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Astrologia: INFLUENCIA DE LAS FASES LUNARES
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: ☼TäRA☼  (Mensaje original) Enviado: 21/05/2010 06:12
INFLUENCIA DE LAS FASES LUNARES


LUNA NEGRA: Comienza 24 horas antes de la Luna nueva y termina con esta misma. Los resultados de lo que se inicie son usualmente muy difíciles de mantener en forma armoniosa, bajo esta Luna, aunque contiene una acentuada fuerza espiritual. Todo lo que se haga o emprenda permanece oculto.


LUNA NUEVA: Cuando la Luna posea este tamaño y color representa la Luna nueva, Desde este día y durante una semana se le sugiere poner en marcha nuevas iniciativas. Es punto propicio para la partida de nuevos planes y proyectos. Esta es una semana ideal para crear, renovar, despertar, aclarar, actuar con firmeza y enterezas.


CUARTO CRECIENTE: Bajo esta luna, este día cambian las energías y se despliegan las fuerzas que pretenden dar resultados inmediatos a todo lo que se haga. Son los días de la celeridad y de la mayor fuerza acrecentadora, ya que promueve el progreso y el éxito tanto en lo material como lo espiritual. Todo tiende a evolucionar rápidamente, pues es la fase de la mayor expansión. Es necesario actuar con prudencia y sin precipitación. Días perfectos para el fortalecimiento físico.


LUNA LLENA: La Luna llena o plenilunio, constituye el día de mayor luminosidad del mes, por lo tanto se puede aprovechar para despejar y aclarar lo que se quiere hacer con la vida. Se sugiere para estos días planear todo lo que se espera que abunde, que se llene y que alcance la cima. Son los días de esplendor, lo que se inicie y realice aquí poseerá brillo y notoriedad. Pues existe una mayor fuerza cohesiva en lo que se haga y se ven favorecidas todas las actividades que involucren el movimiento de mucha gente y que promuevan la solidaridad. Esta fase es apropiada para que todo lo que se emprenda posea efectos consistentes, duraderos, estables y a largo plazo. Es tiempo sugerido para coronar los esfuerzos realizados en el pasado. Esta influencia se refleja durante una semana, convienen las practicas espirituales y la meditación. Se deben controlar las reacciones impulsivas.

MENGUANTE: Al ir disminuyendo el tamaño de la luz lunar, igualmente van a ir declinando las energías promoviéndose más la fortaleza interior. Lo que se emprenda será seguro, duradero y a largo plazo, son días ideales para revisar cómo se vive y qué se quiere hacer. Son los pasos preparatorios para avanzar firmemente con la siguiente Luna nueva. Son estos días de introspección, aptos para centrar las energías y los esfuerzos. Lo que se inicie tiende a ser permanente pero con cierta dificultad en el comienzo. Esta es la Luna más indicada para realizar rituales que eliminen todo lo negativo que pueda existir en nuestras vidas (cerrar relaciones, liberarse de vicios, purificaciones... etc).



ACLARACIONES:

Menguante y Creciente abarcan un lapso del mes Lunar que contiene:

Creciente: Fase que va desde el segundo día luego de la Luna nueva y se extiende hasta dos días antes de la Luna llena. Sus efectos son comúnmente activos, emisívos, masculinos, de desarrollo y de impulso. Es tiempo ideal para mirar hacia el futuro.

Menguante: Fase que va desde el segundo día luego de la Luna llena y llega hasta dos días antes de la Luna nueva. Su efecto equilibra, refresca y armoniza. Época para dar los impulsos tendientes a fortalecer, afianzar y reafirmar. Es el mejor tiempo del ciclo lunar para hacer duraderas las actividades que se inicien.



A) Entre un día y medio antes y después de la Luna nueva, son conocidos como los tiempos carentes de luz, por ello son los momentos aptos para dar los impulsos silenciosos, internos o espirituales a las cosas.

B) Entre un día y medio antes y después de la Luna llena, son los momentos de la luminosidad máxima y por ende, del progreso, del avance, del desarrollo y de la proyección, lo que se programe para esta época es público, conocido y sus efectos son de carácter colectivo.



LA LUNA

La Luna está bajo la presidencia de Diana, la diosa lunar de los griegos. Diana, en primer lugar, es una diosa casta, eternamente virgen, y cuando el muy presuntuoso Acteón la quiso importunar, fue destrozado por sus perros de caza. Por tanto, Diana era representada en Efeso como la diosa de los múltiples senos y adorada como poder fecundo. Isis es también una diosa lunar, como lo indica la media luna que lleva en su frente y que en Hathor se convierte en cuernos de vaca; en todos los pueblos la vaca se convierte en símbolo típico de la maternidad. En el simbolismo cabalístico, los órganos generadores son atribuidos a Yesod.

La Luna está simbolizada por tres diosas: Diana, Selene o Luna, y Hécate, siendo esta última propuesta a la hechicería, a los encantamientos y también presidiendo los nacimientos.

Existe también un dios lunar importante: Thoth, el Señor de la Magia. Cuando se ve a Hécate en los Griegos y Thot en Egipto, representado ambos a la Luna, no se puede dejar de reconocer la importancia de la Luna en materia mágica.

