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Respuesta  Mensaje 1 de 72 en el tema 
De: MaryChain  (Mensaje original) Enviado: 05/12/2011 20:34
Nanajuuichi-Chiku. Había caminado y caminado, tan profundamente hundido en sus pensamientos, en sus no-recuerdos, en su imaginación, indagando por posibles respuestas (seguramente todas erradas), que había doblado por calles cualquiera, cruzado puentes cualquiera, dado pasos cualquiera... Había llegado sin darse cuenta a una hermosa tienda de antiguedades, cuya puerta estaba decorada con enredaderas de plantas, florecidas en algunos lugares. Se acercó precavido a la vitrina, notando adentro hermosas lámparas y muñecas que podría añadir a su colección. Muñecas en silencio, que seguro gritaban en su interior dolorosamente, abandonadas ahí, en esa oscuridad, rodeadas de personas, personas que eran objetos, y que lloraba... Una hermosa muñeca rubia que lloraba y gritaba desconsolada porque su dueño se fue. Golpeó ligeramente su cabeza con el vitral, intentando calmar el hilo de pensamientos, intentando calmarse... Pero no podía. Dispuesto una vez más a avanzar y sintiendose solo -sólo sintiendo, quizás estaba demasiado distraido-, bajó la manilla de la puerta, pero estaba cerrado. Una lástima, ciertamente. Media vuelta y- la puerta se abre muy sutilmente, invitandole a entrar. Sin dudar retrocede uno, dos pasos, y entra con cuidado, cerrando la puerta a su espalda.
Estaba oscuro, si, pero una lámpara al final se encendió, indicando una puerta. Por qué ya no estaba la muñeca...? Extrañamente atraido, siguió, abriendo la nueva puerta, que daba a un pequeño patio. Había una mesa al medio y varias sillas dejadas descuidadamente por todo el lugar. Los rayos de luna apenas llegaban a ,su piel, pues habían muchas ramas de un gran árbol cubriendo todo el lugar. Si, era un buen sitio para descansar y pensar. Al dar un paso, sintió como algo pequeño se fragmentaba bajo sus pies. Se inclinó, y tomó a la muñeca de porcelana entre sus dedos: su rostro estaba fragmentado y sus largos cabellos rubios brillaban extrañamente a pesar de la oscuridad, como si estuviera viva... Sus parpados cubrian sus ojos; con un gesto delicado la tomó entre sus manos, dejando el bastón a un lado de la silla antes de sentarse con los codos en la mesa, nuevas luces encendiendose, luces qu estaban como enredaderas en las ramas de los árboles, sutiles, casi podría pensar que eran luciernagas. 'Quién te abandonó, pequeña? Esperaste mucho..?', le susuró, acomodando sus cabellos con tranquilidad y apenas rozando su dedo por la mejilla de ella... Dos trocitos de porcelana cayeron, abriendo un agujero. Suspiro pesadamente, estrellando la muñeca contra su pecho, su cabeza enterrada en la mesa. Si, definitivamente, ella estaba llorando, y había sido su culpa...

Aquí está el privado, espero le guste *A*! y si, Remiel parece loco hablandole a una muñeca uvu xD


