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♥·-:Carola de Goya:-·♥: 47-DIOS COMO ESPÍRITU
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: marce702  (Mensaje original) Enviado: 13/08/2010 04:34


 
DIOS COMO ESPÍRITU

Amado hermano: Mi Cristo saluda a tu Cristo.

Vengo a darte la duodécima Lección de Metafísica Cristiana. Hoy vamos a hablar de los dos últimos Aspectos Principales de Dios: Dios como Espíritu – Dios como principio - ¿Dios como espíritu?

Dios como Espíritu: Nos dice la religión que Dios es Espíritu. Pero, ¿qué quiere decir esto? Te respondo: - Espíritu es lo opuesto a la Materia, es su Contra-Parte. Espíritu es algo que no envejece, que no cambia, que no es sus ceptible de ser corrompido, contaminado ni alterado en forma alguna. Él no conoce el pecado, ni la desilusión, ni el pesimismo, ni la condenación, ni nada que sea feo, negativo o menos que bueno. Él no se desgasta. Él simplemente permanece en su perfección. Mientras tú me lees y estás sentado en algún mueble, en alguna piedra o en el mismo suelo, eso, sobre lo que estás sentado, se está desintegrando, en forma tan sutil que tú no puedes captarlo, al menos con tus cinco sentidos físicos, pero se está transmutando. Lo que quiera que sea, mueble, piedra o suelo, sufre un proceso de desgaste o envejecimiento; algún día no será más lo que es ahora, aunque siempre será Materia, pero transmutada o pasada a otra forma.

Antaño hubo bellas metrópolis, altas civilizaciones que desaparecieron sin dejar rastro y si no, piensa: ¿dónde yacen, en dónde están los restos de esos Continentes de cuya existencia tenemos una vaga noticia llegada hasta nosotros a través de la tradición oral, que algunos toman como mitos o fábulas, relatadas por personajes ya desaparecidos también? Atlántida, Lemuria, Mú, hoy día son nombres y nada más que nombres lo que resta de ellos. Pero, sus formas materiales ¿en dónde están? Desde luego, como he dicho en anteriores lecciones, el Universo no pierde ni uno solo de sus átomos, pero esos átomos sí están sujetos a cambios, a perpetua evolución ascendente y constantemente se están transmutando. Es lo que pasa con el espíritu, el no evoluciona, el no se transmuta, el es y ha sido siempre la suma perfección y así permanece, en el tope, en donde no hay más allá, es el verdadero “Non plus ultra”.

Este transmutarse continuo de la materia es algo maravilloso, es una Idea emanada de la divina sabiduría. Mediante este proceso de transmutación o cambios a que está sujeta la Materia es que el Universo está siendo constantemente renovado, evolucionado siempre en sentido positivo. La Materia se desgasta y se rehace pasando a integrar renovadas formas de vida. Pero el espíritu no, porque el espíritu es sustancia evolucionada hasta su ultérrima esencia.

¿Quiere esto decir que Dios fue alguna vez Materia imperfecta y pro evolución alcanzó la Perfección suma que él es?

Sobre esto sólo podemos decir que Él siempre fue, que es ingénito, es decir, increado; detrás de Él no existe ni existió causa alguna que lo produjera, y que todos los aspectos que hoy ostenta los poseyó siempre, o sea, que le son inherentes.

Según dicen las Escrituras hubo un momento en que reinaba el caos “mas el Espíritu de dios se movía sobre la haz de las aguas”. Es decir, dentro de aquel caos o confusión, Él estaba presente moviéndose encima o por encima. Entonces Él decidió poner orden en ese caos y pronunció el Fiat, el Hágase, y la Luz resplandeció. Así comenzó Su Creación, es decir, al comenzar a poner orden fue cuando comenzó la evolución de toda esa materia que Él va haciendo perfeccionar hasta convertirla en Espíritu. Y este es nuestro destino, venimos emergiendo del lodo de la Creación, evolucionando siempre en sentido ascendente hasta convertirnos en Espíritu Puro. Dios actúa como un inmenso imán que va atrayendo todo hacia Su Centro a través de un proceso de refinamiento que requiere eones a lo largo de los tiempos hasta llevarnos a la máxima perfección, en donde toda evolución termina y entonces es cuando realmente somos Uno con Él, porque dentro de la Materia está presente la Sustancia Divina y es lo que realmente queda a través de la depuración hecha. Sustancia, o Esencia destilada hasta el último grado.

