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General: LA LEY QUE JESUS NO VINO A ABOLIR ES LA LEY DEL EVANGELIO
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Respuesta  Mensaje 1 de 51 en el tema 
De: Porque77  (Mensaje original) Enviado: 05/09/2013 11:23
La Ley que Jesucristo no vino a abolir es la Ley del Evangelio

 

Algunas religiones imponen la creencia de que Jesucristo no vino a abolir las leyes de muerte y de esclavitud del viejo testamento, pero esta enseñanza es totalmente contraria a las enseñanzas del Evangelio, pues el Evangelio nos enseña que Jesucristo abolió muchos mandamientos del viejo testamento.  Y es que Moisés recibió la Ley, pero después de Moisés los escribas judíos la cambiaron, como nos dice el profeta Jeremías:

 

"... mi pueblo no conoce el juicio de Yavé. ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Yavé está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas" (Jeremías 8:7-9).

 

Dios había dado la Ley a Moisés en Diez Palabras o Diez Mandamientos, pero en tiempos de Jesucristo las leyes del viejo testamento ya tenían más de 600 preceptos, muchos de ellos preceptos y tradiciones de hombres.  Por eso, Jesucristo abolió muchos preceptos del viejo testamento y restableció la verdadera Ley de Dios.  Pero muchos poderosos codiciosos de las naciones no recibieron los mandamientos del Evangelio y siguieron aplicando las leyes del viejo testamento.

 

Desde el siglo IV (emperador Constantino y sus sucesores), la religión dominada por el imperio interpretó mal el Evangelio para volver a imponer las leyes de muerte y de esclavitud del viejo testamento que Jesucristo había abolido. Y esta interpretación que ha confundido a muchos es la interpretación errónea que hacen algunas religiones de las siguientes palabras del Evangelio:

 

"No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas...(Mateo 5:17-20).

 

En estas palabras se basan muchos para decirnos que Jesucristo no vino a abolir ningún mandamiento del viejo testamento, pero eso es un error porque estas palabras del Evangelio no hacen referencia a la ley del viejo testamento, pues Jesucristo sí que abolió muchos mandamientos del viejo testamento, como podemos ver en Mateo 5:21-48 y otras partes del Evangelio.  

 

Las palabras de Jesucristo en este famoso versículo (Mateo 5:17), que nos dice que Él no había venido a abolir la Ley y los profetas, hacen referencia a la verdadera Ley de Dios, que es la que el mismo Jesucristo nos enseña en el Evangelio.  Jesucristo nos da a conocer que la Ley y los profetas que Él no había venido a abolir es la siguiente:

 

"todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas". (Mateo 7:12).

 

Por tanto, ésta es la Ley que Dios dio a Israel porque Jesucristo mismo dice que "ésta es la ley y los profetas".  Ésta es la Ley que sigue vigente, que Jesucristo no vino a abolir ("No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas").  Y de esta Ley es de la que no ha pasado "ni una jota ni una tilde":  de la Ley que Jesucristo nos enseña en el Evangelio y que es la verdadera Ley que Dios había dado a Moisés.  

 

Aclarado este punto, veamos lo que nos sigue diciendo el Evangelio en cuanto a los mandamientos de la Ley:

 

Jesucristo también nos enseña los mandamientos de la Ley, que son "mandamientos muy pequeños", unos pocos mandamientos, que son los que Jesucristo también nos enseña en el Evangelio.  El Evangelio así nos dice:

 

"Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna? El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones" (Mateo 19:16-22)

 

La figura de este hombre que tenía muchos bienes y que no quiso seguir los mandamientos de Jesucristo, es la figura de los dictadores poderosos de las naciones que hicieron religiones a su gusto para que justificaran la opulencia y el dominio de los dictadores poderosos.  El Evangelio también nos dice:

 

"Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una. Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos pende toda la ley y los profetas". (Mateo 22:34-40)

 

¿Cómo voy a amar a mi prójimo como a mí mismo si no reparto con él todo lo que tengo para que él viva como yo vivo?...  Las religiones que justifican a los poderosos dictadores en su codicia de poder y riquezas, no cumplen con lo que manda el Evangelio.