¿Cuál es la clave de la Luna Mágica, que tan pronto es una diosa virgen como una diosa fecunda?

No hay que buscar muy lejos la respuesta porque se halla en la naturaleza rítmica de la vida sexual de la mujer. Hay períodos en que Diana es la diosa de los múltiples senos y otros en que aquellos que la molestan se ven despedazados por sus perros.

Estudiando los ritmos lunares, tenemos que vérnosla con condiciones etéricas y no físicas. El magnetismo de los seres vivientes obedece a leyes definidas; ésta es una observación que se puede hacer fácilmente cuando se conoce la meta definida.

(Fuente: La Cábala Mística, Dion Fortune).
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En los cielos, la Luna no tiene luz propia; se limita a reflejar la luz del Sol. A diferencia del Sol que muestra dónde se necesita un esfuerzo para llegar a ser un individuo conciente, la Luna es aquel sector de la vida donde hay una tendencia natural a unirse y adaptarse a lo dado. La casa de la Luna indica dónde somos sensibles a las necesidades e influencias ajenas, y respondemos a ellas. Es donde nos dejamos moldear más fácilmente, donde nos configuran el hábito y los condicionamientos del pasado y donde es probable que nos veamos trabados por ideas, expectativas, valores y normas de nuestra familia o de nuestra cultura. Algunas de estas pautas innatas pueden ser valiosas y constructivas, en tanto que otras quizás obstruyan o demoren el progreso en direcciones nuevas. El dominio de la Luna es el sector de la vida donde nos refugiemos cuando necesitamos un descanso, una pausa o un santuario que nos resguarde de la individuación y del aumento de conciencia.

Lo que nos atrae hacia la esfera de la vida donde se aloja la Luna es una necesidad de pertenencia, de consuelo o de seguridad. Es allí donde encontramos o representamos a la Madre: en su domicilio, buscamos seguridad, contención o la sujeción de un ancla, o bien ofrecemos a otros apoyo o atención en estos aspectos de la experiencia.

En los cielos, la Luna pasa por fases y ciclos: a veces está llena y abierta, otras veces está cerrada y oculta. De modo similar, la casa en la cual se encuentra la Luna indica dónde es probable que tropecemos con circunstancias fluctuantes, donde “atravesamos fases” que dependen de nuestros estados de ánimo cambiantes: en ocasiones abierto y vulnerable, otras veces cerrado y retraído. Es el sector donde podemos exhibir un comportamiento regresivo, infantil e inseguro. En sus aspectos más positivos, es donde nos mantenemos en contacto con el lado emocional e instintivo de la vida, y donde se manifiestan las inclinaciones y los recuerdos útiles que sirven de apoyo a la existencia. Las mujeres pueden desempeñar un papel importante en nuestra vida según la casa donde esté emplazada la Luna, un principio femenino básico o, para la psicología junguiana, un principio del ánima.

(Fuente: Las Doce Casas, Howard Sasportas).

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En todos los tiempos, la Luna ha representado la polaridad negativa por excelencia. Como tal, expresa la ley de la receptividad, la asimilación y la absorción de las realidades y los sueños, la quietud y tranquilidad fecundante, el descanso de la semilla bajo la noche del surco, la feminidad indefinida y cambiante, la imagen reflejada en los espejos, el agua tomando la forma de lo que la contiene, el inconciente lleno de fantasmas en constante elaboración, la poesía. En este sentido, la luna siempre ha sido asociada al Anima y por extensión a la mujer, a la imaginación y a lo inconstante.

La Luna representa la revelación del mundo inconciente y de la mutiplicidad de formas que no están a la luz pero que ejercen un poder decisivo en todo orden de cosas sin que necesariamente obedezcan a una lógica fácilmente identificable. La luna revela al ser humano la existencia de un mundo de sombras dentro de él mismo, donde las formas desorganizadas y vegetativas luchan por ejercer el predominio total sobre su conducta, le revela al ser humano la existencia de sótanos interiores completamente ilógicos los cuales debe explorar. Ese mundo de formas que revela la Luna se expresa en los sueños, en las creaciones artísticas y en lo símbolos que el hombre realiza como impulsado por fuerzas que no le pertenecen sino que avasallan y dominan. La Luna revela el mundo de los demonios interiores mencionado por algunos filósofos y artistas, del los fantasmas, duendes y también de las legiones infernales. La Luna revela al hombre la necesidad de afrontar y transmutar ese mundo inconciente, someterlo a su voluntad, para así poder colaborar equilibradamente con el mundo de la positividad simbolizado por el Sol. De no acometer la empresa, el hombre queda siempre desconocido para sí mismo, y de fracasar en medio de la empresa, el hombre queda como lesionado de la mente y con síntomas de acuerdo a las características de su lesión.

Dentro de la Tradición se indica que la Luna se representa en el 7º. Mes del desarrollo embrionario para pulir la forma imprimiendo toques imprecisos pero que otorgan al conjunto un encanto especial solamente propio del ser humano. Fija entonces la Luna las formas arquetípicas en el inconciente, moldeando los límites de la fantasía, arrojando a la forma aún no definida las semillas de los sueños y de las pesadillas, los estratos de los mundos minerales. Imprime también los gérmenes del poder intuitivo y sus alcances.

(Extracto de Fuentes Varias)


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