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General: La Iniciación i
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De: Kadyr  (Mensaje original) Enviado: 14/05/2025 01:41
La Iniciación

El símbolo de la iniciación  seria "una senda", o "un camino"; digamos iniciación es quien comienza un camino , que seguramente no terminará con la muerte física.

La iniciación se enmarca con las Declaraciones de Principios, que permite acceder al contenido Secreto y Exclusivo de la Orden Masónica. El pensamiento simbólico exige necesariamente un enfoque iniciático. El pensamiento simbólico y el camino iniciático están indisolublemente, necesariamente, dialécticamente unidos. Así, la masonería fue definida en su día como «una institución de iniciación espiritual por medio de símbolos». Así como no hay Logia Masónica sin Rito, ni Masonería sin símbolo, tampoco hay masón sin iniciación, porque es la iniciación la que nos hizo masones. «Filosóficamente», podríamos decir que:  «la iniciación pretende provocar una modificación ontológica del régimen existencial». Más sencillamente, digamos que, por definición, la iniciación masónica, como cualquier iniciación, tiene como objetivo producir un cambio, una transformación en cada hombre o mujer que la experimenta.

Le preguntaron a un masón con muchos años en logia, de ¿porqué iniciación , y no otra palabra como “Camino progresivo” ?, y respondió , aún con décadas en la catedra masónica , el masón apenas y comienza , es un eterno aprendiz que apenas inicia su camino evolutivo universal.

El objetivo de la iniciación masónica  es producir un cambio radical y fundamental en nuestras formas de pensar y de sentir y, por extensión, en nuestras formas de actuar y de ser. Ella tiene la ambición de dar a luz a un nuevo hombre, un hombre verdadero, según las reglas de la Sabiduría, la Belleza y el Amor. Y si este proyecto parece todavía demasiado ambicioso, digamos que quiere al menos provocar en el sujeto un choque intelectual y emocional que le haga tomar conciencia de la urgencia y de la necesidad de este cambio, que debe concernir no sólo nuestra inteligencia sino también nuestro corazón. Pero seamos sinceros al añadir que no debemos ver en la iniciación masónica una especie de acto mágico, un proceso milagroso que haría del pobre hombre que somos una especie de hombre absolutamente superior, perfecto en todos los puntos de vista;  esto  de la iniciación por tanto está muy Lejos de ser un cambio instantáneo.

Lo Iniciático en el contexto Masónico

 

En el contexto masónico, "iniciático" se refiere a la experiencia de iniciación en la orden masónica. La iniciación es un proceso ritual y simbólico que marca el comienzo del camino masónico para un nuevo miembro.

 

La iniciación masónica implica la participación en rituales y la exposición a símbolos que tienen un significado profundo y espiritual.

La iniciación masónica se considera un proceso de transformación personal que busca despertar la conciencia y la espiritualidad del iniciado.

La iniciación masónica implica un compromiso con la orden y sus principios, y el iniciado se compromete a seguir los rituales y las enseñanzas masónicas.

La iniciación masónica busca despertar la consciencia y la espiritualidad del iniciado, y ayudarlo a comprender mejor su lugar en el mundo.

La iniciación masónica busca promover la fraternidad y la solidaridad entre los miembros de la orden, y fomentar un sentido de comunidad y pertenencia.

La iniciación masónica busca transmitir conocimientos y enseñanzas que ayuden al iniciado a crecer y desarrollarse como persona.

 

La iniciación masónica es la base de la experiencia masónica, y es el punto de partida para el crecimiento y el desarrollo espiritual del iniciado.

La iniciación masónica utiliza el simbolismo y el ritualismo para transmitir enseñanzas y conocimientos que ayuden al iniciado a comprender mejor su lugar en el mundo.

 

La iniciación masónica tiene como objetivo permitirnos, a través de una serie de pruebas, tomar conciencia de lo que somos y darnos los medios que nos permitan acceder a una mayor lucidez y lograr en nosotros mismos y con los demás, más armonía y más amistad, para asegurar una cierta perfección de nuestro conocimiento y de nuestro ser. Para algunos es la iluminación, para otros, simplemente lucidez.

