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[ REQUΊEM ]: + Leliann Deville + { Imperfect rash heart }
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: мαяcelιииe  (Mensaje original) Enviado: 28/08/2013 09:07



                                                           Leliann DeVille 
                                                           Humana noble - 19 años 

Sought, beloved and desired, sweet little thing.

El Sr. y la Sra. DeVille llevaban casados muchos años cuando, en los momentos de mayor desesperanza, recibieron la noticia de que un pequeño fruto de vida estaba formándose en el vientre de la mujer. Aquella noticia invadió la Mansión Deville de una gran felicidad y jolgorio, fortalenciendo de amor a aquel matrimonio, que siempre había sido ejemplar. Llevaban tanto tiempo buscando consolidar su amor a través de un hijo, que recibir la noticia al principio pareció como un sueño. El generoso Sr. Deville y la adorable Sra., por fin se convertirían en padres de una hermosa y deseada bebé.

Sin embargo, entrados los meses el embarazo se volvió levemente riesgoso para la mujer, quién desde la juventud era de una salud frágil. A pesar de eso, ella quiso continuar y traer a su bebé al mundo, para darle a su amado marido una eterna compañía si ella no podía seguir con su vida.

Así fue como un bello atardecer de noviembre nació Jane Leliann Deville, apodada por siempre Leliann, ya que su primer nombre era en honor a su madre; que a pesar de haber sobrivivido al parto, vivió apenas siete meses más con mucha dificultad hasta que un buen día dejó de respirar.

Leliann también había nacido con ciertos riesgos, pero al contrario de la salud de su madre que con el paso del tiempo iba deteriorándose, la suya en cambio se fortalecía cada vez más y más, convirtiéndola en un rayo de luz y fortaleza para su padre, quien debió encargarse de su crianza por su cuenta.

 

"I know I wasn't what they had expected"

Leliann creció desde su tierna infancia bajo el cuidado de un vampiro-sirviente nuevo, el cual había sido elegido por su madre especialmente para la beba. Su padre no había estado de acuerdo al principio en tomar a ese vampiro, su mirada era… De cierta forma, fría. Sin embargo, la Sra. Deville insistió en que ese debía ser el sirviente que protegiera a su hija, y así fue. Su nombre era Evan.

Después de la muerte de la Sra. Deville, el Sr. sufrió una grave recaída en su autoestima, sirviéndose siempre de la ayuda y compañía de su vampira-sirviente en cada cosa que hacía con la pequeña, pues temía cometer errores, lastimarla o no saber cómo reaccionar ante sus repentinos llantos y demás. Hasta que de a poco, el hombre encontró en la pequeña Leliann a un ser maravilloso capaz de iluminar cualquiera de sus días grises. Así, mientras Leliann crecía formaron un gran lazo de unión, él la amaba y ella lo amaba a él…

A pesar de esto, la pequeña Leliann mostró desde su tierna infancia que no era la pequeña dulce y tranquila niña que sus padres esperaban; tenía reacciones de gran euforia y otras de grandes enojos, dejándose llevar por su ira o por su alegría con total facilidad sin poder comportarse como una señorita debe hacerlo en la sociedad. La etiqueta la aburría, sus clases de comportamiento también, prefería pasarse el día corriendo, jugando, riendo o saltando que quedarse encerrada dentro de la mansión a estudiar. Así fue como llegada su adolescencia comenzaron sus intentos de escapar.

Comenzó a intentar a escapar a los catorce años, una tarde en una fiesta aburridísima de té a la que su padre le había obligado asistir. Aquellas reuniones de nobles la hostigaban sobremanera por dos razones:

-Número 1: Todos eran estirados, serios y aburridos señoritos.

-Número 2: Leliann no tenía amigos de su edad.

Puesto que su padre se había esforzado lo más que pudo en criarla el solo, también se convirtió en un hombre reservado, preocupado y obstinado. Y muy temeroso, temía siempre por la vida de Leliann, temía cuando ella salía a cabalgar, temía que saltara sobre las hojas caídas del otoño, que se arrojara a la piscina haciendo saltos o diera demasiadas vueltas sobre su eje… En definitiva temía que su pequeña y dulce Leliann pudiera, de un momento para el otro, desaparecer de su vista. Por eso se esforzó doblemente en crearle una especial jaula de cristal, haciéndola estudiar en casa y proporcionándole todos los deseos que un niño puede querer pero asegurándose de mantenerla cerca y controlada, ya que sabía del espíritu aventurero de la niña y lo consideraba muy peligroso para su salud. Era aquello también de que la niña le recordaba tanto a su fallecida esposa, que su corazón daba vuelcos cada vez que la veía haciendo cosas que a su vista eran peligrosas.

