Aquella era la primer noche de fin de semana después de un muy largo tiempo en la cual no tenía un estúpido evento al cual asistir, lo que significaba para ella poder dedicarse plenamente a su tarea... saber en qué condiciones estaba la ciudad desde la última vez que habia salido en busca de un vampiro. Sin embargo, esa noche no tenía deseos de enfrentarse a nadie y mucho menos salir de su habitación, por lo que decidió permitirse un día de descanso, en el cual poder acostarse temprano y descansar tanto como quisiera. Había conciliado levemente el sueño, pues apenas podía dormir normalmente, cuando sintió a Miu (su gatita) moverse por la cama, lo cual era extraño pues solía dormir profundamente y sino se iba por ahí a quién sabe dónde.. -Miu, quieta -Dijo entredormida, girandose hacia la derecha para acomodarse sin siquiera abrir sus ojos. Pero entonces Miu maulló y ella estaba a punto de callarla cuando un estruendo proveniente de su habitación la hizo abrir los ojos con rapidez y ponerse "en guardia". ¿Dónde diablos tenía su daga cuando la necesitaba? En la oscuridad no podía buscarla... -Yo no fui -Oyó una suave voz masculina que la hizo temer. Si corría hasta la cocina conseguiría un cuchillo bien afilado y no tendría que buscar su daga... Mmm... 
Salió lentamente de la cama y encendió su luz de noche, aun en posición defensiva, hasta que vió los trozos de cerámica en el suelo y el cuerpo de un muchacho junto a ellos. Se levantó de la cama sin siquiera colocarse su bata o algo, simplemente con su pijama que contra todo pronóstico no era una fina lencería ni nada especialmente sensual, era más bien cómodo, una remera de breteles finos y un short. Se acercó a él pues temía que hubiera muerto, se lo veía en muy mal estado y ensangrentado. ¿Por qué tenian que pasarle a ella esas cosas extrañas? -Ya está aquí terminé y no deje testamento... -Algo en su voz calmó un poco la preocupación de Erin, no parecía una gran amenaza y además estaba malherido, ¿qué podría hacerle? -¿Quién eres? Ni siquiera un ladrón puede ser tan torpe... -Dijo fleccionando las rodillas para acercarse un poco y poder verlo mejor, pero sin estar extremadamente cerca. Miu como toda gata protectora se abalanzó en cuanto Erin se acercó a él, comenzando a atacarlo con sus pequeñas pezuñas. -No, Miu, no hagas eso! No dejes tus huellas en él o creeran que tuvimos algo que ver con esto -Tomo a la gata de encima de el chico y volvió a dejarla sobre la cama, a lo cual la misma pareció mirarla asesinamente mientras se acostaba de forma magistral como si la cama le perteneciera. Erin hizo todos esos movimientos tratando de pensar qué hacer con la situación que tenía en el piso, pero como buena samaritana decidió hacer la correcto y ayudarlo, se lo veía lastimado y en ese estado no podría causar tantas molestias, además comenzaba a ver brotar la sangre de él. -Ven, te sacaré de aquí antes de que comiences a manchar toda mi alfombra -Parecía malhumorada en su actitud pero no era más que su forma de reaccionar a semejante espectaculo. Se acercó a el joven y levantandolo con todo el esfuerzo del mundo consiguio que se colgara de sus hombros; ella rodeo su cintura sosteniendolo bien para que pudiera caminar mejor y le dirigió una rápida mirada. -¿Puedes caminar, verdad? -Sin embargo no esperó por su respuesta, comenzó a "arrastrarlo" hasta llegar al baño en donde lo sentó apoyando bien su espalda, luego lo miro por un momento con la cabeza ligeramente girada hacia la izquierda y sosteniendo su mentón con una mano, como si estuviera considerando qué hacer. -Eres un sapphire... -Murmuró con la vista pusta en su atuendo. Lo supo pues ahora ante una mayor luminosidad podía divisar su ropa con el escudo de la Corporación. No sabía si era mejor o peor saberlo, pero ahora lamentablemente sentía que era su obligación ayudarlo... Traumas de la infancia y esas cosas. 
