Esta Ley se manifiesta en la creación y destrucción de los mundos, en la elevación y caída de las naciones, en la historia de la vida de todas las cosas y finalmente en los estados mentales del hombre y es aquí donde nos interesa estudiarla.
Empezando por las manifestaciones del Espíritu, o sea, El Todo, se verá que siempre hay una emanación seguida de una absorción. La respiración y aspiración de Brahma, según dicen los brahmines. Los universos se crean, alcanzan el punto más bajo de materialidad, o sea, de condensación de la materia y entonces comienza la oscilación o regreso. Los soles nacen, alcanzan la cumbre de su poder, empieza el progreso de su retrogresión y después de eones sin cuento se convierten en masa inerte, esperando otro impulso que imparta en ellos nuevas energías internas y los lleve a un nuevo ciclo de vida solar, y así la ley del Ritmo funciona en todos los mundos, nacen, crecen y mueren, sólo para renacer de nuevo. Asimismo sucede con todas las cosas de cuerpo o forma; oscilan de acción a la inacción, del nacimiento a la muerte. Igualmente pasa con todos los movimientos filosóficos, credos de cualquier clase, naciones, gobiernos, etc. Nacen, crecen, llegan a su punto culminante y descienden hasta llegar al otro extremo, para renacer de nuevo, cuando el ritmo que los gobierna, marque el momento. La noche sigue al día y el día a la noche. Los corpúsculos, átomos y moléculas y toda la masa de materia oscilan en torno del círculo que corresponde a su naturaleza. No hay tal reposo absoluto o cesación de movimiento. Todo movimiento está gobernado por la Ley del Ritmo. Este Principio es de aplicación universal. Puede ser aplicado a cualquier cuestión a fenómenos de las muchas fases de la vida. Puede aplicarse a todas las fases de la humana actividad. Siempre hallaremos la oscilación rítmica de uno a otro polo. El Péndulo Universal siempre está en movimiento. Las mareas de la vida fluyen y refluyen de acuerdo con la Ley
La Ciencia moderna reconoce el Principio del Ritmo y lo considera de aplicación universal en cuanto ser refiere a las cosas materiales. Pero los metafísicos saben que esta Ley funciona en otros planos además de en el plano material, saben que sus manifestaciones se extienden hasta las actividades mentales del hombre, y esto sólo explica la gran sucesión de cambios y modalidades que notamos en nosotros mismos. Esta Ley aplicada inteligentemente, o sea, metafísicamente, nos permite escapar a sus efectos negativos, mediante la Transmutación.