La tierra nunca ha estado 
libre de cataclismos de toda especie, porque ellos forman parte de su evolución, 
por eso siempre hay que ser cauteloso cuando se dice que las condiciones 
metereológicas actuales son extremas, porque sin un contexto histórico se pierde 
el control y se apresura uno a declarar que cada fenómeno es 
algo sin precedentes.
"Los defectos 
aparentes del mundo natural no son indicios de ningún defecto correspondiente en 
el carácter de Dios.  Las manifestaciones materiales de la divinidad, parecen 
defectuosas en la mente evolutiva del hombre, sólo porque el hombre persiste en 
visualizar los fenómenos de la naturaleza a través de los ojos naturales, por medio de la visión humana sin la ayuda 
divina, ni de la revelación."56 
"El hombre considera los 
sucesos naturales como accidentes o mala suerte sólo cuando carece de curiosidad 
e imaginación, cuando la raza no tiene iniciativa, ni sentido de la aventura. La 
exploración de los fenómenos de la vida más tarde o más temprano destruyen la 
creencia del hombre en el azar, la suerte y los así llamados accidentes, 
sustituyéndola por un universo de ley y orden en el que los efectos son 
precedidos por causas definidas. Así pues, el temor a la existencia es 
reemplazado por la felicidad del vivir."951
Y esa serenidad de vivir 
nace cuando nuestra fe es sólida y estamos seguros que "el Padre Universal no se 
ha retirado de la administración de los universos, porque él no es una deidad 
inactiva.”55 Como tampoco debiéramos serlo nosotros, porque nuestra misión es 
cuidar el planeta que se nos ha entregado en comodato y en donde debemos 
evolucionar mientras vivamos en él.
Nuestra vida podría ser 
absolutamente diferente, si nos diéramos cuenta de nuestro destino final, y 
tomáramos conciencia que pertenecemos a ese Todo indivisible, pues "en el universo, cada unidad se considera una 
parte del todo. La supervivencia de la parte, depende de la cooperación, con el 
plan y el propósito del todo." 52
yolanda silva 
solano