Luego de suspirar por lo bajo, se giró para en puntas de pie alcanzar una caja que guardaba en una estantería superior y la bajó para apoyarla junto al joven. Al abrirla era de fácil percepción que se trataba de una caja de primeros auxilios muy completa, tal vez... demasiado. 
-Necesitare quitarte todo esto -Volvió a decirle apenas sin dirigirle la mirada, mientras llevaba sus manos hacia la ropa del chico. Hizo entonces un gesto de fastidio para volver a hablar. -Demonios, ¿por qué se empeñan en usar tantos pasacintos y correas? -Murmuró sin girar la mirada hacia él, concentrada aún en poder desabrochar todas las correas con que contaba su abrigo, dibujando apenas una mínima sonrisa al conseguir su objetivo... Pero lo que vió después, no le gustó para nada y le hizo borrar el gesto de inmediato. -¿Qué rayos te sucedió? -Era más bien una pregunta retórica, no esperaba que le contara con lujo de detalles, ni siquiera sabía qué grando de conciencia tenía, pero estaba demasiado grave como para poder solucionarlo con una caja de primeros auxilios. La herida iba desde el hombro hasta el pecho y era demasiado profunda por el color de la sangre y la cantidad que seguía saliendo. Lo demás podría esperar, antes tenía que solucionar eso, y eso fue lo que hizo, comenzando por limpiar la herida. -Arderá -Le advirtió alzando una ceja sin expresión alguna mientras comenzaba a limpiar la zona con agua oxigenada. 

Desde un comienzo le pareció alguien de pocas palabras, aunque podía tener algo que ver el hecho del grave estado en que se encontraba. Aquello sinceramente le parecía perfecto a Erin pues estar curandole el pecho descubierto a un desconocido le parecía una de las situaciones más extrañas e incómodas que habia vivido, así que mejor si no tenía la necesidad de expresarse demasiado.
Estaba casi a punto de terminar con el proceso de curación que estaba realizando cuando el joven la frenó. Ciertamente no es como si estuviera haciendo magia, era evidente que necesitaría una atención más profesional, pero como sapphire sabía que podría aguantar perfectamente con aquella curación, tampoco quería parecer como si supiera demasiado de aquellas cosas o tal vez podría parecer algo sospechoso para alguien como ella, quien se suponía debía ser como las demás modelos; un poco ignorantes, un poco superficiales. 
-Ya, así esta bien... Me confié eso fue lo que pasó, por confiarme casi me matan... pero logré hacer mi trabajo. -Los profundos ojos del sapphire se habían fijado en los suyos, aun sosteniendo su muñeca inmovilizandola. Erin comprendía un poco a qué se refería, pero ciertamente ella nunca se confiaba, no con los vampiros. Tomaba hasta la última precaución. Bajó su mirada hacia el lugar de la herida frunciendo un poco el ceño. -Arruinaste mi trabajo -Dijo simplemente sin comentar nada de lo que el había dicho, pues prefería evitar esos temas, sobre todo por su imagen. La gente de la farandula parecía vivir en una burbuja como si no supieran del tema de los vampiros y la muerte, y así debía permanecer ella también, no sabía ni siquiera a quién tenía enfrente. - y... ah... gracias... supongo... ya encontrare la forma de pagarte este favor -Agregó entonces el joven con despreocupación. El gesto de Erin no cedió mientras se ponía de pie y cruazaba sus brazos sobre el pecho. -Que no mueras aquí es paga suficiente. -Alzó apenas ligeramente una ceja; lo que menos deseaba era tener la inesperada visita de alguien de su Corporación, era mejor pasar desapercibida. Bueno, "desapercibida".
