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Noticias Italia: La Comedia del Arte (segunda parte)
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De: 2158Fenice  (message original) Envoyé: 30/11/2009 21:10
LA COMEDIA DEL ARTE (Segunda parte)

Los personajes o "tipos fijos"

por Lorenna Esposito

 Los ”tipos” 

La gran familia de los tipos fijos de la Commedia, se divide en varios grupos: ancianos (vecchi), enamorados, pedantes, criados, aparte de los genéricos como el Mercader, el Médico, el Notario, los ladrones... En el grupo de ancianos está Pantalone o Pantalón: el nombre es de origen veneciano, es ciudadano de Venecia. Quizá el nombre hace referencia a los pantalones largos con que se viste. Magnífico es uno de los nombres dados a Pantalone, que, con su silueta de viejo mercader, sus largas piernas, su manto negro flotante, sus pantuflas turcas, su barba deshilada al viento y su sombrero de lana roja, forma parte de la arquitectura de Venecia tanto como San Marcos. Era un hombre célebre y el pueblo veneciano se lo atribuye cargándole todas las ridiculeces que arriesgaba tener.

Pantalón, el mercader, es siempre viejo o jubilado, rico o pobre, padre de familia o viejo soltero. Fue mercader durante toda su vida, y de tal manera aprendió el valor del oro que finaliza por exagerarlo. Movido por su afán de lucro dejó el amor a un lado en su juventud y una vez viejo, quiere recuperarlo, pero tendrá que ceder el paso a la juventud. Para unos es bondadoso y comprensivo, para otros es terriblemente avaro y malicioso y por natural enemigo de la juventud.

Si es casado, su mujer a menudo es muy joven, hermosa y no aprecia el honor de ser la mujer de un digno comerciante; lo hace cornudo con insistencia, se burla de él o pide a cambio de su amor, siempre oro. Si tiene hijas dan muchos hilos para retorcer a su viejo padre. Hasta sus sirvientas se entienden para redoblar la natural astucia de sus señoras, para encontrar el medio de introducir algún galán en la casa o sacarle dinero a Pantalón.

No matará a nadie. Pantalón es, en el fondo, un ser profundamente pacífico, y le horrorizan los golpes. El cielo hace llover las desgracias o calamidades sobre su venerable cabeza.

Otro es el Doctor o Dottore. Uno de los nombres que lleva el Doctor es Graciano o Gracian Baloardo. Cuando nace Baloardo, hacia el 1500, en la ciudad de Bolonia, madre de las bellas letras y de la ciencia, dicen que en lugar de llorar como un niño común, profirió una bella cita latina estropeada. En efecto Gracian nació Doctor. No ignora nada. Es filósofo, astrónomo, hombre de letras, cabalista, abogado, gramático, diplomado en medicina. No se priva de nada, hasta sus discursos tienen efectos singulares.

 
El Doctor, hombre de edad respetable, es miembro de todas las Academias conocidas y desconocidas. Toda su vida inclinada sobre los libros... pero es difícil que pronuncie una cita latina o griega sin despellejarla; o bien confundir las Parcas con las Gracias. Felizmente posee un tremendo aplomo que intimida al más sabio, excepto cuando se disgustan y lo golpean, lo que por otro lado no interrumpe sus discursos. Ha pasado tantos años aprendiendo de todo, sin jamás entender nada... Cuando el Doctor se casa, se convierte en cornudo al día siguiente. Cuando quiere, tarde ya, convertirse en galán, conquistar a las hermosas damas, ellas le responden: ¡Balorado!(Palurdo, simplón. Sus hijas y sus criados se ríen de él. Y él mismo, a veces, se ríe de sí mismo...

El Doctor tiene a su viejo amigo (o rival) Pantalón, que viene a menudo de Venecia a visitarlo. Estos “viejos” tienen mucho en común: la edad, la avaricia, el gusto por la elocuencia y la galantería. Cuando pasean juntos, es una hermosa vista; uno con su larga toga hinchada y su inmenso sombrero, el otro con sus piernas de salta montes.

El Capitán o Capitano es un tipo aparente.Tiene varios nombres: “Sangre y fuego”  

“Mala-Gamba” “Cocodrilo”, “Rodomonte della Papironda”, “Spavento della Valle Inferna”, “Matamoros”, “Fracasso”... Fanfarrón, mujeriego, escapa ente el más mínimo peligro y es incapaz de enamorar a su idolatrada, hablador, utiliza una mezcla de italiano, español y francés. Tiene una exagerada nariz, largos bigotes y viste capa roja y amarilla y gran sombrero. Su lenguaje es además ampuloso e irritante.

Los Capitanes son, en general, flojos y cobardes. Sus vanaglorias jamás son enormes y sus terrores ridículos.

Aparece además “Giangurgolo” (5) calabrés de origen e hijo también de un capitán, posee un estómago elástico. Cuando ha limpiado la última miga de pan, observa el fondo con melancolía y suspira... Es ladrón por necesidad más que por gusto, pues es necesario cierto coraje para robar, y la menor huella de audacia le falta. El temor y una gran espada, la miseria, su forma de comer y el terror de un rival siempre posible, serían componentes de una vida lamentable para Giangurgolo, si todas esas causas de desgracia no fueran a perderse en un mar de tonterías y vanidades.