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Respuesta  Mensaje 13 de 72 en el tema 
De: MaryChain Enviado: 23/12/2011 05:15
'Ella… me hizo papá' Sus ojos se abrieron un poco más de lo normal, desviando rapidamente la vista luego. No queria demostrar el asombro, pero viniendo de Yeremi, no le extrañaba que él la haya convertido en madre a ella y no viceversa. Así que el hombre tenia un hijo, porque dudaba hubiera aceptado volverse un padre de verdad, al cuidado del pequeño.  'Ella temía, pero me lo dijo y yo simplemente le dije que me encantaría ser papá, que lo deje venir al mundo… que quería conocerlo. Francamente a mí, me encantaba la idea, fue divertido, en aquellos momentos no me cansaba de prometerle cosas, quería que fuera feliz mientras estuviera embarazada pues iba mi hijo en esa pancita ..y una vez que nació, yo elegí su nombre.' Lo miró fijamente a los ojos, mucho más serio que antes; quizás darle un nombre fue lo único digno que pudo entregarle. La idea de engañar a la mujeres con falsas promesas, de que fuera feliz mientras estuviera embarazada, lo irritó de sobremanera, pero no tanto como las palabras que vendrían luego. 'Y el maltrato continuó, quería que mi hijo lo viera… y que de grande fuera igual a mi sin la necesidad de estar muerto ..quería que aprendiera mi odio… quería que pasara por lo mismo también pero el idiota …al poco tiempo… un amigo de ella la alejó de mi, amigo o bah lo que fuera, parecía su amante… se llevó a mi hijo y me sacó a mi “nueva familia”… podría haber regresado por ella, podría haber matado a ese idiota pero…' Mantuvo su mirada tan fijamente como la mirada de Yeremi, su boca una linea increiblemente tensa y firme, que parecía querer romperse y dejar caer palabras pesadas en cualquier momento. Sus puños parecían piedras a punto de estallar. 'cambié de planes una vez más, se puede decir que me gusta ir de vez en cuando a molestar… precisamente porque… mi hijo no sabe quién soy, no le han dicho que soy su padre… sucede que… no deben estar orgullosos de que alguien como yo lo sea. Tu que crees Remiel? no sería buen padre acaso? después de todo jamás le pegue a mi hijo' Su mano se alzó ligeramente, dispuesto a abofetear al hombre, como si con eso lo fuera a hacer reaccionar... Pero en cambio se detuvo a medio camino, mirandolo fijamente, el ceño marcadamente fruncido, su expresión una mezcla de rabia, asombro e impotencia. Bajo lentamente la mano, llevandola a su rodilla propia y dandole un ligero golpecito a la tierra, levantando una pequeña roca en una de las puntas de las sillas de Yeremi para sobresaltarlo. Guardó silencio algunos segundos antes de hablar con voz contenida, como si quisiera vociferar y escupirle las palabras pero aguantando dificultosamente. 'Es tu hijo, Yeremi. Si realmente hubieses querido esa familia, si realmente te hubiera gustado la idea, no hubieras querido destruirlo como te destruyeron a ti. No golpear a alguien no es la única forma de no maltratarlo', masculló entre dientes, inclinandose frente a él bruscamente, casi con violencia. 'Por la conducta de esa mujer, no creo que no esté orgullosa; creo que ella sabe en el fondo que eres egoista y que quieres hacer caer a su pequeño, porque ella sí que lo aprecia', dijo en su cara, casi con disgusto. Volvió a sentarse en la silla, un poco más calmado, mirandolo fijamente. De pronto un sollozo se escapó de sus labios y su rostro se vio horrorizado por ello, notando como extrañamente sus ojos se ponían llorosos de pronto. Rapidamente volvió a la posición que había adoptado al comienzo: rodillas en su pecho, sus brazos rodeando sus piernas, la cabeza enterrada en las rodillas. Por qué se sentía tan triste de pronto?... Dejó escapar sus pensamientos sin medirlos, en un susurro, como si quisiera que el hombre le escuchara menos de la mitad. 'Por qué, Yeremi, por qué quieres lastimarlo... Él no te ha lastimado, quienes te lastimaron realmente están muertos, no? Los demás no tienen la culpa... Hacerles sentir tu dolor no es precisamente el modo de olvidarlo... Si tan solo pudieras... si tan solo pudieras comprender esto un poco... Solo quiero que dejes esto y... Por qué diablos estoy llorando?', murmuró entre sollozos, sin mostrar su rostro, pues le daba verguenza. Parecía comprender su malestar, su sufrimiento, y le dolía, le dolía no poder hacer nada para ayudarle, le dolía que no quisiera intentar mejorar, le dolía ese pasado que siempre seguia  al demonio y al que no podía alejar de Yeremi... No importaba que había hecho antes, en su pasado, antes de convertirse en demonio o luego, no importaba en absoluto si podía conseguir que el demonio estuviera en calma por un momento... Y le dolía no conseguirlo.

Respuesta  Mensaje 14 de 72 en el tema 
De: Shounen Kait Enviado: 23/12/2011 06:35
A cada paso de lo que oía, con cada palabra dicha, la tensión en Remiel parecía aumentar de sobremanera. Hasta que finalmente explotó. El demonio cerro sus ojos y en su boca apareció una ancha sonrisa, como si se encontrara esperando el golpe que venía. La mano del rubio menor se alzó acechando a su rostro pero la bofetada nunca llegó. Aunque un golpe se oyó, no tuvo claro de donde pues permanecía con los ojos cerrados. Los abrió cuando comenzó a oír la voz del menor. “No golpear a alguien no es la única forma de no maltratarlo”, dentro de sí rió, pues lo sabía. Su interrogación anterior solo había sido para hacerlo hablar quizás con aún más rabia de la que iba acumulando a medida que la charla avanzaba. Violentamente se arrimó hasta su rostro, el rubio mayor no sonrió más, en cambio miraba atentamente los ojos carmesí y oía casi obligado las filosas palabras ajenas, una tras otra, caían como agua pesada sobre una roca que apenas y se percataba de que había agua allí. Así se veía a si mismo en aquel momento, reencarnando a Remiel como agua pesada y a él como una recta e inamovible roca. “Ella si que lo aprecia”. Si, ella lo aprecia.. él también, de diferente forma pero él también. Lo miró aun volviendo a su sonrisa, con sus piernas y brazos cruzados…  le oyó el sollozo. Sorprendido abandonó la posición en la que estaba, y su sonrisa se transformó en una mueca de sorpresa, la misma sorpresa que reinaba repentina en los ojos de Remiel, se había trepado a su rostro. “Porque quieres lastimarlo” …que importaba eso, “quienes te lastimaron realmente están muertos no?” – por su puesto – habló, su voz normal. “Los demás no tienen la culpa…” - …yo tampoco – murmuró despacio. Quienes le habían herido, lo habían hecho mientras Yeremi no hacía nada malo ni nada para evitarlo… si quiera sabia defenderse. Le costó un poco murmurar eso, pero mirando el suelo… finalmente lo dijo. De una forma corta y repentina tal vez. Él tampoco tuvo la culpa, él la tiene ahora, y quizás eso le ayuda a consolar su pasado “me lo merecía”. “Si tan solo pudieras… si tan solo pudieras comprender esto un poco…” era realmente terco, sus ojos subieron hasta Remiel para mirarlo. Un rostro humano una vez más, pues intentaba escuchar que iba a decirle. “Solo quiero que dejes esto y… Por qué diablos estoy llorando?” - ..dejar… dejar esto? – intentó repetir sus palabras con cuidado, quizás confundido, le miró por un segundo completamente confuso como si nunca en la muerte que le condenaba sobre la espalda se hubiera cruzado por la cabeza semejante idea. Su silencio se hizo presente, oyendo la temblorosa respiración del ojicarmesí que invadía todo el lugar. Sus brazos se relajaban sobre sus piernas que se encontraban levemente abiertas y su pecho se inclinaba hacia adelante como si quisiera arrimarse más al rubio menor - …Porque quieres que “deje esto”? – preguntó curioso, su mirada humana, seria e interesada en la respuesta

- …que planes tienes… para mi? -.

