SAGRADA CONEXIÓN‏‏‏‏‏ - LOS DISCIPULOS DE YAHSHUA DE NAZARET

Poder de Dios, Potencia Crística, Poder del Maestro

CHARLA DE NAVIDAD

Por

Sant Kirpal Singh

Queridos amigos:

Es para mí un placer muy grande dirigirme a ustedes en este día, considerado por los cristianos como el más sagrado. Hoy celebramos el dulce recuerdo del Cristo que se manifestó en el polo humano llamado Jesús.

Millares de hombres nacen diariamente en diversos países, en todas las ciudades; pero no serán muchos los que recordarán su nacimiento o su muerte; sin embargo, las vidas de los Maestros, tan reducidos en número, jamás podrán olvidarse.

Cristo nació como Jesús. Jesús fue el polo humano en el cual el Poder Crístico se manifestó, y el Poder Crístico nunca muere. Una vez que ese Poder tome posesión de nosotros o nos toma bajo su protección, no nos abandona jamás. Cristo dijo: “Yo estaré siempre con vosotros, incluso hasta el fin del mundo”.

Cuando vine aquí en mi última visita, en 1955, la gente me preguntaba: ¿Cuándo volverá Cristo?, y yo les contestaba: ¿Os ha abandonado alguna vez?, y les citaba las palabras: “Yo estaré siempre con vosotros, incluso hasta el fin del mundo”. Si Él no nos ha abandonado, ¿cómo puede entonces presentarse el problema de cuándo ha de retornar? La razón por la cual preguntamos por estas cosas, es que no hemos profundizado suficientemente en el misterio del Cristo.

¿Qué era el Cristo? El poder de Dios aparece de tiempo en tiempo, manifestándose en un polo humano, para guiar a la infantil humanidad por el Sendero de Retorno a Dios. La pregunta es: ¿Quién puede enseñarnos el Sendero de Regreso a Dios? Ningún hijo del hombre puede hacerlo; sólo Dios puede conducirnos a Dios o ponernos en contacto con Él. Él no tiene igual, no tiene hermano, ni padre, ni madre; y ese Dios reside en todos los corazones.

¿Habéis considerado alguna vez, quién es Ese que indica el Sendero de Regreso a Dios, refiriéndose a Sí Mismo con las palabras: “Yo y mi Padre somos Uno”. “Yo soy la Luz”. “Yo soy el Sendero”.

Todos los Maestros dicen que los Maestros encarnados son todos Hijos de Dios, y quienquiera que los siga encuentra a Dios, porque Ellos le ponen en contacto con Dios. Los Maestros han estado viniendo de tiempo en tiempo; y para todo propósito, se presentan como hombres, en lo que se refiere a la parte externa. Nacen de la misma manera y Sus cuerpos están construidos de la misma forma. ¿Cuál es entonces la diferencia entre una personalidad de esa magnitud y el hombre común? Él es, en su Ser, un colaborador en conciencia con el Plan Divino, porque puede ver que es el Padre quien está actuando a través de Él.

Jesús preguntó a sus discípulos: “¿Quién decís vosotros que soy yo?” Y Simón Pedro respondió: “Tú eres el hijo del Dios Viviente”. Jesús replicó: “Ningún poder terreno te ha revelado eso, sino mi Padre que está en los Cielos”. Luego un discípulo comentó: “¡Si nos mostraras al Padre nos sería suficiente!” ¿Qué respondió Jesús? Se mostró indignado y dijo: “¿He estado tanto tiempo con vosotros y sin embargo nunca habéis visto que es el Padre el que opera en Mí?”, y después dijo: “Quienquiera que me ha visto a mí, ha visto al Padre”, y luego: “Nadie llega al Padre si no es por Mí”. Estas afirmaciones han sido tomadas de la Biblia con objeto de dejar su significado en claro.

Cristo es el Poder de Dios, llamado también Poder del Maestro, el cual apareció en el hijo del hombre conocido como Jesús. Durante un discurso que dí el mes pasado en el Templo de Unity en Los Ángeles, expresé estos mismos pensamientos y luego solicité al Ministro que expusiera su opinión, la que yo quería escuchar, no porque estuviera en duda, sino porque los hombres están evolucionando y despertando a la Verdad.