-Será mejor que me vaya, no quiero que mi sangre atraiga a compañía indeseada.. - Intentó ponerse de pie pero como Erin suponía, la fuerza no estaba de su lado. -No suelen verse cosas sospechosas tan cerca de un lugar como este -Intentaba tranquilizarlo aunque en verdad no tenía el mejor de los argumentos, lo notó instantaneamente con una sutil sonrisa mirando la nada y cuando regresó a hablar volvió a posar sus ojos celestes en el. -Aunque si tu entraste tan facilmente en ese estado, tendré que preocuparme... -Se dedicó a guardar los elementos que había utilizado para curarlo y a dejarlos en su caja nuevamente, dejando unicamente las gasas para vendarlo. -Bueno, en cuanto me pueda poner de pie me iré. Solo ignórame, recuerda que soy una decoración... y la pregunta del millón es, ¿Cómo explicare en la escuela lo que me paso? Piensa Luke, no puedes reprobar... -Se veía bastante metido en sus pensamientos y preocupado si podía decirse de esa forma, le causó un poco de gracia el tema que ocupaba sus pensamientos considerando toda la sangre que había perdido y el hecho de que acababa de tener una pelea a muerte.
-Eres una bastante perturbadora como para no notarlo -Comentó refiriendose a él como una decoración tal como el habia mencionado, mientras guardaba la caja nuevamente en su lugar sin verle. No podía evitar sentir una pequeña victoria al oir de el mismo su nombre, pues ahora tenía al menos un poco de información aunque más no fuera -Y por cierto, rompiste una verdaderamente cara -Agregó respecto al jarrón que habia destrozado, aunque en realidad no podía importarle menos. Volvió a girarse frente a el y sin preguntarle ni nada comenzó a vendar como le era posible la herida pues estaba en un lugar bastante incómodo. -Mejor no muevas mucho ese brazo por un rato -Le comentó al ver que la zona continuaba aun un poco hinchada y colorada. -Respecto a tu prueba, creo que es bastante obvio que tuviste un accidente y no habrá problema en que hagas la evaluación otro día. De hecho, yo juraría que te pasó un coche por encima... -Hablo con un gesto divertido sin fijarse mucho en él pues aun todo le parecía un poco incómodo, concentrandose en su tarea de vendaje, refiriendose a los últimos pensamientos que él habia tenido como si pretendiera darle una excusa y además jugar un poco con él. Terminó haciendo un nudo con la venda; no supo exactamente en qué momento le había quitado la camiseta pero lo había hecho, pues no habria podido curarle de otra forma, por lo que al terminar con el nudo tomo la prenda y la enderezó para colocarsela, sólo que descubrió que estaba completamente llena de sangre. Si el chico se preocupaba por una prueba, Erin se imaginó que tendría una casa a la cual volver, y no sería muy agradable poner en la lavadora de esa casa una remera completamente manchada de sangre... Pensó un segundo en la situación y en la confianza que estaba depositando en aquel jovencito sólo por ser un sapphire, ¿estaría equivocandose? Bueno, si hubiera querido matarla ya lo hubiera hecho, ¿no? Así que... qué más daba. -Pondré a lavar esto, sólo será un momento. Igual no puedes irte caminando o trepando edificios en ese estado -Sonrió de lado sólo de pensar en como había hecho para meterse en el último piso del hotel con todas sus heridas y salió del cuarto de baño dejandole la puerta abierta, pero al segundo regresó asomando solamente su cabeza. -Puedes quedarte aquí y descansar o arrastrarte hasta la sala -Volvió a desaparecer con la camiseta en las manos y se dirigió al pequeño cuartito de lavado que había construído en un espacio detrás de la cocina. Colocó en la lavadora la camiseta y luego se dedicó a lavar bien sus manos que también se habían manchado con la sangre. Se ató el largo cabello en una coleta pues había entrado en calor después de todo lo que había hecho y tomó una profunda respiración antes de volver a salir a la cocina, donde puso agua a hervir. -Te prepararé un té -Dijo en un tono de voz un poco más elevado sin ver siquiera dónde se encontraba el chico, para luego recordar que ya era un poco tarde para andar gritando y maldecir por lo bajo.