 

La iniciación no es ni puede ser un fin en sí misma, un logro. Es, como indica la etimología, sólo un comienzo, un inicio. Nos permite “entrar en el camino”, pero es de nosotros “seguir el camino”, pasar de la iniciación virtual a la iniciación real. Porque depende sólo de nosotros, ciertamente apoyados por los Maestros Masones de la Logia, instruidos por la reflexión sobre los símbolos y la práctica del ritual, depende sólo de nosotros construir nuestro camino y seguirlo, para transformar una promesa y una esperanza en una realidad, en una verdad. Porque la dignidad del hombre es buscar la verdad. Es a través de la verdad que somos liberados de toda idolatría, es la verdad la que nos hará libres. Pero la verdad que la iniciación masónica nos permite esperar no es una verdad religiosa transmitida por una revelación, no es todavía una verdad de tipo científico, de tipo medible y objetivable y, por tanto, susceptible de ser transmitida por el canal de la enseñanza doctrinal y libresca. Se trata de una búsqueda, de un acercamiento, de una experiencia vivida en libertad: a cada uno de nosotros le toca conducirse según una verdad que no podemos aprender de los demás, sino que nosotros mismos debemos aprender a redescubrir o reconstruir.

 

Añadamos que esta iniciación en el Rito Escocés incluye un cierto número de obstáculos y pruebas, ciertamente simbólicos, y que no se llega a ser Aprendiz Masón, luego Compañero y finalmente Maestro sin paciencia, sin trabajo, sin esfuerzo y que es necesario, para alcanzar una cierta forma de sabiduría, podemos decir que la iniciación es la "guía hacia  Dios, en compañía de los hermanos masones  y del Tiempo porque por del Gran Arquitecto del Universo se inventarán todas las cosas latentes".

          

No hay sociedad ni institución que pueda vivir sin principios y reglas. Lo mismo ocurre con la masonería. La Regla Masónica, los Principios de la Masonería se basan, a nuestro entender, en tres ideas fundamentales. En primer lugar, la del reconocimiento de una verdad universal que ilumina a todos los Seres Humanos  y que sigue siendo el objetivo de su investigación. Luego, la de una libertad que habita en la consciencia objetiva de cada hombre en esta búsqueda de la verdad. Por esencia y por definición, el hombre es un ser libre, potencialmente libre, y quitarle esta libertad es mutilarlo y negar su naturaleza esencial. Así, la masonería afirma al mismo tiempo la durabilidad y universalidad de la verdad y la libertad de su investigación. Pero esta verdad no puede descubrirse inmediatamente. Se presupone un mediador o mediadores: estos están constituidos por los símbolos y la reflexión que cada masón realiza sobre estos símbolos. Esta búsqueda de la verdad implica paciencia, esfuerzo libremente consentido y el trabajo incansable del masón. Esta investigación y estos esfuerzos no pueden ser solitarios, sino que sólo pueden realizarse con otros masones y masonas, en diálogo constructivo, en un espíritu de amistad y de fraternidad. Verdad, Libertad, Fraternidad, estas son las ideas claves que caracterizan y definen la Idea Masónica. Si el mundo en que vivimos hoy nos parece la mayoría de las veces un completo desconcierto intelectual y moral, es porque el hombre de nuestras civilizaciones ha perdido, o parece perder cada vez más, la vocación de la verdad, el sentido de la libertad y el de la fraternidad. Esta búsqueda incansable de la verdad a través de la libre conciencia del hombre y en el espíritu fraternal, ésta, nos parece, es la Regla fundamental a la que se ordena el pensamiento del masón. Esta regla tiene para él un carácter intangible, incluso diríamos sagrado, como todo lo que toca a la persona humana.

 

Se ha dicho que " la sacralidad religiosa y los pactos jurídicos representan los únicos valores fundamentales que son específicamente humanos ".

Sin embargo, a finales del siglo XIX y principios del XX se produjo un declive del sentido de lo sagrado entre ciertos seres humanos; Y nuestra época ha visto deteriorarse aún más rápidamente el sentido del pacto jurídico y social que permitía, dentro de un cierto consenso, encontrar un equilibrio, ciertamente relativo y a veces precario, pero esencial para la supervivencia de nuestras sociedades. De ahí en adelante, nos inclinaríamos a pensar que en nuestras "civilizaciones mecánicas" nuestra tarea es devolver a los hombres el sentido de lo sagrado, y esto, una vez más, fuera de toda consideración confesional y de toda restricción dogmática, que nuestra tarea es también hacer comprender a nuestros contemporáneos, nuestros hermanos en la humanidad, que, al destruir sistemáticamente los fundamentos de todo pacto jurídico y social, basado en la Razón y en la Ley, corremos el riesgo de destruir nuestras sociedades democráticas, todo lo que hizo valiosa y valiosa nuestra civilización, y por la misma razón, finalmente, al hombre que, imperceptiblemente, regresa al estado de bárbaro y se convertirá en "un lobo para el hombre".