Contestó: “¿Quién es Jesucristo? Pues es el Hijo de Dios, que se ha manifestado al hombre con objeto de enseñarle la forma en que el Padre viviría si fuese hombre. Era Dios en el hombre”. Luego siguió explicando: “Jesús fue la encarnación transcendental de Dios”. Continuó: “¿Cuál es la diferencia entre Jesús y el Cristo? Jesús es el hombre nacido que manifestó con mayor perfección al Cristo en Sí mismo, y el Cristo es la Naturaleza Divina de este Hombre-Dios. De esta manera, el Ser Humano Espiritual existió mucho antes de Su nacimiento humano”.

¿Comprenden? El Poder Crístico o Poder del Maestro es lo mismo, y se manifiesta a Sí mismo en el polo humano, con objeto de satisfacer las necesidades de Sus criaturas; de aquellas que tienen hambre y sed de Él. Hay alimento para el hambriento y agua para el sediento. Demanda y abastecimiento es la ley de la naturaleza; donde hay fuego, el oxígeno viene en su ayuda. Cuando el hombre siente hambre de Dios en su corazón, Dios se manifiesta en algún polo humano, para guiar a la infantil humanidad. “Ningún hombre conoce al Padre sino a través del Hijo, y sólo aquel a quien el Hijo se Lo revela”.

Como os he dicho anteriormente, este Poder Crístico ha existido desde el principio del mundo, y de tiempo en tiempo, se ha manifestado en el polo humano de diferentes Maestros. Podemos constatar este hecho a través del estudio comparativo de las diversas religiones. En ellas encontramos las mismas enseñanzas expresadas por los Maestros de todas las religiones, y las mismas afirmaciones hechas por todos Ellos.

Durante mi última visita aquí, alguien me dijo que Jesús es el más elevado, ya que había dicho: “Yo y mi Padre somos Uno”. Eso es correcto, le contesté, pero si otros Maestros hubiesen dicho las mismas palabras, ¿Cómo considerarlas?, y a continuación le cité lo que otros Maestros han dicho en Sus propias lenguas y en Sus respectivas épocas.

El quinto Gurú, Arjan dijo: “El Hijo y el Padre están teñidos del mismo color”. “El Padre y el Hijo se han entregado a los mismos asuntos”. El décimo Gurú de los Sikhs expresó: “Dios me ha dicho: Vé, yo te hago mi Hijo para guiar a la infantil humanidad”. Muchos otros han hablado de la misma manera. Hablo de estas cosas para poner en claro que el Cristo existía incluso antes de entrar en el cuerpo sin mácula de la Madre.

Tenemos profunda reverencia por ese Poder Crístico perpetuo, el cual existió antes de Su nacimiento, que continúa después de Él y para la institución del Hijo. Este poder se encuentra en cada corazón, y se revela en un polo humano en el que está manifestado el Poder, nos encuentra y nos da un contacto con Dios. Ningún hijo del hombre, ningún humano puede hacerlo. Solamente el Poder de Dios manifestado en un Polo Humano.

Cuando encontramos estos Polos Humanos, Ellos tienen la capacidad de elevar nuestras almas desde la esclavitud de la mente y de las facultades externas y de concedernos un contacto con el Poder de Dios, internamente.

Así, tenemos la más grande reverencia para todos los Polos Humanos en los cuales el Poder de Cristo se ha manifiestado de tiempo en tiempo. Somos, por lo tanto, muy afortunados por encontrarnos en este día bendito de Navidad.

¿Cuál es el próposito de la celebración de estos nacimientos? El propósito es comprender las enseñanzas de los Maestros, revivir esas enseñanzas y constatar si las estamos viviendo. Benditos sean todos los Maestros. Estamos orgullosos de Ellos. Pero el asunto es: ¿Están Ellos orgullosos de nosotros? La verdadera celebración del natalicio de un gran hombre es comprender Sus enseñanzas y vivir a la altura de ellas.

Jesús dijo: “Porque yo vivo, viviréis también vosotros”. Jesús era capaz de conceder la Vida Eterna. En las Escrituras encontrarán que se expresaba de Sí Mismo como: “Yo soy el Pan de la Vida...”. “Este es el Pan que ha bajado del Cielo...”. “Si cualquiera comiese de este Pan, vivirá para siempre”. Dios es Luz, Dios es Vida, Dios es Amor. ¿Qué era entonces ese Pan de Vida que Él daba?

