LA MENTE ES UN MOTOR. LOS PENSAMIENTOS SON FUERZA O ENERGÍA QUE GENERA LA MENTE. Esta energía sale de nuestra mente en vibraciones, en ondas que, por obra y gracia de otra Ley que se llama El Ritmo, regresan a nosotros rítmicamente trayéndonos el fruto de lo que hemos sembrado, y como se sabe, el fruto es análogo a lo que se siembra. Es decir, que si haces un bien a alguien, esas palabras o ese acto bueno salen en vibraciones de color. Ese color tanto si es positivo como si es negativo atrae otras vibraciones de su mismo color que pululan en el espacio sembradas por otras mentes y te regresan aumentando el bien o el mal que hiciste. Te ocurren cosas bellas, cosas milagrosas y dices: ¡Qué casualidad, mira lo que me sucedió hoy por la mañana, qué maravilla! Cuando has debido decir: ¡Qué causalidad, qué frutos tan bellos he recogido de alguna Causa buena, que he sembrado por ahí. Gracias Dios mío! Y si por el contrario eres golpeado por la Ley de Causa y Efecto, que has violado quizás sin darte cuenta y empiezan a sucederte cosas realmente desagradables, dices: ¡La verdad es que estoy empavado, todo lo que hago me sale mal! ¿Qué habré hecho yo para que me sucedan estas cosas? Y la verdad es que estás dando en el clavo. ¿Qué habrás hecho para que te sucedan cosas negativas? Busca la Causa, destrúyela, modifícala y el Efecto, el mal Efecto, desaparecerá como por arte de magia.
Es muy confortante saber que el perdón de Dios por el mal uso de su energía (muestra fuerza vital, la que nos mantiene vivos en este plano) siempre está a mano para aquellos que realmente lo deseen. Aquel “Fuego Eterno” y “Castigo Eterno” que inventaron las religiones de la pasada era para controlar al mundo a través del temor, no es verdad. Cualesquiera que sean las Causas, el pecado, el error, la impureza, la imperfección en que hayamos caído, tenemos una manera consciente de transmutarlos, ¿Sabes lo que quiere decir “transmutar”? Quiere decir cambiar, transformar, y podemos hacerlo sin costo alguno.
Cuando los humanos se dan cuenta de que ellos mismos son los causantes de los males que los aquejan, de todas las limitaciones que encuentran en su mundo, de pronto les entra un intenso deseo de arreglar las cosas, sinceramente. Este deseo es el que cuenta y cuando este deseo es sincero y fuertemente proyectado recibe toda clase de ayuda de las Esferas Superiores. Hasta que llega ese momento el hombre o la mujer se sienten en rebelión contra las circunstancias y hasta contra Dios; o se someten a la situación relegándose a la condición de resignados, creyendo que el cúmulo de calamidades que les ocurren son la Voluntad de Dios, y por supuesto esto no sólo es una mentira, esto es una blasfemia, Dios como Padre que es no desea ningún mal para sus hijos y está siempre abierto para derramar sobre nosotros toda clase de bienes.
La Ley de Causas y Efecto está tremendamente manifestada en la Ley del Karma; el camino que estás recorriendo durante el transcurso de tu vida lo trazaste tú mismo sembrando las Causas, ahora recoge tus propios Efectos. Es importante pues que estés siempre alerta, sembrando Causas Buenas para que recojas Efectos Óptimos.
Por hoy es suficiente, creo haberte explicado las bases sobre las cuales se desarrolla o se desenvuelve la Ley de Causa y Efecto. En mi próxima Lección recibirás la última de las siete Leyes, la Ley de Generación.
Que la Luz te envuelva, hermano.