-Oye.. -La voz masculina del chico la sacó de sus pensamientos, girándose hacia con el cierta sorpresa de verlo ya erguido y que hubiera caminado hasta allí. Aunque claro, era un Sapphire, un sabía exactamente qué extras incluía aquella condecoración, por decirlo de alguna manera. - No es necesario que hagas estas cosas... por mí. No quiero decir que no lo aprecie, pero... no es necesario... -Erin abrió un poco más los ojos sorprendida de su sinceridad y su forma tan directa de dirigirse hacia ella, lo cual la hizo girarse nuevamente hacia su tarea de preparar el té para permitirse dibujar una sonrisa en los labios. No solía poder tener conversaciones "normales" -si es que a aquella situación aún le quedaba algo de normalidad- con las personas que la rodearan, normalmente se dirigían a ella con mucha más sutileza. -Necesario sí que lo era, pero no hago "esto" por tí, Luke, no sé ni quién eres. -Le dirigió una rapida mirada con una ceja levantada y su pequeña sonrisa divertida, exagerando la palabra "esto" al referirse simplemente a ser buena persona, pues le parecía de lo más natural aunque no fuera la regla en todos los humanos, y llamándolo Luke tal como había oído que se llamaba, con toda naturalidad como si ya le conociera. -Lo hago porque me gusta sentirme bien conmigo misma, ¿qué otra cosa iba a hacer, tirarte de nuevo por la ventana? No hubiera conciliado el sueño... y ahora estaría de mal humor -Su sonrisa se agrandó un poco más, tomándole un poco el pelo al joven, pero sin detenerse en mirarlo demasiado. Era algo que normalmente la incomodaba, el mirar demasiado tiempo a los ojos a la gente. Especialmente los ojos de él tenían un color demasiado puro como para que pudiera fijarse en ellos demasiado sin sentir el peso de su doble vida. No todo era lo que parecía, el comportarse como una buena persona no la convertía en un ángel.
- Y solo para que sepas... no trepe por las paredes, subí por las escaleras... no tengo poderes de araña -Erin rió levemente ante sus palabras, mientras colocaba los saquitos de té en cada taza, aun de espaldas a él, y comenzaba a verter en ellos el agua. -Es bueno saberlo... 
-¿Puedes decirme tu nombre? -Preguntó entonces él, haciendo que ella que irguiera un poco por la sorpresa; no sabía exactamente cómo tomarse aquello, no era algo que le preguntaran a menudo, usualmente la gente sabía su nombre. -¿Nos conocemos de algún lugar? Te me haces conocida, pero no tengo idea de donde... -El joven había entrecerrado un poco los ojos como si estuviera tratando de asociarla a algo, lo cual la hizo sonreír un poco más nuevamente. Se sentía extraño presentarse pero no estaba del todo mal... Se preguntó si el había estado tan mal en el camino que no pudo ver el enorme cartel de la marca de lencería que ella representaba en las pantallas de los edificios de la ciudad. En definitiva, era mejor así, o qué vergüenza pasaría sino. -¿Conocernos? No lo creo... -En una bandeja coloco ambas tazas, un pocillito de azúcar y dos cucharas, y tomándola con sumo cuidado caminó hasta él, pasando a su lado para atravesar la cocina y dirigirse a la sala que estaba a continuación. -Mi nombre es Erin. -Mejor no mencionar el apellido o la asociación con el hotel sería inmediata, y ¿para qué, verdad? -Tú eres Luke por lo que he oído. -Continuó hablando mientras servía las tazas en la mesa del salón y se sentaba en uno de los sofás, subiendo incluso sus pies descalzos a él. -Tu camiseta no tardará demasiado si ya quieres marcharte. Mientras tanto dime, ¿qué harás con la evaluación de mañana? -Le preguntó mirándolo un momento a los ojos como si fuera una invitación a que se acercara. Colocó tres cucharaditas de azúcar en su té y sopló suavemente sobre él antes de dar un pequeño sorbo, para luego hacer un leve gesto de disgusto al haberse quemado un poco. -Por cierto, ¿quién hace una evaluación un sábado? ¿No es demasiado nerd? -Alzó una ceja y se esforzó por disimular una sonrisa burlona. Alguien que cursaba dos carreras paralelas probablemente no pudiera tachar de nerd a alguien más, pero él no lo sabía así que podía fingir que era igual de tonta que las demás.