Herbert Spencer define a la Sustancia como aquello que no está sujeto a la discordia ni a la descomposición”. Webster dice que “La Sustancia es lo que está en el fondo de toda manifestación exterior... esencia o naturaleza real o incambiable... aquello a lo cual las cualidades son inherentes... aquello que constituye cualquier cosa que “es”. Emile Cady dice a su vez: “Dios, la sustancia invisible de la cual todas las cosas visibles se han constituido...” y esta última definición es la que yo encuentro más clara y concreta, de donde viene a deducirse que Espíritu y Sustancia vienen a ser la misma cosa, ya que Espíritu y Materia son los dos polos opuestos de la misma cosa: Átomos.

Los Átomos Materiales son densos, pesados, palpables al tacto, ya que está aglutinados en forma más apretada, digámoslo así para ser más claros en nuestra explicación. Así tenemos la materia densa comenzando por el plomo, y terminando por el algodón, el tul, materia en que los átomos son cada vez más livianos y están menos aglutinados los unos contra los otros, es decir, entre átomo y átomo hay cada vez más espacio. El átomo, a medida que se hace materia menos densa, como en los líquidos, es porque se van separando más y más unos de otros. Y a medida que un átomo se hace más sutil, más fino, más limpio, menos pesado, más evolucionado, entra a formar materia cada vez más liviana, más impalpable, como en el aire, los gases, el aroma, etc., de tal modo que se emancipa del plano y no obedece a sus leyes, no obedece a la Ley de gravitación, no cae, sino que flota y asciende, cualidad que lo va acercando cada vez más a la escala espiritual. Así sigue su evolución hasta convertirse en Espíritu, Puro, Impalpable, Invisible, cuya existencia sólo es apreciable por sus efectos.

Cada manifestación material conlleva Sustancia o Espíritu, ”es lo que está en el fondo de la manifestación exterior” como afirma Webster. No en vano suelen decir las gentes: “el espíritu del vino”, “el espíritu del alcohol”, así denominan esa condición invisible que se hace presente como sabor, aroma, finura, efluvio que trastorna los sentidos, ese “no sé qué” que se traduce en calidad. Igual pasa con las personas, las bestias y las cosas, unas manifiestan un más alto grado de espiritualidad que otras, lo que testifica el grado de evolución alcanzado. Cuando dentro de la manifestación material los átomos purificados en su totalidad se vuelven luz, se produce la transfiguración y ascensión, que es la llegada a la meta.

Tú, amado hermano, a pesar de tu apariencia material Eres Espíritu. El Espíritu no muere. El verdadero ser tuyo, aquel que realmente eres, jamás morirá. En lo más profundo de tu naturaleza Tú eres espíritu incambiable, eterno, divino; es lo que subyace debajo de la densa materia que te cubre.

Todo el Universo es una creación espiritual grandiosa, de Él nosotros sólo captamos una parte limitada. Aún ayudados por aparatos cada vez más perfeccionados, nuestros sentidos sólo captan una ínfima porción de su dimensión total. Más, lo que vemos nos resulta un panorama tan sobrecogedor, por inconmensurable, que nos paraliza el ánimo haciéndonos sentir el deseo de doblar la rodilla ante la indudable Presencia de ese Dios manifestado dentro de la Materia en todo el esplendor de Su Poderío. Infortunadamente aún quedan seres rezagados quienes jactanciosamente se autodenominan “materialistas”, no apreciando sino un Universo “hecho con polvo de estrellas”, donde la Presencia del Omnipotente y Omnisciente está expresada de manera tan palpable, donde la Verdad es el solo Él.

¿Quiere esto decir que la Materia es una alucinación de los sentidos? De ningún modo, pero sí afirmamos que no es ese algo separado e independiente de la parte espiritual que aparenta ser. Dentro de la Materia, aún en su más baja manifestación, hay Espíritu presente. Dentro del Espíritu, en su más alta manifestación, está presente la Substancia.