Entonces, Leliann se crió entre vampiros y gente adulta, convirtiéndose así en una señorita que creía tener todas las respuestas ya que “debía siempre parecer una adulta para estar entre adultos” (aunque nunca dejaran de verla como una niña). Desde su adolescencia creó una especial admiración por los vampiros, desde su cuidador Evan hasta el resto de los vampiros que poblaban la casa.

En fin, comenzó a intentar escapar desde los catorce años. Nunca le dio resultados ya que Evan siempre le pisaba los talones y la llevaba de regreso a la mansión, excepto una vez que logró perderlo de vista pero no permaneció fuera más de un par de horas pues para su propia decepción descubrió que no tenía cómo independizarse como ella deseaba.

Así, Leliann pasó de una adolescente “problemática” a una mujercita algo disparatada pero que lucha siempre por controlar sus fuertes impulsos. Desarrolló un gran sentido de la ironía gracias a sus lecturas de “adulta”, jugando siempre con ella a favor o encontra, ignorándola o portenciandola según le parezca más divertido.

Como aun conserva su espíritu adolescente, siente que quizás algún día realmente pueda revolucionarse de aquella conservadora forma de vivir que la sociedad noble le impone, le gusta soñar que algún dia será libre como lo desea y podrá decidir su propio destino, mientras tanto acepta a regañadientes las decisiones que su padre (creyendo que hace lo mejor por ella) toma a su costa, considerando también que es un hombre algo grande y suele estar delicado de salud, por lo que no quiere perjudicarlo.

Es soñadora y vive de ilusiones pues aun no ha descubierto realmente lo que es “el mundo real”, aunque le disguste sigue encapsulada en ese mundo de cristal que su padre le ha creado. Es algo haragana aunque le gustan las caminatas, nadar y todo tipo de deportes que parezcan un juego. Es pispireta y actoral, le gusta dramatizar las cosas si se divierte con eso, saldrá con cualquier respuesta que le parezca sin pensar en cómo la otra persona podrá tomarsela, resulta sincera hasta la desubicación en muchas ocasiones y tiene dificultades para preservar sus modales de etiqueta que le exige su posición.

Puede resultar un tanto caprichosa, a veces aniñada, pero en verdad es muy desconfiada, reservada y celosa. Actúa sin egoísmos ni superficialidades, pero lo hace con desparpajo y obstinación. Se cree valiente y a veces resulta atrevida para una joven de su edad y posición, pues no suele considerar los riesgos de sus acciones; le gusta tomar cartas en el asunto y decidir rápidamente, solucionar los problemas, y no huir de ellos.

De ésta forma, Leliann demostró no ser la pequeña dulce niña calmada que su padre esperaba, sino mucho más que eso…

 

Feelings can not be controlled

Sus emociones siempre la atraviesan fugaz y fuertemente, por lo que es difícil para ella no decir como se siente o demostrarlo, no teme tocar, abrazar o besar si siente que debe o quiere hacerlo. Es realmente afectuosa, pero solo con muy pocas personas, volviéndose algo vergonzosa o tímida con los extraños.

Su experiencia es tan escasa que la hacen una inexperta pura y desprejuiciada en cuestiones del amor, pues desconoce qué cosas acaso estarán bien o mal.

Desde pequeña siempre hizo cosas muy tontas por Evan, algunas que ya no recuerda, como regalarle dibujos, dulces que le regalaban a ella o tonterías así, pues creía que él se sentía mal sirviéndola, asi que se esforzaba por demostrarle que en realidad eran iguales, sin jerarquía. De esta forma mostró siempre respeto por los sirvientes, humanos o vampiros, tratándolos casi familiarmente y con cordialidad, como deseaba ser tratada, sin hacer preferencias entre los nobles y los vampiros. Esta cualidad era algo que su padre admiraba enormemente y a la vez temía, pues sabía que los nobles siempre la marcarían de saber cómo se comportaba y no aceptarían su actitud. Sin embargo, era apenas una muestra del gran corazón de la niña, a la cual dejaron lentamente de importarle las opiniones ajenas, excepto las familiares.

Su vínculo con su sirviente atravesó muchas etapas diferentes, pero finalmente mostró la verdadera cara: el amor. Leliann estuvo secretamente enamorada de su sirviente durante muchos años, jamás ningún humano noble que se le presentó le resulto mínimamente interesante o deseable para formar una relación, tanto como Evan.

Ahora, a sus diecinueve años, ha sido pactado su compromiso con Killian Lowell, el hijo de un ex socio de su padre, heredero de todo el imperio Lowell de finanzas. Un gran pretendiente, tan grande como oscuro, con el cual Leliann no desea contraer matrimonio, pero no ve otra solución… 



 



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