LA ABOMINACIÓN DE LA DESOLACIÓN,  ¿cómo podemos entender este misterio?...

 

Nos dice el profeta Daniel:

 

"Y se levantarán de su parte tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora". (Daniel 11:31)

 

Y Jesucristo, recordando la abominación de la desolación de la que habló el profeta Daniel, también nos dijo:

"Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.   Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda),  entonces los que estén en Judea, huyan a los montes.  El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa;   y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa".   (MATEO 24:14-18).

 

INTERPRETACIÓN:

 

Son muchas las interpretaciones religiosas que han querido descubrir este misterio, diciéndonos que esta abominación puede ser alguna estatua o alguna señal abominable puesta en los templos..., pero el Señor nos dice "el que lee entienda".   ¿Por qué tiene que entender el que lea?   Jesús nos aclara aquí algo, y es que debemos tener cuidado con las escrituras, pues el Señor, a través de su profeta, nos dice:

 

"Aun la cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la grulla y la golondrina guardan el tiempo de su venida; pero mi pueblo no conoce el juicio de Yavé. ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Yavé está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas" (Jeremías 8:7-8).

 

Y Jesucristo también les dijo a los escribas y fariseos:

 

"Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:
Este pueblo de labios me honra;
Mas su corazón está lejos de mí.
Pues en vano me honran,
Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres". (Mateo 15,7-9)

 

Jesucristo nos vino a enseñar de nuevo la verdadera Ley de Dios cuando los judíos ya no la conocían porque los escribas judíos habían cambiado la Ley en falsedad, y luego mandó a sus discípulos predicar por todos los pueblos solamente el Evangelio para la salvación de todos los hombres, pues así nos dijo:    "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado". (Marcos 16,15-16)

 

Jesucristo nos mandó predicar el Evangelio, que es la verdadera Palabra y la verdadera Ley de Dios, pero los hombres poderosos de los imperios y sus religiones, desde el siglo IV escogieron los libros de la biblia y se los impusieron al mundo diciendo que todo lo escrito en las biblias y todas sus leyes son palabra de Dios.   Pero ¿es esto verdad?   ¿es que el anticristo no actuó?   ¿se quedó dormido?   ¿a caso no cambió la Ley de Dios en falsedad?  ¿acaso no domina sobre muchas religiones?...  

 

El que cree en el Evangelio también tiene que creer que en los tiempos del fin vendrán muchos anticristos poderosos que, usando el Nombre de Cristo ("Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos usando mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán") (Mateo 24:4-5), impondrán religiones que enseñarán "otros evangelios" y arrastrarán a muchos a la confusión. 

 

En las biblias que desde el siglo IV nos han impuesto muchas religiones, hoy nos encontramos con tres "evangelios" diferentes:   uno, son todas las leyes judías del viejo testamento;  otro, es el "evangelio paulinista";  y otro, el Evangelio de Jesucristo.    Los cristianos tienen que realizar hoy más que nunca un gran esfuerzo para examinar todo lo que nos dicen los libros de la biblia a la luz del Evangelio de Jesucristo, pues Jesucristo abolió del viejo testamento todos los preceptos que mandaban esclavizar, hacer daño a las personas y matarlas.   Y los abolió porque no eran preceptos de Dios sino preceptos de los hombres.

 

El Señor no vino a abolir la verdadera Ley de Dios sino los preceptos crueles de los hombres escritos en el viejo testamento.   Y por esto, fue perseguido Jesús, y por esto fue crucificado, porque el Señor se oponía a muchas de las leyes que tenían los judíos escritas en el viejo testamento.   Esta forma de comprender los libros de las biblias escogidos por los hombres y sus religiones desde el siglo IV, no la quieren entender así aquellas religiones que nos imponen la creencia de que todo lo escrito en las biblias y todas sus leyes son palabra de Dios.

 

Imponer a los cristianos leyes que no mandó Dios, como si fueran palabra de Dios, es imponer "evangelios" diferentes a los cristianos es una abominación..., y Jesucristo nos dice:  "el que lee entienda"...   Son muchos los preceptos escritos en los libros judíos y judaizantes de las biblias que combaten contra la misericordiosa Ley de Jesucristo escrita en el Evangelio.  Y en estas leyes de hombres escritas en las biblias que mandan esclavizar, hacer daño a las personas, torturarlas y matarlas, son en las que se justificaron muchos poderosos y dictadores de la Edad Media para imponer sistemas de terror, inquisiciones, castigos, torturas, esclavitud y penas de muerte.  