En otra ocasión, Jesús fue a un pozo para tomar un sorbo de agua. Lo solicitó a la samaritana que llevaba un cántaro sobre su cabeza. A causa de un complejo de inferioridad, ella replicó: “Tu pueblo no tiene trato con nosotros, ¿por qué entonces me pides agua?” Jesús replicó: “Si supieses quién te está pidiendo agua, tú la hubieses pedido, y Yo te habría dado el agua Viviente de Vida. Esa agua que tú llevas calma la sed durante algún tiempo y luego ésta vuelve. Mas el que bebiere de esta Agua de Vida que Yo le daré, no tendrá sed jamás”.

Profundicemos un poco más en el asunto. ¿Quién era el Cristo? Bendito es todo polo humano en el que el Cristo se manifiesta. Se portaba como un hombre, se portaba como Dios. Se comportaba como un hombre común, y en ello estriba Su grandeza. En su gracia, se comportaba de ambas maneras, como hombre y como Dios; y San Juan describe a Jesús como “El Verbo hecho carne y que habitó entre nosotros”.

¿Qué es el Verbo? El Verbo se define como la Palabra que ha hecho todos los cielos. San Juan dijo: “Al comienzo era el Verbo y el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios”. Esta es la causa de la Creación. En los Salmos encontramos: “Tu palabra está asentada en el Cielo”. A esto se refería Jesús al hablar del Pan de Vida que ha venido del Cielo.

¿Qué era esa Palabra o Verbo? y ¿qué es esa manifestación externa de la Palabra, la cual estaba personificada y hecha carne en el polo humano de Jesús? El salmista dijo: “La Palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino”. Jesús lo expresó diciendo: “Yo Soy la Luz del Mundo”.

¿Comprenden ahora cuán grande era Él? Era el Poder de Dios manifestado en un polo humano, y Él tenía gran consideración por ese polo humano en el cual estaba manifestado, pero Jesús siempre hacía una diferencia entre el hijo del hombre y el Dios-Padre presente en Él. Esta no es una distinción peculiar en el caso de Jesús, sino que todos los demás Maestros, Gurú Nanak, Kabir y muchos otros expusieron la misma Verdad en sus propias lenguas.

A causa de que no estamos familiarizados con las enseñanzas de otros Maestros, pensamos tal vez que las enseñanzas de Jesús son la única Verdad. La Verdad, sin embargo, es Una sola. La Verdad está vestida de Luz. La Verdad es Armonía... la música de todas las armonías. Todos los Maestros que vinieron en el pasado se refieren en Sus Escrituras a Ella. Las Escrituras de los Sikhs contienen las mismas afirmaciones: “La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”, que os he citado anteriormente. Dicen que la Palabra se personificó en forma humana, la cual guió a las almas encarnadas y les dio un contacto para regresar a Dios. Tengo gran respeto por todos los polos humanos en los cuales el Poder Crístico habita de tiempo en tiempo.

III

Encontrarán que las enseñanzas de los Maestros son perfectamente específicas. Enseñan en primer lugar que la finalidad más elevada en la vida del hombre, es Dios; y después el mundo... Nosotros, sin embargo, ponemos al mundo primero y a Dios después, y solamente tenemos fe en Dios, si obtenemos de Él cosas mundanas, y si alguna vez, por una razón u otra, no recibimos de Él esas cosas, nuestra fe desaparece.

Jesús dijo: “A menos que el hombre no sea nacido de nuevo, no puede entrar en el Reino de Dios... El Reino de Dios no viene por observación... El Reino de Dios se encuentra dentro de Vosotros”. Al hablar de observación, se refiere a los medios que están relacionados con las facultades externas. Dios es espíritu y tenemos que orar sólo en espíritu. Dios no reside en templos hechos por el hombre, sino en el templo hecho por Dios, que es el cuerpo físico humano. Dentro de ese Templo, Su Hombre-Cuerpo, Jesús dijo: “Porque Yo vivo, viviréis vosotros también”. No se refería a la forma externa que es el hijo del hombre, el cuerpo perceptible, sino al Ser interno que daba Luz y que se encontraba en camino de regreso a Dios a través del Amor.

