Son las palabras llenas de deseo de un hombre vestido con sucios araps y cabellos revueltos, un verdadero verdaderamente salvaje, el cual se agazapa en una colina observando hacia abajo, donde una serie de venados se encuentran degustando el poco pastizal que queda ante el crudo y cruel invierno que azota con violencia Asgard.

 

En ese momento, a su costado, feroces lupus de castaño pelaje se posicionan también agazapados, como si existiese una profunda conexión entre este hombre y ellos. Pero en el medio del grupo, un lobo se destaca, un lobo de pelaje azulado, el cual pasa por debajo del brazo de este hombre para que la mano de éste se apoye entre sus orejas.

 

 

Le dice mientras todos aguardan el momento...

 

Y cuando el momento justo llega, todos los lobos bajan la colina a una velocidad sorprendente, sincronizando movimientos, liderados por Jinx, el cual va corriendo por un costado para encerrar a los venados desde el lateral. De forma simultanea, aquel hombre, que se mueve y vive como un lobo, repite el movimiento pero desde el otro literal, formando así una perfecta estrategia de cerrojo.

 

El pavor y el susto de los venados es perceptible, alterándose rápidamente para luego empezar a correr hacia diferentes lados.

 

Y en el momento que se muestran vulnerables para ser atacados por aquella manada, uno de los venados es violentamente golpeado por una figura de enormes proporciones, cayendo desplomado al suelo, como un oso que emerge desde las sombras.

 

 

Es oído de manera tembile y rústica por un hombre inmenso, imponente, quien también viste andarajosos arapos, uno de los hijos de Wodan, el cual dominado por el hambre también se dispone a cazar en aquel sitio lejano de la civilización nórdica. 

 

 

Dice, con la mirada asesina de un antropófago...

 

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Misión: Disputa de la comida.

Participantes: Fenrir y sus lobos frente a Thor.

- Dominio del ORM

- Espectáculo

- A puño limpio, sin armas

- Los lobos podrán ser usados como estrategia de combate

- No deben morir.

Plazo: tres días

Recompensa: Dominio de lo que en otras culturas llaman "el cosmos", es decir, aquella fuerza interior que proviene de nuestros ancestros.