 

Jesucristo no justifica ninguna de estas abominaciones desoladoras, porque la vida de las personas es sagrada y nadie tiene derecho a hacerse más grande que los demás, ni a dominar sobre los demás, ni a esclavizar a los demás, ni a imponer penas de muerte para matar a las personas.

 

Creo que está bien descubierta en la historia cuál es la abominación de la desolación en el lugar santo.   Como nos dice el Señor, "el que lee entienda".

 

El Señor, antes del Nacimiento de Jesús, nos dijo a través de su profeta que los escribas habían cambiado la Ley en falsedad:  ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Yavé está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas"  (Jeremías 8:7-8).

 

Y después de la predicación de Jesús y de su resurrección, a través del apóstol, el Señor también nos dice que tengamos cuidado con las escrituras y nos sujetemos bien al Evangelio, porque muchos indoctos estaban retorciendo las escrituras.  Pedro, hablando de Pablo y sus cartas, nos dice: 

 

"........casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo". (2ª Pedro 3,15-18)

 

Pedro nos avisa que tengamos cuidado con las cartas de Pablo porque algunas de sus partes ya estaban siendo retorcidas por los inconstantes desde el primer siglo, y nos aconseja que, para no caer en el error de los inicuos, crezcamos en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.

 

El mismo Pablo, sintiendo que muchos retorcerían sus escritos en los años siguientes, avisó a las comunidades cristianas de estos hechos:

 

"Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema". (Gálatas 1,6-9).

 

Y así ocurrió como nos dijo Pablo, pues las cartas atribuidas a Pablo que han llegado hasta nosotros, y que han pasado por las manos judaizantes durante tanto tiempo, recogen varias leyes que no mandó Jesucristo y muchos preceptos que sobrepasan los sencillos y piadosos preceptos que nos entrega Jesucristo en su Evangelio. Por este motivo, muchos han llamado a estas cartas "el evangelio paulinista", para que se cumpla lo que nos dijo Pablo: "Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema".   Las cartas atribuidas a Pablo que nos han impuesto las religiones son un "evangelio" diferente.

 

Todos aquellos que nos dicen que todas las partes del Antiguo Testamento son Palabra de Dios, no tienen en cuenta por lo que murió Jesucristo (para librarnos de muchas de aquellas leyes injustas) E igualmente, todos aquellos que dicen que todas las palabras de las cartas atribuidas a Pablo son palabra de Dios, es que no quieren tener en cuenta el Evangelio de Jesucristo ni su doctrina, pues prefieren imponernos "un evangelio diferente".

 

Muchas religiones nos dices que todo lo escrito en las biblias es palabra de Dios.    Pero algunos escritores famosos, en algunos tiempos sintiendo que no todo es trigo en las biblias, nos dejaron sus comentarios y sentimientos:

 

 En cuanto a las cartas atribuidas a Pablo, Ernest Renan nos dice:

 

"El cristianismo verdadero, el cual durará para siempre, se deriva de los evangelios, no de las epístolas de Pablo. Los escritos de Pablo han sido un peligro y una roca escondida, las causas de los defectos principales de la teología cristiana. San Pablo, de 1869.

 

León Tolstoi nos dice:    La separación entre la doctrina de la vida y la explicación de la vida, comenzó con la proclamación de Pablo, quien no conocía las enseñanzas éticas puestas en el evangelio de Mateo y quien predicó una teoría metafísica-cabalística completamente ajena a Cristo; y se perfeccionó esta separación en el tiempo de Constantino, cuando fue posible revestir toda la organización de la vida pagana en un vestido cristiano, y sin modificarla llamarla «cristianism». Mi Religión, 1884

 

Mahatma Gandhi nos dice: "Delineo una gran distinción entre el sermón del monte y las cartas de Pablo. Son un injerto en la enseñanza de Cristo, su propia glosa aparte de la experiencia propia de Cristo". India Joven, de 1928.

 

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