El reto de Rajoy en CubaHay noticias que, por tan repetidas, terminamos por aceptarlas como algo normal. Y no debería ser así. La Comisión Cubana de Derechos Humanos Y Reconciliación Nacional acaba de revelar que a lo largo del mes de noviembre se produjeron en Cuba 257 detenciones de opositores al régimen castrista y, en lo que va de año, un total de 3.327, que hayan podido ser documentadas. Es cierto que muchas de esas detenciones lo son sólo por unas horas, pero cumplen su función, que es tratar de amedrentar a quienes se atreven a hacer frente a la dictadura.
Los Castro liberan por una puerta a algunos de los disidentes para desterrarlos en su inmensa mayoría a España, tras el acuerdo con la Iglesia Católica y el Gobierno de Zapatero, y por otra vuelven a llenar las cárceles de la isla. Es lo habitual, pero, por eso mismo, conviene no dejar de subrayar la lucha pacífica que llevan en Cuba muchos hombres y mujeres que anhelan vivir en un país democrático. Al futuro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, le han llegado peticiones de 750 disidentes y sus familiares para que en sus relaciones con Cuba favorezca la democracia y la pluralidad.
No será el asunto más urgente que tendrá que resolver Rajoy al llegar a La Moncloa, pero entre los opositores cubanos, sobre todo la que sufren en el interior del país, ha crecido la esperanza de que España dejará de darles la espalda. Agradecen las liberaciones conseguidas por el anterior Gobierno, porque mejor es estar fuera de la cárcel que en ella, aunque sea lejos de su tierra, pero confían en que habrá un cambio sustantivo. Tanto en la relación bilateral como en Europa.
En el ámbito europeo, esperan que se mantenga la Posición Común que Miguel Ángel Moratinos quiso suprimir, y que el PP insista en que para dialogar con las autoridades castristas es preciso que estas hagan reformas democratizadoras y respeten los derechos humanos. En el bilateral, piensan que es llegada la hora de que la presencia de los disidentes sea bien acogida en la Embajada española en La Habana, aunque ello moleste al régimen.
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