Respuesta  Mensaje 15 de 72 en el tema 
De: MaryChain Enviado: 23/12/2011 07:03
Nego suavemente con su cabeza, sin sacar la cara de sus rodilas. Queria mirarlo, pero el orgullo era más grande, y no le permetiria verlo llorar jamás. 'Si te lastimaron sin que te dieras cuenta, por qué seguir con ese circulo vicioso, Yeremi...', murmuró suavemente un poco más calmado. Comprendia todo su enfado y su rabia, pero eso no lo justificaba de que detestaba el hecho de que Yeremi necesitaba ejercer dolor para compensar sus vivencias pasadas. 'Porque quieres que “deje esto”? …que planes tienes… para mi?' Se sobresaltó ante su pregunta, alzando muy ligeramente la cabeza, pero sin observarlo. No era obvio... Bufó ligeramente, limpiandose las lágrimas, mirando sus rodillas. Guardó profundo silencio algunos minutos, sintiendo la suave brisa que mecia las ramas y generaba una extraña iluminación, antes de hablarle en suaves susurros, su voz sutil y calmada como siempre era. 'No quiero que estés enfadado, Yeremi... Guardandote tanto odio y rencor, siendo egoista por miedo, lastimando para ser comprendido...', estiró su brazo suavemente, rozando ligeramente sus dedos con el dorso de su mano. 'Es horriblemente injusto y doloroso... Pero no justifica que debas hacer esto, Yeremi. Hay otras formas. Quiero... no... tú puedes ser feliz también, Yeremi. Puedes ser feliz si realmente quieres', dijo, finalmente dirigiendo sus ojos a los azules, mirada ligeramente triste pero decidida y sincera. 'Por eso quiero que dejes esto. No habia deseado algo así antes...', susurró, desviando su vista, muy ligeramente sonrojado, una pequeña e imperceptible sonrisa de mona lisa en sus labios por un par de segundos antes de llevar sus dedos a limpiar las lágrimas que amenazaban por salir otra vez.

Respuesta  Mensaje 16 de 72 en el tema 
De: Shounen Kait Enviado: 27/12/2011 20:38
Porque seguir ese círculo vicioso no? Ah… él tampoco sabría nunca el porqué, pues no se detenía a pensarlo jamás. Finalmente alzó la cabeza, pero no miró al ojiazul sino que simplemente limpio su rostro que se encontraba repleto de lágrimas antes de hablar, su voz tan clara, susurrante e inconfundible… calmaba los pensamientos del demonio quien lo miraba atento. 'No quiero que estés enfadado, Yeremi... Guardandote tanto odio y rencor, siendo egoista por miedo, lastimando para ser comprendido...' Pero yo si quiero permanecer enfadado… muy enfadado… muy… exclamó en su interior, aunque su rostro permanecía inmóvil al oírlo. Parecía un niño desorientado y confuso llorando de ese modo e intentando hablar claramente con su hermosa voz. Estiró su mano con suavidad y rozó el dorso ajeno…los ojos celestes fijaron su mirada en aquella acción, respondiendo pues sus dedos acariciaban la mano ajena. Él entendía su preocupación… pero no comprendía su objetivo. 'Es horriblemente injusto y doloroso... Pero no justifica que debas hacer esto, Yeremi. Hay otras formas. Quiero... no... tú puedes ser feliz también, Yeremi. Puedes ser feliz si realmente quieres'… querer ser feliz? Para que… que objeto tiene ser feliz, que razón podría tener para ser feliz… que podría mantenerlo feliz?... 'Por eso quiero que dejes esto. No había deseado algo así antes...' los ojos carmesí le miraron, los azules también se vieron observándolo. Su boca en una línea neutra que no decía nada… su expresión era tan nula como la de una pared. Expresión que fue ablandando al mirar esa sonrisa, que no era sonrisa. Haber oído eso… nunca había deseado algo así antes? Sonrió un poco, quizás, cautivado. Su mano se apartó al ver que comenzaría a llorar nuevamente, limpiándose otra vez. Exhaló, Yeremi exhaló - …si de verdad quieres que comience a portarme bien tendrás que quedarte a mi lado.. – habló sonriendo apenas. Fijando sus ojos en él, esperando que le corresponda en el pensamiento - …después de todo eres… lo único que me “hace bien” - …mientras se porte bien. Pues no soportaría que Remiel le hiciera la contra o se fuera con otro. Si bien el ojos carmesí podía calmarlo, si lo viera haciendo algo que no le gusta podría enloquecerlo aún peor que cualquier otra cosa. Arrimó con sus pierna la silla al cuerpo de Remiel… acercando su rostro al rostro ajeno.. acariciando los cabellos en su frente con los propios e intentando mirar sus ojos - …necesito… promesas – sonrió apenas - ..como las necesitaban mis víctimas… - exhaló, mirando sus ojos desde aquella posición prácticamente tan cerca que podían respirarse - …te quedarás conmigo pase lo pase? – susurró…

