Por Antonio Maria Delgado Emilio Palacios, el periodista al centro de la demanda por $40 millones introducida por el presidente ecuatoriano Rafael Correa contra el diario El Universo, dijo que el mandatario le ha convertido en un ejemplo de escarmiento para adelantar el “régimen de terror” que pretende instaurar en el país andino.
No es que Palacios sea una particular amenaza para el gobernante. El columnista admite que la publicación de un artículo dos veces por semana dentro de la sección de opinión de un diario difícilmente podría desestabilizar al gobierno.
Pero Correa aspira a instaurar un régimen sustentado en la inacción de atemorizados ciudadanos. Para alcanzar ese fin, el mandatario necesita enemigos visibles que escarmentar públicamente y los únicos que llenan el perfil necesario en estos momentos son los periodistas, sostuvo.
La estrategia ha comenzado a surtir sus efectos, aseguró Palacios, quien se trasladó hace algo más de un mes a Miami, temiendo ser encarcelado por un sistema judicial que no le genera confianza.
“En este momento en el Ecuador se ha impuesto el miedo”, comentó en una entrevista telefónica. “El terror, aún no, porque todavía hay gente que está dispuesta a protestar. Pero el miedo sí”.
La demanda impuesta contra él y tres directores de El Universo, uno de los dos principales diarios del país, buscaban precisamente ese objetivo, dijo Palacios.
Correa introdujo la demanda luego de que Palacios escribiera un artículo de opinión en el que dejaba abierta la posibilidad de que un futuro presidente enjuiciara al actual mandatario por su actuación durante la sublevación policial del 30 de septiembre del 2010.
La demanda tuvo éxito en las cortes ecuatorianas. El juez que llevaba el caso emitió una sentencia de tres años de prisión contra los demandados y ordenó al diario que pagara a Correa -no a la nación, sino a él personalmente- una compensación de $40 millones por la ofensa.
El dictamen, que generara una carga financiera imposible de soportar para el diario, ha sido calificado por observadores y por representantes de los medios de comunicación alrededor del mundo como un peligroso precedente para la libertad de expresión en el país andino.
No obstante, la sentencia fue ratificada hace unos días por la Sala Segunda.
La decisión generó gran indignación entre la ciudadanía, pero el mandatario se ha mostrado renuente a dar su brazo a torcer y rechazó una propuesta introducida por el diario de llevar el caso ante una instancia internacional de arbitraje.
“Por poderosos que se crean no pueden inventarse un marco jurídico nuevo solo para su caso. Así es la arrogancia y prepotencia de ciertas élites”, dijo Correa la semana pasada.
“Ahora inventándose una figura jurídica que no existe en el marco jurídico ecuatoriano. No sean ridículos, respondan ante la ley y todo se acaba, si es que tienen la humildad de reconocer que mintieron y piden disculpas”, añadió.
Palacios dijo no extrañarle que las cortes ecuatorianas se pronuncien a favor del mandatario.
Cuando convocó la consulta popular para reformar la constitución, el mandatario manifestó pública y directamente que a través de la iniciativa él pretendía “meterle mano” al sistema judicial.
“Esas son palabras textuales de él”, resaltó Palacios. “¿Qué duda me cabe bajo esas circunstancias? Uno acude a la justicia para que está decida quien de los dos tiene la razón, y resulta que él le ha metido la mano a la justicia”.
Según Palacios, la mano de Correa es fácil de ver en el poder judicial, luego de que la consulta popular fue aprobada. El Consejo Nacional de la Judicatura Transitoria, organismo creado para ejecutar la reforma de las cortes, ha destituido a docenas de jueces pese a sólo tener algunas semanas de operaciones.
“A los jueces que a este organismo no le parece que esté actuando correctamente, los despiden”, aseveró Palacios.
Según Palacios, el diario no recibió un trato justo por la corte que emitió la sentencia. Para empezar, las instalaciones de la corte fueron tomadas por soldados del Ejército, armados con fusiles, durante las audiencias, generando así un importante efecto de intimidación.
Asimismo, el juez que llevaba la causa no aceptó el ingreso de testigos convocados por la defensa. Y lo que es más cuestionado aún, emitió una sentencia en sólo 33 horas, cuando debía analizar cuidadosamente cerca de 5,400 folios de documentos que fueron introducidos en el caso.
Palacios aseguró que el dictamen ha generado indignación entre un gran número de ecuatorianos que ven poca legitimidad en los esfuerzos del mandatario por satanizar a los medios de comunicación.
Correa ha declarado a los medios como enemigos de su régimen, que según Palacios, requiere de enemigos para mantener su sostenibilidad.
“El agarra a este periodista de opinión, así como a otros representantes de la prensa, y nos convierte en un objetivo a destruir. ¿Por que? Porque nos negamos a aceptar lo que él quería. Porque no inclinamos la cabeza”, expresó.
¿Tendrá Correa éxito en su propósito de obligar que toda la prensa baje la cabeza?
“¿Qué va a primar, el miedo o la indignación? No lo sé. Eso va a depender de los ecuatorianos”, señaló
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