La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, afirmó hoy que dará a Pakistán una ayuda militar adicional de 2.000 millones de dólares (1.400 millones de euros) para luchar contra los extremistas, que hoy mataron a 10 personas en dos atentados en el noreste del país.

Al cierre de unas "conversaciones estratégicas" de tres días entre ambos países, Clinton afirmó que "Estados Unidos no tiene un aliado más fuerte que Pakistán cuando se trata de esforzarse en la lucha contra los extremistas que amenazan a nuestros países".

En la reunión en Washington participó su homólogo paquistaní, Shah Mehmud Qureshi. La ayuda militar se dará a partir de 2012 durante cuatro años y sustituirá a un paquete anterior más reducido.

Además de esto, Pakistán seguirá disfrutando de la ayuda al desarrollo de Estados Unidos que recibe desde hace años y que asciende a 7.500 millones de dólares.

Estados Unidos ha reforzado el apoyo a Pakistán en el marco de su lucha contra el terrorismo de Al Qaida en Afganistán y contra los talibanes.

No hay viernes sin atentado

En tanto, al menos diez personas murieron y otras 22 resultaron heridas en dos atentados en el noroeste de Pakistán. Tres personas perdieron la vida en un atentado con bomba perpetrado contra una mezquita en un barrio de Peshawar, capital de la provincia de Khyber- Pakhtunkhwa.

Los viernes, día de rezo (salat) obligatorio en las mezquitas, suele ser habitual que se produzcan atentados, sobre todo contra templos musulmanes.

Un portavoz de un equipo privado de rescate dijo que la bomba explotó en el patio central de la mezquita cuando los fieles estaban saliendo del templo, tras asistir al tradicional rezo de los viernes en la mezquita.

Las fuerzas de seguridad paquistaníes luchan en la región contra la milicia integrista talibán, que muchas veces dirige sus ataques también contra civiles.

Antes, seis soldados, entre ellos un oficial de alto rango, murieron por la explosión de una bomba al paso de su vehículo en una región tribal fronteriza con Afganistán.

Otros tres soldados del cuerpo paramilitar encargado de la protección de las fronteras (FC) resultaron heridos por la explosión, que se produjo en la región montañosa de Orakzai, un conocido feudo de combatientes talibanes y de Al Qaida.