“YO SOY” lo que “YO SOY”...en nosotros...y en todos nuestros hermanos y hermanas en la Familia del Hombre.
“YO SOY” la Presencia de la Curación de Dios aquí en acción ahora, que no tolera el sufrimiento y la enfermedad donde naturalmente habría Cuerpos de Luz.
“YO SOY” el Principio Divino en autoridad, representando a la Jerarquía Espiritual, que demanda que la Conciencia Crística se manifieste ahora en nuestros cuerpos físicos y en el de toda la Humanidad.
“YO SOY” aquí el nombre de la Poderosa Presencia “YO SOY” y del Santo Ser Crístico de cada alma perteneciente a la Tierra, que como una poderosa voz comanda “Tu Voluntad, Oh Dios Padre-Madre, sea hecha ahora en y a través de estos vehículos físicos.
Inspirando vamos a llenar de aire suavemente nuestros pulmones, llenando primero el abdomen, luego el tórax, hasta los hombros,y luego suavemente vamos soltándolo, vaciando primero el abdomen, luego el pecho y los hombros. Repetimos tres veces.
Continuamos respirando cada uno a su ritmo, lento y profundo.
Vamos a visualizar que el aire que respiramos, desde la atmósfera, es un regalo del Espíritu Santo y cuando sale de nuestro cuerpo crea una atmósfera alrededor nuestro, sostiene la vida y hace prosperar el crecimiento espiritual.
Visualizamos como con cada respiración que entra al cuerpo absorbemos sustancia Luz Universal que llena el pecho, la cabeza, la mente, las piernas, los brazos, la espalda.
Cuando exhalamos, esa Luz va hacia afuera. Volvemos a visualizar como entra la Luz a nuestro cuerpo, continuamos esa respiración atrayendo Luz del Universo, hasta que vemos como nuestro interior se transforma en un mar de Luz resplandeciendo.
Y ahora recordamos a ese órgano, a esa parte del cuerpo, de las emociones, o de la mente que no esté del todo bien de salud, y vamos a inspirar esa Luz, y la llevamos a esa parte y vemos como la Luz Universal llena el órgano, la parte del cuerpo que no está bien, acelerando su acción vibratoria.
Sigamos llevando la Luz a esa parte del cuerpo.
Concentración en la Primera Llama Triple
Llevamos la atención al centro de nuestro pecho y vemos la Luz de nuestros corazones como una Llama de Amor que ilumina por dentro.
Resplandeciendo, moviéndose en espiral hacia arriba, ascendente, llenando nuestro rostro, nuestro cerebro, nuestra mente.
Concentración en la Segunda Llama Triple Ahora llevamos nuestra atención otra vez a la Llama en el corazón, y vemos otra vez la Llama Triple brillante, iluminado todo nuestro cuerpo etérico, nuestros nervios.
Con cada respiración se llena de Luz nuestro sistema nervioso.
Concentración en la Tercera Llama Triple Y ahora volvemos al corazón, volvemos a ver la Llama Triple girando en espirales veloces, llenando toda nuestra mente, nuestro cuerpo mental, las fibras cerebrales, cada uno de nuestros pensamientos, el subconsciente, acelerando la acción vibratoria de nuestro cuerpo mental.
Cada vez que inspiramos llevamos Luz a nuestra mente.
Concentración en la Cuarta Llama Triple Y ahora volvemos a llevar la atención al corazón para ver la Llama Triple girando en espiral y envolviendo todo nuestro corazón y nuestras emociones.
Cada vez que inspiramos llevamos Luz a nuestro cuerpo emocional.
Unificación de las Cuatro Llamas Triples
Ahora veamos las cuatros Llamas Triples fundidas en una sola Llama Triple gigantesca, en el centro de nuestro pecho , que ha crecido moviéndose en espiral con una gran fuerza ascendente, unificando los cuatro vehículos inferiores, a los cuatro elementales, y engarzamos nuestros cuatro cuerpos inferiores con la imagen de nuestro Santo Ser Crístico: hermoso, radiante, bellísimo, iluminado, celestial, y cada vez que tomamos aire, vemos a nuestro Santo Ser Crístico en nuestros cuatro cuerpos inferiores.
La persona más bella jamás vista.
Alineados en perfecta armonía y unidad.
Todo bajo el control de la Presencia Crística.
Tomamos una respiración profunda y nos desperezamos un poco moviéndonos bien, estiramos un poquito las piernas y brazos, y abrimos los ojos.
Este ejercicio nos centra dentro de nosotros mismos, y nos permite que podamos visualizar nuestra Conciencia Crística, envolviéndonos.
Con esto ya estamos terminando las clases metafísicas