Buenas tardes:
Con tú permiso compartiré mi experiencia. Yo no pude núnca controlar mis emociones, pero si aprendí a "verlas venir", me enseñaron a no ser esclava de ellas, a admitirlas, a no ocultarlas pero si a ser honesta con mis malos modales, a no justificarme y a estar dispuesta a pedir disculpas, siempre que así lo requiera la ocasión. Yo sé que núnca seré perfecta (gracias a Dios) pero si podré ser o intentar ser honesta y sobre todo humilde porque estas condiciones no me generan conflictos, mientras las suspicacias, las interpretaciones, las suposiciones y todos los demás "recursos" me han generado culpabilidad, violencia y malas contestaciones.
Si bien es cierto que es algo que se aprende con dedicación e insistencia. Te deseo lo mejor y te animo a que no te defraudes con los cosas que puedas oir y no te gusten.
Un afectuoso saludo

Sigue viniendo.