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| De: Řosa§alvajє (Mensaje original) |
Enviado: 01/08/2010 12:15 |
Ramón, un camionero robusto y fornido, lleva su carga para el interior del país en época de carnaval. El día va transcurriendo a medida que canta su canción:
"Yo soy Ramón, el más machón y manejo este camión..."
Entre canto y canto, advierte que una monja está haciendo autostop. Se detiene, y la religiosa sube al camión. Él sigue cantando su canción, cuando aquella le propone que hagan el amor. Ramón, siempre dispuesto, accede.
La hermana le pide a Ramón que mejor lo hagan por detrás, ya que por delante la revisan al llegar convento. Sin problema, aquel acepta. Después de apañarse por un rato, suben de nuevo al camión y Ramón, más melodioso que nunca, continúa:
"Yo soy Ramón, el más machón y manejo este camión..."
Espontáneamente, la monja corea a Ramón y comienza a cantar:
"Yo soy Pascual, homosexual y me disfrazo en carnaval..." |
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Como parte de su formación, unos estudiantes de agronomía realizan una práctica en un desolado terreno. El profesor comienza con la clase:
"Bien, alumnos, esta es una tierra arcillosa y muy seca. Tiene bastantes plagas y mucha concentración de sal; cuando llueve, llueve tanto que arrastra las cosechas que hay plantadas. El sol es muy fuerte en esta época, por lo que si se riega poco, el agua no penetra la tierra porque se seca antes; además, el suelo está lleno de piedras. ¿Qué recomiendan que plantemos aquí?"
Se hace un largo silencio hasta que alguien contesta:
"¿Un poste de teléfonos?" |
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| A Manolo le encantaba la pesca en hielo, por lo que un día decide hacerlo después de mucho tiempo.
En cuanto llegó al lugar, se instaló cómodamente y abrió un hoyo en el hielo; después y procedió a introducir el cordel del hilo de pesca. Tras uno cuantos minutos de espera, decidió cambiarse de lugar. Al haber pasado cerca de media hora en espera de peces, se escucho una voz que decía:
"Allí no hay peces".
Ignorando esto, Manolo continuó pescando. Un rato después, se escuchó nuevamente aquella voz:
"He dicho que allí no hay peces".
Desconcertado, el tontilandés suelta:
"¿Acaso será Dios quien me habla?"
"¡No, imbécil, sólo soy el encargado de esta pista de hielo!", responde la voz.
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La ricachona de la ciudad invita al doctor del pueblo a una recepción en su casa. Él asiste y, justo, le tuvo que tocar junto a una vieja preguntona.
"¡Así que Ud. es el doctor Daniel!"
"Para servirle. Y espero que no".
"He escuchado que Ud. ha trabajado en el hospital del barrio de la gente de mala muerte".
"Y no le han mentido, señora".
"¡Por el lugar en el que está situado y por la gente que lo rodea, muchos de sus casos deben ser por accidentes!"
"¡Es probable, estoy en la sala de maternidad!" |
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El padre le dice a sus hijos:
"Si me prometéis no fumar hasta cumplir los veintiún años, os daré cien mil pesetas en ese día".
La hija mayor, que tiene diecisiete años, recibe la noticia con entusiasmo:
"¡Cien mil pesetas! ¡Te lo prometo, papá!"
El segundo, que ha cumplido quince años, dice:
"Tendré que pensármelo; me falta mucho para llegar a los veintiuno".
El padre se dirige al menor, de diez, que escucha preocupado.
"¿Y tú, Daniel, que dices?"
"¡Lástima, papá! ¿Por qué no me lo ofreciste antes?" |
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Manolo y Venancio entran al cine a ver Apolo 13. En el momento crucial, el actor principal dice:
"Houston, tenemos un problema..."
Y Venancio le murmura a Manolo:
"¡Cómo no van a tener un problema si viene piloteando Forrest Gump!" |
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Papá caníbal y su pequeño caminan por la selva. En eso, pasa un avión y el antropofaguito, sorprendido, le pregunta:
"Papá, papá, ¿Qué es eso?"
"¡Ah, mi querubín, eso ser un pájaro volador de acero!"
"¿Y eso se come, papi?"