Respuesta  Mensaje 17 de 72 en el tema 
De: MaryChain Enviado: 27/12/2011 22:29
'Si de verdad quieres que comience a portarme bien tendrás que quedarte a mi lado,  después de todo eres… lo único que me “hace bien”' Sus ojos se fijaron en los de Yeremi, sosteniendo con firmeza su mirada. Entrecerró sus ojos, desviando la mirada y suspirando calmadamente, los labios cerrados, sus dedos aún cerca de sus ojos para retirar al instante cualquier lágrima que amenazara con salir. Le alegraba ser él quien cambiara en cierto modo a Yeremi, pero quería que el hombre pudiera alegrarse por si mismo, dejar todo su pasado por si mismo... No era que le molestase ayudarlo, pues en el fondo quería acompañarle... 'Necesito… promesas, como las necesitaban mis víctimas No había notado que Yeremi volvió a arrimarse a él hasta que escuchó su voz muy cerca, sobresaltandose al sentir como sus cabellos del demonio acariciaban su frente, su boca abriendose ligeramente por el asombro, mirando a sus ojos casi con preocupación. De alguna forma siempre se sentía a gusto con la presencia de Yeremi, aunque llegara a irritarle que fuera casi como su sombra... El demonio a veces le parecia un simple niño incomprendido y maltratado al cual quería sanar, al cual quería acobijar y darle un mejor estar. Sus ojos volvieron a ponerse llorosos ligeramente, apretando sus labios para no dejar escapar un sollozo, sus dedos acariciando su rostro suavemente. Si Yeremi fuera ese momento, gustaría de conservarlo por siempre... Quería conservar la extraña fragilidad que lograba encontrar en el demonio para él, como uno de sus bienes preciados. 'Te quedarás conmigo pase lo pase?' Apretó sus ojos para no dejar escape a sus lágrimas. No sabía por qué lloraba, no podía precisar hasta que punto era pena o cierta felicidad por comprender su actuar, su pesar... Realmente podía comprenderlo?... '...Claro', susurró entre un suave sollozo, rodeando suavemente su cuello, sin poder evitar las lágrimas. Sentía que lloraba todo lo que el demonio nunca lloró porque transformó su tristeza en ira y descargó su pena disfrazada contra los demás. Pero al demonio, quién estuvo con él? Nadie... Quizás realmente habia acabado por.... de Yeremi?... Quién sabe... Dejo reposar su frente en la de él, llorando tan sigilosamente como le era posible, sus ojos cerrados para no verle la cara, casi para ignorar el hecho de que el hombre estaba frente a el observandolo, tragandose el orgullo. Jamás podría comprender el sentimiento por el hombre, pero ya no quería oponerse a ello. 'Te quedaras?...', susurró; el hombre le habia hecho prometer, y necesitaba que habría algo de verdad en su promesa si Yeremi le prometia lo mismo. Aguardó tranquilamente por su respuesta, apretando los labios para no dejar oir los suaves y delicados sollozos.

ASILDJASLDKJASLDJ -explota-

Respuesta  Mensaje 18 de 72 en el tema 
De: Shounen Kait Enviado: 28/12/2011 04:14
Él lo acarició con la punta de sus dedos, intentó no llorar y susurró un '...Claro' antes de rodear el cuello del demonio. Comenzando a llorar una vez más. Los ojos sorprendidos ajenos y su boca que se mantenía casi muda, comenzaba a entender que Remiel sufría su dolor, aunque no lo hubiera vivido crudamente. Se compadecía, como todos, pero hasta el punto de llorarlo. Posó su frente en la ajena... 'Te quedaras?...' hablo como si se tratara de un secreto, llorando como un niño, cerrando sus ojos debido a la vergüenza. Sonrió amargamente, levantando sus manos y rodeando la cintura ajena, tan delicada fina como la de una mujer. Trayéndolo más a su cuerpo y haciendo que el joven bajara sus piernas, estirándolas a los lados del cuerpo de Yeremi. Sus ojos claros le observaron con cariño - me quedaré... hasta el fin... Remiel.. - murmuró, con una nostálgica sonrisa en la boca. Acariciando algunos mechones rubios... mirando sus labios que se presionaban inquietos de llorar tanto. Yeremi dejo escapar apenas un suspiro, se veía tan lindo cuando lloraba, no debía decírselo ahora pero que tal.... hacérselo saber?. El rostro del mayor no hizo más que acortar esa pequeñísima distancia entre los dos, para besar suavemente la boca de aquel de ojos carmesí... levantándose apenas de su asiento para tener un mucho mejor contacto entre sus labios con los ajenos. Atrapando su aliento lentamente... dándole tiempo para negar su boca, para empujarlo si es que no quería sentir aquella pequeña pero intensa demostración de afecto.

Respuesta  Mensaje 19 de 72 en el tema 
De: MaryChain Enviado: 28/12/2011 04:58
Sintió como el demonio rodeaba su cintura, acercandolo inevitablemente más a su cuerpo, sus piernas resbalando por sus costados. No pudo evitar abrir los ojos para mirarle, notar entre sus ojos llorosos la silueta de lo que parecia ser una triste sonrisa. 'Me quedaré... hasta el fin... Remiel..' Se dejó acariciar, revolotear sus mechones que usualmente cubrían su rostro, cerrar sus ojos y entregarse al gusto de ese pequeño gesto, tragando saliva en su intento de tragarse las lágrimas, también. Queria pedirle que no le mintiera, que no prometiera cosas que no podía cumplir... El hombre suspiró suavemente, por lo que no pudo evitar abrir los ojos para observar su rostro, notando que el rostro de Yeremi se acercaba al suyo, anulando la distancia, besando suavemente su boca, paso a paso, como un niño que espera con calma el momento para echarse a correr luego de aprender a caminar. Cerro con calma sus ojos, atrapando con un roce ínfimo los labios ajenos, sus brazos atrayendo más el cuello del hombre, su cuerpo con lentitud subiendose a sus piernas, temblando suavemente por el llanto que había cesado, las lágrimas aún no siendo absorbidas por sus palidas mejillas. El viento sopló, haciendo mecer las hojas, generando ese sonido de calma que siempre habia adorado, separandose ligeramente de los labios del mayor para rozarlos, y volver a colarse en ellos con la misma suavidad que se mece una hoja, una de sus manos sujetando su mejilla. Hasta el fin, entonces...

