El no parecía dispuesto a hablar demasiado, sobre todo sobre Sakura, o cualquier chica por la que Erin preguntara. Qué novedad... pensó con gracia la pelirosa. -Creo querida Erin que no podre ser tu entretenimiento de esta noches, pues no tengo nada que decir respecto a esa chica... -acabó por decir él con solemnidad. Erin resopló al tiempo que rodaba los ojos. -No estoy tan de acuerdo -respondió con media sonrisa, sabiendo que Lennart escondía más cosas de las que podría ella siquiera imaginar... Bueno, aunque pensandolo bien, no era el único que ocultaba sus cosas, ella misma tenía esa costumbre, por eso no insistía demasiado cuando él daba por terminado un tema en cuestión. 
Sin embargo, a pesar de que creía que el tema había terminado, el detuvo su paso haciendo que ella lo imitara. Pero no fue aquello lo que la tomó por sorpresa sino más bien la rapidez con la que él ahora estaba a escasos centímetros tomándola de la cintura, y no contento con eso, se tomaba la libertad de acariciar con la suavidad de sus manos su mejilla. -A caso tu... Estas celosa? Erin... -Quién pudiera creer que a pesar de la gran fuerza que el hombre demostraba tener, su tacto podía ser igual de suave que una pluma. Lo había comprobado mucho antes con sorpresa cuando había tenido que actuar junto a él en escenas más que intimas. Sin embargo, aquello era actuacion, ¿pero ésto? -Len... -Erin alcanzó a nombrarlo suavemente con cierto desconcierto y sorpresa, sin comprender su cambio de actitud, pero poco a poco fue entrecerrando sus ojos con cierta suspicacia y comenzo a pensar que él estaba trantado de tomarle el pelo ¡y en medio de la calle, donde cualquier fotógrafo podría verlo!. -Ya quisieras, fortachón -Dijo entonces en un murmullo con una sonrisa entre divertida y sarcástica. -Ahora, por favor, suéltame, que estamos haciendo una escena y ésto no es un estudio de televisión -terminó por susurrar cerca de su oído dispuesta luego a alejarse de él como si nada hubiera ocurrido pero con una sonrisa entretenida en los labios, como orgullosa de no haber caído ante sus encantos de los cuales solía fanfarronear, a costa de que cada mujer que deseara cayera ante él.

El chico la imitó, alejándose un poco nuevamente sin embargo la distancia sólo duro un momento, pues después de ofrecer ir a tomar un café ya la había tomado nuevamente de la mano. Erin sonrió levemente con un poco de gracia por las actitudes de su amigo; su mirada era fría la mayor parte del tiempo sin embargo era más demostrativo de lo que parecía querer mostrarse, al menos con ella, casi siempre tenían la confianza de acercarse y tener contacto físico mucho más que con cualquier otra persona. -No tienes trabajo que hacer, ¿verdad? ¿Pasarás la tarde conmigo, Erin? -preguntó entonces el mientras caminaban, de seguro hacia la cafetería de siempre, terminando por dibujar una media sonrisa que la chica no terminó de comprender. -No -negó ella con la cabeza-.Por lo que me queda del día estoy libre -sonrió con alegría mientras alzaba el brazo libre como si celebrara el poco tiempo libre del que disponía. -Pero tú tendrás que regresar, ¿no es así? ¿O piensas escabullirte del trabajo? -Preguntó con media sonrisa y alzando una ceja, como si se burlara un poco de sus horarios tan liberales. -Salvo que ya hayas hecho planes de encontrarte con... no sé... cierta jovencita -Habían llegado a la puerta del Café cuando Erin se detuvo, formulando la frase como si tratara de disimular a quién se refería (Sakura) aunque sin hacerlo realmente, mientras terminaba parpadeando con cierta insistencia al final pretendiendo inocencia, aunque sabía perfectamente que Lennart comprendería a lo que quería llegar y su broma. -Comienzo a pensar que el hecho de que elijas niñas con el cabello rosa es una clara muestra de tu inconsciente tratando de decirte que tan enamorado estas de mí -La cereza del pastel fue la broma que dejó escapar al final riendo suavemente mientras entraba sin más al local y se dirigía a la mesa en la que acostumbraran sentarse ellos.


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Como siempre, Lennart se comportaba como un perfecto caballero... Al menos, la mayor parte de las veces. -Vaya, qué puedo decir... Me has descubierto -Él se había sentado mientras parecía burlarse un poco de ella con una sonrisa sarcástica, haciendo que Erin lo mirara con atención divertida con su reacción. Él alzó la mano para llamar a la mesera mientras se veía en sus perfectos ojos azules un brillo particular. -Y dime, ¿qué haremos al respecto? ¿Tengo que seducirte? -ofreció él, aunque su ultima frase no sonó tanto a pregunta como hubiera debido. Erin tuvo que reir ante sus comentarios, no pudo evitarlo, y es que a veces Lennart le parecía mucho más gracioso incluso de lo que él mismo intentaba ser. Negó un poco con su cabeza como si no terminara de creer su atrevimiento sin quitar la sonrisa divertida, para luego seguir el hilo encogiendose de hombros como si le restara importancia antes de suspirar levemente. -Claro, siempre puedes intentarlo, Len -Le dedicó una sonrisa más mientras la joven mesera se acercaba a ellos y les ofrecía la carta, para luego Erin bajar la mirada a la misma. 
A veces los límites de su amistad se veían un poco borroso, sin embargo Erin sabía que dirigiendose con humor ninguno de los dos se ofendería de lo que el otro pudiera decir. -¿Qué querras hoy, piensas innovar? -preguntó más tarde mientras pasaba las hojas de la carta tratando de decidir qué encargar ella misma. Apoyó el dedo índice en su mejilla con gesto pensativo al susurrar. -Creo que querré algo dulce... -Alzó la vista entonces viendo que la mesera nuevamente se colocaba frente a ellos esperando su pedido. -Sí, yo pediré un refresco de naranja y quiero un pastelito de crema -Cerró la carta con determinación y una sonrisa al tener tan clara su decisión ahora. La chica la miró con cierta sorpresa, como si la reconociera y no pudiera creer que una modelo se pidiera eso.

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