También “Scaramuzza” o “Scaramuccia” (6) nacido en Nápoles, hacia fines del siglo XVI, era un típico Capitán, pero un Capitán para escaramuzas. Con su larga espada y su garbo de avispa lo vemos revoloteando de enemigo en enemigo. Viste de negro de pies a cabeza. Calzas muy ajustadas, casaca larga, cuello de encaje, corta capa y espada afilada. Se dice que Scaramuccia es aristócrata, hijo de un noble que le abandonó y fue educado cerca del rey, quien le mandó a galeras para que se hiciera un hombre duro y valiente. Hay quienes señalan que hacia 1680, en Italia, el Capitán español, que había sucedido al Capitán italiano, pasó de moda y Scaramuccia se volvió su heredero directo, jactancioso y cobarde... Lo cierto es que Scaramuccia ama a todas las mujeres, a todas las botellas, previendo que ellas contienen alguna cosa que se parece al amor y al vino. Generalmente sirviente de un hombre de pocos recursos, se jacta de la ancianidad y procedencia de su familia y, sin un peso ni recursos, habla de riquezas que no sabe hasta donde llegan. Tiene un verdadero camarada, que no se le parece en nada, con el cual se pelea constantemente, o camina del brazo: es el brutal y a menudo cruel Pulcinella. Scaramuccia con su espada, Polichinela con su bastón adoran aterrorizar a los transeúntes para asombrar a las mujeres o a ellos mismos. Cuando ha bebido demasiado Polichinela ama escuchar las aventuras imaginarias que Scaramuccia cuenta con mucha elocuencia pero, el charlatán exagera, Polichinela rompe la mesa con su garrote y Scaramuccia desaparece.

5) Podríamos traducirlo como “gran boca”

(6) La traducción literal de Scaramuccia significa escaramuza, que concretamente es una riña, ligera pelea o pequeño combate. En el caso de este personaje podríamos tomarlo como pequeño peleador. Llamado en francés Scaramouche, y alguna vez Molière se refirió a él ya que el personaje fue interpretado por Tiberio Fiorilli quien despertó quizás en Molière su vocación por el teatro.

 Los criados

En el grupo de los criados están los zanni; los más conocidos de la Commedia. Van por parejas y suelen acompañar al grupo de los enamorados. Reemplazan a los criados de la comedia clásica (7) El primer zanni es Brighella, pícaro procedente de Bérgamo. Su nombre deriva de briga (intriga) (8) De todos los personajes de la Comedia italiana Brighella es el más inquietante. Una vez que lo hemos visto, no olvidamos jamás la curiosa expresión cínica y zalamera de su máscara, con ojos oblicuos, nariz ganchuda, sus labios espesos y sensuales, su gran mentón de rara barba y sus bigotes de presumido, espesos y curvos en los extremos, que le agregan algo de fanfarrón.

Zannoni anotó en su edición de 1787 esta auto declaración de Brighella: “Nuestro mayor placer es el de hacer fracasar un casamiento, burlarse de un viejo enamorado, robar a un avaro y golpear a un acreedor”.

Es el que duerme en los muelles y avenidas, la panza al sol, hasta que el hambre lo despierta. Entonces se estira con la dejadez y la agilidad de un gato y se levanta sin ningún esfuerzo muscular aparente. Brighella se desliza acompañado de los ruidos sordos de sus alpargatas, cuando no anda descalzo.

Cuando tiene sed o hambre, no se inquieta y perfora los toneles de vino o explora los bultos de los comerciantes ambulantes, bajo la mirada del más astuto vigilante. Sabe desaparecer rápido y sin dificultad. Pero además de ese pequeño talento de ladrón, es un hombre de innumerables recursos, que sabe aprovechar cualquier ocasión.

Llega el desembarco que Brighella esperaba. Mientras otros cargan enormes cajas y todo tipo de equipaje, Brighella observador y psicólogo, mira tranquilamente el desfile de pasajeros. He ahí el rico extranjero que buscaba, una vez elegido, no lo abandonará jamás. Se precipita y le saca de las manos su pequeño equipaje. Lo trata de Barón, Marqués, Excelencia, hasta que el otro cede. Ya le propuso diez hoteles. Se ofrece para mostrarle toda la gama de cosas permitidas o prohibidas que puede presentar a la ciudad, todo lo que se vende o se compra. Pedirá veinte veces el precio real y si gana un puntapié, no se preocupará. Se vengará sobre quien lo hizo... o sobre otro.

La guitarra con la voz melosa que canta en las ventanas, es Brighella. También sabe bailar. Su dejadez natural no le impide ser hábil y vivo. Si hay alguna intriga amorosa a conducir, algún desenfreno a organizar, un secreto que guardar, etc. es a él que se deben dirigir, pero hay que pagarle después de haber verificado su trabajo.