Respuesta  Mensaje 20 de 72 en el tema 
De: Shounen Kait Enviado: 30/12/2011 05:01
Era un abrazo mutuo, y una respuesta sincera a su beso. Sonrió apenas en la boca ajena, le encantaba besarlo así tan íntimamente, tan entre ellos dos y nadie más. Le abrazó de tal forma que Remiel se deslizó en el cuerpo del demonio hasta encontrarse sentado sobre las piernas del rubio mayor que mantenía abiertas de lado a lado… rodeándolo en un cariño inmenso. Respirando bajo su nariz, dedicándose a besarlo con lentitud y acariciar su cintura con parsimonia. Apenas se separó de su boca el viento pareció soplar furioso de que se hayan detenido… sintió la mano del de ojos carmesí sobre su mejilla y el beso continuó. Una de las manos de Yeremi se alejo de la fina cintura y subió hasta colocarse detrás de la cabeza de Remiel, sin obligarlo pero sosteniéndolo de una forma completamente masculina, sin darse cuenta pues era un gesto muy normal en él.. acomodando discretamente su cabeza para profundizar el beso. Alejándose apenas… volviendo a poner sus frentes juntas y mirarlo a los ojos, sonriendo un poco - …vamos a alguna parte? – susurró, pero cuidó su mirada, los ojos claros que observaban a Remiel eran completamente humanos - …podemos ir a tu casa, podemos hacer lo que quieras… pero no te apartes de mi – sonreía acariciando el cabello ajeno, aún tomando su cintura con la mano que le quedaba libre para que no se caiga de sobre sus piernas. Parecía idiotizado, sonriendo como bobo y mirando los ojos del rubio menor como si se encontrara enamorado. Realmente era como un poder que parecía estar sobre él? Pues no lograba mentir su rostro ni disimularlo.
 
. . . . . .
Sabes que tengo gente aqui y siempre que intento responder me interrumpe,
tardé días en terminar la respuesta solo por eso .w. todo cambiará cuando vuelva casa xD

Respuesta  Mensaje 21 de 72 en el tema 
De: MaryChain Enviado: 25/01/2012 04:38
No podía negar que se sentía extrañamente comodo y seguro cuando lo sostenía de esa forma, que se sentía extrañamente comprendido cuando tomaba su cabeza y la acomodaba suavemente para poder besarlo más a gusto, como si el hombre supiera sus secretos respecto a sus deseos, los que jamás le confesaría. Un suave suspiro se le escapó cuando se alejo de él, abriendo lentamente sus ojos y mirandolo más calmada, pensando en todo lo que le había dicho y avergonzandose horriblemente por aquel acto de... de novia celosa y preocupada, o algo de esas cosas.  '...vamos a alguna parte?'  Los ojos de Yeremi eran tan penetrantes e intensos como siempre, y su ligera sonrisa lo calmaba, pero seguia avergonzado, asi que no pudo evitar desviar la vista, en silencio, como si pensara en algo profundamente.  '…podemos ir a tu casa, podemos hacer lo que quieras… pero no te apartes de mi' Sus ojos volvieron ligeramente sorprendidos a ver los de Yeremi, entreabriendo ligeramente sus labios al verlo con aquella sonrisa mientras acariciaba su cabello. Sintió arder las mejillas y con algo de prisa se separó de él, tomando su bastón y arreglando su chaqueta. No quería verse descortés, pero realmente, ahora que lo había pensado mejor, debió haberse callado todas esas palabras... Aunque quizás, en el fondo, no haya sido tan malo decirselo...
Pero qué cosas pensaba. Carraspeo, apoyandose en su bastón y mirandolo con calma, como siempre hacía, esperando que la ligera oscuridad ocultara su sonrojo. 'Vamos a comer algo, estoy un poco fatigado', dijo, mirando la muñeca en la mesa y tomandola en sus brazos. 'El dueño de esta tienda quizás llegue pronto y no quiero que piense que somos ladrones', dijo suavemente, arreglando algunos mechones de cabello de la muñeca. Caminó, atravesando con cuidado el pasillo, sus pasos resonando en las paredes, hasta llegar a la sala del comienzo. Buscó rapidamente con la mirada donde se encontraban las muñecas, hasta que al fin encontró el espacio vacio, donde reposó con suavidad la muñeca, acomodando sus brazos y su vestido hasta que esta se viera elegante y tranquila. Sonrió ligeramente y volvió su vista atrás, esperando por Yeremi, antes de salir de aquella tienda. Los primeros rayos de sol se asomaban, y se llevó el dorso de su mano a su boca para bostezar suavemente, mientras buscaba algun restaurant abierto entre tantas tiendas cerradas, mientras algunas marionetas ya comenzaban a llenar muy lentamente las calles.

al fin posteo! perdon el retraso *A*! y continuemos con esto <333!