 

Lo que Dios quiere es la misericordia:

"... si supieseis qué significa:
Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes" (Mateo 12:7)


Jesús mandó perdonar setenta veces siete:

"Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete". (Mateo18:21-22)

 

La misericordia y el perdón es la enseñanza de la verdadera Ley de Dios. 

Muchas religiones dominadas por los poderosos dictadores nunca aceptaron estos mandamientos de Jesucristo, pues con sus filosofías e interpretaciones lo cambiaron todo, y así es como se volvieron a la leyes del viejo testamento de penas de muerte y de esclavitud para imponerlas como si todas fueran mandamientos de Dios.

 

Estas enseñanzas del Evangelio que nos devuelven la verdadera Ley y los verdaderos mandamientos de Dios, nos descubren que los mandamientos de muerte y de esclavitud del viejo testamento (preceptos que justificaban que unos hombres tuvieran a otros como esclavos y que mandaban que unos hombres hicieran daño y mataran a otros hombres) no son la Ley que realmente había dado Dios a Moisés y al pueblo desde antiguo.

 

Ningún versículo aislado de las escrituras puede suplantar toda la enseñanza del Evangelio, la cuál nos enseña la verdadera Ley y los verdaderos mandamientos que Dios había dado a los hombres desde el principio.

 

Moisés recibió la Ley, pero después de Moisés los escribas judíos la cambiaron en mentira, como nos dice el profeta Jeremías:

 

"... mi pueblo no conoce el juicio de Yavé. ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Yavé está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas" (Jeremías 8:7-9).

 

Esto había ocurrido con las escrituras antes de Jesucristo y el pueblo ya no conocía la verdadera Ley de Dios, por eso el pueblo estaba en tinieblas.  Y cuando Jesucristo comenzó a predicar y restableció la verdadera Ley de Dios, el pueblo que estaba en tinieblas vio una gran luz:

 

"El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz;
Y a los asentados en región de sombra de muerte,
Luz les resplandeció
".
(Mateo 4:15-16)

 

Otra interpretación equivocada de algunos religiosos

 

Muchos nos quieren hacer ver que el Evangelio no es la Ley sino que viene a confirmar las leyes del viejo testamento.  Y por otra parte, también quieren hacer ver que el Evangelio es solamente lo que dice la siguiente cita de las cartas atribuidas a Pablo:

 

"Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras...(1ª Corintios 15:1-4)

 

¿Es ésta toda la enseñanza del Evangelio?  ¿que Jesucristo murió por nuestros pecados, que fue sepultado y que resucitó al tercer día?... 

 

Cuando una verdad tan amplia como es la enseñanza del Evangelio se la quiere reducir toda a unas pocas palabras, esa verdad tan reducida puede llegar a ser incomprensible para muchas personas sencillas.  Esta enseñanza que reduce tanto el significado de lo que realmente es el Evangelio, es una enseñanza muy difundida por muchos religiosos, pero esta enseñanza no nos dice toda la verdad.  Y al no decirnos toda la verdad, muchos pueden ser confundidos por diferentes religiones.

 

La verdad amplia y completa hay que buscarla en todo el contexto del Evangelio, el cuál nos enseña que Jesucristo también dio su vida para enseñarnos la verdadera Ley de Dios y los verdaderos mandamientos que Dios había dado desde el principio y que su pueblo ya no conocía.  Ley que el pueblo ya no conocía porque había sido cambiada por la pluma mentirosa de los escribas (Jeremías 8:7-8).

