
Muchos nos aferramos a nuestros temores, dudas aversión u odio hacia nosotros mismos porque hay cierta seguridad deformada en el dolor conocido. Parece más seguro apegarnos a lo conocido que soltarlo e ir en busca de lo desconocido.
A menudo oímos decir que "cuando el dolor de seguir igual es más grande que el de cambiar, cambiamos." El miedo puede impedirnos crecer; miedo a terminar relaciones, cambiar de profesión, asistir a nuevas reuniones, empezar nuevas amistades o intentar cualquier cosa fuera de lo habitual. Mantenemos situaciones que ya no funcionan, sencillamente porque lo familiar parece más seguro que lo desconocido.
Cualquier cambio implica superar el miedo, "¿Y si quedo solo para siempre?". Quizás pensemos al considerar la idea de dejar a nuestra pareja. "¿Y si descubro que soy incompetente?", tal vez nos preguntemos ante la posibilidad de cambiar de profesión. Puede que nos resistamos a ir a reuniones nuevas porque tendremos que establecer nuevos contactos. Nuestra mente elabora miles de excusas para seguir exactamente donde estamos, temerosos de probar algo nuevo.
Vemos que la mayor parte de nuestro sufrimiento no proviene del cambio, sino de la resistencia a este, en Emotivos Anónimos, aprendemos que el cambio, consiste en como avanzamos en nuestra vida. Amigos relaciones, intereses y desafíos nuevos reemplazan a los viejos. Con estas cosas nuevas en nuestra vida, encontramos nuevas alegrías y amores.