clase trabajadora. Hay cifras obscenas al “por mayor”. Les importa sembrar miedo. Exitoso, horrendo y añoso juego burgués del miedo. Se trata de espantarnos poniendo ante nuestros ojos la imagen de nosotros mismos. Nos hacen mirarnos como lo “otro”, lo “externo”, lo “extranjero”, lo que invade y lo que amenaza. Nos hacen vernos como lo de la calle, lo que pasa en las calles, en el “afuera” donde (dicen) habitan las peores amenazas, donde anda el pueblo, donde anda la clase trabajadora que tanto temen y que tanto explotan.

No hay dudas de que el arsenal ideológico burgués necesita, como al aire, de profundizar la preeminencia de todas sus mercancías (objetivas y subjetivas) en un “mercado” saturado y competido a mansalva. Un ejército de publicistas creativos y serviles pasan sus días y noches inventando fetichismos de toda especie para desahogarles las bodegas. La lógica imperial, que es por definición criminal, necesita suprimir competencias para asentarse en el reino de los precios y fijarlos a su antojo. Para eso se estorban entre ellos mismos y habrán de desplegar los más sofisticados método de traición hasta asegurarse el control total de los mercados. Es esa su historia reciente y ese su destino. Si para eso hay que inventar nuevas semánticas a la “libertad”, a la “igualdad” y a la “fraternidad” de la clase dominante… sea pues que al fin y al cabo son ellos los dueños de las herramientas de producción de sentido. Si para eso el imperialismo ha de resucitarse en París, sea pues que no le faltarán gerentes dispuestos para una foto histórica que haga patente la hipocresía y el servilismo. Si para eso hay que matar a 12 en Francia, a 43 en Ayotzinapa… nada importa mientras se los pueda usar como cortina de humo plañidero para esconder las verdaderas intenciones capitalistas.

La llamada “nueva guerra fría” se calienta los pies con pantallas de televisión y portadas de diarios. Exhiben sus arietes ideológicos a “ocho columnas” siempre bien camuflados por la verborrea de sus publicistas (de bienes, servicios y política) vendedores de ideología chatarra. Pero el relato también se les gasta y necesitan siempre, con urgencia, de episodios sórdidos capaces de garantizar algunas cuantas semanas de amarillismo que, bien administrado, alcance para varios medios y varios modos. Y le dan la vuelta al mundo con su maniqueísmo de ocasión haciéndose ellos, siempre, lo buenos de la Historia. Hasta la náusea. Ya debe haber contratos para escribir el “Best Seller”, filmar la película, el documental y la serie de televisión… basados en los asesinatos de Charlie Hebdo. En esta guerra mediática los muertos también son una mercancía.

Nosotros no podemos dejarnos llevar por las “lágrimas de cocodrilo” burgués ni por la emoción de los hipócritas que preparan guerras contra nuestros pueblos. Lo que hoy es acusación contra el “terrorismo” mañana será contra las luchas revolucionarias que ya en varios países son consideradas “terroristas” y enemigas del “progreso” burgués. Los gerentes burgueses, que hoy lagrimean en Francia, son los mismos que avasallaron, por ejemplo, a Irak, Libia, Siria, Palestina… su luto no es más que otra forma de la guerra de propaganda para desorientar a las masas y camuflar los verdaderos intereses del capitalismo. No aceptemos que los pueblos pierdan de vista al enemigo que está en los bancos y lo confundan con un dogmático fundamentalista suicida proveniente de tierras exóticas porque eso es, justamente, lo que quiere la industria de las armas para justificar los ataques y sus negocios. No perdamos la atención sobre lo que amenaza a la humanidad por más que agiten las banderas apocalípticas en Francia o en el Pentágono. El capitalismo se pudre día a día y eso debe animarnos a profundizar las luchas sin aturdirnos con el “show” de la muerte y sin dejar de repudiar a todo terrorismo criminal comenzando con el del capitalismo y sus negocios bélicos. Los yanquis y los imperios.

Noticias Pia

Respuesta  Mensaje 16 de 18 en el tema 
De: kuki Enviado: 14/01/2015 23:49

Charlie Hebdo como pretexto

Sin vacilación, millones de franceses acaban de salir a las calles en defensa de la libertad de expresión y de culto mientras que los políticos y la prensa, violadores de esas libertades, explotan esa reacción popular para redorar su propia imagen pública. Thierry Meyssan estima que el gobierno de Francia ha orquestado una manipulación de gran envergadura para exhibirse a la cabeza de una gran manifestación popular precisamente en momentos en que busca cómo justificar una nueva operación militar en Libia.
 