 

En un mundo cada vez más sometido al odio más ciego, a la violencia más absurda y a la barbarie más generalizada, en un mundo que ante nosotros y a pesar nuestro parece cada vez más desmoronarse y romperse, donde no sólo el desorden sino también la oscuridad invade la conciencia de los hombres y hace de nuestros contemporáneos un ser con el alma vacía y desesperada, donde “el desierto” crece inexorablemente, ¿qué puede hacer la masonería tradicional? ¿Qué puede hacer la Masonería por la Humanidad? Nada, estaríamos tentados de decir, y sin duda ustedes serían los primeros en sorprenderse, nada, añadiríamos, sí, nada, si esperamos de la Masonería una especie de solución mágica, una solución milagrosa, que resolvería todos nuestros males de manera definitiva y absoluta. Los masones son hombres y mujeres como cualquiera  y, contrariamente a lo que algunos creen, no poseen ningún poder sobrenatural. Pero si no pueden resolver algo inmediatamente, como por arte de magia, pueden proporcionar un método de reflexión y acción que sería el comienzo de una solución.

 

En primer lugar, la masonería puede invitar a los hombres de nuestro tiempo a una toma de conciencia, que también forma parte de su tradición intelectual y cultural. Despertar o despertar la conciencia de los hombres mediante el reconocimiento de ciertas ideas, ciertos valores, reglas, sin los cuales ninguna existencia humana es posible: valores que se llaman libertad, justicia, fraternidad, verdad..., valores estos que el masón está invitado a descubrir y practicar en la propia Logia Masónica. Una invitación, como he intentado mostrar, a la búsqueda de “otra vida” caracterizada por este retorno a la verdadera tradición, a la vida interior y a la elevación espiritual.

 

Porque si la masonería es una institución que, en el pasado y todavía hoy, ha buscado y busca responder a problemas de carácter histórico, temporal, incluido también lo masónico  en lo político y en  lo social, es también una orden iniciática tradicional y universal fundada en la fraternidad y, como orden iniciática, llama al hombre a la búsqueda de otra dimensión de su vida, la de su vida interior, su vida espiritual. En este sentido, responde a las necesidades y demandas del  ser humano del siglo XXI, porque si bien ciertamente necesita bienes materiales, comodidad y riqueza, también necesita algo más, otro tipo de alimento; Tiene sed de otra vida, la del espíritu. Pero en este ámbito como en otros, una vez más la masonería tradicional no pretende ofrecer una solución “prefabricada”, definitiva y lista. Ella nos ofrece un método, un camino, nos invita a una búsqueda, a una indagación, a una conquista, la del hombre finalmente redescubierto en todas sus dimensiones humanas. Nos ofrece un camino, una vía, nos invita a una fe y a una esperanza, la del hombre reconciliado con la naturaleza y el universo, con los demás hombres, sus hermanos, consigo mismo, con el gran Arquitecto del Universo. La Logia Masónica, la Logia justa y perfecta, es el lugar material y espiritual de esta búsqueda, de esta aventura, y es su instrumento y herramienta.

 

Si el ser humano de nuestro tiempo tiene cada vez más la impresión de estar sumido en las tinieblas, y esta palabra designa nuestra vida entendida no sólo simbólicamente sino realmente, es porque ha perdido la memoria de su origen, el sentido de su destino, la verdadera idea de su propio ser. Ya no sabe de dónde viene, ya no sabe a dónde va, ya no sabe lo que es. La Masonería puede permitirle al ser humano  redescubrir su memoria de sus orígenes volviendo a la tradición, el sentido de su destino a través del camino iniciático y la idea de lo que verdaderamente es a través del pensamiento simbólico, para redescubrir y conquistar lo que nuestra tradición y nuestra filosofía nombran tan sencilla y profundamente: la Luz.

Alcoseri


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De: Kadyr Enviado: 14/05/2025 01:42


 
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