Respuesta  Mensaje 22 de 72 en el tema 
De: Shounen Kait Enviado: 11/02/2012 23:50
La luz resultaba molesta, su demonio interior chillaba ante la luz del amanecer. Ese maldito sol. Sin embargo, Yeremi solo sonreía y se limitaba a evitar la luz con la mirada, sus ojos celestes se herirían al ser tan sensibles a la luz por el tinte tan claro que poseían, por eso los entrecerraba. Esa expresión se veía graciosa en su rostro, más aún cuando el mismo rubio era quien sonreía al saber la cara que estaba poniendo. Salieron del local aquel alejándose un poco apenas unos pasos y la cabeza de la muñeca rodó al suelo cuando se alejaron... Yeremi. No podía irse de ninguna parte sin hacer daño? aunque fuera solo una simple muñeca? Sonreía, y con esa sonrisa caminaba junto a Remiel intentando mirarlo de reojo. Algunas marionetas caminaban ignorando a la pareja, muy pocas debido a que era de mañana, solo quienes trabajaban en horas tempranas andaban por allí. Disimuladamente el rubio estiró su brazo y con gracia y sutileza acarició la mano de Remiel mientras caminaban, tomándola.

Era famoso por hacerse el tonto y sabía perfectamente como disimular, aunque la mayoría de las veces acaparara toda la atención. No dijo nada, solo se limitaba a sonreír como siempre... mirando al frente mientras sus pasos eran seguros, relajados.. Su otra mano reposaba en el bolsillo de su pantalón. Después de varios minutos llegaron a la mansión de Remiel, obviamente - Crees que haya alguien? sirvientes? Papá? Mamá?...prometida? - sugirió arrimándose a su rostro y separando las manos, sonreía claramente bromeando. Ignorando que tal vez su niño realmente fuera prometido de algún hombre o mujer con suficiente poder adquisitivo para hacer de igual. Para caminar a su lado con orgullo, para valer la pena. Continúo mirándolo, leyendo sus ojos, su respiración, sus expresiones, las comisuras de sus labios... todo, casi imperceptiblemente. Era bueno para ello, pero Remiel también sabia mentir - ...si me dejas pasar, te mostraré lo hábil que soy en la cocina - elevó una de sus cejas haciendo de galán mientras elevaba una mano y acomodaba un mechón del cabello ajeno, sonriendo cada vez menos... hasta esbozar un susurro - ...tan bello.. - pensó para sí mismo, pero sin darse cuenta de haberlo dicho aunque no le molestaría si esos ojos carmesí pudiera leer su mente. Sonrió aún más y caminó directamente a la mansión como si fuera su casa... - con permiso~... - al menos tuvo el descaro de decir eso con un tono agradablemente molesto.
 
. . . . . . . .
aún no eh vuelto a casa ;w; me perdonas la tardanza? eh tenido todo ensima
espero que al menos el post valga la pena. Ya te dije que me encanta que remi quiera pegarle
hasta romper su bastón por intentar con asclepio XD jajaja me resulta super tiernoU..

Respuesta  Mensaje 23 de 72 en el tema 
De: MaryChain Enviado: 13/02/2012 23:45
Comenzó a caminar mirando sus pies, distrayendose con el paso, paso, paso de sus pies, algo que lo hechizaba con el cansancio que sentía y que lo relajaba. Poco a poco sus parpados fueron cayendose, hasta cerrarse suavemente y por completo, sin dejar de caminar. Un roce, y luego Yeremi tomó su mano; se sobresaltó, pero no alzó la cabeza, sino que abrió sus ojos y volvió a fijar su vista en sus pies, apretando muy delicadamente su mano. Si lo guiaba, entonces podría descansar un poco...
Quién sabe cómo, pero se quedó dormido caminando, y se sobresaltó, alzando la cabeza y mirando a todas partes algo asustado al no saber dónde estaba. Su mansión? En qué momento habían llegado? Y la carroza?... Yeremi estaba a su lado.
"Crees que haya alguien? sirvientes? Papá? Mamá?...prometida?"  Sus labios se apretaron muy imperceptiblemente al preguntar por su prometida. Él aún no lo sabía, al parecer... Y jamás debería saberlo si no quería que Scarlett saliera lastimada de cualquier forma. Alejó suavemente con su mano a Yeremi, sus ojos implacables y duros, tal como le miraba siempre. Scarlett... Había intentado con fuerzas no pensar en ella. Ya que, si despues de todo, ella se enterara o sospechara algo, si ella lo abandonara... "...si me dejas pasar, te mostraré lo hábil que soy en la cocina"  Yeremi lo distrajo de sus pensamientos, sin despegarle la vista de sus ojos azules. Acomodó uno de sus cabellos, y no pudo evitar mirar sus largos dedos.  tan bello..." Pero si Yeremi se enterara o sospechara algo, entonces...  "con permiso..." Suspiró pesadamente mientras el demonio entraba, siguiendolo a paso cansado. La mansión estaba vacía, como usualmente había estado los últimos meses. Incluso él faltaba en ese lugar por sus constantes viajes, pues prefería visitar a Scarlett a que ella lo visitara. Sus padres se encontraban realmente ocupados, pero los veía durante el día. Los sirvientes, al no tener trabajo, asisten solo algunos días para hacer limpieza. Lugar tan grande se había convertido sólo para él, pero no podía negar que a veces extrañaba estar acompañado como hace un año. Podría pedirle a su padre y a su madre que volvieran, y ellos volverían, eso era seguro, pero se había acostumbrado a la independencia que tenía, y no quería pedirles algo así sólo para dejarlos solo. De eso también pensaría en otro momento, por ahora se encontraba muy cansado. Colgó en el perchero su capa, su sombrero y su bastón, subiendo las escaleras. "La cocina está a la izquierda", le dijo a Yeremi. "Avísame cuando esté la comida lista, iré a asearme un poco", dijo, volviendo a subir los escalones mientras se retiraba el listón de su corbata. A las finales no había conseguido mucho en la fiesta. Se dirigió a su cuarto de aseo, el que estaba dividido en 2, baño y closet. Cerró la puerta bien, no quería que Yeremi ni nadie le molestase, pues adoraba disfrutar de los baños. Se desnudó, dejando la ropa prolijamente colgada, antes de ducharse, dejando que el agua lo relajara un buen tiempo. Sales de baño y un jabón de rosas para limpiarse y quedar bien perfumado. Se cubrió el cuerpo con una toalla y la cabeza con otra, caminando hasta el closet para buscar su pijama, una camisa delgada y color miel, igual que unos pantalones frescos. Sobre ello se puso una bata, retirando la toalla de su cabeza y saliendo, para dirigirse a su biblioteca personal. Ahí tenía un largo sillón bastante cómodo, y el viento matutino entrando por la ventana era bastante agradable, también. Se recostó en el sofá-silla, retirando con sus dedos el exceso de agua que se acomodaba en la punta de su cabello humedo, algunos mechones desordenados cubriendole los ojos ligeramente. Estaba algo fatigado realmente, pero también tenía mucho sueño. Cerró sus ojos, esperando que Yeremi lo llamase para comer, quedandose inevitablemente dormido. 