En 3 días, un grupo de 4 o 5 personas que dijeron actuar en nombre de al-Qaeda en Yemen y del Emirato Islámico (Daesh) masacró en Francia a los miembros de la redacción del semanario satírico Charlie Hebdo y asesinó después a una agente de la policía municipal así como varios rehenes, en 3 acciones diferentes.

Francia, que no había conocido hechos de tanta violencia desde la época de los atentados de la OAS [1], hace más de 50 años, reaccionó proclamando «¡Todos somos Charlie!», abatiendo a 3 de los terroristas y organizando una gran manifestación de varios millones de personas.

El presidente la República, Francois Hollande, recibió a los jefes de los partidos políticos representados en la Asamblea Nacional, lanzó un llamado a la unidad nacional y participó personalmente en la manifestación acompañado de unos 50 jefes de Estado y de gobierno extranjeros.

En un artículo anterior [2], observé que el modus operandi de los terroristas no tenía nada que ver con el comportamiento habitual de los yihadistas sino más bien con el de un comando militar. A partir de lo cual señalé que poco importa quiénes fueron los ejecutores y que lo único verdaderamente importante es saber quién está detrás de ellos. Ahora quisiera, en este segundo artículo, referirme a las reacciones que esos hechos están suscitando.

Suspensión del derecho a organizar manifestaciones

Inmediatamente después del anuncio de la masacre perpetrada en las oficinas de Charlie Hebdo, hacia el mediodía del 7 de enero de 2015, el primer ministro francés Manuel Valls decidió implantar el Plan Vigipirate-atentados en toda la región parisina. Este plan incluye un centenar de medidas de aplicación automática y unas 200 medidas opcionales. Entre las medidas, el ministerio del Interior anunciaba la suspensión de todas las manifestaciones ya autorizadas. Las autoridades temían que los terroristas disparasen contra la multitud.

Pero un partido de extrema izquierda llamaba a manifestar de inmediato en señal de respaldo a Charlie Hebdo. Luego de varias horas de vacilación, el prefecto de policía autorizaba una manifestación en la que habrían de participar unas 100 000 personas. Más extraño aún, el primer ministro declaraba una jornada de duelo nacional para el día siguiente, 8 de enero. Las autoridades locales organizaron numerosos mítines para observar un minuto de silencio. Y, todavía más sorprendente, el Partido Socialista llamaba a la realización –el domingo 11– de una gran manifestación nacional que reuniría más de 2 millones de personas en París.

O sea, el gobierno prohibió las manifestaciones por considerar que podían ser peligrosas para los participantes. Pero los miembros de ese mismo gobierno organizaron una manifestación gigantesca e invitaron además a jefes de Estado y de gobierno extranjeros sin plantearse ningún tipo de inquietud por cuestiones de seguridad.

Esta manipulación demuestra que, al contrario de lo que declaró públicamente, el gobierno conocía con precisión la verdadera importancia de la amenaza y sabía que no había peligro para las manifestaciones.

De todo esto, optaremos por retener la extraordinaria muestra de entusiasmo popular por la libertad.

Unión nacional

En esta situación de crisis, la derecha y la izquierda se pusieron de acuerdo para participar juntas en una manifestación nacional. Pero ¿para manifestarse a favor de qué y contra quién?

Nos enteramos así de que tanto los dirigentes de derecha como los de la izquierda compartían los valores antirreligiosos, antinacionales y antimilitaristas del muy izquierdista semanario Charlie Hebdo . Ya se sabía que el fundador de la publicación, Philippe Val, era amigo de Sarkozy. Ahora nos enteramos súbitamente de que Charb, el nuevo director del semanario, estaba involucrado sentimentalmente con una ex ministra de derecha, Jeannette Bougrab.

Esta última fue invitada al noticiero del canal francés de televisión TF1. Muy emocionada, habló de su relación sentimental con el caricaturista. Luego presentó las convicciones antirreligiosas de Charb como un compromiso laico contra el islamismo para compararlo después con Jean Moulin y pedir que el caricaturista sea inhumado en el Panteón –como el gran héroe de la Resistencia francesa contra la ocupación nazi que fue Jean Moulin. Jeannette Bougrab terminó revelando que ella y Charb habían pensado en irse de Francia y rehacer sus vidas en otra parte. En pocas palabras, la ex ministra de derecha acaba de mostrar su desprecio por sus propios conciudadanos, de asimilar el laicismo a la lucha contra la religión y de poner un humorista antinacional al mismo nivel que el fundador del Consejo Nacional de la Resistencia. Por mucho que proteste la familia de Charb, Jeannette Bougrab ha sembrado la duda.

