El paciente está 'como dios'
Un nuevo hito en la medicina mundial
El doctor Pedro Cavadas durante la rueda de prensa. Foto: José Jordán
Por Cristina de Martos | Rafael Matesanz | Madrid
Lo primero que hizo el receptor del trasplante bilateral de piernas cuando se despertó después de las más de 10 horas de intervención fue echarse a llorar. Así lo ha relatado Pedro Cavadas, el cirujano que dirigió la operación, en una rueda de prensa celebrada en Valencia.
El joven, de "veintipico años" y que perdió las piernas a consecuencia de un traumatismo, se encuentra "contento como Dios", según ha declarado Cavadas, que no ha dado ningún otro dato acerca del receptor ni del donante, en virtud de la protección de su intimidad.
Tras la intervención, que se prolongó durante unas 10 horas en la noche del domingo al lunes, el paciente está "clínicamente muy estable" y "pronto abandonará la UCI". Aunque aún es pronto para evaluar el éxito de la operación porque, según ha destacado el cirujano valenciano, "pueden pasar muchas cosas". Cavadas asegura que "esto no es una acampada, es medicina real de primera división".
La clave está en los nervios
Si no surgen contratiempos, el paciente deberá someterse a un proceso de rehabilitación destinado a que camine con sus nuevas piernas. El éxito dependerá, fundamentalmente, de la regeneración de los nervios. Es decir, del crecimiento de sus terminaciones nerviosas hacia todas las estructuras (músculos, articulaciones, piel, etc.).
Cavadas se ha mostrado optimista, aunque con cautela, respecto a la recuperación del paciente trasplantado. Según ha explicado en la rueda de prensa, el joven podría empezar a mover las rodillas en unas tres semanas. A los tres meses podría sostener su peso con los nuevos miembros y caminar en una piscina y en seis y siete meses, andar, tal vez, con muletas, informa Amparo Puerto.
Sin experiencia previa
Muchos de los especialistas consultados no quieren opinar acerca de esta intervención debido a que se trata de algo experimental y no hay precedentes. La única cirugía que se aproxima de algún modo a este trasplante y que se practica en España es la de reimplantes, es decir, aquella que se realiza para volver a suturar un miembro amputado.
La experiencia en este campo dice que la regeneración nerviosa "ocurre a un milímetro diario pero no es así de exacto porque intervienen muchos parámetros. La edad, el sexo, muchos metabolitos, que sea un paciente sano, o bien alcohólico o fumador, etc.", ha explicado César Casado, jefe de servicio de Cirugía Estética y Reparadora del Hospital La Paz de Madrid, a partir de su experiencia con reimplantes y procesos de microcirugía.
"Los nervios se anastomosan [se unen] pero no hay conducción, por lo que se tiene que producir un crecimiento de la neurona a través de esos conductos. No es como la sangre, que tras unir arteria con arteria [se ve si] funciona o no. En el nervio, a lo largo de los meses, es cuando vas viendo si el nervio va funcionando o no", ha añadido Casado.
"En los reimplantes de miembros inferiores, tanto la bibliografía como la experiencia dicen que la regeneración es más tardía", señala el experto madrileño. "La evolución es más lenta que en el miembro superior porque la distancia al cuerpo neuronal es mayor".
En el caso de los trasplantados de brazos, el alemán Karl Merk, que recibió un trasplante bilateral -el primero del mundo-, empezó a sentir las extremedidades nueve meses después de la intervención y al cabo de un año logró realizar los primeros movimientos con los dedos. Diego Jiménez, el primer español en someterse a esta operación, tardó siete meses en moverlos.
Tal y como reconocía el director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz, al paciente "le espera una rehabilitación muy larga y complicada".
La sanidad española en general, la valenciana en particular, todo el Hospital La Fe en su conjunto y la figura irrepetible de Pedro Cavadas una vez más como líder del proyecto han conseguido marcar un hito sin precedentes en la medicina mundial. Muchos han sido los logros de nuestro sistema de trasplantes, tanto en cantidad como en calidad, pero hasta ahora no habíamos podido decir que en uno de nuestros hospitales públicos se había realizado un procedimiento hasta entonces no realizado en ningún lugar del mundo.
Lo han hecho posible todas estas instancias, compuestas por profesionales de primerísima línea y sobre todo una vez más la generosidad de la familia de un donante que es la que a fin de cuentas ha permitido afrontar el camino de la recuperación a un paciente de otra forma condenado a una silla de ruedas de por vida.
Hay que dejar muy claro que una amputación unilateral no habría sido objeto de trasplante ni tampoco una bilateral por debajo de la rodilla que habría podido solucionarse con prótesis. La asunción del riesgo de una intervención quirúrgica muy importante, una medicación anti rechazo de por vida como en cualquier trasplante y una rehabilitación que por lo que sabemos de los trasplantes de brazos, va a ser larga y complicada, solo está justificada en un caso como éste sin otra solución posible.
La comisión de trasplantes del consejo interterritorial que hace algo más de un año informó favorablemente esta intervención tuvo muy en cuenta todos estos aspectos, así como el hecho de que el paciente, una vez debidamente informado y enterado de los pros y contras decidió que merecía la pena estos riesgos con tal de recuperar la deambulación. No hay muchos casos como éste de manera que no cabe esperar una proliferación de enfermos similares. Recuerdo sin embargo que cuando la noticia se hizo pública, aparte la natural curiosidad en todo el mundo, desde el Reino Unido plantearon la existencia de soldados británicos en Afganistán con amputaciones altas por minas que podrían ser candidatos a este procedimiento.
Ahora solo cabe esperar la evolución del paciente, respetar la intimidad del mismo y por descontado el anonimato del donante y desear con todas las fuerzas que se haya conseguido lo que para el doctor Cavadas (y para cualquier médico que ame su profesión) constituye una máxima fundamental: hacer lo posible y lo imposible para solucionar un problema a un enfermo.
Nada más y nada menos que eso. Un motivo más para conservar como oro en paño esta joya que representa nuestro Sistema Nacional de Salud.
*Rafael Matesanz es el director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).