Ámerica se solidariza con los 'indignados' españoles
En Washington y Nueva York también brilla el Sol
Ricard González I Carlos Fresneda | Washington I Nueva York
En mitad de un ambiente festivo, y bajo un Sol de justicia, un grupo de jóvenes brandiendo pancartas se concentró en la céntrica plaza de Dupont Circle, muy cerca de la Casa Blanca. Si bien algunos de sus lemas se inspiraban en los coreados en la Plaza del Sol, otros eran de creación propia, como el "Cerebros fugados, estamos indignados!" o "No sólo emigrados, también indignados!".
Uno de los principales mensajes que querían transmitir los manifestantes era que, a pesar de que algunos tienen una buena situación laboral en EEUU, también se consideran víctimas de la falta de oportunidades en España, pues les ha obligado a emigrar.
"Muchos no estamos aquí por voluntad propia, sino por la falta de oportunidades en España. Además, tal como están las cosas, no parece que podamos volver pronto", comenta Octavio Medina, un joven de 22 años que organizó la concentración de Washington, y se mostraba satisfecho por la asistencia conseguida.
Algunos de ellos, como Lourdes Álvarez, una licenciada en Medio Ambiente de Badalona que trabaja para un organismo internacional, tienen amigos que participan de forma activa en las manifestaciones en España, y querían solidarizarse con su lucha.
"El status quo es insostenible. Ya es hora que la gente alce su voz contra problemas como un paro enorme, la corrupción política, o un bipartidismo incapaz de aportar soluciones", comenta Lourdes, que lleva colgado un cartel que reza 'SOLidaridad'.
En Nueva York, la cita era en el arco de Washington Square, bajo un Sol 'indignado' y rubricado con la emblemática señal del metro madrileño y una pancarta gigante con el 'skyline' de Manhattan y la consigna "¡Democracia real ya!".
Más de 200 manifestantes jóvenes bailaron y botaron al ritmo de "¡No es crisis, es estafa!" y "Lo llaman democracia y no lo es" ante la marea de turistas que no acababa de entender muy bien el mensaje ni la nacionalidad (tal ha sido hasta ahora el "apagón" informativo por estas tierras).
"No hay suficiente pan para tanto chorizo”", fue la pancarta prestada con la que se presentó Teresa Cañate, 28 años y traductora, que vino a Nueva York con un contrato prácticas... "En España era imposible no sólo encontrar trabajo, sino lograr que te paguen algo. Mi empresa tal vez me mande a Europa en unos meses, pero no quieren ni oír hablar de España, tal y como están las cosas".
Teresa acudió a manifestarse porque lo ha vivido en su piel y "por solidaridad con mis amigos que han salido a la calle en España". "Ya era hora de que la cosa se moviera", asegura. "Quiero ser optimista y pensar que esto se traducirá en algo".
"En España no sólo nos niegan el pan y el trabajo, sino que matan por completo la iniciativa empresarial", sostiene el gallego Dositeo Cela, que acudió también a la cita de Washington Square. "Y para quien no esté al corriente de lo que ocurre en nuestro país: esto no tiene nada que ver con o que pasó en Egipto. Las situaciones son distintas y no se pueden comparar: al menos Mubarak sabía leer inglés".
"Joven español cualifado no encuentra mercado", podía leerse entre tanto en la pancarta que exhibía Natalia (27), arropada por Javier (28). Los dos trabajan en una agencia publicitaria en Manhattan... "Nos vinimos porque allí no había manera de encontrar curro. Aquí por lo menos puedes intentar abrirte paso y aspirar a ser algo más que un 'mileurista', que es a lo que tienen condenada a tanta gente con titulación y con talento".
Luis Quevedo, director y productor, autor de la web 'Probeta en Nueva York', fue quien más contribuyó a la protesta con el grupo creado en Facebook que unió en menos de tres días a toda la peña autóctona y neoyorquina. Luis se mostró satisfecho por el tirón de la protesta, aunque tuvo que vérselas al final con la policía local, que insistió en que la manifestación tenía que ser "silenciosa" (¿quién les traduce aquello de "Mucho chorizo, pa tan poco pan"?).
La portuguesa Ana Margarida Estevez se sumó al final clamando por la Revolución Ibérica y tendiendo puentes entre el Hudson y el Río Tajo: "Los jóvenes en Portugal también celebran la Revolución del Sol. Hasta Coimbra, Faro y Oporto llega el eco de lo que está ocurriendo en Madrid y en tantas ciudades de España. Estamos unidos en la misma lucha".
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