Y para que se entienda bien en qué consiste la «unión nacional» de la que nos hablan la derecha y la izquierda, varios líderes socialistas declaran que el Frente Nacional será excluido de la manifestación «republicana». ¿Acaso se ha entendido bien la enormidad de ese anuncio? Los líderes políticos del país invocan la República para excluir a sus propios rivales. Finalmente, el FN se unió a las manifestaciones realizadas en diferentes ciudades del interior de Francia.

Unión internacional

El presidente de Francia quiso dar solemnidad a la manifestación de París invitando a ella a todo tipo de jefes de Estado y de gobierno.

Entre los que vinieron a la manifestación de París pudimos ver a David Cameron y Benyamin Netanyahu, cuyos países gozan de una censura militar omnipotente; al secretario de Justicia estadounidense Eric Holder, cuyo país es tan amante de la libertad de prensa que ha bombardeado y destruido numerosas estaciones de televisión, desde la de Belgrado –en la ex Yugoslavia– hasta las de Libia–; al primer ministro de Turquía, Ahmet Davutoglu, cuyo país prohíbe la construcción de iglesias cristianas (aunque ahora parece dispuesto a autorizar una). Y tampoco podemos olvidar que hace poco Netanyahu felicitaba personalmente a los heridos de al-Qaeda que reciben cuidados en hospitales israelíes y que los países de Eric Holder, Ahmet Davutoglu y la Jordania rey Abdallah reorganizaron el Estado Islámico en enero de 2014.

¿Qué hacían entonces estos personajes en París? En todo caso no estaban defendiendo la libertad de expresión ni la libertad de culto, que sus países combaten activamente.

La libertad de expresión

No fueron los políticos los únicos que trataron de mejorar su imagen exhibiéndose en la manifestación de París. También lo hizo la prensa, que ve en Charlie Hebdo un ejemplo de la libertad que ella misma pisotea constantemente con su permanente autocensura y mostrándose cada vez más solidaria con los crímenes que el gobierno comete en el extranjero.

Es verdad que son numerosos los medios de prensa existentes en Francia. Pero también es cierto que se trata de una prensa extremadamente conformista y, por consiguiente, nada pluralista. Esto se refleja incluso en la unanimidad de esa prensa al presentar el semanario satírico ya que, al contrario de lo que afirma esa prensa, Charlie Hebdo se oponía a la libertad de expresión cuando abogaba por la ilegalización del Frente Nacional o militaba a favor de la censura de internet.

En todo caso, no podemos más que regocijarnos al ver la prensa retomar ¡por fin! la defensa de quienes son víctimas de ataques por lo que han dicho o escrito.

Sobre la pista yihadista

Prosiguiendo su investigación tras la pista equivocada, la prensa francesa traza el perfil de los terroristas y se olvida de tratar de encontrar a los que les dieron las órdenes. Y nos dice, con la mayor seriedad, que esta ola de atentados se debe a una colaboración entre al-Qaeda en Yemen y el Emirato Islámico, olvidando que esas dos organizaciones están en guerra entre sí desde hace más de un año, una guerra feroz que ya cuenta más de 3 000 víctimas en ambos bandos.

Son por lo tanto sorprendentes tales referencias, y es probable que dentro de poco aparezca algo –algún hecho o noticia– que vincule los hechos de París con Libia. En efecto, si Francois Hollande sigue los pasos de George W. Bush, bien pudiera decidir una intervención en Yemen, a pesar de que algo así no sería de interés para Francia. En todo caso, el general Puga, jefe del estado mayor particular de Hollande, está preparando actualmente una nueva intervención militar en Libia.

Esta última sería un blanco mucho más lógico ya que Francia podría esperar obtener ahora los dividendos que nunca llegaron en el momento de su primera intervención en Libia. Francia culminaría así el proyecto estadounidense de rediseño del «Medio Oriente ampliado», correspondiente a lo publicado en el New York Times por la periodista Robin Wright en septiembre de 2013 [3], proyecto que el Emirato Islámico ya está concretando en Irak y en Siria.

