Santiago dice que a nadie se le permite culpar a Dios por la tentación, “porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie”. De hecho Dios es el dador de “toda buena dádiva y todo don perfecto” como lo dice el mismo apóstol. El no es capaz de pecar o de ser el autor del pecado, porque “Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él” (1Juan 1.5). Dios hizo todas las cosas, y las hizo buenas–con todo, el mal existe, y Dios no es el autor del mal. El mal existe y Dios no es el autor del mal, entonces dios no es el autor de todo, el autor del mal es el dios del mal, se le puede llamar satan, por lo tanto, satan es lo contrario a dios, dios no es todopoderoso

El hombre natural e incrédulo no se atreve a reconocer la soberanía de un buen Dios, sabiendo desde luego que el mal existe. Dado el mal manifiesto en el mundo, muchos incrédulos concluyen que Dios tiene que ser el autor del pecado y del mal mismo; o que tiene que ser impotente para detener el mal no estando así a cargo de este mundo; surgiendo así más explicaciones erróneas y quejas disparatadas. Pues el mundo es un desorden y no hay quien ponga orden, es como un pais con un gobierno corrupto

 

No es que Judas mismo estuviera predestinado por Dios para que fuese malo. Jehová ya conocía el modus operandi del maligno y lo que sucedería, desde luego.

Es como decir que Dios no tiene autoridad moral para traer el día de su ira sobre los malos, ya que pronosticó que en los días finales la maldad aumentaría en el mundo.

Si la maldad aumenta en el mundo es porque el maligno le está ganando la batalla a Dios, bonito consuelo es ese, tener un Dios que no nos protege