Dios hizo al hombre a Su imagen y semejanza. Dios es todo Conciencia y Luz, y nosotros somos también hijos de la Luz. Somos entidades conscientes, rodeadas de mente y materia, y somos mantenidos en el cuerpo por el Poder de Dios que nos controla. Mientras ese Poder está en el cuerpo, funcionamos dentro de él. Cuando ese Poder se retira, tenemos que dejar el cuerpo. En igual forma ese Poder está controlando y sustentando a todo el Universo, y cuando se retira, se producen las disoluciones y las grandes disoluciones.

Hay un Creador de este Universo, no se produjo así como así o por sí mismo. Pero el Creador en sí es incambiable, permanente e inmutable, y el mundo creado por Él, siendo de materia, en cambiable e impermanente.

Yo diría que la mejor manera de celebrar el día de Navidad, es celebrar diariamente las vidas de estas grandes luminarias espirituales, con cada movimiento de nuestro aliento. Nosotros no olvidamos o descuidamos las lecciones y enseñanzas que Ellos nos dieron, sino deberíamos de vivirlas diariamente. Deberíamos ver este mismo Poder de Cristo dentro de nosotros. Se encuentra dentro de cada uno de nosotros y debe desarrollarse por medio de la ayuda de cualquiera en Quien Él se haya manifiestado. Llamádlo con el nombre que gustéis.

Jesús enseñó que el Reino de Dios podía obtenerse solamente entrando dentro del cuerpo humano, o sea en el verdadero Templo de Dios (Dios es el Poder Controlador que nos sustenta en el cuerpo). El significado de estas enseñanzas es que mientras estamos en el cuerpo, nos identificamos con éste y con las cosas externas, y como consecuencia nos olvidamos de nuestro ser interno cayendo en la gran ilusión. La atención, que es la expresión externa de nuestra alma, se dispersa por el mundo a través de nuestras facultades externas. Primeramente tenemos que concentrar la atención adentro, y después elevarnos por sobre la conciencia del cuerpo, por encima de los sentidos. Solamente entonces podemos liberarnos del gran engaño de creer que somos el cuerpo, en lugar de saber que somos el habitante de éste. Solamente entonces podemos salir de nuestra ignorancia y conocer que un Poder Superior nos mantiene en el cuerpo.

¿Qué es lo que sucede en el momento de la muerte? La vida se retira desde los pies hasta un punto situado detrás de los ojos, y entonces se produce la obscuridad. Mientras están en vida, pueden aprender a elevarse por encima de los sentidos, a retirarse del exterior a ese punto detrás de los ojos, que es el asiento del alma en el cuerpo, y tener abierto el Ojo Interno. Podrán ver la Luz de Dios que ha sido personificada y llamada Poder Crístico o Poder del Maestro.

Jesús dijo a Nicodemo: “A menos que un hombre sea nacido de nuevo, no podrá ver el Reino de Dios”. Nicodemo dijo entonces: “Señor, soy un hombre viejo, ¿cómo puedo entrar en el vientre de mi madre y ser renacido?” Jesús replicó: “La carne nace de la carne, y el Espíritu nace del Espíritu”.

Nuestro primer nacimiento es en el cuerpo del ser humano, el segundo nacimiento es en el Más Allá, cuando aprendemos a morir mientras estamos en vida. Este nacimiento se conoce como nacimiento en Cristo. Nacimiento en el Poder del Maestro (Gurú) o nacimiento en el Poder de Dios. Deben vivir y morir en el Poder de Dios. Deben nacer en el Cristo o Poder de Dios. El lucir los distintivos externos de ciertas escuelas de pensamiento, o llevar a cabo ciertos ritos o rituales, no los hace nacer en Cristo. Tales prácticas o creencias pueden ser una preparación del terreno para el nacimiento en Cristo. Pero ese nacimiento sólo puede llevarse a cabo cargando diariamiente nuestra cruz. El cuerpo del hombre es la cruz.