Thierry Meyssan

Red Voltaire


Respuesta  Mensaje 17 de 18 en el tema 
De: kuki Enviado: 17/01/2015 04:17

APARECE UN NUEVO VIDEO DE LA HUÍDA DE LOS TERRORISTAS DE "CHARLIE HEBDO"

 
Como respondiendo a una pregunta lógica, que es la que planteaba en respuesta a un comentario de un lector (y que no habré sido el único el formular) ha aparecido un nuevo video acerca de la huída de los terroristas que masacraron a la plantilla del semanario satírico "Charlie Hebdo" hace hoy una semana: ¿Cómo es posible que desde un único emplazamiento de cámara se pueda captar tanto la entrada de Charlie Hebdo como el flanco del parque donde se produce el aparente asesinato? Existe una gran distancia entre ambos. ¿Y por qué se alejan tanto los asesinos del coche que les facilitará la huida?

En las imágenes, tomadas por un teléfono móvil, se ve a los dos terroristas fuera del Citroen C-3 negro que habían robado ajustando sus armas. Uno de ellos grita: "Hemos vengado al profeta Mahoma. Hemos matado a Charlie Hebdo". Después suben ambos al vehículo y enfilan la salida de la calle donde un coche patrulla de la policía les cierra el paso. Los terroristas bajan del coche y disparan contra la policía, obligándola a retroceder.

Parece que es al salir de la calle cuando se produce la discutible "ejecución" de un agente que está herido en el suelo y que tanta controversia ha generado en la Red, puesto que la única herida que queda demostrada por el video es la infligida al pavimento.
 

 
Si bien este nuevo video parece sugerir una "reordenación" de los acontecimientos que entraña cierta lógica, ésta empieza a desmoronarse cuando reparamos en una serie de extrañas circunstancias:

- El primer video difundido del atentado se presentó como obra de un testigo oportunamente provisto de un móvil de última generación con estabilizador de imagen. Eso es algo plausible. No lo es tanto el gentío que corre por el tejado desde el que graba y que parecía esperar acontecimientos. En la calle ni un alma (ni peatones ni tráfico), y en cambio en la azotea más gente que en el concierto de los Beatles en la terraza de Abbey Road en 1969. ¿Había una merendola a hora tan temprana? Y, por cierto, ¿por qué uno de los tipos del tejado lleva un chaleco antibalas?
 
- Ese primer video ha sido claramente editado. Hay una serie de cortes, siendo la primera imagen la de tres policías presentes en la calle ... que se quitan de en medio antes de que empiecen los tiros. Recordemos que el número 10 de la calle, sede de "Charlie Hebdo", contaba desde 2006 con protección policial dadas las amenazas recibidas. Cuando el cochecito de Google Street graba la calle hay un coche patrulla con dos aburridos agentes fuera. Y la protección es retirada, ... justo el mismo dia del atentado. ¿Alguien cree en una casualidad tan singular (bueno, la del DNI "olvidado" tal vez la supere)?

- La ubicación de la cámara de ese video inicial cambia cuando de filmar lo que ocurre en la Rue Nicolas Apert pasa a grabar la famosa escena del policía rematado que ocurre a una notable distancia de allí. El tipo del móvil, ¿ha estado saltando de tejado en tejado como si fuera Spiderman para buscar el mejor ángulo de grabación? Tengamos presente que el reportero "accidental" -ya quisiera Tarantino un cámara así- es el que ha pedido disculpas por la difusión de unas imágenes ... que solo mandó a unos 2500 contactos de "Facebook". No me extraña nada, él solito ha cubierto una acción que se desarrolla a lo largo de una considerable distancia y desde las azoteas. Esto apesta a montaje, y las disculpas a teatrillo del malo.

Respuesta  Mensaje 18 de 18 en el tema 
De: kuki Enviado: 17/01/2015 04:18

 
- La "maniobra" de la fuga es totalmente inconcebible: el Citroen gira a la izquierda (dirección prohibida) al salir de la calle, pero al ir a rematar al policía herido vienen del lado contrario al que utilizan para huir. ¿Han rodeado el parque? ¿Han vuelto por una paralela? Su ensañamiento con el herido va contra la elemental precaución de huir una vez completada la misión, pero ellos parece que tienen que cumplir un guión. En una grabación cuyos fallos de "raccord" producen sonrojo.

Cada vez parece más evidente que la filmación de las imágenes que se han difundido es un fin en sí misma, en la medida en que éstas son una herramienta de manipulación emocional de primer orden. Al fin y al cabo, de lo que se trataba es de meternos el miedo en el cuerpo.

Aunque lo real se nos escamotee y a cambio se nos ofrezca una dudosa ficción.
Astillas de Realida


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