SE REUNEN LOS BUITRES NEGROS Y ROJOS A COMERCIAR
CON LA SANGRE DE NUESTRO PUEBLO
Sin pudor ninguno ha corrido presuroso el Cardenal Ortega y Alamino a sacarle las castañas del fuego al régimen en su peor hora, para ayudarlo a eliminar el más peligroso reto a su imagen que hayan tenido en su larga existencia. Cuando la tiranía se debatía en el callejón sin salida en que la han metido las Damas de Blanco con sus desfiles y su determinación y su imagen internacional (también nacionalmente) se deterioraba más y más, ante la digna posición asumida por estas valientes mujeres, llaman en su ayuda a su viejo compinche el cardenal Ortega y Alamino, que se presta encantado (miren esa sonrisa socarrana, que mira embobado a su congéner Raulito mientras estrechan las manos repletas de la sangre de millares de cubanos asesinados por su tiranía)a acudir al rescate, para eliminar de una forma sutil y favorablemente, esa piedra en el zapato de la tiranía, con el eterno chantaje a los familiares de los rehenes que el castrocomunismo mantiene en sus ergástulas. Tratan de apaciguar la ira y el descontento de un pueblo con la migaja de la liberación de un puñado de presos, cuando lo que está en juego es, no solo la libertad de todos los presos políticos y de conciencia, sino la de todo el pueblo cubano.
Ortega, que durante todos estos años ha permanecido ciego, sordo y mudo al dolor del pueblo y ha abandonado a su grey a su terrible suerte y ha estado siempre al lado del gobierno opresor, no duda un instante en hacerle el juego a los detentadores del poder, para desactivar una peligrosa situación que podría en un momento dado encender la llama de la rebeldía.
Ya en Nuevo Acción lo habíamos pronosticado cuando se dió la noticia de la conversación del Cardenal con Laura Pollán y otras Damas de Blanco. En un comentario de mayo 3, escribimos textualmente: “Mal presagio para los opositores y los que combatimos a la tiranía. Ortega no se pone jamás contra la tiranía. Alguna jugada intenta para sacarle la piedra en el zapato de los Castro, que constituyen las Damas de Blanco”.
Y ahí están los hechos. Ortega "negocia" para ver con que menor cantidad de presos puede la tiranía desactivar a las Damas de Blanco, no negocia un cambio hacia la libertad. Simplemente acuerda con Raúl darles la menor cantidad de rehenes que se lo permitan las circunstancia y que acepten los familiares de los presos. Total, si en una semana la misma tiranía puede meter en la cárcel al doble de la cantidad de rehenes de los que suelten ahora.
¡Pobre Cuba! los buitres negros y rojos (los unos por su vestimentas y los otros por su banderín y sus almas negras empapadas de sangre inocente) que por siglos han comerciado a su antojo con la sangre del Señor, se juntan otra vez para comerciar ahora con la sangre y el dolor de nuestro pueblo. PERO UNA COSA PIENSA EL BORRACHO(NUNCA TAN BIEN APLICADA LA FRASE CON RESPECTO A RAÚL CASTRO)Y OTRA EL BODEGUERO.
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