Me sentí muy feliz al leer en los diarios de hoy, que el Papa Paulo está realizando un peregrinaje a Jerusalén. Sabemos que Jerusalén es un lugar de peregrinación para todos los cristianos y posiblemente el Papa Paulo es el primer hombre que va a Jerusalén a revivir este recuerdo. Leí que irá a Jerusalén, que cargará una cruz de madera y que recorrerá el mismo camino que un día anduvo Jesús. Estas cosas sirven para recordarnos a las Grandes Personalidades que vinieron al mundo para guiarnos. El hecho de que el profeta Mahoma nació en la Meca es razón suficiente para que cada mahometano ansíe realizar su Hajj o peregrinación a ella. De la misma manera tenemos gran respeto por todos los sitios que vieron nacer a todos los demás Maestros, como un recordatorio de Su venida. Inclinamos nuestras cabezas con respeto ante Ellos, y tratamos de aprender las lecciones enseñadas por estos Maestros. Es una gran desgracia que estos tributos se convirtiesen posteriormente en funciones sociales estereotipadas, convencionales, y que olvidásemos que la verdadera manera de celebrar la vida de un gran hombre, es entender lo que ha enseñado, extraer de ello una lección y tratar de ponerlo en práctica.

Jesús dijo claramente que ningún hombre conoce al Padre, excepto el Hijo y aquel a quien el Hijo se Lo revela. Ese Hijo es la Luz de Dios, la cual es eterna. La institución del Hijo continúa.

La suma de todo lo que tengo que transmitirles es que el Cristo vivió en el cuerpo humano de Jesús, el polo humano en que Él se manifestó. Él reside en cada corazón. Sin embargo, no puede ser realizado por el mero sentimiento o emociones, o por meras acrobacias intelectuales. Es un asunto de ver a Dios, de ver quién es Dios. Jesús dijo: “Yo soy la Luz del Mundo”. ¿Podéis ver esa Luz? La Luz del cuerpo es el Ojo Jesús dijo: “Si tu Ojo es Singular, tu cuerpo estará lleno de Luz”.

¿Cómo los ojos pueden ser uno? Esta es una pregunta práctica que debe ser contestada en forma práctica. Esto ocurre cuando el Ojo Interno, que existe dentro de cada hombre, es abierto. Incluso un hombre ciego, sin ojos para ver lo físico, tiene ese ojo, pero se encuentra cerrado. Sólo podemos ver el Poder de Dios en acción, que es la Luz llamada Cristo, cuando cerramos las puertas del templo de nuestro cuerpo y nuestro ojo se hace uno. Nuestra atención se ha difundido por el mundo externo a través de las puertas corpóreas de nuestros ojos, fosas nasales, oídos, boca, órganos excretorios y los genitales, y se ha identificado con ellos. Tenemos que retirar nuestra atención de lo

externo, entrar en el laboratorio del cuerpo físico, que es el verdadero Templo de Dios, y elevarnos hasta ese punto detrás de los ojos, que es el asiento del alma en el cuerpo. Allí se encuentra la décima puerta en donde los ojos se hacen uno, y donde encontramos la Luz de Dios. Allí vemos al Cristo en expresión.

Esto es un ejemplo de lo que yo entiendo por verdadera celebración, mediante la comprensión de la Personalidad del Maestro y Sus enseñanzas y ponerlas en práctica.

Jesús dijo que debemos obtener el Pan y el Agua de Vida. Este Pan y esta Agua de Vida se encuentran en el verdadero contacto con el Poder de Dios, expresado como Luz y como “Música de las Esferas”. En cualquier polo humano en el que el Poder de Dios se manifieste, ese Poder manifestado tiene la capacidad de elevar nuestra alma atada a la mente y a las facultades externas o identificada con ellas, de abrir el Ojo Interno para ver la Luz de Dios y de abrir el Oído Interno para oír la Voz de Dios. Este es el significado de entrar en contacto con el Poder de Dios, expresado en forma de Luz y Sonido. Este es el verdadero Pan y la verdadera Agua de Vida. Así, cualquier polo humano en que el Poder de Dios se haya manifestado, puede ponernos en contacto con el Pan y el Agua de Vida.

A esto se refiere Gurú Nanak y otros Maestros, quienes dicen que somos afortunados por tener el cuerpo humano y que el propósito de tenerlo es obtener el Pan y el Agua de Vida, el verdadero Elixir de la Vida Eterna. Porque quienquiera que beba de ella, no morirá jamás.

Permaneced en cualquier religión a la que pertenezcáis, pero para obtener el Pan y el Agua de Vida, vayan a un verdadero Maestro, que es el polo humano del Poder de Dios o Potencia Crística. Porque ningún hijo del hombre puede darles esa Vida Eterna. La grandeza del Maestro no consiste en aconsejarlos o indicarles cómo decir oraciones o cómo llevar a cabo ciertos ritos o rituales, -cualquier persona puede hacer eso con un poco de práctica- pero el hecho de proporcionarles una experiencia durante la cual vuestra alma es primero retirada de lo externo y luego elevada por encima de los sentidos. Vuestro Ojo Interno es abierto y pueden ver la Luz de Dios, y el Oído Interno para oír la Voz de Dios. Pueden entonces dar testimonio de que es así.

