
La baja autoestima me hacía creer que necesitaba la aprobación de los demás para sentirme bien conmigo misma. Hacía lo que fuera con tal de que los que me rodeaban me dijeran que yo era buena y especial. Esto me hizo sentir bien un tiempo pero luego me empezó a hacer daño, porque al tratar de agradar a otras personas me estaba subestimando y también a mis propios valores. Además, descubrí que esa aprobación que me daban otros no llenaba el vacío que sentía por dentro.
Con el Programa descubrí que es posible encontrar la satisfacción interna que busco haciendo lo correcto, por motivos correctos. Cada día procuro romper el círculo de agradar a los demás cuando dejo de actuar con el único propósito de que me aprueben para empezar a comportarme de acuerdo a la voluntad de mi Poder Superior para conmigo.
Cada vez que lo hago me sorprendo gratamente cuando descubro que las personas que realmente cuentan en mi vida siguen estando ahí a pesar de todo; pero lo mejor de todo es que aprendo a aprobarme a mí misma.
Por esto le pido a mi Poder Superior que me ayude a vivir cada día de acuerdo a los principios espirituales y entre ellos a seguir desarrollando mi autoestima.