Desde el momento que tiene dinero, no trabaja más, goza de la vida. No deja el cabaret, bebe y grita, se pavonea, insulta y provoca a todo lo que es más viejo o débil que él. Pero, si un grandote se levanta, lo adula o se esconde con prudencia. Las mujeres no lo quieren, pero le temen y admiran. No tiene oficio (salvo cuando es ratero de profesión), pero hace todos los trabajos. Tabernero, soldado, sirviente del verdugo, o simplemente criado. A medida que se aproxima el siglo XVIII, el carácter y la conducta de Brighella se va suavizando.

El otro zani, o segundo criado, quizá el más conocido popularmente es el necio Arlequín o Arlecchino también nacido en Bérgamo. Su nombre deriva de Harlequín, Herlequin o Hellequin, jefe de diablos en los misterios del siglo XI francés (9) Arlecchino es sensual, grosero, a veces cruel y sabe dar grandes saltos. Hace pensar en los delfines, que aparecen y desaparecen sobre la superficie del mar, en saltos, piruetas y felices volteretas.

Marmontel escribe sobre Arlequín: “Su carácter es una mezcla de ignorancia, de ingenuidad, de espíritu, de necedad y de gracia; es una especie de hombre libertino, juerguista, un gran niño que tiene relámpagos de razón e inteligencia, donde todos los desprecios o las torpezas tienen algo de picante. El verdadero modelo de su juego es la flexibilidad, la agilidad, la gracia de un gato, con una piel de tosquedad que vuelve la acción más divertida; su rol es el de un criado paciente, fiel, crédulo, goloso, siempre apurado, turbado por su maestro o por sí mismo; que se aflige, que se consuela con la facilidad de un niño, y donde el dolor es tan divertido como la alegría.”

Ese sutil e ingenuo Arlequín, “siempre en el aire”, aparece como una extraña personificación de la imaginación; de todas las imaginaciones altas o bajas, delicadas o repugnantes, burlescas o melancólicas. Es el inventor despreocupado y desconocido de una nueva forma de poesía, esencialmente muscular, acompañada de gestos, mezclada con saltos peligrosos, realzada con tiradas filosóficas o ruidos incongruentes. Su traje blanco inicial, sin manto, al pasar el tiempo se irá remendando con abigarrados trapos de colores, que irán aumentando y acabará no siendo más que remiendos. Más adelante le civilizaron y le dispusieron simétricamente en rombos y triángulos los pedazos de colores de su vestido.

El mayor exponente de Arlecchino fue el gran improvisador Doménico Biancolelli (1637 / 88)

(7) Ver lo explicado en (4) de la primera parte Las máscaras.

(8)  Si bien literalmente briga se traduce como intriga, también se trata de un asunto o encargo fastidioso, algo que, como hemos visto, define perfectamente a este personaje. Así el nombre Brighella significa truhán o pillo intrigante.

(9) También su nombre podría derivar de Erlenkönig, gnomo escandinavo, de Alichino, diablo dantesco surgido de Hellequin, de Aquiles de Arlay, caballero francés que acogió al histrión italiano Harlayquino y de un diminutivo de harle y herle, pájaro de plumaje multicolor. 

Otro zani es Polichinela o Pulcinella. El nombre deriva de piccolo pulcino o pullicinello (polluelo, pollito o pequeño polluelo) Se le hace descender del Maccus de la atelana, pero también recuerda otros tipos de la misma: Bucco el torpe y Papus el comilón.

De Maccus, que imitaba el grito de las aves y de los pollos y andaba como los polluelos,hereda la necesidad de chillar como las aves de corral espantadas y la necesidad de agitarse sin razón a punto de cansar a la asistencia, sin jamás fatigarse él. Esto explica que Polichinela tome el nombre de Maccus (10)

Maccus era vivo, espiritual, insolente, irónico, y un poco cruel; Bucco adulador, estúpido, dejado, fanfarrón, lascivo, en fin ladrón... De Maccus, Pulcinella tiene su nariz ganchuda, su joroba, su vientre, sus largas piernas secas que le dan una curiosa silueta de gallo. De Bucco, sus importantes juegos y su larga boca, una extrema sobriedad de gestos, una economía y una lentitud acentuada en la palabra como en los movimientos. Pero de golpe palabras mordaces azotan, silban, de sus labios sensuales y perezosos y a veces acrobacias distienden sus músculos fijos en apariencia.

En un principio era ligeramente jorobado. Para hacer contrapeso, su vientre prominente comienza a hincharse todavía. Polichinela en no hacer nada y en comer macarrones y cantar de vez en cuando, tiene gran sentido de la adaptación: es torpe, ladrón, alcahuete, rufián. Es apaleado y él, cuando puede, apalea a los demás. Es un muchacho caprichoso y egoísta, de una glotonería sensual. El sentido del ridículo rellena su joroba, el arma secreta más fina es de tomar un aire necio. Puede llegar a no tener ninguna especie de escrúpulos y también de ser cruel. Más allá del siglo XIX, Pulcinella cae en una especie de infancia que lo vuelve más guasón que malvado, más grosero que sensual.

(10) Pues justamente Maccus llamaban a “la gallina”; pullus gallinaceus

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