 

Pero muchos judíos, celosos de las leyes del viejo testamento, no recibieron la Ley de Dios como Jesucristo la enseñaba.  Y esta gran discusión que mantuvo Jesucristo con los escribas y fariseos por causa de la ley, muchas religiones del mundo la quieren hacer olvidar.   Por eso dicen que el Evangelio es que Jesucristo murió por nuestros pecados, que fue sepultado y que resucitó al tercer día. 

 

Esta enseñanza reducida de lo que es el Evangelio puede confundir a muchos cristianos, y por eso es necesario que todo cristiano conozca el Evangelio completo para saber qué es lo que nos enseñó Jesucristo realmente.  El mismo Pablo nos dice que no creamos en "evangelios" diferentes al que nos predicó Jesucristo, pues así nos dice: 

 

"Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema". (Gálatas 1,6-9).

 

Esto nos enseña que los puntos difíciles de las cartas atribuidas a Pablo hay que examinarlos a la luz del Evangelio siempre recordando estas palabras del propio Pablo:  "hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema".  

 

En relación con estas palabras de Pablo, el apóstol Pedro también nos dice:

 

"Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo". (2ª Pedro 3:15-18)

 

La Gracia y el conocimiento de Nuestro Señor Jesucristo es toda la enseñanza del Evangelio, enseñanza que deja abolidos muchos mandamientos del viejo testamento porque no eran verdadera Ley de Dios y nos revela la Ley y los mandamientos que realmente había dado Dios a Moisés y a su pueblo.

 

En la siguiente respuesta escribiré varios mandamientos del viejo testamento abolidos por Jesucristo.





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Respuesta  Mensaje 2 de 51 en el tema 
De: Porque77 Enviado: 05/09/2013 11:28

Jesucristo dejó abolidos muchos mandamientos del viejo testamento porque no eran Ley de Dios

"También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de prostitución, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio". (Mateo 5:...)

Los judíos de aquel tiempo habían escrito en la ley del viejo testamento que podían separarse de las mujeres por muchos motivos cuando se cansaban de ellas, pero Jesucristo deja abolidas estos mandamientos. Estos mandamientos estaban escritos como ley de Dios en el viejo testamento y Jesucristo los deja abolidos.

"Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede". (Mateo 5:...)

Los judíos tenían costumbre de jurar en muchos casos, y así lo dejan escrito en las leyes del viejo testamento... El Señor deja abolidos estos preceptos sobre los juramentos.

LA LEY DEL TALIÓN ("Ojo por ojo, y diente por diente") ABOLIDA POR JESUCRISTO

"Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses". (Mateo 5:...)

Los judíos tenían la costumbre de aplicar la ley del Talión (la ley de la venganza) en sus juicios (ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura..., etc.), y así lo dejan escrito en las leyes del viejo testamento (Éxodo 21:24-25). El Señor dejó abolida esta ley del "ojo por ojo y diente por diente" porque era una Ley que no contemplaba el perdón ni la misericordia.

"Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen...." (Mateo 5...)

Los judíos, en muchos casos degollaban o ahorcaban a sus enemigos, y no solamente a ellos, sino que luego, como nos dicen las leyes del viejo testamento, entraban en los pueblos vencidos y en muchos casos también degollaban a los niños y a las mujeres..., diciendo que era mandato de Dios. Jesucristo dejó abolidas estas leyes del viejo testamento y nos manda que amemos a nuestros enemigos.

Nadie está obligado a ser cristiano, pero los verdaderos cristianos no deben hacer guerras ni matar a sus enemigos.

La puerta ancha por la que entran muchos es perseguir y matar a los enemigos. La puerta estrecha por la que no quieren entrar muchos es la misericordia y el perdón, y siempre recordar el mandamiento de Jesucristo:

"Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen...."

Nos dice el Viejo testamento:

"Si un hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente serán muertos. (Levítico 20:10)

"Y la hija del sacerdote, si comenzare a fornicar, a su padre deshonra; quemada será al fuego". (Levítico 21:9)

No es eso lo que hizo Jesucristo con la mujer adultera en el Ejemplo del Evangelio:

"Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.

Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más"(Juan 8).

Con esta enseñanza, Jesucristo dejó abolidos los mandamientos del viejo testamento que mandaban matar a las personas por diversas causas. Hasta aquí hemos recogido algunos ejemplos de mandamientos del viejo testamento que Jesucristo abolió, pero la discusión que mantuvo Jesucristo con los judíos por causa de la ley es mucho más amplia y a esta discusión está dedicada una gran parte del Evangelio. Jesucristo nos enseñó la verdadera Ley de Dios.

Citas de las escrituras que nos dicen que la ley de Dios fue cambiada y que Jesucristo abolió muchas leyes del viejo testamento y nos enseñó la verdadera Ley y los verdaderos mandamientos de Dios: Isaías 29:13; Jeremías 8:7-8; Mateo 15:7-9; Mateo 5:21-48; Mateo 7:12; Mateo 12:7; Mateo 19:16-22; Mateo 22:34-40; Juan 5:16-18; Juan 8: 1-11; Hechos 15; Gálatas 5; Hebreos 7 y 8.

 

En la siguiente respuesta escribiré testimonios de las escrituras que nos demuestran que en el viejo testamento hay escritas muchas leyes de sacrificios que Dios no había mandado.




Respuesta  Mensaje 3 de 51 en el tema 
De: Porque77 Enviado: 05/09/2013 11:33
Leyes sobre los sacrificios escritos en el viejo testamento que Dios no mandó

El mismo viejo testamento nos indica que no todos los preceptos del viejo testamento son palabra de Dios. Pues debemos recordar que en los cinco libros llamados de Moisés hay muchos capítulos dedicados a los sacrificios y holocaustos. Solamente en Levítico hay 10 capítulos seguidos dedicados a los sacrificios y holocaustos, escritos como si fueran palabra de Dios. Sin embargo nos dicen los profetas que Dios no mandó sacrificios:

"Así ha dicho Yavé de los ejércitos, Dios de Israel: Añadid vuestros holocaustos sobre vuestros sacrificios, y comed la carne. Porque no hablé yo con vuestros padres, ni nada les mandé acerca de holocaustos y de sacrificios el día que los saqué de la tierra de Egipto". (Jeremías 7,21-22).

"¿Qué me importa la multitud de vuestros sacrificios? -dice el Señor-. Estoy harto de holocaustos de carneros y de grasa de becerros; la sangre de novillos, de corderos y de machos cabríos me hastía. Cuando venís a presentaros ante mí, ¿quién pide eso de vosotros?"(Isaías 1,11-12).

"Ni sacrificio ni oblación querías, pero el oído me has abierto; no pedías holocaustos ni víctimas". (Salmos 40,7).

Oseas nos dice: "Porque yo quiero amor, no sacrificios; conocimiento de Dios, que no holocaustos" (Oseas 6,6).

Jesucristo también nos dice: "Si hubierais comprendido lo que quiere decir: "Misericordia quiero y no sacrificios", no condenaríais a los inocentes". (Mateo 12,7).

Y la carta a los Hebreos también dice:

"Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de mí. Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley)". (Hebreos 10:5-10).

Ya veis qué contradicción se encuentra aquí entre estos textos anteriores y las leyes sobre los sacrificios del viejo testamento, pues en éste hay capítulos enteros dedicados a sacrificios y holocaustos diciendo que Dios los había mandado, sin embargo, los profetas nos dicen que Dios no mandó sacrificios..., Jesucristo nos dice que Dios no quiere sacrificios..., y la carta a los hebreos nos dice: "Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley)".

"Porque no hablé yo con vuestros padres, ni nada les mandé acerca de holocaustos y de sacrificios el día que los saqué de la tierra de Egipto" (Jeremías 7:21-22).