A través del estudio comparativo de las religiones, encontrarán que esta misma verdad ha sido impartida por prácticamente todos los Maestros, en Sus propias lenguas, naturalmente. En la literatura cristiana encontrarán que San Pablo dice: “Yo muero diariamente”. Otros Maestros dicen: “Aprendan a morir cien veces al día”. Esta muerte es retirar el alma del cuerpo físico y elevarse por encima de él hasta el Más Allá, es decir, hasta el Reino de Dios, en el cual renacerán. “No os asombréis que os diga que tenéis que nacer de nuevo”.

Estas son las enseñanzas dadas de tiempo en tiempo por todos los Maestros. Sin embargo, el poder experimentarlas es realmente la dificultad, siendo que nuestras almas se encuentran bajo el dominio de la mente, y la mente bajo el dominio de las facultades externas. Nos hemos abandonado a los placeres del mundo externo, en forma tan completa, que nos hemos identificado con ellos y permanecemos despiertos en lo externo, pero dormidos en lo interno. Deben saber que el

Poder de Dios es lo que nos está manteniendo en el cuerpo, y si quieren encontrar ese Poder, tienen que invertirse y retirarse hasta ese punto situado detrás de los ojos y contemplar la obscura inmensidad que se extiende ante ustedes. Cuando sean capaces de ver en esta obscuridad, serán también capaces de ver el Poder de Dios en todas partes.

Así es como encontramos al Cristo que habita en nosotros. Lo primero es entrar en el laboratorio del cuerpo humano, el verdadero Templo de Dios. Luego, elevarse por encima de él, hasta dejar atrás todo lo demás y entrar en el Reino de Dios. “Hay muchas habitaciones en la casa de nuestro Padre”. El macrocosmos se encuentra en el microcosmos del cuerpo físico humano, y consta de los planos físico, astral, causal y supercausal; y más allá de estos se encuentran los planos puramente espirituales, la verdadera Morada de nuestro Padre.

El primer paso empieza entonces cuando uno se eleva y vuelve a nacer más allá de la cortina de hierro de este cuerpo físico. Si alguien puede elevarse por sí mismo, es un bendito, pero en caso contrario... tomad en cuenta que incluso en lo que se refiere a asuntos externos se necesita la ayuda de un experto, cuánto más necesario es tenerla en este campo, donde no funcionan las filosofías del mundo ni las facultades externas. ¿No necesitan ahí la ayuda de alguien? Esto lo van a decidir ustedes mismos.

En la terminología de los Maestros, un hombre ciego no es una persona que no tiene ojos, sino aquel cuyo Ojo Interno está cerrado. Perdónenme que les diga esto, pero todo aquel que no ve la Luz de Dios está ciego. Cuando acuden a un Maestro, y éste les concede la experiencia, el Ojo Interno es abierto y entonces logran ver la Luz de Dios internamente; después de esto, son hombres con el Ojo Interno abierto. De la misma manera, el hombre está sordo antes de acudir al Maestro. Cuando el Maestro les da la conexión, empiezan a escuchar la Música de las Esferas y su oído queda abierto.

Estos son los Dones de Dios. La grandeza del Maestro consiste en Su capacidad de concedernos el Pan y el Agua de

la Vida y para ayudarnos a renacer, y abrir el Ojo Interno a la Luz de Dios y el Oído Interno a la Voz de Dios.

Pocas fueron tales Personalidades que han habido en el pasado, e incluso ahora son pocas, pero el mundo no está sin ellas. Toda la humanidad son criaturas de estos Maestros. El mismo Poder o Potencia de Dios o Potencia Crística ha obrado desde el principio del mundo y continúa obrando para aquellas criaturas que sienten hambre y sed por la Verdad. Cuando el hambre y la sed se desarrollan en alguno, Dios, que reside en todos los corazones, hace los arreglos necesarios para conducirlo al punto donde recibirá la ayuda necesaria para entrar en contacto con Su propio Ser. ¿Puede cualquier hijo del hombre hacer esto?