yo lo espero Kait! me alegra que podamos avanzar *u*!

Respuesta  Mensaje 24 de 72 en el tema 
De: Shounen Kait Enviado: 15/02/2012 17:02
"La cocina está a la izquierda" giró su cuerpo caminando hacia atrás, sonriendo, entonces él realmente estaría dispuesto a probar su comida. "Avísame cuando esté la comida lista, iré a asearme un poco" - como usted diga.. Majestad - sonrió haciendo una reverencia completamente formal. Observándolo irse y poniéndose elegantemente recto una vez más - hum.. vamos a ver... - entretenido comenzó a abrir las alacenas y la heladera como si se tratara de su propia casa, con calma y una sonrisa en los labios, observaba también las fotos en los muebles y los cuadros en las paredes. Notaba que no se oía nada la calle dentro de aquella mansión, las paredes debían ser un tanto gruesas al parecer, eso resultaba peligroso sin duda alguna... no se había dado cuenta de ello en la primera visita. Cuando quiso acordarse, la comida estaba lista y caliente sobre la mesa... una cena elegante, sin duda digna de de alguien de la realeza.

Su cuerpo se disolvió, se volvió humo.. y se trasladó atreves de las paredes al lugar donde encontraba Remiel. Apareciendo justo detrás de él.... caminando con pasos tranquilos hasta ponerse justo delante de él y sonreír arrimándose mucho a su rostro, él dormía plácidamente.... no debía molestarlo con un susto. Entonces... se arrimó a su oído susurrando suavemente - ...remiel.... despierta remiel... - llamándolo con un tono agradable y seductor acarició sus propios labios con la piel de su oído - …la comida esta lista majestad... –sonrió un poco, permitiendo que sintiera el calor de su aliento chocar, una de sus manos se hundió bajo la bata solo para acariciar suavemente y notar que llevaba ropa, entreabrió sus ojos dirigiendo sus pupilas celestes a él, poniendo frente con frente al verlo despertar, sintiendo los cabellos húmedos mojar su frente.

. . . . . . . . .
Linda, ya tenía la respuesta pero siempre pasaba algo y no podía arreglar el html para mandarla x,D
ayer fue el día de los enamoras y y y bueno jajaja no estuve en casa >//> jakshdjkshf

Respuesta  Mensaje 25 de 72 en el tema 
De: MaryChain Enviado: 15/02/2012 23:19
Dormía plácidamente cuando sintió una voz a lo lejos, quizás producto de sus sueños. "...remiel.... despierta remiel...Ignoró el llamado, sintiendo una ligera caricia en su oido, inclinando la cabeza en esa dirección, sin despertar, en un limbo ligero entre dormido y despierto. "…la comida esta lista majestad..Cálido, era un aliento cálido... La comida, la comida... la comida... Abrió lentamente los ojos, encontrandose con los ojos celestes de Yeremi muy cerca de su rostro, su frente chocando con la de él. Parpadeó un par de veces, aún algo dormido, para luego bajar su vista al sentir algo en su pecho: era la mano de Yeremi intentando colarse por su bata. Chistó suavemente los dedos, tomando su muñeca y apartandolo. Realmente pensaba hacer algo así aprovechando que estaba dormido?... Tsk. Comenzó a incorporarse, sentandose en el sillón. "Ya estoy despierto", murmuró, poniendose de pie y arreglandose la bata antes de comenzar a caminar hacia la cocina. Todo estaba elegantemente dispuesto, y había una gran langosta para comer. Era algo exagerado para un desayuno, pero solo comería un poco antes de volver a dormir. Se sentó con elegancia, esperando que Yeremi también se sentara, antes de comenzar a comer. Estaba exquisito, la textura era genial, tal como le gustaba, y tenía la cantidad perfecta de limón. Era un sabor exquisito y condimentado con las pizcas necesarias, ni más ni menos. El demonio no mentía, tenia grandes habilidades culinarias. Comía lentamente disfrutando cada bocado, aunque sin comer mucho, pues se sentía satisfecho muy rápido siempre. "Está sabroso, Yeremi. Creo que no había probado una langosta así de sabrosa en mucho tiempo", comentó, sonriendo muy ligeramente ientras bebía un poco de agua de su copa, aunque hubiera quedado perfecto con un vino, era demasiado temprano para beber alcohol. "Prefiero guardar el resto para más tarde, realmente quisiera acompañar esto con un vino", dijo, complacido y dejando sus cubiertos luego de comer, mirando al demonio con una sonrisa. "Permiso y gracias por la comida. Iré a descansar un poco", dijo, levantandose con la misma elegancia que se había sentado y caminando con pasos lentes hacia cualquier habitación para dormir, menos la suya. Con una cama para dormir sería suficiente por ahora.

uuuy que anduvo haciendo 1313? ahahah xD en fin, continuo esto, perdone al pesado de Remi xD

Respuesta  Mensaje 26 de 72 en el tema 
De: Shounen Kait Enviado: 17/02/2012 03:20
La esquiva reacción de Remiel podría decirse que en cierto modo: la esperaba.