Como nos dice la escritura, Dios no había mandado nada sobre sacrificios y holocaustos cuando sacó a Israel de la tierra de Egipto. Entonces, los sacrificios y holocaustos escritos en el viejo testamento sólos eran preceptos de hombres que hacían ver que Dios los había mandado. Dios no quiere sacrificios, entonces no tiene sentido que diga el viejo testamento que Dios había mandado tantos sacrificios.

Dios había dado su Ley a Moisés, pero algunos escribas no habían guardado aquella Ley de vida, pues la habían aumentado con muchos preceptos de hombres que faltaban a la caridad y a la justicia. Por este motivo, Jesucristo indicó que la justicia de los escribas y fariseos no era perfecta para entrar en el reino de Dios:

"Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos". (Mateo 5:19-20)

La justicia de los escribas y fariseos eran los preceptos del viejo testamento, y nosotros los cristianos, tenemos que superar aquellas leyes judías cargadas de preceptos y tradiciones de hombres si queremos entrar en el reino de los cielos.

Aquellas doctrinas judías no se diferenciaban mucho de las que siguen ahora muchas religiones que nos dicen que todas las leyes del viejo testamento son palabra de Dios; en estos pocos ejemplos de las palabras de los profetas y de las palabras de Jesucristo, queda descubierto el gran error de estas religiones. Dios no quiere sacrificios y Dios no mandó sacrificios.



Respuesta  Mensaje 4 de 51 en el tema 
De: Porque77 Enviado: 10/05/2014 10:58
Son muchos los que no comprenden que la Ley que Dios dio realmente a Israel es la Ley que Jesucristo nos enseñó en el Evangelio y no las leyes del viejo testamento que Jesucristo abolió y que son contrarias al Evangelio.

Jesucristo, con los mandamientos del Evangelio, dejó abolidos los preceptos del viejo testamento que no eran Ley de Dios y que mandaban: esclavitud, sacrificios, "ojo por ojo y diente por diente"; quemar a las hijas que no iban vírgenes al matrimonio; matar a pedradas a los hijos desobedientes, a las mujeres acusadas de adulterio, a los hombres que recogían leña en día de reposo, u otras penas de muerte; hacer guerras y matar a los hombres, mujeres y niños de los pueblos vencidos..., etc.

Jesucristo dijo que Él no había venido a abolir la Ley y los profetas, y la Ley y los profetas no son las leyes del viejo testamento que Jesús abolió y que son contrarias al Evangelio. La Ley que Jesucristo no abolió es la Ley que realmente había dado Dios a Moisés, que es la Ley que Jesucristo nos reveló en el Evangelio, pues Jesucristo nos dijo que la Ley y los profetas es ésta:

"todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas". (Mateo 7:12)


Entonces, Jesucristo vino a restablecer la verdadera Ley que recibió Moisés y que ya no conocía el pueblo porque los escribas, antes de Jesucristo, la habían cambiado, como nos dicen los profetas:

"...mi pueblo no conoce el juicio de Yavé. ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Yavé está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas" (Jeremías 8:7-9).

"Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, cambiaron los mandamientos, quebrantaron el pacto sempiterno" (Isaías 24:5-6).


Como vemos, nos dicen los profetas que la Ley de Dios fue cambiada por los escribas. Por eso, el pueblo estaba en tinieblas, porque ya no conocía la verdadera Ley que Dios había dado a Moisés. Entonces, Dios se hizo Hombre (Jesucristo) y, con sus enseñanzas del Evangelio, nos reveló la verdadera Ley que Dios había dado a Moisés. Y de este modo, se cumplió la profecía que decía así:

"El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz;
Y a los asentados en región de sombra de muerte,
Luz les resplandeció".
(Mateo 4:15-16)

Mientras no se comprendan estas cosas, no se entenderá por qué Jesucristo dijo que Él no había venido a abolir la Ley y los profetas y después abolió muchas leyes del viejo testamento. Jesucristo abolió muchas leyes del viejo testamento porque no eran la verdadera Ley que Dios había dado a Moisés. Todos los preceptos que Jesucristo abolió del viejo testamento sólo eran preceptos de hombres.
 