-Escucha, he cometido un terrible error. Creo que lo hice por la desesperación y el miedo que sentí al creer que iba a morir -La actitud que él tenía parecía haber cambiado drásticamente, luego de las pequeñas humoradas que Erin había creído percibir de él, lo cual la había hecho replantearse el hecho de tenerlo allí. Continuó bebiendo su té mientras el hablaba como si no prestara demasiada atención. -Se supone que en caso de que alguien descubra la identidad de un sapphire debe reportarse de inmediato, para tomar medidas... en pocas palabras para exterminar a la persona... pero como pago por tu ayuda, lo dejare pasar -Ante aquellas palabras Erin no pudo evitar abrir los ojos con cierta sorpresa, al escuchar "lo dejaré pasar", y por una vez volver a ver al joven a los ojos con incredulidad, bufando con ironía. -Lo dice el que irrumpió en mi casa sin invitación -Comentó con cierto desagrado terminando de beber su té a pesar de que estaba caliente, pues ya había comenzado a malhumorarse. -Sé que no estoy en condición de pedirte nada, pero mantengamos esto en secreto -una pequeñísima sonrisa se dibujó en los labios del chico pero Erin no compartió el chiste, mantuvo su rostro inexpresivo-. tu no le cuentas a nadie que sabes la identidad de un sapphire y yo no le diré a mis pervertidos amigos que conozco y que se dónde vive una súper modelo... -La ultima frase la dejo aun mas atónita, como si un puñado de muchachos en celo fueran a significar algún tipo de pesadilla para ella. Había visto cosas mucho peores, y no era nada con lo que no lidiara a diario además, pero entonces descubrió que el chico sí sabía quién era, ¿a qué estaba jugando?. Apretando sólo un botón tendría a cientos de musculosos de seguridad deseosos de deshacerse de cualquier intruso, ni hablar de que ella podía terminar con cualquiera de ellos por su cuenta.
-Tu gratitud me ilumina -le comentó con sarcasmo. -Imaginate lo poco que me interesa la identidad secreta de un sapphire. -Dijo con franqueza y de forma seca, pensar que había estado a punto de conciliar el sueño cuando el joven cayó dentro de su habitación y se había tomado el tiempo de socorrerlo en lugar de llamar a seguridad. Se levantó entonces de su cómoda posición para tomar su taza vacía de té y también la del chico que no la había siquiera tocado. Genial, he desperdiciado un saquito... Al menos ahora dormiría mejor luego de haber tomado su té. 
Con ambas tazas colocadas en la bandeja en la cual las había llevado se dirigió a la cocina a dejar todo en el lavadero. Aparentemente el chico no deseaba mantener una conversación o siquiera estar frente a ella así que mejor cortar por lo sano, después de todo eran desconocidos. Buscó la camiseta que había puesto en la lavadora, la cual había comenzado el proceso de secado, aunque seguía humeda todavía, pero no le importó. Con la camiseta en la mano volvió a colocarse frente a él para entregarsela. -Pues bien, la salida es por allí. Avisame de todas formas si quieres que deje la ventana de la habitación abierta si eso te queda más cómodo. -Alzó una ceja con cierta gracia luego de señalar el camino a la puerta de entrada y se encaminó a su habitación, no quedaba mucho más que decir después de todo.