No. Solamente el Dios manifestado en Él, tiene este poder. A esta persona se le llama un Maestro. “Benditos aquellos que pueden ver cosas que los antiguos profetas y hombres de rectitud no pudieron ver; que pueden oír cosas que los antiguos profetas y hombres de rectitud no pudieron oír”. Estas citas de las Escrituras nos hacen ver que nuestros oídos están cerrados, que nuestros ojos están cerrados y que a menos que los sellos sean rotos, no podemos oír la Voz ni ver la Luz de Dios.

A Gurú Nanak, el primer Maestro Sikh, se le preguntó: “Dios reside en cada corazón; pero, ¿quién lo puede ver?” y Él contestó: “Esos ojos que pueden ver la Luz de Dios son diferentes de los ojos de carne”.

Otro Santo, Shamas Tabrez, dijo: “Tenemos que ser capaces de ver a Dios con nuestros propios ojos y tenemos que ser capaces de oír la Voz de Dios con nuestros propios oídos”.

La verdadera definición de un Maestro la dan todos Ellos como aquel que puede hacer audible para vosotros la Música de las Esferas, y puede remover el velo de obscuridad para que vean cuando cierren los ojos y se les revele la Luz de Dios. Esta persona es lo que se llama un Maestro.

Todos los Maestros ordenan una vida de castidad y de control sobre los sentidos externos, como un requisito que lo capacita a uno para seguir Sus enseñanzas. Jesús, en el Sermón de la Montaña, dijo: “Benditos son los puros de corazón, pues ellos verán a Dios”.

Todos los demás Maestros, o los que se han realizado a Sí mismos, han dicho lo mismo; pues Dios es Uno y la Verdad es Una (Si hay diferencias entre nosotros, éstas las han fraguado los hombres, y ello se debe a nuestra falta de experiencia personal de la Verdad. Cristo y otros Maestros se lamentaron de que aunque Ellos podían Ver y dar testimonio de ello, sin embargo, la gente no les creía. Los Maestros Ven, y no sólo hablan, sino que son competentes para darnos una experiencia auténtica).

Se requiere pureza en la vida. Ustedes descubrirán que la castidad significa vida, mientras que la sexualidad conduce a la muerte. Este cuerpo nace de semilla que se descompone, pero nosotros nacemos en el Más Allá, de semilla incorruptible. Deberíamos examinar estas referencias de las Escrituras para encontrar la Verdad.

El cuerpo humano es el más elevado de toda la creación, y benditos somos los que tenemos un cuerpo humano. El más alto fin ante nosotros es conocer a Dios. Dios reside en nosotros; no hay nada que tengamos que añadir desde el exterior.

Las diversas Escrituras existentes contienen registros de las experiencias de los Maestros; sin embargo, nosotros necesitamos a alguien que haya ya tenido estas experiencias y que sea competente para darnos las mismas experiencias: De probar el Pan y de beber el Agua de la Vida por medio de experimentarlas personalmente. Gurú Nanak dijo: “No te engañes por tener una u otra religión. Tú debes seguir las enseñanzas según su sentido original”.

Todas las enseñanzas religiosas se basan en las experiencias espirituales de los Maestros que vinieron de tiempo en tiempo, y el valor y comprensión correctos de esas experiencias pueden obtenerse únicamente de quienes hayan tenido las mismas experiencias. Sentimos el debido respeto hacia todas las Escrituras, pues tienen mayor valor que toneladas de oro y esmeraldas; pero necesitamos a alguien que conozca el camino, y que pueda abrir nuestro Ojo Interno para ver la Luz de Dios.

La vida de Jesús y de todos los demás Maestros, son ejemplos de hombres que pusieron a Dios ante todo. El Reino de Dios se encuentra dentro de vosotros. Pero no pueden obtenerlo por mera observación. Solamente pueden alcanzarlo aprendiendo a morir mientras viven, porque sólo se puede entrar en el Reino cuando renazcan. En el Oriente se dice que se debe nacer dos veces, lo cual viene a ser lo mismo que renacer. El primer nacimiento es en el cuerpo físico, el segundo es en el Más Allá. Los Maestros tuvieron la competencia necesaria para conceder la experiencia de cómo elevarse por encima de la conciencia del cuerpo y enseñaron el sentido del Mantram (repetición de los Nombres de Dios), cuyo significado es elevarse por encima de los cuerpos físico, astral y causal, para ver al Hijo de la Luz -la Luz del Sol- que brilla dentro de ustedes.