Respuesta  Mensaje 5 de 51 en el tema 
De: María Laura3 Enviado: 10/08/2017 11:40
Precioso y verdadero todo lo que has escrito.  Gracias por compartir todo tu conocimiento, que es tan edificante para los cristianos.
 
=======

"No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas...(Mateo 5:17-20).

 

En estas palabras se basan muchos para decirnos que Jesucristo no vino a abolir ningún mandamiento del viejo testamento, pero eso es un error porque estas palabras del Evangelio no hacen referencia a la ley del viejo testamento, pues Jesucristo sí que abolió muchos mandamientos del viejo testamento, como podemos ver en Mateo 5:21-48 y otras partes del Evangelio.  

 

Las palabras de Jesucristo en este famoso versículo (Mateo 5:17), que nos dice que Él no había venido a abolir la Ley y los profetas, hacen referencia a la verdadera Ley de Dios, que es la que el mismo Jesucristo nos enseña en el Evangelio.  Jesucristo nos da a conocer que la Ley y los profetas que Él no había venido a abolir es la siguiente:

 

"todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas". (Mateo 7:12).

 

Por tanto, ésta es la Ley que Dios dio a Israel porque Jesucristo mismo dice que "ésta es la ley y los profetas".  Ésta es la Ley que sigue vigente, que Jesucristo no vino a abolir ("No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas").  Y de esta Ley es de la que no ha pasado "ni una jota ni una tilde":  de la Ley que Jesucristo nos enseña en el Evangelio y que es la verdadera Ley que Dios había dado a Moisés. 


"No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas...(Mateo 5:17-20).

 

En estas palabras se basan muchos para decirnos que Jesucristo no vino a abolir ningún mandamiento del viejo testamento, pero eso es un error porque estas palabras del Evangelio no hacen referencia a la ley del viejo testamento, pues Jesucristo sí que abolió muchos mandamientos del viejo testamento, como podemos ver en Mateo 5:21-48 y otras partes del Evangelio.  

 

Las palabras de Jesucristo en este famoso versículo (Mateo 5:17), que nos dice que Él no había venido a abolir la Ley y los profetas, hacen referencia a la verdadera Ley de Dios, que es la que el mismo Jesucristo nos enseña en el Evangelio.  Jesucristo nos da a conocer que la Ley y los profetas que Él no había venido a abolir es la siguiente:

 

"todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas". (Mateo 7:12).

 

Por tanto, ésta es la Ley que Dios dio a Israel porque Jesucristo mismo dice que "ésta es la ley y los profetas".  Ésta es la Ley que sigue vigente, que Jesucristo no vino a abolir ("No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas").  Y de esta Ley es de la que no ha pasado "ni una jota ni una tilde":  de la Ley que Jesucristo nos enseña en el Evangelio y que es la verdadera Ley que Dios había dado a Moisés. 


Respuesta  Mensaje 6 de 51 en el tema 
De: Porque77 Enviado: 11/08/2017 13:05

¿QUÉ MANDAMIENTOS DEBEMOS SEGUIR LOS CRISTIANOS PARA ENTRAR EN LA VIDA?


(Tema de Laura)


El Señor Jesús así nos dijo:

Mateo 7:12
todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas.

Jesús también nos enseña los mandamientos de la Ley de Dios que debemos guardar para entrar en la vida, pues a un hombre que le pregunto a Jesús por los mandamientos que debemos guardar para entrar en la vida, Jesús le dijo así:

Mateo 19:16-22
Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.

A los hombres codiciosos que se hacen dueños de muchas posesiones les cuesta muchísimo entregar sus riquezas a los pobres. Igualmente les cuesta mucho cumplir con los demás mandamientos de Jesús, y entre ellos el que les manda: "NO MATARÁS".



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