Por lo que se limitó a sonreír solamente, durante el desayuno/almuerzo también, efectivamente se había lucido sin querer en el afán de mostrarle que realmente servía para algo más que asustar y dañar. "Está sabroso, Yeremi. Creo que no había probado una langosta así de sabrosa en mucho tiempo", en definitiva esas palabras sorprendieron en cierto modo al demonio, que observaba cabizbajo mientras comía, elegante pero en trozos grandes, aunque los disimulaba, era realmente un glotón. "Prefiero guardar el resto para más tarde, realmente quisiera acompañar esto con un vino", hizo una pequeña reverencia con la cabeza al oírlo, entrecerrando sus ojos y haciendo una mueca de sonrisa - excelente.. por la noche sabrá mejor, - agregó - yo me encargaré de eso... - habló en doble sentido, casi murmurando y arrimándose el vaso de agua a la boca.

Que tenía pensado? solo él lo sabría. "Permiso y gracias por la comida. Iré a descansar un poco" él sonrió, Yeremi solo pudo responder esa sonrisa con otra del mismo calibre, casi como un reflejo. Aquel pequeño gesto del rubio resultó completamente fascinante para el ojiazul que se levantó casi al mismo tiempo y con ligereza siguió los pasos de Remiel - No has preguntado por mi?... te agradezco el cumplido sobre la cocina pero... - se paró justo en la puerta cuando Remiel ya abría entrado a una habitación, acercándose lentamente con pasos calmos. Haciendo escuchar la suela de sus zapatos caros de tipo mocasines, negros, famosos por su elegancia y diseño.

Se paró justo detrás - yo también podría estar cansado... - murmuró, justo en la nuca del joven, aflojando con uno de sus dedos la corbata también negra y apartándola de ambos... Los fuertes brazos rodearon a Remiel, respirando su perfume tan profundamente que resultaba violento, aunque fuera un acto de total sensibilidad y seducción.

Los brazos lo recorrieron, pero con cariño... las piernas, subiendo a su cadera y aferrándose a su cintura. Completamente pegado a su espalda dirigió los ojos a él - ...usted, majestad - sonrió simpático pero por lo bajo - ...dejaría a este humilde servidor dormir a su lado?.. -

Remi es un encanto uQù 

Respuesta  Mensaje 27 de 72 en el tema 
De: MaryChain Enviado: 17/02/2012 04:59
Entró en una habitación, desabrochando su bata para colgarla en un perchero cuando escuchó los pasos calmos de Yeremi, que parecían retumbar con fuerza en cada rincón de aquella amplia habitación. Decidió desabrochar más lentamente sus botones, sin tener completa certeza de que tan lejos o cerca se encontraba Yeremi de él, pues el eco lo confundía un poco.  yo también podría estar cansado.." Susurró en su nuca, el aliento golpeandole en aquella zona tan sensible de su cuerpo y haciendolo estremecer inevitablemente. El hombre se retiraba la corbata, no iba a voltear, los hombros tensos por su reacción a su voz, pero lo sabía, solo debía escuchar la tela rozando la camisa de Yeremi, y luego, como si se tratara del suave aleteo de una mariposa, el pedazo de tela caer suavemente. De pronto los brazos de Yeremi lo rodearon, y podía sentirlo en su cuello aspirandolo, poniendose horriblemente tenso en sus brazos, pero sin oponer resistencia alguna. Las manos de Yeremi recorrieron con extraña suavidad sus costados, hasta abrazarse a su cintura con fuerza, sin darle un minimo de espacio entre su torso y la espalda propia. Poco a poco su cuerpo se fue relajando, tildando su cabeza a un lado pero aún ligeramente cabizbajo, algo sonrojado, pues le traía ciertos recuerdos. Le gustaba estar así... Le gustaba que Yeremi lo tuviera cerca. Claro que jamás se lo admitiría con palabras. La boca de Yeremi estaba muy cerca de su rostro, mirando sus labios y luego sus ojos celestes, mientras le sonreía simpático. "...usted, majestad... dejaría a este humilde servidor dormir a su lado?..." Desvió la vista y con sus manos lentamente apartó los brazos de Yeremi, acabando de retirarse su bata y colgandola en el perchero. Caminó hacia la cama y se acostó como si Yeremi no estuviera ahí, mirando el techo. Frunció su ceño y murmuró. "No eres mi sirviente... No me trates de majestad, Yeremi", dijo, mirandolo sonrojado y luego tildando su cabeza a la almohada de al lado, descubriendo aquella parte de la cama ligeramente y luego moviendo la cabeza en dirección contraria, asegurandose que el cabello le cubriera los ojos y que desde ese punto de vista no notara lo sonrojado que estaba. No era como Yeremi, no podía ir directamente con las palabras, si no que daba un rodeo de gestos que esperaba fueran comprendidos... Sabía que Yeremi comprendería.

ajskdahs me encantó ;u;! Espero le guste *A*


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