Como lo he dicho anteriormente, la pureza es un escalón para llegar hasta Él y lo es también el amor a Dios. El amor mal dirigido, llamado Apego, es la causa de que estemos en el cuerpo y de nuestras repetidas reencarnaciones. Vamos hacia donde estemos apegados, porque esta es la naturaleza del apego. El verdadero amor llamado caridad, se encuentra ya arraigado en vuestra alma, y cuando es dirigida a Dios, se convierte en la verdadera manera de amar. Dios es amor y nuestra alma es amor personificado, y sólo a través del amor se puede regresar a Dios. Todos los Maestros dicen: “Ama a Dios con todo tu corazón, con toda tu fuerza; ama a tu prójimo y ama a la creación”. Podemos volar a los cielos en alas del amor, pero con castidad en nuestra vida.

Se ha dicho de Jesucristo que nació en castidad, sin pecado. Similarmente en el Oriente los Maestros han sido encarnaciones en castidad y de vidas de pureza.

La vida matrimonial no es un obstáculo para la espiritualidad siempre que se la lleve conforme a las Escrituras. Significa tomar un compañero para la vida, que os ha de acompañar en esta estadía terrena en los buenos y en los malos tiempos. El marido y la esposa deben ayudarse mutuamente en la tarea de conocer a Dios y en alcanzar el objetivo más alto de la vida. Puede ser un deber tener hijos, pero tenemos que tomar muy en cuenta que esto no constituye el cien por ciento de nuestros deberes. Las Escrituras dicen que el esposo debe amar a su esposa como Cristo amó a Su Iglesia.

En las vidas de todos los Maestros encontramos dos cosas grandiosas: Ellos tienen contacto con Dios y son el portavoz de Dios. Hablan inspirados por Dios, más bien que desde el nivel intelectual, de las emociones o de los sentimientos. Ellos ven, dicen y os piden realizar también. Dicen: “Siéntense en quietud absoluta, física e intelectualmente, y sabed que sois Dios” (sabiendo que Él está en todos).

Tenemos gran respeto por todos los Maestros, todos aquellos hijos del hombre o polos humanos en los cuales haya operado ese Poder del Maestro o Poder Crístico, y en los que siga operando para guiar a la infantil humanidad. Benditos somos.

Les deseo una feliz Navidad, pero en la forma que les he indicado con la verdadera celebración del Día de Navidad. Tenemos que entender Quiénes fueron los Maestros, Su enseñanza de cómo morir, cómo renacer, de cómo abrir el Ojo Interno y ver la Luz de Dios. Cristo fue la Luz y fue el Sendero.

He tenido un gran placer en presentar a vuestra consideración esta noche de Navidad, verdades que he llegado a conocer por experiencia propia y por el estudio comparativo de las religiones.

Como les he dicho anteriormente, permanezcan en cualquier religión que les plazca. A menos que se sienten a los pies de algún polo humano en el cual esté manifestado el Poder de Dios, el propósito de seguir a una o varias escuelas de pensamiento no habrá servido de nada, porque lo que realmente quieren es Ver a Dios.

Los Maestros no destruyen ninguna religión ni fundan nuevas. Cuando vienen, vienen para todo el mundo. Consideran a todos los hombres por igual, y quieren que resolvamos el misterio del cuerpo humano. Grande es el hombre. Vive en este cuerpo dentro del cual es controlado por Dios; dentro de este microcosmos que es su cuerpo, existe el macrocosmos. Sabemos tanto sobre el mundo externo, pero por falta de personas que tengan experiencia práctica, sabemos poco o nada acerca de nosotros mismos, del gran Don, de la gran Bendición que tenemos en la forma de nuestro cuerpo físico, la oportunidad dorada.

Sois benditos. Permanezcan en cualquier religión a la que pertenezcan, no hay ninguna necesidad de cambiarla, pero sean veraces a ella. Y el ser veraces a ella, de acuerdo con lo mejor de mi conocimiento de las Escrituras, es sentarse a los pies de Alguno que conoce el Sendero.

Sant Kirpal Singh

http://www.paginasprodigy.com/luisafernanda08/podercristico.htm