Frecuentemente los objetos materiales no parecen muy bellos. La belleza de la Naturaleza y del Arte a todos nos es conocida, pero lo que no sabemos es que realmente esa Belleza es Espíritu brillando a través y no se debe a la materia. Mientras más tenue es el velo de la materia, más Belleza aparece a nuestros ojos; mientras más densa es la manifestación material menos Belleza se transparenta a través de ella. Aunque siempre hay Belleza aún dentro de la materia más tosca, porque allí está presente Dios. Todo bien, toda belleza, todo brillo, toda alegría, todo lo que es bueno, es la Presencia de Dios percibida a través del velo de la materia.

Debemos recordar siempre que Dios es Espíritu. Cuando algo material está dañado, sucio, enfermo, deteriorado, etc., si llegamos a la apreciación de la Presencia del Espíritu allí, donde aparenta estar el problema, la condición negativa empezará a mejorar, y si la comprensión o realización es suficiente, la condición sanará totalmente. No importa que el tratamiento se haga sobre parte del cuerpo humano, un animal, planta u objeto inanimado, como acostumbramos llamarlos, sea un reloj, un automóvil, una casa, un avión, simplemente la nevera o unas tijeras, todo ello es el resultado de ideas espirituales condensadas en sustancia y responde a la visión espiritual que de ello tengas. Tú no eres una idea espiritual materializada, tú eres una individualización de Dios, como Alma universal; pero las cosas u objetos sí son ideas espirituales realizadas, grandes o pequeñas.

La vida es un estado de consciencia, ya lo dijo el filósofo: “pienso, luego existo”. Tú estás consciente de que vives a través de tu consciencia. Estamos conscientes de la existencia de ciertos objetos y de la ocurrencia de ciertos sucesos. Todo ello forma parte de nuestro total estado de consciencia. Para salvaje que mora en la selva y no ha tenido contacto con la civilización, el resto del mundo civilizado con sus grandes metrópolis y sus asombrosos adelantos, no existe; pero existirá en cuanto hago contacto con ellas, es decir, en cuanto su mente y comprensión las asimile y entonces su estado de consciencia cambiará, se ampliará, en cuanto al ámbito en que se mueve. Referente a la apreciación del Universo Espiritual que existe, tú eres el hombre de la selva que ignora Su Magnitud, la Metafísica es la puerta que se entreabre para mostrarte algo más de su verdadera dimensión y no digo Su Totalidad porque esa Totalidad ningún ser humano la ha alcanzado aún, aunque sí hay muchos seres evolucionados de tal forma que logran ya, desde aquí, Su unión con el altísimo, pero al lograr esto dejan de ser seres humanos comunes; ahora son Maestros Ascendidos, que saben mucho más que nosotros, que adquieren poderes muy superiores a los nuestros, que viven en planos de perfección por nosotros ignorados, que logran detener las leyes del envejecimiento y de la muerte, pues éstas no son leyes sino apariencias y, en fin, que se salen de la dimensión del hombre para entrar en la de Seres superiores. Tales los Maestros Confucio, Budha, Jesús de Nazareth y otros, a quienes no podemos equipararnos, aunque sí podemos aspirar a llegar por evolución, a lo que llegaron ellos.

Para recordar:

Los molinos de Dios, muelen despacio, pero ningún molino da harina más fina.

 

La vida útil es una plegaria, la ociosa una blasfemia, porque amar es orar, trabajar es orar, dar, perdonar ser útil es orar.

SOMAR LA ROCA

 

Los dos polos de la vida son la Inteligencia y el Amor. Unámoslos en todas nuestras actividades.

 

DIOS NUNCA ESTÁ DE PRISA. LOS MINUTOS QUE SE EMPLEAN EN REZAR CON SABIDURÍA, ECONOMIZAN HORAS DE PESAR CORRIGIENDO NUESTRAS EQUIVOCACIONES.




  


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De: marce702 Enviado: 16/05/2011 04:28


 
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