"Sólo lo de adentro mi hijo, sólo lo de adentro". |
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Desde el bosque, Venancio y su mula, cargada con dos guacales en cada costado, se dirigen al pueblo más cercano. Como la noche los sorprende, el hombre decide amarrar al animal de un árbol, y él decide acostarse a un lado. Durante la noche, unos ladrones se roban la mula y a Venancio le amarran los guacales. Al amanecer, espantado, busca a su animal de carga:
"¿Y la mula?"
Pero al sentir los guacales, exclama:
"Si yo soy la mula, ¿dónde está Venancio?" |
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Una mujer llega a su casa y encuentra a su marido y a su comadre haciendo el amor. Ofendida, se va corriendo con su compadre y le cuenta lo que vio; decidida a desquitarse, le sugiere al tipo:
"Compadre, puesto que nos están engañando hay que vengarnos".
Entonces, empiezan a hacer el amor una y otra vez. Veinte minutos después, le dice la comadre:
"¿Nos volvemos a vengar compadre?"
"Hoy ya no, comadre, se me acabó el rencor". |
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Un mensajero toca la puerta de la casa de Bonifacio. El hijo de éste abre.
"Buenos días. Busco al señor Bonifacio Pérez de parte de Cobros Atrasados, S.A.".
"Mi papá no está", dice el muchacho.
"¿Y tu mamá?"
"Ella también está escondida". |
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Terminado el acto sexual, la chica, dulce y relajadamente, se dirige al galán:
"¿Después de la boda, me vas a hacer el amor con la misma pasión?"
"Es probable. Siempre tuve pasión por las mujeres casadas", responde con reticencia el tipo. |
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Parte plaza en Madrid el gran torero Manolo con toda su cuadrilla atrás de él. Va con su soberbio caminar sosteniendo con el brazo izquierdo su muleta. En ese momento un aire le tumba la montera de la cabeza y para no perder la compostura le tira el agarrón por la espalda con su mano derecha y sigue su marcha. En eso, oye al muletero decir:
"¡Suete, matadooo!"
"¡Gracia, muetero!"
Vuelve a escuchar:
"¡Suete, matadooo!"
"¡Gracia, muetero!"
Por tercera vez escucha:
"¡Suete, matadooo!"
"¿Pero, po qué tanta suerte, muetero?"
"No le estoy diciendo: suerte, matador. ¡Le digo suelte que me trae agarrado de los cojones!" |
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Está un tío todo triste en el trabajo. Preocupado el jefe se le acerca:
"¿Qué le pasa, Peláez?"
"Bueno, en fin... que voy a ser padre dentro de poco".
"Pero, bueno, ¡felicidades! ¿Y a qué viene esa cara de funeral?"
"Verá, cuando se entere mi mujer..." |
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Con la voz ronca por las ansias, el novio dice a la novia:
"¡Ándale, Elena, desvístete mi reina!"
"¿Q-Qué me queeé?"
"¡Qué te encueres! ¿Acaso no estamos ya casados?"
"Sí, pero... ¡todavía estamos en la sacristía!" |
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Llega un señor a la farmacia y le dice al que atiende:
“Señor, deme 400 condones”
“¡¿400 condones?!”
“Sí”.
“Pues mejor se lo enmico”. |
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Llega un madrileño a Cádiz y le pregunta a un tío que va por la calle:
"¿Sabe dónde hay una papelería?"
"Aquí en la esquina hay una pero le aconsejo que no vaya".
"¿Por qué?", pregunta intrigado el viajero.
"Porque la dependienta es muy pesada; pero tiene otra dos calles más abajo".
El de Madrid se lo piensa y dice:
"Para que voy a ir a la otra que está más lejos teniendo ésta más cerca".
Entra en la papelería y se dirige a la dependienta:
"Señora, deme un bloc".
"¿Lo quiere Ud. de muelle o de anillas?"
"Me da igual: yo quiero un bloc".
"¿Lo quiere cuadriculado o de rayas?"
"Me da igual: deme un bloc cualquiera".
"¿Lo quiere con las pastas rosa o azul; según sea para niño o niña?"
En eso, entra un tipo con un excusado a cuestas dirigiéndose a la dependienta:
"El culo se lo enseñe ayer; el excusado donde cago es éste y el papel que quiero es aquél". |
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